Rosa oscura del sur de Italia #pasiónmalditaitaliana2
Rosa oscura del sur de Italia #pasiónmalditaitaliana2
Por: Cynthiasindysandy
Capítulo 1. La lluvia y Jennifer. *Marco*.

Puedo escuchar la lluvia azotar los cristales de la habitación, en aquel lugar era normal que cada día lloviese, y los días grises, repletos de nubes enormes y gotas frías empezaban a gustarme, a pesar de que me creaban cierta melancolía por el pasado que había dejado atrás.  Solamente se escuchaba el sonido de aquella tormenta intensa y nuestras respiraciones aceleradas, la calefacción estaba encendida al máximo en toda la casa pero tampoco es que hiciese falta.

Ella, Jennifer, mi nueva novia, se movía sobre mí,  cada vez más rápido y...  ella gemía, prácticamente estaba gritando de placer, jadeaba, y me daba algo de vergüenza que los demas companeros de casa, que estaban ya en sus habitaciones pudiesen escucharnos. Algo que para ser sincero se estaba convirtendo en habitual. Su cabello rubio fino se movía rápidamente hacia los lados y sus pechos pequeños y contorneados parececian bailar con cada uno de sus movimientos fuertes y seguidos que ejecutaba sobre mi.  La situación,  estar en aquel lugar lejos de lo que yo era y que me montase como ella quisiese me excitaba,  bastante... Estaba a punto de correrme, de dejarme completamente ir , pero entonces Jennifer redujo el ritmo, si fuese por ella tendríamos sexo durante horas,  le encantaba tenerme allí a su merced, justo de esa manera, teniendo totalmente el control del acto sexual.

Minutos después intensificó el ritmo y fue cuando consiguió finalmente que me corriese enseguida, y después a los segundos ella gritó. Estaba claro que debía habernos escuchado toda la m*****a casa, como ocurría prácticamente cada día cuando llegamos de la universidad.

-Te quiero Marco...

Pronunció aquellas palabras sin más, justo al desvanecerse extremadamente agotada sobre mí y yo supe realmente que debía contestar, me sentí paralizado, atrapado , no queria pensar en querer, me traia muy malos recuerdos. Yo sentía aún ese dolor intenso en el pecho  que había sido aun mas increíblemente enorme hacia un año atrás.

-Iré a ducharme - dije acariciando su pelo rubio claro, y entonces le di un beso en la mejilla y la aparté de mi lado con cuidado.

De esa forma, evité contestar y me largué a la ducha deprisa, esperaba que no lo hubiese notado y estuviese tan cansada después de aquello que no se hubiese dado cuenta de mi contestación evasiva.

Nada más entrar en la ducha el agua helada cayó sobre mí y sentí como mi corazón se paralizaba, después enseguida el agua se templó poco a poco. Fuera ya estaba oscuro, en Irlanda los días en invierno eran demasiados cortos y muy fríos, tanto que era normal que los cristales de las viviendas estuviese empanados por el ambiente helado. Los dos primeros meses fueron algo duro y confusos, como siempre estuve entre varias mujeres, pero enseguida llego Jennifer y ella me mantuvo algo mas estable, me divertía con ella y consiguió proporcionarme calma, aunque esto no  pudiese aplicarse fuese a la cama. 

Nosotros nos conocimos en la universidad de Dublín, yo iba hacia mi clase managment y ella me confesó que llevaba días observándome,  sabía que pasaría por allí y se saltó su clase de escritura creativa para tener simplemente una excusa para hablarme, para entablar una estúpida conversación conmigo. Pero esto me lo confeso dos meses después de que estuviesemos juntos, no lo hizo al principio, supongo que hubiese sonado demasiado ridiculo, incluso algo escalofriante dadas las circunstancias.

-¿Tienes cambio para la máquina de cafe? He olvidado las monedas en casa... si pudiese cambiarme me harias un gran favor. 

Recuerdo que me dijo muy simpática, su sonrisa era bonita y me atrapó enseguida, parecia feliz, en cambio yo hacia tiempo ya que no lo estaba.

Antes yo había escuchado aquella vocecita bonita con acento del lugar y me habia girado para encontrarme con una chica delgada, mucho más bajita que yo, de piel fina blanca y pelo largo rubio . Y con una sonrisa preciosa.

-Claro, espera... - contesté sorprendido, de que quedase alguien por los pasillos durante aquellas horas, y me dispuse a buscar en mis bolsillos para luego entregarle algunas monedas. Yo venía de trabajar del pub y siempre llegaba tarde. Le pasé las monedas pound algo serio y ella me sonrió,  sus ojos eran verdes, hermosos.

Después de tomarnos aquel café juntos escuchando también la lluvia de fondo, porque en Irlanda siempre llovía y ese factor siempre estaba casi presente en cualquier ocasion... los dos quedamos para tomar otro, luego ella vino a verme a mi trabajo el sábado por la noche con unas amigas y fue ahí la primera vez que nos acostamos juntos, me invitó a su casa y yo por supuesto accedí, y rápidamente tuvimos sexo y me gustó, no estuvo nada mal, incluso me ayudó dejar de pensar en el pasado por unos momentos rápidos e intensos. 

Me di cuenta pronto que no era una más,  Jennifer tenía algo especial,  me hacía sentirme bien, divertirme, reír de nuevo y no estar triste. No estar destrozado por ella, no pensar tanto en Elisabeth... aunque a veces aún soñaba con ella, a pesar de que hubiera pasado un año desde la última vez que nos habíamos visto y yo había descubierto toda la dolorosa verdad.

Sin esperarlo, Jennifer apareció en el baño y abrió la puerta de la ducha de par en par observando con mi mirada clara y una expresion maliciosa, que yo ya sabia lo que significaba, que deseba más de mi. Ella ya estaba desnuda,  entró entonces dentro de la ducha, os dos nos miramos y luego, acto seguido, nos besamos de manera rapida.  Puse mis manos sobre su cintura, la atraje hacia mi, la toqué por donde quise y la besé más de nuevo. Después bajé mis manos hacia sus caderas y entonces la elevé colocándola de espaldas sobre el cristal empañado de vapor por el agua esta vez caliente y apreté mi fuerte cuerpo contra el suyo, que era mucho más pequeño en comparacion. Y fue en ese justo momento en el que susurró mi nombre y yo dejé de pensar otra vez más.

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