36

Rubén entró al despacho de su padre y encontró a Emilia mirando por el ventanal, cruzada de brazos y secándose lágrimas de las mejillas. Al verlo, ella abrió su boca para decir algo, tal vez gritar, e incluso dio un paso atrás para echar a correr.

—No tengas miedo –le pidió él elevando sus manos y enseñándole las palmas, como mostrándole que no iba armado, ni tenía intención de causarle daño.

Ella guardó silencio, y lo miró fijamente por espacio de dos minutos, como vigilándolo, tal como se vigila una serpiente.

Él tuvo que obligarse a s&iac

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App