—¡Vaya...! —se mofa Alessio y me besa la mejilla pasando frente a Claudio —. Veo que estás muy solicitada. ¿Qué hace él aquí?Me encojo de hombros y camino hasta el minibar, me sirvo un gin tonic y sigo fumando tranquilamente. Me da exactamente igual que apresen a mi ex como que se maten entre ellos, no tengo preferencias. Mi intención es mantener a Samuel a salvo y pecar a gustito con mi ruso.—Creo que ya sabes que puedo meterte a la cárcel por el resto de tu vida —ironiza Claudio —. Si yo fuera tú no provocaría a alguien como yo.—Si tu fueras yo —repite Alessio caminando hasta ponerse a mi lado —, habrías muerto por esta mujer, no sabes quién es cuando se deja suelta y entre todos sabemos que envidias lo que he tenido con ella, que te mueres de ganas de ser su héroe y por eso estás aquí sin imaginar que es muy capaz de salvarse hasta del mismísimo diablo y que ahora está más protegida que nunca y después de eso, sabemos muy bien que soy intocable, que no tienen nada para atraparme
—Estás muy equivocada en todo, preciosa —me responde Alessio y su voz ronca, como antes...me hace cosas que todavía me sorprende tiene el poder de hacerme —. Nunca vas a olvidarme, hace mucho me aseguré de eso pero disfruta de tu experiencia rusa, no te va a durar para siempre y sabes que nunca hablo por hablar.—¡Alessio, Alessio...! —me acerco a él en el coche, antes de que aparquen —. Necesitas olvidarme tú, ya no puedes lastimarme y jugar contigo es tan fácil como respirar. No te confundas que aunque Ian no existiera esto de aquí —me acaricio la cara interna de mis muslos —nunca más estará cerca de tí. Me jodiste la vida, mataste a mi hijo, me enviaste a la cárcel y me pusiste los cuernos, ni en mil años de matrimonio con el mismísimo diablo me haría sentir peor que tú. No te confundas. Me mira serio, como es él. Alto y despeinado, luce nervioso, no entiendo por qué y bufa cuando se detiene el coche, niega dejándome con la palabra en la boca para bajar cuando nos abren. Entonces
—Estoy embarazada, Nikky. Me detengo en seco. Me quedo petrificada por varias cosas y todas vienen a mi mente desde mi pasado. Yo también estuve a punto de morir estando embarazada. También fui presa del miedo de perderlo todo y así lo hice y el hombre responsable de eso está aquí, justo detrás de mi y sabe tan bien como yo, lo que estoy pensando.—No me llames así —replico y me volteo —...¿es de Samuel?—¡No! —responde enseguida y me sorprende igual que me alivia —Es mío. —¿Quién es el padre, Sheyla? —suelto un resoplido y la miro —. Y espero que no mientas, sabes que se comprueba fácil.—El padre es el tuyo, tu hermano vive dentro de mi.Sus palabras salen como si fueran disparadas por una ametralladora y se clavan en el centro de mi pecho haciendo incluso que se sientan reales... me tambaleo como si sangraba por un balazo.—¿Qué cojones has dicho?Alessio tira de su pelo para que responda y ella niega diciendo...—Puedes pensar lo que quieras pero no te diré nada más... ese viejo
Ian Moskav Saber que se vuelve tan loca de deseo por mi como yo por ella, hace que todo lo que hao valga la pena. Lo bueno y lo malo.Nikky puede que algún día me perdone, a fin de cuentas la he salvado pero Nicoletta, esa no creo que pueda hacerlo si las cosas salen mal. Tengo todo milimétricamente planeado...pero la vida es la vida y esa suele ser una mala perra. Y si me jode es porque me lo merezco.Meto mis dedos dentro de la tela de su maldita ropa y acaricio su espalda gimiendo en un beso duro que le exijo.La oigo murmurar palabras de aprobación y algun reclamo por dejarla sola para irme a jugar a las intrigas, río, ignorando todo y pronto estamos sobre el sofá del reservado, sus piernas a los lados de mis muslos y mi polla entrando en ella.—¡Dios, estoy enamorado hasta las trancas de todo lo que me haces sentir, diabla!Ella ríe. Se mueve al ritmo que le da la gana y le permito hacer. Me encanta ver como el demonio que llevo dentro se deja amansar por las diabluras de Nicole
Nikky Moskav (Ya no más Nicoletta)Además de Alessio, entiendo que hay otros dos hombres detrás de mí y por lo menos siento que estoy protegida de lo que sea que pueda pasar.Todos me miran y hay más de una chica que luce poco feliz con el hombre que la tiene. Eso me hace volver a mi pensamiento inicial y empezar a prometerme a mi misma acabar con la maldita catedral de descubrir que lo que sospecho está pasando aquí. Y la verdad no me gustaría que así fuera si Samuel está en el ajo.Entre los dos ya no hay vuelta atrás y cada día estoy más cerca de mi ruso y más lejos de él pero por su bien, creo que merece mucho más que todo esto.Todavía puedo sentir la prueba del deseo de mi marido entre mis piernas y corroboro que jamás he tenido eso con nadie y sí, Ian no es santo lo sé. Pero resulta que yo tampoco y entre corromper a Samuel y pecar con Ian, me quedo con la segunda opción.Pudimos tener una oportunidad si no hubiese aparecido el ruso pero resulta que también habríamos tenido muc
Nikky Moskav —¡Puedo explicarlo!Alzo las manos como si me estuviera apuntando con un arma. En cambio son sus ojos los que me apuntan furiosos. Le veo mirarme lleno de celos y rabia. Me siento sin ánimos ya, justo dónde antes estaba dormido y borracho Samuel. Todavía siento el sofá caliente bajo mis muslos. Es difícil estar dividida entre dos hombres y de formas tan distintas.Veo como Alessio lo saca hasta donde está su amigo y yo todavía busco en mi mente qué decir a mi marido.—No hay nada que puedas decir que minimice la ira que siento al haber oído a mi mujer —recalca la palabra mí, con un bramido —, diciéndole a otro cuanto haría por él. Y no sé si mi delirio por tí te ha hecho olvidarte de que tú eres mía —tira de mi brazo y me pega a su cuerpo —. Ni el imbécil de Straits ni el mismísimo Dios puede hacer que eso cambie. Que no se te olvide. Igual estoy dejándote demasiado albedrío y empiezas a confundirte.—No me hables así, Ian. —No provoques que lo haga —reclama.—Estás cru
Nikky Moskav Me dejo llevar porque a él no puedo negarle mi deseo ni mi placer. Me muero por entregárselo todo y siempre soy presa de un éxtasis infinito entre sus manos y en este caso su boca.Separa con dos dedos de su mano los labios de mi sexo y pasa la lengua de arriba abajo muy lentamente haciéndome gritar su nombre. Le tomo del pelo pegándome a su boca y me devora con un hambre inacabable. —Dime que eres mía —mete y saca sus dedos de mi interior y me aferro a las sábanas con puños cerrados —. Reconoce que no hay nadie más. Solo yo y tú solo mía. Que siempre será así, pase lo que pase.¿Qué podría pasar?No le respondo. No puedo hablar y empiezo a sentir como me rompo en mil pedazos abierta ante su rostro duro y sensual. Me muevo buscando más fricción más velocidad y placer y acabo por apretarme los pechos gritando mi liberación. —Soy toda tuya, maldito seas ruso del demonio.—Y siempre lo serás. Su declaración es acompañada de una certera estocada. Honda, profunda y llena d
Nikky Moskav El mundo arde ante mis ojos porque sin él todo se quema y ahora hay un incendio que me siento incapaz de sofocar.No entiendo cómo me ha hecho esto y ni siquiera estoy segura de que lo podamos solucionar porque todo lo que tengo claro es que acabo de arrancarlo de mi corazón, y todavía filtro la sangre que escurre entre mis dedos desde todas las cicatrices que me ha dejado su traición. —Te advertí que no era de fiar —Alessio se regodea en su demostración. Mientras mi corazón se destroza —. Te ha utilizado para salirse con la suya. No eres más que el medio para obtener algo y con ella, estaba mejor. Solo eres un espejismo.Sus palabras se clavan en lo más profundo de mi. Me abren una brecha que destila dolor y rabia y todos, absolutamente todos los sentimos que se vinculan a ella van a parar a la espalda de Ian Moskav...mi maldito marido.—Quiero que te calles y te largues de aquí —escupo calmadamente —. Tú eres el menos indicado para hablar de traiciones cuando lo más p