Quince días después
Karina estaba lista para asistir a la fiesta que la había invitado su suegra, ya se habían mudado a la hermosa casa y esas semanas se habían ido en escoger decorado, artefactos eléctricos y electrodomésticos, muebles, lámparas y cuanto objeto a su esposo le pareciera necesario y atractivo, sin embargo, ella se sentía feliz porque todo lo escogían juntos, Marino no hacía nada si ella no estaba con él.
Se había colocado un hermoso vestido bordado bastante sencillo en color blanco, solo con un pequeño adorno de mangas, que le quedaba a la altura de las rodillas, con unas sandalias beige oscuro y su cabello suelto con una cinta blanca en la cabeza y una cartera del mismo tono de los zapatos, porque ese mismo día, su suegra la había llamado amablemente, diciendo que habí
Tres meses después Karina aunque tenía personas de servicio que la ayudaban a limpiar tres veces por semana, ese día ella había amanecido afanada limpiando. Tomó un pañito, lo humedeció con un desinfectante y comenzó a limpiar todas las superficies de la cocina, incluyendo los gabinetes. Como no alcanzaba, buscó un banquito, lo rodó y se subió en la encimera y empezó a limpiar, lo hacía con esmero, apretaba sus labios y ejercía un poco de fuerza para sacarle brillos al objeto.Marino había dejado unos documentos, cuando casi iba llegando a la oficina se regresó por ellos, entró a la casa y se dirigió a la habitación pensando que su linda esposa estaría descansando, pero no era así, se había levantado, supuso que estaría en
KarinaTres años y unos meses antes del reencuentro.Karina estaba emocionada, se había hecho la prueba y había dado positivo, estaba embarazada, salió del laboratorio con mucha ilusión, retrasó el momento de ir a su casa, porque sintió hambre, no había desayunado y decidió comerse un mbeju con cocido y leche con la chipa.Mientras desayunaba no dejaba de pensar en el pequeño bebé que crecía en su interior, ella había sospechado que estaba embarazada por los síntomas que la agobiaban, se preguntaba si sería niño o niña, si se parecería a ella o a su novio Ricardo. Ella casi no lo veía, porque él siempre se la pasaba trabajando, un hombre incansable, un artista urbano. Desarrollaba su arte sobre todo en Ciudad del Este, se expresaba en murales, paredones, escalinatas, pisos, paseos, anfiteatros y en fin, en cada parte donde pudiera exteriorizar su talento.Lo conoció cinco meses atrás en
Marino cuando su pequeña se calmó, se limpió sus lágrimas y las de la bebé, la acercó a su pecho y besó su pequeña cabecita, salió de su despacho al de la secretaria, cuando la señora Thais lo sintió abrir la puerta, fingió estar transcribiendo un documento, pero la realidad es que estaba impresionada por todo lo que acababa de suceder, aunque en el pasado, ese hombre no fue de su agrado, pues su preferido siempre había sido Martín y aún no le había perdonado la traición que cometió aquel contra este de acostarse con su novia, hoy tuvo una perspectiva distinta.Pestañó varias
Marino se estacionó y caminó al Centro Médico, pero mientras llegaba al área de emergencia la niña comenzó a convulsionar, cuando vio a su pequeña así, sintió el cruel abrazo del miedo, que con su desagradable aliento lo dejaba sin aire, corrió como nunca antes lo había hecho, como si la vida se le fuera en ello, entró a emergencias mientras pedía con desesperación que atendieran a Tara.Una doctora lo vio, se le acercó mientras veía a la niña convulsionar y él le decía suplicante — ¡Ayude a mi hija! No sé que tiene, su piel está demasiado caliente, al medir su temperatura estaba en 39º, pero creo que ha aumentado.De inmediato la doctora tomó a la niña, la colocó en una camilla, recibiendo ayuda de una enfermera, de inmediato procedieron a exami
Marino sentía que su corazón palpitaba aceleradamente, estaba a la expectativa, ansioso de que la doctora le diera los resultados, sin embargo, ella permanecía en silencio y él no aguantaba esa terrible angustia que lo consumía.—Doctora, dígame—repitió— ¿Qué arrojaron los resultados? ¡Por favor!—Indagó angustiado, no obstante, segundos después pudo visualizar la espectacular sonrisa que se dibujó en el rostro de la doctora y las esperanzas volvieron a su cuerpo.—El tratamiento está dando buenos resultados, las bacterias están siendo combatidas y Tara, está mejorando satisfactoriamente—pronunció la galena.Sin siquiera pensar lo que estaba haciendo, cargó a la doctora y le dio varias vueltas, ella se sonrío y él se sintió apenado por lo que
Karina sentía como si alguien hubiese tomado su corazón y lo hubiese estrujado hasta machacarlo con sus manos, intentó tomarle el pulso a su madre, pero no había nada, colocó su oído en su pecho, tratando de encontrar indicios de vida, pero solo había un ruidoso silencio que casi la dejaba sin sentido, su garganta la sentía cerrada y por un momento tuvo la impresión de que su corazón se paralizaría del dolor que fue abriéndose paso en su interior, movió en forma negativa la cabeza, se negaba a aceptar esa realidad, le daba terror pensar que pudiera perder a su mamá. —¡Mamá! ¡Mamita! ¡Madre amada! Por favor, abre los ojos—exclamaba llorando, moviendo a su madre de los hombros, al ver que no reaccionaba la posó en el suelo y comenzó a abrirle los ojos con sus dedos — ¡No te duermas! Abre los ojos, tienes que terminar de sembrar las semillas en el huerto mamita… ya casi estamos terminando, ya sembré los tomatitos que tú me dijiste ¡Mamá! —Gritó totalmente fuera d
Marino estaba demasiado furioso, sentía en su interior una especie de olla de agua puesta sobre la estufa en estado de ebullición, Martina observó su rostro y colocó una pierna en su rodilla buscando una forma de hacerlo calmar, pero sus esfuerzos fueron infructuosos, cuando siguió belicosamente enfrentándose a Karina.—¡¿Cuál es tu problema?! ¿Te sacó de contexto encontrarte con personas y no con animales, donde encuentras tu hábitat natural? — Le dijo en tono burlón pero a la vez con enojo contenido.—Pues cuando encuentro personas como tú, tan pagadas de sí mismos y creyéndose la última gota de agua en el desierto, me doy cuenta de porque prefiero a los animales, por lo menos ellos no abren la boca para decir sandeces—Y aunque ya había arrancado la Vans, volvió a rodar elasiento&
Marino bajó sus labios y rozó los de Karina, apenas fue un toque como el aleteo de una mariposa, pero ambos sintieron una especie de corriente recorrer sus cuerpos, dejándolos sorprendidos de esa sensación, pero cuando él quiso profundizar el beso, ella lo empujó con sus dos manos.—Creo que fue suficiente para cerrar un trato…Ni siquiera me gustas, menos que me estés besando—mintió porque en realidad sintió un cosquilleo en su estómago y en su piel, pero nunca lo reconocería, él no podía gustarle y procuraría día a día demostrárselo.— ¡Eres una mentirosa! Te gustó, nunca habías sentido los labios de un hombre—dijo con burla—, sé que soy irresistible—afirmó con una seductora sonrisa.— ¡Si serás idiota!&mdash