Capítulo 2. Nueva vida. *Marco*.

No fue demasiado difícil dejar mi Italia del sur atrás,  después de que Elisabeth se alejase de mí para siempre, entender que jamás podríamos estar juntos me costó un poco más y aquello me hundió en una gran tristeza que solo conseguí alejar cambiando por completo mi mundo y también, gracias a Jennifer.

Irlanda era todo lo contrario a Italia, los días cálidos se habían acabado, aquello había cambiado por cortos días fríos y miles de kilometros llenos de verde, yo nunca había estado rodeado de tanta naturaleza y el océano en este país era helado y las olas violentas y salvajes. No podía negar que extrañaba muchas cosas, como la comida de mi madre y a ella principalemente, España también había formado parte de mí pero al igual que mi país me traía demasiado dolor.

Si aquello era lo que significaba amar hubiese preferido que aquella jodida maldición hubiese continuado conmigo, nunca antes había sentido un sufrimiento igual. Los primeros días de llegar a Irlanda conseguí trabajo en el pub, abrí mi cuenta bancaria e inicie mis papeles para estudiar en la universidad de Dublín. Eran demasiados cambios, pensé que aquello ayudaría y lo hizo, pero cuando llegaba la noche me sentía vacío, perdido y me preguntaba dónde estaría ella, si pensaría en mí y si habría conocido a alguien. Jenni había conseguido en apenas un año que no pensase en ella, aunque seguía arrastrando aquel dolor intenso, demasiado fuerte, dentro mí, escondido en mi interior.

Alguna de las primeras vez que tuve sexo con Jennifer me imaginé que estaba con Elisabeth, ella era como un recuerdo lejano y más bien parecía ser como algo que había soñado, más que haber sido una realidad de mi pasado.

Aquel día estaba nervioso eran los resultados de varias tareas de asignaturas que ya acabaríamos en el master y a parte debía cenar con los padres de Jenny, ella se había empeñado en presentármelos pero yo estaba nervioso. Me habían dicho que eran bastante tradicionales y que estaban a favor de lo local, y no eran demasiado abiertos de mente con los extrangeros.

Nada más conocer a su padre, ... me di cuenta por su mirada fija y profunda que había visto algo en mi que no le gustaba, su madre, , parecía más agradable aunque también depositaba sus ojos en mi con algo de desconfianza, no sabía si hacia mi como persona, o más bien a mi nacionalidad. Los italianos no teníamos una fama excelente allí, era más bien de promiscuos, infieles, vagos y basicamente hombres poco serios. Yo debía admitir que durante mucho tiempo había tenido los dos primeros adjetivos, pero me consideraba una mejor versión de mi mismo, más maduro y centrado, y había sido en parte por el golpe de Elisabeth y también, por la entrada de Jenni y su alegría en mi vida, y por supuesto por mi mismo.

_Jennifer nos ha dicho que también estudias en su misma universidad ¿Finanzas? _ dijo su padre serio, tenía un acento tan cerrado e irlandés que me costaba comprenderlo en un primer momento.

_Sí, principalmente finanzas.

_¿Y qué piensas hacer después del master? ¿Buscarás trabajo aquí?

_Claro, ya estoy preparando el currículum y buscando empresas que acepten becarios.

_Puede que sea dificil competir con los locales, aunque tú inglés sea bueno.

_No pensaba competir con irlandeses, si no aplicar para empresas que busquen hablantes de italiano.

_Pero el italiano no es un idioma demasiado importante _ me dijo directamente, no sabía si de verdad decía lo que pensaba o intentaba demostrar algo allí en la mesa.

_Pero el español sí, y también lo hablo _ dijo también directamente zanjando el tema.

Después de comer platos que no estaban mal, la verdad es que esperaba comida más insípida dadas las circunstancias, Jenni y su madre se fueron al pequeño jardín que tenían en la parte trasera, y yo me quedé con el padre de ella que enseguida se sirvió un vaso de coñac y me ofreció uno, aunque a mi no me gustaba esa clase de bebidas alcholicas, lo acepté por educación.

_Mi hija y tú ¿Cuánto exactamente estáis juntos?

_Alrededor de un año... _ dije algo serio sin saber por donde me iba salir ese hombre.

_¿Y cuáles son tus intenciones de futuro?

_¿De futuro? _ pregunté algo confuso sin entender a dónde quería llegar.

_Sí, ¿Piensas quedarte en Irlanda o volver a Italia?

_Supongo que quedarme en Irlanda, hay mejores posibilidades para mí que allí en mi país.

Y no mentía ¿Qué me esperaba allí? Mafia, dinero sucio, destrucción, sangre y ... dolor. Después de aquel interrogatorio forzado afortunadamente Jennifer y su madre volvieron del jardín, ya estaba oscuro y era hora de volver a nuestro apartamento. Nuestro apartamento estaba practicamente al lado del campus universitario, en el centro de Dublín, Jennifer y yo compartíamos habitación, espaciosa y con vistas al jardín, y aún así pagabamos unos quinientas libras cada uno, compartiendo baño y piso con su mejor amiga Stephany, que era algo rara y apática, aunque a veces pensaba que era una cuestión cultural,... y Luka, otro estudiante italiano de la universitario.

Aquella noche miré mis resultados por en la web estudiantil y vi que había aprobado con notas altas, aún quedaban los de Jennifer aunque seguro que serían positivos. Los cuatro decidimos ver una pelicula mientras bebíamos unas cervezas, porque al día siguiente era sábado, y ninguno trabajabamos, incluso yo tenía el fin de semana libre en el pub. Estaba feliz, aunque me sentía algo extraño de haber conocido a los padres de Jennifer, algo presionado, como si se esperase algo de mí, no quería presiones, estábamos bien juntos, nos hacíamos bien él uno al otro, ¿Para qué pensar en el futuro? Era demasiado incierto y pensar creaba demasiadas dudas y temor como ocurría con el pasado.

_Marco tu móvil está sonando _ dijo Luka que venía de la cocina con otra nueva cerveza. _ Te lo has dejado encima de la encimera _ me dijo directamente en italiano.

Me pasó mi teléfono, que lo llevaba en la mano y observé que era un número en modo desconocido, al contestar escuché aquella voz conocida, que hacía justo algo más de un año que no había vuelto a escuchar.

_Marco tu padre está muerto _ dijo Massimo el hombre de confianza principal de mi familia, aquel a quien mandé asesinar a mi primo a penas un año atrás.

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