Al llegar al centro comercial las miradas se van en mi dirección, lo atribuyo principalmente a mi guardarropa; Armando tiene algún tipo de capricho-obsesión por verme siempre bien arreglada, impecable... el problema es que me visto a su gusto y su gusto de ropa no es para nada el mío.
Las prendas de mi closet tienen que tener alguna de estas características, grandes escotes, brillos, lentejuelas y entalladas ceñidas al cuerpo, tengo algunas prendas cómodas para usar cuando él no esta, pero por más que quisiera no vendría con mis pantalones de chándal al centro comercial. Llevo un pantalón de tiro alto, con una camisa de manga larga fajada que tiene un escote no tan llamativo, llevo zapatillas altas de color negro y mi bolso; no traigo puesta ninguna pulsera, collar, reloj o aretes que son obligatorios usar en compañía de Armando, pero aún sin ellos las personas miran en mi dirección. Tengo un cuerpo con curvas bien definidas sin llegar al punto de ser exagerado, es la principal razón por la que las miradas hambrientas de los hombres y las despectivas de las mujeres se posan sobre mí, mi cabello rojizo no es más que otro elemento para atraer miradas, pero podría jurar que más que nada me miran porque saben quién soy, de quien soy esposa... quien es por desgracia mi marido. ... Al entrar en una de las tiendas me probé un vestido rojo después de estar viendo varios que no me convencían del todo; es corto, lleno de brillos, muy al gusto de Armando, salgo del probador y me paro frente a un gran espejo admirado como se me mira, el vestido va atado a mi cuello tengo toda la espalda descubierta y es extremadamente corto y ajustado, muy incómodo, pero Armando estaría encantado al verme en él, ni siquiera sé por qué me esfuerzo por complacer sus exigencias, hace tiempo una bala en la frente no me parecía buena idea, hoy en día me parece de lo mejor. — Wow, tienes un cuerpo para detener el tráfico Renata, eres una mujer tan sensual... estoy seguro de que le encantará a Armando ese vestido. Levanto la mirada cruzándome con unos ojos verdes hambrientos a través del espejo, Rick es un hombre joven, quizás de mi edad, no lo sé, me recorre completa de pies a cabeza admirando cada centímetro de mi piel descubierta, cuando sus ojos se cruzan con los míos sonríe divertido ante mi actitud serena y mi rostro típico de estar amargada con la vida. — ¿Tú que haces aquí? Te dije que me esperaras fuera de la tienda. — Pensé que podrías correr peligro aquí dentro tu sola, después de todo mi deber es cuidarte y protegerte.- me lo dice en ese tono seductor que solo usa cuando esta a solas conmigo, me guiña un ojo, me esfuerzo para no ponerle los míos en blanco. — Tú lo has dicho, cuidar y proteger no acosarme, lárgate de mi vista Ricardo, ya voy a ir a pagar. No solía tener buen humor y Rick molestando constantemente era la gota que siempre derramaba el vaso, no tengo ánimos de seguir en ese lugar ni probarme más vestidos menos si el mirón de Rick va a estar por aquí rondándome. ~~~~~~~ El camino de vuelta a casa es silencioso, me la paso observando por la ventana a las personas normales caminar sin ataduras disfrutando su vida, yo por otra parte no podía poner un pie fuera de la residencia porque tenía 3 autos con hombres custodiándome de cerca, me siento prisionera, será porque en realidad eso es lo que soy. Empezamos a llegar a un área de la ciudad un tanto más tranquila, menos transcurrida entramos en un callejón de terracería entre dos casas, el terreno es baldío y solitario, lleno de rocas y tierra suelta, el dar una vuelta a la izquierda está una gran portón negro y alto que al vernos acercar empezó a abrirse. En el interior todo es tan verde, lleno de árboles, arbustos, pasto y flores preciosas, los autos se detienen al frente de la gran puerta de la enorme mansión, una casa exageradamente grande para mi sola y las 4 sirvientas, al parecer ellas ya esperaban mi llegada, empezaron a tomar las bolsas de la cajuela para ayudarme con ellas, pero solo eran dos, me bajo del auto y me topo con una de ellas que lleva las bolsas, en realidad nada de esto es necesario, yo puedo hacerlo por mi cuenta, pero no quiero meterlas en problemas, si alguno de los guardias chismosos le dicen a mi marido que me miraron cargando las compras la chica desaparecería, y quiero pensar que era porque eran despedidas; así que solo sigo caminando al interior de la mansión. ~~~~~~~~ Puedo escuchar a la perfección las risas y voces que se cuelan por la puerta de mi balcón que se encuentra abierta, varias personas ya han llegado a la fiesta y yo apenas termino de arreglarme, lo hice con toda la lentitud del mundo... me puse unos aretes largos de oro, me hice un maquillaje elaborado y llamativo con sombras rojas y oscuras para combinar con mi vestido, deje mi cabello suelto acomodando de lado para despejar mi espalda y poder lucir ese escote en el vestido, me apliqué perfume y me puse mis tacones de plataforma negros antes de salir de la habitación. Como lo esperaba en el jardín ya Estac los invitados amigos de Armando y como no podía faltar en estas fiestas mujerzuelas por doquier, pasando de brazos en brazos en busca del mejor postor para pasar la noche, quien parezca que dará la propina más jugosa al finalizar. A través de los cristales de piso a techo me percato que una de ellas me observa con los ojos entrecerrados, no le doy importancia y me retiro a la sala de estar en espera a la llegada de mi esposo, sus amigos no son compañías agradables, había mejores maneras de desperdiciar el tiempo. Me siento y suspiro mientras observo todo al rededor, lleno de adornos caros y cuadros extraños, es como estar en un set de telenovela... una telenovela de mal gusto. — ¿Qué hace una dama tan bella como usted aquí sola?.– esa voz proviene desde mi espalda, unas manos se posan en mis hombros desnudos mientras acaricia mi piel con sus pulgares rugosos. — Esperando por tu llegada. Digo con seriedad, las manos se alejan de mí y me pongo de pie para quedar frente a Armando, mi esposo, es un hombre atractivo y bien conservado para su edad, aun así se mira mucho más mayor que yo, era una diferencia de edad de 20 años después de todo, una brecha así no se oculta fácilmente. Sus ojos almendrados me observan de pies a cabeza sonriendo con malicia, trago saliva y siento que mi cuerpo se estremece ante esa mirada tan filosa y no lo digo en buen sentido, rodea el sillón que nos separaba a pasos lentos y seductores; al llegar frente a mí levanto el rostro para verlo a los ojos, su respiración es calmada y podía sentir la calidez de su aliento contra mi piel al igual que el aroma envuelto del tabaco y la menta. Toma mi barbilla con cuidado con sus dedos haciéndome levantar más el rostro, para después inclinarse y unir sus labios con los míos, en un beso cargado de deseo y necesidad, se me revuelve el estómago completamente.Al separarse de mí su mirada se torna más oscura y pérdida, siento un escalofrío recogiendo mi columna vertebral, el aire lo siento más frío, tanto que lástima mis pulmones al respirar, esta sería una noche larga. — Patrón que bueno que llegó, los invitados esperan por usted. Rick llegó a la sala, por primera vez su presencia me tranquiliza, en ningún momento posa su mirada en mí, ya que estoy con Armando, de lo contrario me comería con la mirada como siempre lo hacía; mi esposo pasa su mano en mi cintura empujándome levemente para que avance junto con él. — Ya vamos. Hay prioridades, primero tenía que ver a mi esposa.- me contengo de soltar una risa de burla, que buen chiste.Caminamos juntos al exterior en donde ya estaban algunos hombres un tanto ebrios y eso que esto va empezando, no quiero imaginar el caos en que se convertirá esto más tarde, en cuanto Armando hace presencia en el lugar no tardan en acercarse a él sus amigos a saludarlo, posan sus ojos en mí, recorren toda mi
La mujer esta sumamente aterrada y nerviosa, aún con la mirada baja puedo notar como sus piernas tiemblan ligeramente, ella empieza a hablar con tartamudeos su voz se entre corta por el miedo.— Señor... yo... no sabía que ella, era su esposa... pensé que era una dama de compañía como yo— ¿¡Dama!? Por favor, como puedes comparar a una prostituta como tú con mi esposa que ella si es una dama…- bueno... considerando la manera en que me hace vestir y el trato que me da ante los demás hombres cualquier desconocido lo pensaría, el valor de las prendas que llevamos puestas es lo único que hace la diferencia.– Llévenla a la cabaña enséñenla a respetar... Levanto la cabeza rápidamente y mi mirada se topa con los ojos asustados de la chica, dos hombres llegan a tomarla de los brazos y arrastrarla entre la oscuridad del jardín a aquella bodega alejada de la casa principal.— ¡No por favor! ¡Perdóneme! ¡Yo no sabía que ella era su mujer! ¡Lo lamento! ¡Perdón! Esos gritos llenos de pánico y ag
Al día siguiente como de costumbre las detonaciones de arma son lo primero que llega a mis oídos al despertar, estoy acostada boca abajo en la cama, mi cuerpo mandaba señales de dolor desde la cabeza hasta los dedos de mis pies, suelto un quejido al hacer fuerza para intentar moverme. La luz que se cuela a través de las cortinas es intensa, no tengo idea de que hora es, me envuelvo en la sábana y con dificultad me pongo de pie para ir al baño a tomar una ducha caliente con la esperanza que aliviará un poco el dolor y relajará mi cuerpo, ignoro las manchas de sangre sobre las sabanas azul cielo. ~~~~~~~Me pongo un vestido de mangas largas entallado para ocultar los moretones de las mordeduras y rasguños de Armando, es corto de color azul turquesa, la tela tiene ligeros detalles de textura, me maquillo y arreglo el cabello para dejarlo suelto, para finalizar me pongo mis tacones, es un completo calvario estar vestida de esta manera considerando lo mal que me siento, pero Armando se m
Los pequeños me miran con ojos asustados, como si yo fuera uno más de los monstruos que se están encargando de atormentarlos, no puedo dar crédito a lo que está pasando, ¿Cómo se podía ser tan insensible, tan inhumano? - ¿¡Qué significa esto?! Pregunto llena de rabia y enojo, mi voz sale cargada de ira y empiezo a desprender un aura hostil y peligrosa, todos se quedan asombrados, yo no era para nada expresiva por ello mi humor siempre es un misterio para ellos, pero esta vez estoy sumamente molesta, fuera de mis casillas, no me importa nada estoy dispuesta a morir si es necesario con tal de salvar a esos niños. - Señora Renata, será mejor que salga de aquí.- Rick se empieza a acercar a mí a pasos lentos y cuidadosos, extiendo la mano señalándolo con el dedo índice haciéndolo que se detenga de golpe.- ¡Ni se te ocurra acertarte a mí un paso más!Él se queda quieto ante grito y además porque Benji empieza a ladrarle como loco, tirándole mordidas advirtiéndole que no se acerque ni un
No entiendo lo que sucede o porque él hace esto, ya que juraría que estaría furioso conmigo al punto de casi echar espuma por la boca por lo que acabo de hacer, pero no es así, cuando se separa sé mi no puedo evitar observarlo desconcertada. — Nunca me habías contra decido de esa manera, me encantó lo fuerte y firme que te pusiste a exigir a costa de tu vida lo que querías. – me mira con total admiración y emoción, pero a mí no me interesa si mi actitud lo encantó o no— ¿Eso quiere decir que dejaras ir a los niños entonces?.- Él tuerce la boca un poco, comienzo a mirarlo mal al instante, rápidamente sonríe, una sonrisa que volvería loca a cualquiera que no supiera el monstruo que es. — Aún no, dejaremos que su padre sufra unos días con su ausencia, pero después te prometo que los devolveremos. - tomo aire, eso no es lo que quiero, pero supongo que es mejor que... lo que sea que pensaban hacerles— Gracias... Le sonrió ligeramente, cosa que no fue desapercibida por él, ya que yo nu
Los ojos de la chica se abren de par en par, cuando se encuentran con mi mirada, es la nueva que había llegado hace pocas semanas, la que había escuchado hablando de mí cuando estaba en el balcón. No podría decir que sentí dolor al verlos, porque no es así, las amantes de Armando tenían la mala costumbre de conseguir mi número para mandarme fotos comprometedoras y hacerme llamadas en pleno acto sexual, quizás querían lograr que me divorciara de él, ya que por desgracia estábamos casados legalmente, pero el chiste en esta historia es que él no me quiere dejar ir a mí, no al revés, aun así me parece de muy mal gusto que lo hiciera aquí… En la casa... donde estamos bajo el mismo techo.La chica comienza a tratar de una manera desesperada quitarse a Armando de encima, pero él la tiene contra el escritorio, de repente siento ganas de vomitar, ver fotos extrañas e incluso oírlo por teléfono no se comparaba con verlo con mis propios ojos, es asqueroso, me doy la vuelta y escucho tras mi esp
Ya sé que es lo que voy a hacer, pero tengo que esperar a que caiga la noche, todo tenía que ser rápido y preciso un error mío podría costarnos la vida a los tres, una gran responsabilidad está en mis manos y el peso de ella sobre mi espalda, pero esto marcaría el futuro de todos, podría significar libertad o muerte.Armando y yo no habíamos hablado desde anoche que lo sorprendí en su estudio con la sirvienta, la chica cuando se llegaba a topar conmigo en alguna parte de la casa, me sacaba la vuelta o simplemente bajaba la cara, no sabía como tomar esto, era incómodo, yo sabía que él tenía otras mujeres y no tenía ningún respeto por mí al ser su esposa, aunque en todos estos años nunca me sentí como tal, sino como una esclava, por mí estaba mejor que no nos habláramos, su compañía no era de mi agrado, pero para llevar a cabo mi plan necesitaba tenerlo cerca esta noche. Este día estaba soleado, un clima hermoso y cálido, decidimos jugar en la piscina con los pequeños, Armando ya les h
Armando ha llegado a la habitación, me mira sonriente y pasa esos ojos oscuros con malicia por mi cuerpo de arriba abajo, al ver mi rostro levanta las cejas, divertido. — ¿Estás bebiendo, querida?.Armando se sienta en la cama viéndome con diversión, yo tomo el vaso con el medicamento y se lo doy, me controlo lo más que puedo para no temblar, no quiero que él lo note, pero aun así soy un manojo de nervios y miedo por dentro.— Ten, lo necesitarás... - le digo tendiéndole el vaso — ¿Estás bien? Pareces algo nerviosa... - mierda, mierda, mierda...Abro mucho los ojos ante su comentario, él de un trago se toma todo el contenido del vaso, hace una mueca parecida a la que yo cuando lo probé y después mira al vaso extraño, tengo que desviar su atención de esa bebida, tengo pánico de que él se dé cuenta de que he echado algo, quizás las pastillas modificaron el sabor, no lo sé, pero por ahora solo tengo que distraerlo para que las pastillas hagan efecto, la parte fundamental ya está hecha