6 meses antes
Isabella
Los rayos de sol chocan con mi cara provocando que poco a poco despierte, froto mis ojos intentando acostumbrarme a la luz de mi habitación mientras los abro lentamente.
Me levanto de mala gana dejando mi cálida cama sentándome en la orilla, reviso la hora en mi celular y son las 08.30 de la mañana desperté media hora antes que suene mi despertador, decido levantarme para poder hacer todas las cosas tranquilas antes de irme al instituto, ya que la hora de entrada es a las diez.
Me ducho y visto cómodamente con medias transparentes, botas militares negras, un Beatle blanco con cuello y encima un vestido floreado color lila.
La verdad me gusta bastante mi estilo, encuentro que puedo llegar a ser bien femenina pero también me gusta vestirme con ropas anchas de vez en cuando. Dejo mi largo pelo cobrizo ondulado caer por mis hombros, mi piel clara y mis pecas las dejo libres de maquillaje, un poco de rímel en mis pestañas resaltando el verde de mis ojos y estoy lista.
Me observo durante unos minutos en el espejo y quedo satisfecha con el resultado, pero decido que es mejor cubrir todo.
– mutatio – ‹‹ cambio ›› recito en latín mientras observo mis rizos cambiar lentamente a un negro azabache y mis ojos a un color miel.
Bastante tengo con los abusos que recibo por ser hibrida de lobo y hechicera, no necesito sumarles más por mi apariencia, no es normal que los lobos sean pelirrojos, pero mi condición hibrida lo permite.
A los pocos años después que llegue a esta manada, cuando los actuales alfas Peter y Laura Müller me encontraron moribunda en medio del bosque y me acogieron.
He recibido rechazo de todos, me humillan e intentan quebrarme solo con la misión que abandone sus tierras.
Los alfas son las personas más buenas que he conocido, han cuidado de mi desde los 5 años cuando mis padres adoptivos me dejaron a mi voluntad en la oscuridad del bosque cuando se dieron cuenta que era diferentes a ellos, los primeros años viví con los alfas y sus hijos en la mansión, me mantenían oculta del resto de la manada ya que ellos descubrieron que era hibrida.
Mitad hechicera, mitad Loba.
Me ayudaron a conectar con ambas partes de mi ser, nunca me discriminaron, siempre me alentaban para mejorar mis habilidades de hechicera y felicitaban cada vez que algún conjuro me salía bien. He mejorado bastante con el paso de los años y a pesar de que aún faltan 6 meses para mi cumpleaños 18 y encontrarme con mi loba ya presento algunas de sus habilidades.
Cuando cumplí los 10 años ya tenía un buen manejo de mi magia por lo tanto me permitieron salir de la mansión, comencé a asistir al instituto, todos eran amigables me consideraban una más. Hasta que un día el hijo menor de los alfas les conto a sus amigos que yo era hibrida y desde ese momento todo cambio.
La gente comenzó a rechazarme y tratarme mal, obviamente solo lo hacían cuando estaba sola, nunca en presencia de los alfas y yo tampoco les contaba lo sucedido, ya habían hecho suficiente por mí al darme un hogar y no quería preocuparlos con esos pequeños detalles.
Cuando cumplí los 15 pedí vivir sola, ellos me entendieron cuando les di la excusa que quería vivir al máximo mi magia y cerca de la manada no podía, por ende, les pedí mi casa que se encuentra cerca de los bordes del territorio, aunque la verdadera razón era poder tener mi propio lugar donde escapar de los malos tratos.
Ellos aún se preocupan mucho por mí, siempre me visitan, envían dinero mensualmente para poder hacer las comprar y tener para mí, si bien siempre me sobra mucho dinero, estoy ahorrando para que cuando cumpla la mayoría de edad poder irme de aquí y buscar un lugar donde si me acepten.
Doy una última mirada a mi aspecto, suspiro y bajo hacia la cocina para preparar mi desayuno, hotcakes con Nutella y frutillas picadas, es mi manera preferida de empezar el día, día el cual al momento de poner un pie fuera de mi hogar se volverá un infierno.
Termino de desayunar, limpio lo que utilice y saco del refrigerador un táper con comida que prepare anoche para guárdalo en mi mochila, deje de comer en la cafetería del instituto debido a los insultos o la comida que a veces me lanzaban, así que ahora llevo mi propia comida y almuerzo en los alrededores.
Agarro mis cosas, mis llaves y salgo de la casa. Tomo mi bicicleta que me ayuda a moverme dentro del territorio debido a la distancia en la que me encuentro y salgo del jardín principal rodeado por una pequeña cerca blanca, cierro la reja y doy una última mirada a mi hogar, no es la gran casa es bastante sencilla pintada de color blanco, pero es más que suficiente para mí, no soy una persona de lujos o cosas ostentosas, me gusta lo sencillo.
Doy un último suspiro preparándome mentalmente para el nuevo día que debo pasar y subo a mi bicicleta.
– praesidium – ‹‹ protección ›› recito mirando mi casa y emprendo mi camino hacia el instituto.
(….)
Ya es la última clase del día y la verdad es que ha estado todo relativamente normal, a pesar de los insultos que dicen de vez en cuando al pasar, no ha sucedido gran cosa he intentado pasar lo más desapercibida posible, sin llamar la atención de nadie que pueda hacer mi día más miserable.
Los alumnos comienzan a entrar en el salón cuando el timbre suena, mantengo la vista fija en la ventana mirando hacia el bosque, siento como todos pasan a mi lado cuando de repente siento una pequeña incomodidad y presencia, volteo mi vista hacia la puerta y ahí estaba él, Christopher.
El hijo menor de los alfas, su mirada conecta con la mía, aquellos ojos tan celestes como el cielo, lanzando un pequeño escalofrió por mi cuerpo, me sonríe levemente y yo volteo mi vista rápido de vuelta hacia la ventana. Antes de que se supiera que era hibrida nosotros éramos amigos, me protegía, era como una hermana más pero luego se alejó. Ya no me saludaba, ni siquiera me miraba, cuando sus papás iban a visitarme dejo de ir con ellos y por lo tanto también deje de insistir.
La clase transcurre con normalidad, aburrida como todas las clases una vez suena el timbre espero que todos salgan y así evitar futuras molestias. Agarro mis cosas lentamente y salgo cabeza agacha del salón hacia la puerta principal del instituto.
De un segundo a otro me encuentro tirada de boca en el piso, los libros que tenía en las manos salen volando y cuando volteo a ver que sucedió la veo a ella, Brett Pride.
Desde que supo que era hibrida me ha hecho la vida imposible.
– Fíjate por donde caminas fenómeno.
Dice escupiendo la última palabra y cuando ve que comienzo a levantarme manda una patada en mi estomago mandándome de vuelta al suelo, ríe al ver las consecuencias de su golpe y se aleja con su grupo de amigas mientras empiezo a toser intentando recuperar el aire.
Siento como alguien se agacha a mi lado y posiciona una mano en mi hombro, por instinto me encojo en mi lugar alejándome de su tacto.
– Eh tranquila – reconozco la voz de Christopher – ¿estás bien?
– Sí, gracias – respondo mientras me levanto rápidamente recogiendo mis libros sin mirarlo y caminar fuera del instituto.
Avanzo a paso apresurado hacia el inicio de la arboleada que rodea el edificio, lugar donde escondo mi bicicleta porque si decidiera dejarla en el lugar reservado para ellas en el estacionamiento me la destrozarían, me monto en ella y salgo en dirección hacia mi hogar, sintiendo aun ese pequeño roce de la mano de Christopher en mi hombro.
Isabella Ha pasado una semana desde ese día que Brett me golpeo en el pasillo, los días después de eso transcurrieron normales, los típicos insultos, pero nada más. A veces extraño la vida que tenía antes de que todos supieran sobre mí, pero sé que no es mi culpa, es de ellos, no tengo culpa de nacer como nací, mis padres biológicos murieron cuando era una bebe y mis padres adoptivos nunca me dijeron nada más sobre ellos. Ahora estoy almorzando apoyada en un árbol no muy lejos del instituto, pero lo suficiente para tener este momento de paz, lejos de todos, de las burlas, de los insultos. A la distancia puedo ver como un pequeño conejo blanco se acerca tímidamente hacia mi moviendo su pequeña nariz olfateando el aire, sonrió al notar que el olor de las zanahorias que tengo en mi táper es lo que huele. Agarro una y la acerco con mi mano indicándole que se acerque, duda por unos segundos, pero luego se acerca lo suficiente para agarrar
Isabella Sigo sin entender porque Christopher decidió participar de este proyecto, no es que lo necesite, a mí me gusta trabajar sola o bueno simplemente me acostumbre por el hecho que nunca nadie quiere trabajar conmigo. Quedamos en que hoy vendría a mi casa durante la tarde para comenzar a idea que haríamos, me parece extraño este comportamiento que tiene conmigo, me hace dudar y pensar que quizás algo quiere lograr, si bien antes solía conocerlo, hace tres años que perdí todo tipo de contacto con él, por ende, me genera un grado de desconfianza todo este acercamiento sin explicación. Justo ahora me encuentro sentada en el patio trasero de mi casa, con los ojos cerrados sintiendo como la brisa acaricia mi rostro y mueve mis rizos rojizos, ya que al llegar a casa deshice el hechizo de camuflaje. Acá es el único lugar donde puedo ser yo misma tanto física como espiritualmente ya que nadie además de los alfas y s
IsabellaMe adentro en el auto de Felipe observando como el auto de Christopher sale a toda velocidad derrapando por la calle.– ¿Estaba Christopher aquí? – consulta mirando hacia la misma dirección.– Sí, debemos hacer juntos un proyecto para el instituto – confirmo abrochando mi cinturón.Su mirada recae en mí y una gran sonrisa se forma en sus labios que borra en menos de un segundo de su rostro al verme.– ¿Por qué tu pelo es negro y tus ojos café?– Oh eh... es un cambio de look, pero es un conjuro tranquilo.Asiente dudoso y luego vuelve a sonreír.– Hola corazón – se estira para apretarme en sus brazos sobre los controles de auto – te abrazaré hasta que me devuelvas el abrazo.Una risa sale de mis labios y envuelvo mis brazos lo más que pued
Isabella.Iba a medio camino con las lágrimas corriendo por mis mejillas cuando un auto se posiciono a mi lado avanzando a la misma velocidad de mis pasaos bajando la ventana.Seguí caminando sin mirar hacia él por miedo a que quizás sea un miembro de la manada que quiere molestarme.– Isi – escucho la voz de Christopher probando que me tense– isi sube al auto.Sigo con mi camino agachando la cabeza ignorando lo que dice.– ISI – grita al ver que lo ignoro – Joder.Escucho como el auto se detiene y la puerta es abierta, intento caminar más rápido para alejarme de él, pero corre posicionándose frente mí.– Isi vamos ya e.... – se detiene cuando siento su mirada fija en mi rostro.Sus manos agarran mi mentón elevándolo, provocando que lo mire, su mandíb
ChristopherVuelvo mi vista nuevamente sobre mi hombro como he hecho durante toda la jornada observando ese asiento, el cual lleva vacío tres días.Tres días en los que Isabella no ha aparecido por el instituto, lo cual es extraño porque ella nunca falta.– Algo le paso – informa Zeus mi lobo – hace tres días que te digo que algo malo sucedió con ella y no me quieres hacer caso.– No entiendo cuál es tu obsesión con ella últimamente, me haz hecho andar tras ella como un perrito faldero esta última semana ¿me dirás el por qué?– Vamos a verla, debe estar en su hogar.bufo ante como ignora mi pregunta.– No, debe estar bien, quizás solo es un resfrío.– Con mayor razón – gruñe – hay que cuidarla.Ruedo los ojos ignor&aacut
Isabella Mi cuerpo entero entro en un estado donde hasta mis vellos están tensos, su voz sigue retumbando en mis oídos y mis ojos se quedaron mirando fijo un lugar en el bosque frente a mí. ¿Qué hace aquí? – pienso. Reacciono observando rápidamente mis brazos y piernas maldiciendo en mi cabeza por haber decidido usar un vestido hoy, pero la verdad es lo único que no aprieta mi piel generándome más dolor. Pienso en recitar el hechizo de camuflaje, pero su voz me vuelve a detener. – Ni se te ocurra conjurar algo. Me quedo callada en mi lugar sin moverme sintiendo como sus pasos están cada vez más cerca, no levanto mi vista cuando veo sus piernas entrar en mi campo de visión, ni me inmuto cuando uno de sus dedos recorre con apenas un toque uno de los golpes en mi brazo. Las lágrimas comienzan a juntarse en mis parpados, pero lucho para no derramar ni una sola de ellas frente a él.
IsabellaLuego de comer pasamos al salón para comenzar con el proyecto, armamos en menos de dos horas el informe y ahora estoy a la espera de Christopher que salió a comprar materiales para comenzar con la maqueta.Así que mientras lo esperaba subí a darme una ducha, me despoje de mi ropa una vez entre en mi habitación y me apresure a entrar a la ducha una vez que el agua caliente empezó a correr.Jabone con sumo cuidado mi cuerpo golpeado, pero ustedes se preguntarán ¿Por qué no se cura con magia? Pues bueno, para poder hacer conjuros debemos estar en buen estado físico, si nos encontramos débiles pueden salir mal y tener efecto rebote.Por ende, no podría sanarme porque mi cuerpo estaba aún muy débil.Suelto un suspiro cuando termino de enjuagar mi pelo y apago la ducha, corro la cortina plástica agarrando la toa
IsabellaEl salón principal estaba irreconocible, todo aquel aspecto de hogar había desaparecido dando paso a un ambiente de fiesta. Los sillones fueron remplazados por sillas colocadas estratégicamente para poder descansar, mesas repletas de aperitivos, el centro del salón se encontraba despejado quedando como pista de baile y una pequeña tarima se encontraba posicionada en la pared del fondo.Los adornos de color rojo y dorado se hacen presentes por todo el espacio, unos cuantos miembros de la manada están trabajando como servicio de entrega de bebestibles y comida paseándose entre los invitados que ya se encuentran en el lugar.Felipe camina a mi lado abriéndose paso saludando a las pocas personas que están esparcidas por el salón, su mano se encuentra presionando mi espalda baja asegurándose que camine junto a él y nos adentramos en la cocina un