Es tan cabrón como lo recordaba. Me arde el pecho solo de saber que está aquí, cerca de mi y mirándome como sé que que le gusta. Es como si hubiéramos vuelto a los tiempos en la catedral cuando no podía tocarme pero no disimulaba si deseo de hacerlo.Niego sonriendo detrás de mi máscara y me alejo del brazo de Ivanov. Decido darle la medicina de los celos a Ian y dejarlo observar de lejos mis encantos en brazos de otro.Hay candelabros que alumbran este el suelo hasta la altura de las ventanas. Todo el suelo alfombrado en negro contrastando con el blanco de las flores en los jarrones. Lirios blancos exactamente. La lujosa fiesta está llena de expertos en entretenimiento y una orquesta tocando de fondo. No se si soy yo pero todo luce tan lúgubre como la mafia misma, un tanto gótico y erótico a la vez. Hay mujeres bailando en jaulas ambientadas con tubos de metal para seducir a los invitados, incluso a las mujeres y tengo que felicitar a Ivanov por tan exquisita fiesta de regreso en m
Se quita la corbata y me cubre los ojos. Sus manos pasean por mi silueta y me lleno de gemidos ansioso por él. Me muerdo los labios y saboreo mi propia sangre en medio de la mordida. Soy un propósito que quiero que vea que no puede tener. Me seduce saber que su desesperación le pone a mis pies y ni siquiera tiene valor para hablar...está a mi merced como yo alguna vez estuve a la suya.Los dedos me recorren el sexo, tocan suavemente mis pliegues y separan sus carnes haciéndome rugir y exigir en un bramido un preservativo cuanto antes. Él gruñe de regreso y me mantiene quieta cuando se pone entre mis muslos, respira mi aroma con una inspiración fuerte y profunda y pasa entonces la lengua por mi volcán caliente y desesperado. Yo grito y me retuerzo colgando del techo. Me vuelve loca y le extrañaba tanto, que todo se siente más intenso y animal. Tan visceral...Es que es su olor me desquicia, sus manos me poseen y su cuerpo...Dios, lo reconzoco hasta de lejos. Me llora el coño por él y
Todavía tiemblo al recordarlo. No puedo negar que me afecta como siempre pero no me dejaré salirse con la suya esta vez. No soy la de antes y él tiene que currárselo mucho si pretende que le perdone. Eso, en caso de que lo haga.—¿Dónde estabas?—Despidiéndome de la mascarada —balbuceo nerviosa en una clara ironía. —Parece que disfrutaste la fiesta —Ivanov me sonríe. Huelo a sarcasmo.—Un poco sí —contesto sin mucha efusión —. Aunque hubiera adorado estar más tiempo me tengo que ir. Estoy cansada y mañana regreso a mi casa. Será un día intenso.—Rusia te sienta bien —rápidamente me toma la mano, besa su dorso y mal construyo una sonrisa hasta que me alejo despidiéndome sin más.Cuando salgo de la vorágine que dejo detrás siento que no ha tenido mucho sentido mi presencia en esta fiesta. En un inicio no lo vi pero ahora que hizo acto de presencia mi marido entiendo que probablemente Ivanov esté del bando de Ian también. Dos o tres personas supieron de mi aquí, pero...¿el resto como va
Entro en la casa y huele a él.¡Joder, siento escalofríos!Seguro duerme aquí o entra a hurtadillas. Le vamos a preparar una sorpresa.Dejo las llaves en el cuenco al lado de la puerta y me sobresalto cuando me recibe el ama de llaves. Dejo las maletas en el salón y sé a ciencia cierta que ella se encargará de acomodar todo lo poco que traigo en ni habitación. Le indico que estoy cansada, que lo haga en la mañana y que no le diga a nadie que estoy en casa.Salí de la habitación de Samuel dispuesta a zanjar las cosas con Ian. Sé que mientras más pruebas le ponga peor será para los que me rodean y en el caso de mi amigo no puedo arriesgarlo a sufrir la ira de mi ruso por consecuencia de mis juegos con él.Se suponía que volvería a la casa mañana, pero no quiero que me siga hasta el hotel y tengamos allí nuestro primer encuentro después de tanto tiempo. Prefiero atraer al tigre a su propia madriguera y acabar con él dentro de su terreno.Me quito toda la ropa cuando entro a nuestra habit
Ian Moskav Doy la vuelta en la cama con ella encima de mi, saltando y gritando sin poder parar. La acomodo bajo mi cuerpo y sentir el peso de su mirada clavada en la mía se mete hasta el fondo de mi alma. Es todo lo que necesitaba para volver a ser un hombre completo. Estoy convencido de que se siente igual de pletórica que yo pero de mi cuenta corre que la tensión siga subiendo y las chispas avivándose.—Siempre tuyo, preciosa —me llevo sus labios a mis dientes —. Pase lo que pase soy tuyo como tú te sabes mía. Mi declaración es una redundancia que ella entiende y la hace sonreír. Un decreto, certificado, o una disposición de que ella se tiene que saber tan mía como yo me declaró suyo.—No te corras —suplica.No necesita decirlo. Sé como es que quiere y cuánto lo quiere. Ella sabe retrasar su placer tanto como puede, le gusta sentir y sentir... y ...sentir hasta que ya no podamos más y por Dios que he extrañado esto.—No me des órdenes que sabes, que son mi emblema —parafraseo en m
En medio de la madrugada me despierto y le siento besando mi vientre con tanta ternura que llego a temer que sea otro quien me acaricia.Ian es puro fuego, pasión, deseo...una posesión increíble y demasiado poderío pero sentirlo tierno y dulce hablando en susurro con nuestros hijos, es una curiosa y adorable cualidad que no sabía que podía tener.—Tu eres mi necesidad fisiologica, Nikky —farfulla cuando nota que he despertado.Yo sigo impresionada por su cambio de actitud y la delicadeza con que me habla. He querido lastimarlo desde el principio por haberme dejado sola, por hacerme sufrir y perseguir a Samuel sin descanso pero ahora, ahora solo quiero abrazarlo y aferrarme a él hasta que se me agote la vida.—Pues llevas semanas aguantandote y veo que has sobrevivido —no me resisto a ser sarcástica con él. —No lo he hecho, amor —su voz vuelve a ser tan frágil que arrugo la frente —.He estado en cada paso que has dado. Incluso tuve que ver en silencio como sacabas a Straits de la cárc
Adhila cruza las piernas y sonríe como si nada. Es un matiz que antes no le había visto.—¡Venga, Nikky que las dos sabemos que ya sabes que trabajo para tu marido! —puntualiza y alza las cejas —. Él ha dejado órdenes al servicio para que me dejen entrar. Te tiene muy protegida aquí.—En todas partes por lo visto —ironizo —. No sabes que mal me ha sentado saber que nuestra amistad no ha sido más que un trabajo para ti. Nunca confío en la gente por una razón y nuevamente compruebo lo acertada que estoy en eso.Le doy la espalda y me meto al vestidor a sacar un vestido de cóctel de manga larga para ir a visitar a mi suegro. Ya es hora de que se sepa que estoy en Moscú. Ella me sigue y se detiene en la puerta, sé que se le llenan los ojos de ver tanto derroche de dinero en ropa...las cosas de mi marido.—No es falsa nuestra amistad —susurra y le miro incrédula por encima del hombro —. En serio Nikky, hace mucho no tengo una amiga y tú lo has sido. Lo demás sí es parte de mi trabajo para
Cuando estoy lista bajo. El servicio de la casa me trata como si nunca hubiese salido de la mansión y tengo el presentimiento de que están muy bien enseñados por su jefe. Supongo que hay más personas de las que creía que saben que Ian nunca murió. Me jode que en algún momento lo hubiese creído, me revienta haber sufrido por él para que al final solo fuera parte de su estrategia, la cual todavía no entiendo pero saber que estamos poniendo todas las cartas en blanco, es una gran apuesta para nuestro destino. Ahora toca ver qué tan blancas pueden ser.—Hay algo que tengo que saber antes de pasar esta página, Adhila —apunto mientras salimos en coche hacia la casa de mis queridos suegros.—Soy todo oídos —sonríe divina como es ella y sube el cristal que nos separa del chófer.—Te estas acostando con él, ¿verdad?No me entenderé nunca pero siento que después de haberle quitado a Samuel un amor como el nuestro, tengo la obligación moral de darle algo igual o mejor. No quiero que se vuelva a