Isabella.
Iba a medio camino con las lágrimas corriendo por mis mejillas cuando un auto se posiciono a mi lado avanzando a la misma velocidad de mis pasaos bajando la ventana.
Seguí caminando sin mirar hacia él por miedo a que quizás sea un miembro de la manada que quiere molestarme.
– Isi – escucho la voz de Christopher probando que me tense– isi sube al auto.
Sigo con mi camino agachando la cabeza ignorando lo que dice.
– ISI – grita al ver que lo ignoro – Joder.
Escucho como el auto se detiene y la puerta es abierta, intento caminar más rápido para alejarme de él, pero corre posicionándose frente mí.
– Isi vamos ya e.... – se detiene cuando siento su mirada fija en mi rostro.
Sus manos agarran mi mentón elevándolo, provocando que lo mire, su mandíbula se aprieta mientras mira hacia otro lado y vuelve a mirarme.
– ¿Qué sucedió? ¿quién fue?
Intento apartarme de su agarre, pero ahora sus dos manos agarran mis mejillas manteniéndome en mi lugar.
– ¿No me dirás nada? – consulta mientras sus pulgares limpian mis lagrimas – vi a Liam salir tras tuyo luego que saliste del comedor ¿fue él?
Niego con la cabeza, no puedo decir nada porque como él dijo después será peor.
Además, no sé de dónde proviene esta preocupación de su parte, si hace años que ni siquiera me dirigía la palabra.
– Vamos te llevare a tu casa.
Me da la espalda para comenzar a caminar hacia el auto, pero al ver que no me muevo de mi lugar vuelve a acercarse, levanta su mano en dirección a mi rostro y por inercia me encojo cubriéndome con mis manos.
– No por favor – sollozo nuevamente – no me golpees... yo... yo me subiré al auto.
A través de mis dedos puedo ver como se quedó congelado en su lugar viéndome con dolor.
– ¿Creías que .... creíste que iba a golpearte?
– Lo siento, Lo siento – digo rápidamente – solo quiero irme a mi casa.
Las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas y puedo escuchar como un gruñido sale de la boca de Christopher haciéndome saltar en mi posición.
– Mírame – dice mientras agarra mis manos retirándolas de mi rostro – no te hare nada ¿sí? solo quiero llevarte a casa, queda bastante lejos a pie y ya está oscuro.
Lo observo por unos segundos y asiento, mientras más rápido acepte más rápido llegare a mi casa y más rápido se ira.
Deshago el agarre de sus manos con las mías y camino hacia su auto mirando mis pies, abro la puerta lentamente y me monto en el asiento cerrando la puerta.
Abrocho mi cinturón mientras el ingresa y se acomoda en su puesto mientras yo me pego lo más que puedo a la puerta.
– ¿Quieres colocar música?
Niego con la cabeza.
– Bueno, prendere la calefacción porque está helando y aun no obtienes a tu loba para mantener temperatura corporal y ese chalequito que traes puesto no debe ser muy abrigado.
Asiento sin despegar mi vista de la ventana viendo las casas pasar y desaparecer dando paso a los árboles del espeso bosque que rodea la ciudad.
A lo lejos puedo ver mi linda casa asomar entre los árboles y un sentimiento de alivio se empieza a posicionar en mi pecho, el auto se detiene frente a ella y agarro la manilla para bajar rápidamente y adentrarme en mi lugar seguro sin nadie que me maltrate, pero los planes se ven frustrados cuando Christopher agarra mi muñeca suavemente impidiendo que me baje.
– Espera – susurra acariciando con su pulgar mi piel – quiero que volvamos a ser como antes.
Mi seño se frunce y volteo a mirarlo.
– Se que quizás te cueste confiar en mí por todo lo que ha sucedido, pero de verdad quiero volver a pasar tiempo contigo.
– No creo que sea buena idea – informo mientras niego.
– ¿Por qué no?
– Seamos sinceros, desde que mencionaste que era hibrida y la gente me empezó a rechazar, nunca te gustó que te vean conmigo ¿Por qué el cambio repentino?
– Lo sé, sé que me aleje por lo que decían el resto y créeme que me arrepiento, sobre todo de no protegerte.
Baja su mirada hacia su agarre en mi muñeca y como su pulgar hace círculos sobre mi piel quedándose en silencio por unos segundos.
– Debería irme – informo rompiendo el silencio.
– Isi Piénsalo ¿sí? – vuelve a mirarme con un brillo que no logro descifrar en sus ojos – solo.... solo quiero volver a ser parte de tu vida.
Asiento sin saber que responder y bajo del auto rápidamente para adentrarme en mi hogar sin voltear a mirar de nuevo hacia él.
Una vez dentro un gran suspiro sale de mis labios cuando me recuesto contra la puerta de entrada y vuelvo a mi aspecto normal mientras escucho el ruido del auto alejarse. Subo hasta mi habitación, dejo mi bolso con el celular sobre la cama y saco la ropa de cambio de mi closet para darme un ducha y acostarme a dormir.
(....)
Nuevo día, nuevas posibles humillaciones.
Me encuentro camino hacia la sala de mi ultima clase del día, el cual la verdad ha ido mejor de lo que esperaba. Nadie me ha dicho nada, nadie me ha ni siquiera mirado y nada puede ser mejor que eso.
Pero igual no me confío.
Sigo caminando cabeza gacha y lo mas pegada a las paredes posible para no chocar con nadie.
Entro en mi salón y me siento en la ultima fila al lado de la ventana sin despegar mi vista de ella, pero un jadeo general hace que alce mi vista intentando averiguar por qué la impresión de todos.
Pero me arrepiento en el segundo que lo hago al encontrarme con un Liam con la cara magullada observando como entra en el aula.
Tanto su ceja como labio tienen un ligero corte y su pómulo izquierdo tiene una coloración purpura y como si el destino quisiera jugarme una mala pasada su mirada conecta con la mía provocando que mi corazón comience a latir desenfrenadamente cuando se detiene en seco.
Sus ojos destilan odio puro.
Detrás de él entra Christopher empujándolo con el hombro sin mirarlo y Liam suelta una sonrisa en mi dirección mientras camina hacia su lugar tomando asiento.
Un extraño sentimiento comienza a recorrer mi cuerpo mientras observo su espalda y las ganas de salir corriendo del salón para resguardarme en mi hogar son cada vez más grandes.
De reojo puedo ver como Christopher comienza a caminar en mi dirección, pero agacho mi mirada para que desista de esa idea y como si él universo me escuchara su andar es detenido por Brett.
– Chris quedan exactamente 15 días para tu cumpleaños – exclama con alegría – podrás distinguir a tu mate ¿crees que nosotros lo seamos?
Elevo un poco la vista observando como lo abraza por la cintura dejando un beso en su mandíbula y un sentimiento amargo de posiciona en mi pecho, involuntariamente aprieto mis puños y la confusión comienza a rondar por mi cabeza ante esta reacción.
Él me observa por unos segundos antes de volver su vista hacia Brett y le sonríe.
– No lo sé, supongo que lo sabremos en 15 días.
– Esperemos que sí, creo que sería una gran Luna.
Ruedo mis ojos al escucharla y vuelvo mi vista hacia la ventana.
– Si.... Bueno, ya veremos.
– Claro que sí – exclama feliz – siéntate conmigo.
En eso el profesor ingresa en la sala saludando a todos y comienza con las clases. Luego de una hora da por finalizada la clase luego de enviarnos un trabajo para la casa y se retira del salón al igual que todos.
Guardo mis cosas lentamente en mi bolso esperando que el salón quede vacío para poder retirarme y evitar cualquier tipo de abuso, me levanto confiada para poder al fin llegar a mi hogar, pero aquel sentimiento de peligro vuelve a hacerse presente.
Camino hacia la puerta mirando mis zapatos, pero me detengo en seco cuando en mi campo de visión aparecen otros zapatos. Elevo la vista lentamente y me encuentro con Liam apoyado con su espalda en la puerta cerrada impidiendo mi paso.
Mis palmas comienzan a sudar y el miedo comienza a calar por mis poros.
– Sabes – comienza a hablar – creo que no te quedo claro cuando te dije que no dijeras nada sobre lo que te hacíamos porque te iría mal.
Mi corazón late precipitadamente y los recuerdos de Christopher preguntándome si él me había hecho impactan en mi memoria.
– No imaginas la sorpresa que tuve cuando Christopher apareció en mi casa ayer en la noche luego de la cena y comenzó a golpearme exigiendo que te dejara en paz.
Niego con mi cabeza sintiendo como mis ojos se llenan de lagrimas al momento que el da un paso en mi dirección, por instinto intento retroceder, pero una de sus manos se cuela por mi cuello afirmándome fuertemente por la nuca acercándome hacia su rostro.
– Así que.... que tal si igualamos la situación para darte una lección y así aprender a mantener la boca cerrada.
– No, no, por favor – sollozo temblando – él.... él me pregunto.... pero yo... yo no le dije nada.
– Mhhh.... – susurra mientras acaricia mi rostro con una sonrisa – entonces sera una leccion para que aprendas a mentir mejor.
Vuelvo a negar mientras las lagrimas descienden por mis mejillas y antes que pueda responder algo su puño impacta con mi rostro mandándome al suelo.
El dolor comienza a hacerse presente por todo mi cuerpo al igual que el sabor metálico en mi boca al recibir constantemente sus golpes, golpes que la cabo de un tiempos se convierten en patadas que intento lo más que puedo esquivar.
Mis cotillas duelen, mi estomago duele, mi rostro duele e intento contener el sollozo lo mas que puedo para no llamar la atención de nadie.
– Creo que ha sido suficiente – dice con la respiración agitada agarrándome del pelo elevando mi rostro – espero que desde ahora mantengas tu asquerosa boca cerrada, porque para la otra te mato.
Me suelta provocando que adopte una posición fetal en el suelo mientras pequeños hipos salen de mi pecho por el llanto, él camina hacia la puerta saliendo del salón sin mirar atrás dejándome golpeada, sangrando y llorando tirada en el suelo luego de su brutal golpiza.
ChristopherVuelvo mi vista nuevamente sobre mi hombro como he hecho durante toda la jornada observando ese asiento, el cual lleva vacío tres días.Tres días en los que Isabella no ha aparecido por el instituto, lo cual es extraño porque ella nunca falta.– Algo le paso – informa Zeus mi lobo – hace tres días que te digo que algo malo sucedió con ella y no me quieres hacer caso.– No entiendo cuál es tu obsesión con ella últimamente, me haz hecho andar tras ella como un perrito faldero esta última semana ¿me dirás el por qué?– Vamos a verla, debe estar en su hogar.bufo ante como ignora mi pregunta.– No, debe estar bien, quizás solo es un resfrío.– Con mayor razón – gruñe – hay que cuidarla.Ruedo los ojos ignor&aacut
Isabella Mi cuerpo entero entro en un estado donde hasta mis vellos están tensos, su voz sigue retumbando en mis oídos y mis ojos se quedaron mirando fijo un lugar en el bosque frente a mí. ¿Qué hace aquí? – pienso. Reacciono observando rápidamente mis brazos y piernas maldiciendo en mi cabeza por haber decidido usar un vestido hoy, pero la verdad es lo único que no aprieta mi piel generándome más dolor. Pienso en recitar el hechizo de camuflaje, pero su voz me vuelve a detener. – Ni se te ocurra conjurar algo. Me quedo callada en mi lugar sin moverme sintiendo como sus pasos están cada vez más cerca, no levanto mi vista cuando veo sus piernas entrar en mi campo de visión, ni me inmuto cuando uno de sus dedos recorre con apenas un toque uno de los golpes en mi brazo. Las lágrimas comienzan a juntarse en mis parpados, pero lucho para no derramar ni una sola de ellas frente a él.
IsabellaLuego de comer pasamos al salón para comenzar con el proyecto, armamos en menos de dos horas el informe y ahora estoy a la espera de Christopher que salió a comprar materiales para comenzar con la maqueta.Así que mientras lo esperaba subí a darme una ducha, me despoje de mi ropa una vez entre en mi habitación y me apresure a entrar a la ducha una vez que el agua caliente empezó a correr.Jabone con sumo cuidado mi cuerpo golpeado, pero ustedes se preguntarán ¿Por qué no se cura con magia? Pues bueno, para poder hacer conjuros debemos estar en buen estado físico, si nos encontramos débiles pueden salir mal y tener efecto rebote.Por ende, no podría sanarme porque mi cuerpo estaba aún muy débil.Suelto un suspiro cuando termino de enjuagar mi pelo y apago la ducha, corro la cortina plástica agarrando la toa
IsabellaEl salón principal estaba irreconocible, todo aquel aspecto de hogar había desaparecido dando paso a un ambiente de fiesta. Los sillones fueron remplazados por sillas colocadas estratégicamente para poder descansar, mesas repletas de aperitivos, el centro del salón se encontraba despejado quedando como pista de baile y una pequeña tarima se encontraba posicionada en la pared del fondo.Los adornos de color rojo y dorado se hacen presentes por todo el espacio, unos cuantos miembros de la manada están trabajando como servicio de entrega de bebestibles y comida paseándose entre los invitados que ya se encuentran en el lugar.Felipe camina a mi lado abriéndose paso saludando a las pocas personas que están esparcidas por el salón, su mano se encuentra presionando mi espalda baja asegurándose que camine junto a él y nos adentramos en la cocina un
Christopher Si pudiera describir mi estado anímico en estos momentos sería ansioso, estoy ansioso.He esperado este día desde hace un año cuando Zeus apareció en mi mente, ya que por ser sangre de Alpha mi lobo aparece antes de mi transformación para prepararme mentalente.La mansión esta llena de gente, tanto de nuestra manada como de las vecinas más cercanas; mi padre me ha presentado con todos los Alphas por el hecho que pronto yo seré el Alpha de la nuestra.Si bien, yo soy el menor de mis hermanos, ellos renunciaron a su obligación como Alphas por ende la responsabilidad cayo sobre mí, pero no me quejo. Tengo muchas ganas de convertirme en aquel que velara por el bienestar de nuestra gente.Sobre todo, de ella.Mis ojos recorren el salón, intentando buscar a la pelirroja que se vuelve pelinegra en pú
IsabellaTranquilidad.Una palabra a la cual no estoy acostumbrada a tener fuera de los territorios de mi hogar, pero que misteriosamente he podido tener durante el día.Ayer fue la primera transformación de Christopher, Felipe me llamo para comunicarme que todo había salido bien, su lobo eran un gran e imponente lobo color negro.Color digno de un Alpha.Recuerdo que su padre posee el mismo color, por ende, él también lo obtuvo por ser el futuro Alpha, no muchos lobos poseen ese color, solo aquellos que están destinados a ser fuertes.Yo tuve la intención de llamarlo para poder preguntarle como había salido todo, como se sintió, como fue su relación con Zeus, pero me mantuve mirando su contacto en la pantalla por unos largos minutos decidiendo si debía llamarlo o no y al final no lo hice.Y tampoco lo he visto durante el d&iacu
Isabella – Suficiente ¿Qué sucede? Levanto mi vista conectando con los ojos verdes de Felipe. – ¿De qué hablas? No sucede nada. Vuelvo a mirar mi plato de comida, revolviéndolo con el tenedor. Hace dos días que sucedió lo de Liam y e evitado toparme con el en cualquier momento. Salgo primera que todos del salón y corro lo más rápido que puedo hacia mi bicicleta que decidí esconder en otro sitio para evitar ser emboscada nuevamente. – Algo sucedió, te conozco. Haz estado rara estos días. – Estoy bien tranquilo...es solo...– suelto un suspiro volviendo a mirarlo – el estrés del instituto, estamos en época de parciales. Su expresión de preocupación no cambia en ningún momento y su vista se fija en mí tan intensamente como si quisiera adentrarse en mi mente y averiguar todos mis secretos. – Sabes que siempre te apoyare en todo lo que te suceda ¿cierto? Agarra mi mano
Christopher.Gris.Ese es el color que he visto desde la mañana.El color del techo de mi habitación.No tengo intenciones de ir a clases y la verdad no quiero hacerlo.No quiero estar cerca de ellaDe su olor.Ese exquisito olor a lavanda que será capaz de volverme loco en segundos.– Vamos, quiero verla.Vuelve a decir Zeus como por millonésima vez desde que desperté, no me ha dado tregua. Suelto un suspiro pasando mis manos por mi cara y me siento en el borde de mi cama.– No quiero.– Oh vamos, quiero verla además debemos ir clases, es una responsabilidad.Ruedo los ojos.– Solo lo dices para convencerme.– Cierto ¿funciono?– No.– Pf aburrido. – responde con gruñido cerrando el link.Me levanto para caminar hacia mi baño y darme una d