“Y ahora vamos con las noticias internacionales”, dice la periodista en la edición central del noticiario.
“Según las autoridades de Reino Unido, se habrían detectado al menos 20 personas contagiadas por una nueva cepa de COVID en ese país. El Departamento de Salud y Asistencia Social confirmó que no se trataría de una nueva variante, sino de una nueva cepa que sería más contagiosa y mortal que la original. Aunque se han encontrado pocos casos y su estudio lleva pocos días, se ha obligado nuevamente el uso de mascarillas en Londres, Bristol y Brighton. La Organización Mundial de la Salud dice que es probable que ya esté en otros países de Europa y la han bautizado como COVID-24”.
«Hasta cuándo vamos a seguir con esto», piensa Ignacio, cambiando el canal a uno de documentales sobre naturaleza.
Toma su celular y mira el chat con Theresa. La última frase “¿Estás?” de hace 3 días sigue con un solo tick.
«¿Le habrá pasado algo?».
En ese mismo instante aparece un segundo tick.
Theresa:
Hola?
«Mmm… que coincidencia», piensa y hace una mueca.
Ignacio:
Donde te habías metido?
Theresa:
Perdona. He estado con mucho trabajo y tuve que desconectarme unos días. Cómo estás?
Ignacio:
Yo bien, pero un buen amigo tuvo un accidente y aún está en el hospital. Sabes que me salvaste la vida?
Theresa:
Como así?? lo siento por tu amigo :´(
Ignacio comienza a escribir, explicando cómo se salvó gracias a la petición de la foto, pero luego se da cuenta de que está a punto de cometer un grave error. Él le había dicho a Theresa que ese día estaba con una amiga en el bar, no con Jaime.
Borra lo que escribió y vuelve a teclear.
Ignacio:
La última vez que hablamos, cuando me pediste la foto del pub, justo antes de salir del local para volver a sentarme, un auto perdió el control y se estrelló justo donde yo estaba sentado. Así que te debo la vida ;)
Theresa:
Ufff… a tu amiga le pasó algo?
«Eeeeh… Justo se levantó para ir al baño y se salvó también».
No suena creíble.
«¡Qué le digo!».
Sale del chat unos minutos para no aparecer en línea mientras piensa en una mejor excusa.
Ignacio:
Disculpa, justo me llamaron por teléfono. Ella alcanzó a reaccionar a tiempo y sólo sufrió unos golpes.
Theresa:
Qué bueno, me alegra haber salvado tu vida :D
Ignacio le envía un emoticón de ramo de flores. Ella le devuelve un corazón rojo. Ignacio se ruboriza. Siente una sensación de gran inseguridad.
Ignacio:
Te puedo hacer una pregunta? Pero quiero que seas súper honesta conmigo.
Theresa:
Obvio, pregunta lo que quieras
Ignacio:
Creo que a estas alturas ya sabes que no soy un empresario exitoso. Soy solamente un técnico informático y para peor ahora sin trabajo. Por otro lado, tú eres una mujer exitosa; una intelectual que se codea con los científicos más importantes del mundo. Por qué insistes en contactarme y buscar amistad con una persona como yo?
En el chat aparece que Theresa comienza a escribir. Ignacio se pone tenso a medida que pasan los segundos. Se hace eterno.
«Parece que me está escribiendo un discurso sobre inseguridad. Espero no haberla cagado».
Finalmente aparece la respuesta.
Theresa:
Por dos razones. La primera y la más importante, es que tú no eres una persona común y corriente como crees. Nunca te menosprecies por lo que tienes y dejes de admirar lo que eres. Te he investigado más de lo que imaginas. He visto tus redes, sé lo que piensas y en qué crees. No te asustes, no soy una loca tipo "atracción fatal". Por mi formación científica, siempre trato de ver más allá de lo evidente… y como dicen por ahí, nunca juzgues a un libro por su portada :)
Ignacio se emociona. Nunca le habían hablado así. Pero no sabe a qué se refiere con “atracción fatal”.
Ignacio:
Eso fue lindo de tu parte. Gracias por tus palabras. Espero merecerlas… Y la segunda?
Theresa:
La segunda, porque necesito relacionarme con gente fuera de mi círculo. Con personas que vivan otras realidades; que vean el mundo de formas diversas para no caer en la trampa de la “mentalidad de manada o de rebaño”. Me ayuda a estar con los pies... mi cabeza y corazón en la tierra.
Ignacio:
Me encanta tu filosofía. Ambos podremos conocer realidades muy diferentes a las nuestras. Va a ser interesante. Qué bueno que me contactaste ;)
Theresa:
:D
«¿En verdad cree que soy especial? Menos mal que todavía no me pide una foto».
Ignacio:
Me vas a contar de qué se trata tu proyecto?
Theresa:
Me prometes que no se lo contarás a nadie?
Ignacio:
Por supuesto, puedes cofiar en mí
*confiar
En el chat aparece “Theresa ha cambiado la configuración de los mensajes para que desaparezcan en 3 minutos”.
Theresa:
Bien confiaré en ti. Desgraciadamente no te puedo contar algunos detalles. Pero en resumen, es un proyecto secreto en el que estamos trabajando más de 30 científicos de diversas áreas. Llevamos seis años en esto. Pero yo me he unido sólo hace 2 años. Su nombre es “Proyecto QuLink” y el objetivo es... (emoticón de tambores)
Theresa no termina la frase. Ignacio se sienta en la cama expectante.
Ignacio:
Ya pues dime!
Theresa:
Contactar con una inteligencia superior!
Ignacio:
QUE??????
Theresa:
En realidad el objetivo en un principio era otro, pero por razones que aún estamos tratando de entender, hemos logrado entablar una comunicación con esa inteligencia.
Ignacio:
Contactaron con extraterrestres??????
Theresa:
No dije “extraterrestres”, dije “inteligencia superior” ;)
Ignacio se queda paralizado tratando de entender a qué se refiere.
Ignacio:
Pero si no es extraterrestre, entonces qué es???
El último mensaje de Ignacio queda con un solo tick.
—¡Mierda! ¡Noooo! —grita en su habitación.
Ignacio:
Por favor respóndeme! No me puedes dejar así!
Insiste, pero el siguiente mensaje queda en el mismo estado sin recepción. Lanza el teléfono móvil sobre la cama enfadado.
—Ahora no voy a poder dormir —dice en voz alta.
Toma el mando a distancia del smartv y elige el siguiente capítulo de la serie que está viendo.
«¿A qué se refiere con inteligencia superior?».
Intenta calmar su mente, pero está alterado y no logra concentrarse en las imágenes del televisor.
«¿Por qué corta la comunicación en medio de las conversaciones?».
Apaga la luz y se mete en la cama. Algo le angustia, pero no puede precisar qué. ¿Será por estar sin trabajo? ¿Porque se le están acabando los ahorros? ¿Porque Theresa le tiene siempre en la incertidumbre?
«Debe ser todo a la vez», piensa.
Sus ojos comienzan a cerrarse lentamente mientras el televisor ilumina su rostro.
El celular marca las 5:54 de la madrugada. La pantalla frente a su cama sigue encendida. Aparece una notificación, pero el celular está en silencio. Ignacio sigue durmiendo. Tres minutos después el sonido del teléfono se activa por sí solo. Llega otra notificación. Esta vez el sonido hace que Ignacio cambie de posición, pero continúa durmiendo. A los pocos segundos entra una llamada y comienza a sonar la canción Highway to Hell de AC/DC que usa como ringtone en su teléfono. Ignacio abre un ojo y mira la pantalla del celular. Es Theresa. Toma el teléfono y cuando va a presionar el botón para responder, la llamada se corta. Ve que hay 2 notificaciones. Ambas son de Theresa. Theresa: Estás? Theresa: HOLA!!! Ignacio: Si aquí estoy. Estás bien? Theresa: Sí, no hay problema. Sólo quería pedirte disculpas por haber cortado la conversación de repente. Es que entró mi compañera de departamento llorando a contarme un drama con su po
Jon observa atentamente la pantalla de su estación de trabajo cuando salta una alerta. Mueve el puntero del mouse y presiona con el botón izquierdo sobre esta. Aparece una lista de instrucciones y números que se despliegan sobre un fondo negro. La lista avanza hasta detenerse en un par de líneas. Key ID +41 566 6847 9878 --invalid key El agente, sentado en una gran sala llena de operadores y monitores, presiona una tecla sobre la pantalla táctil de un intercomunicador a su derecha y contacta a su superior directo. —Señor, tenemos una anomalía —dice Jon en inglés. —¿Qué clase de anomalía? —pregunta Morgan sentado en otra estación de trabajo más atrás, en un nivel del piso más alto. —Tenemos un enlace con una clave criptográfica que Athenea no ha podido resolver. —¿Qué tipo de clave? —Al parecer es una clave simétrica parecida a la AES, pero de 8192 bits con un tipo de algoritmo que nunca había visto —responde Jon. —Confirme los datos —dice Morgan y corta la comunicación. —Sí..
Ignacio sube al ascensor de su edificio y presiona el botón del piso 1 para bajar al lobby. Un display sobre la botonera muestra una cuenta regresiva desde el piso 5. Se mira en el espejo, pasa su mano por el pelo para ordenarlo un poco y se mete la camisa en el pantalón. Como todos los domingos por la tarde, Ignacio sale a buscar a su madre para tomar un café en la cafetería favorita de ambos. Al llegar a la recepción, pasa frente al conserje al que saluda amablemente. —Hola don Juan, ¿cómo le ha ido? —Muy bien don Ignacio… Parece que aquí hay algo para usted —dice el anciano conserje colocándose unos gruesos lentes ópticos. Ignacio detiene el paso y se devuelve al mesón. Juan levanta un paquete del suelo y se lo entrega. —Llegó hoy en la mañana —dice Juan. El paquete es una caja liviana del tamaño de un maletín ejecutivo. Ignacio lo examina. Por un costado hay una etiqueta con su dirección, un remitente de Miami en Estados Unidos y una cinta adhesiva amarilla. —Aah y hay otra c
—Llueve torrencialmente. El sonido de las gotas cayendo a mí alrededor es muy nítido. Siento como si el agua golpeara sobre mis hombros y brazos gracias a los sensores del traje háptico. Sopla un fuerte viento y el traje presiona sobre ciertas áreas del cuerpo para simular la fuerza del viento. ¡Es bacán! Ya no tengo el teclado, así es que no sé cómo moverme. Tampoco tengo un joystick —dice Ignacio mientras se graba en video con el celular, instalado sobre un pequeño trípode en el escritorio junto al monitor del computador que está en negro. A su alrededor dispuso varios cojines que sirven para marcar el límite hasta dónde puede moverse, para no terminar estrellándose contra una pared o cayendo por la ventana del edificio mientras usa los lentes de realidad virtual. El avatar de Ignacio está quieto mirando el paisaje oscuro a su alrededor desde una perspectiva en primera persona. Es de noche, esta nublado y apenas se ve el entorno. Relámpagos de color verde, azul, rojo o amarillo cruz
La calle Nueva Providencia está menos concurrida de lo normal para ser un día laboral. Un hombre de mediana edad, vestido con un terno negro anticuado, se mueve lentamente entre la gente que circula en todas direcciones. Camina leyendo un diario en una mano y un maletín en la otra, por la vereda sur, en dirección oriente a dos cuadras de Av. Ricardo Lyon. Dos jóvenes le siguen de cerca. El hombre de aspecto ordenado, peinado hacia un lado con exceso de gel y lentes ópticos, se detiene frente a una vitrina donde se exhiben televisores. Los dos jóvenes se separan y toman posiciones para quitarle el celular que sobresale del bolsillo izquierdo de la chaqueta. El sujeto, sin dejar de mirar la vitrina, deja el maletín en el suelo entre sus piernas, enrolla el diario para ponerlo bajo de su brazo izquierdo y, de su bolsillo derecho, saca una navaja automática que mantiene fuera de la vista de los delincuentes. Uno de los jóvenes le hace una señal a su cómplice con un movimiento de cabeza y
—¿Sabías que el universo siempre ha existido? —pregunta Ignacio.—¿En serio? —responde impasible Jaime, sentado al frente con el ojo aun inflamado, mientras le da un mordisco a un churrasco tomate, palta (aguacate) y mayonesa. Un típico sándwich chileno, también conocido como un "Churrasco Italiano".—¿Y qué somos uno más de muchos multiversos?—Increíble —responde casi indiferente, limpiándose con una servilleta la mayonesa del bigote. Ignacio lo mira esperando alguna reacción. Jaime le devuelve la mirada.—¿Qué?—¿No te parece increíble lo que te estoy diciendo? La terraza del bar está repleta de gente. Atardece y comienza a soplar una suave brisa de otoño.—Te creo, pero me parece que te están tomando el pelo. La chica te convenció de que viene del futuro y tú te la creíste. Un poco ingenuo de tu parte.—Ella no ha dicho que venga del futuro. Es otra mujer la que dice que está en el futuro, y se comunica con nuestro tiempo a través de un computador cuántico —dice Ignacio molesto.
Ignacio es el único en la sala de espera. Una secretaria le mira de reojo de vez en cuando desde un escritorio frente a él, mientras trabaja en una computadora. Se escucha una música suave de fondo que no le tranquiliza. La pierna derecha de Ignacio da pequeños saltos. Toma su celular y mira los últimos mensajes con Theresa. “Te prometo que esta vez no te dejaré solo”, “OK, te espero”. Decide escribirle. Ignacio: Estás? Aparece sólo una marca junto al mensaje. Un sonido en el teléfono de la secretaria le saca de sus reflexiones. —Señor Ignacio Sánchez, le esperan para la entrevista. Pase por esa puerta. —La secretaria le indica una puerta a su costado. Ignacio siente un nudo en el estómago. Se levanta y camina hacia la puerta. A medio camino la mujer lo detiene. —Disculpe, pero debe entrar sin su celular. —¿Por qué? —Por razones de seguridad. No se puede acceder a reuniones o entrevistas con el teléfono. Somos una empresa de seguridad informática y manejamos informació
Ignacio camina calmadamente y sin rumbo por la calle Nataniel en el centro de Santiago. Ya es casi la hora de almuerzo y tiene hambre, así es que decide buscar un lugar donde comer un sándwich. Mientras camina repasa los detalles de la reunión. El sujeto tenía un aspecto raro. No recuerda haber visto ningún logo de la empresa. Además le pareció extraño no ver a más empleados. «Quizás era sólo la oficina de recursos humanos y el lugar de trabajo es otro». Resuelve no darle más vueltas al asunto. Siente que la entrevista fue un éxito y decide llamar a su madre para contarle. Busca entre los contactos favoritos el que dice “viejita” y presiona “llamar”. —Hola mi vida. ¿Cómo te fue en la entrevista? —¡Bien! Creo que ya tengo el trabajo. Me citaron para una segunda entrevís… —Un hombre pasa corriendo junto a él, le quita el celular de las manos y continúa la carrera por la misma vereda. Ignacio se queda inmóvil mirando al delincuente arrancar y decide perseguirlo. El sujeto le lleva ven