Acabados

No le demuestro miedo. No pienso hacerlo. Le sostengo la mirada y espero que esto le duela tanto como me duele a mi que me haya usado y hasta se haya follado a mi propia hermana.

Él, sin embargo, me empuja contra el avión, hurga en mi piel con su mano libre y me obliga a reprimir jadeos. No sé que busca...pero disfruto de como lo hace.

Se las apaña muy bien para manosear mi cuerpo y sin dejar de amenazarme brama su orden en mi oído...

—¡Abre las piernas!

Obedezco incapaz de resistirme y sus dedos examinan mi coño a conciencia. Pasean por los labios húmedos de mi centro y se me caen los ojos a punto de suplicar que me tome aquí mismo. Termina con ellos llenos de la humedad que mi cuerpo es incapaz de no crear por él y entonces saca la mano y se chupa las yemas frente a mi. Y luego mete esos mismos dedos a mi boca jadeante. Mi lengua saborea mi deseo y aleja su mano de mi antes de que esto se complique más.

—No estás recién follada y sí muy ávida de mi...—añade afirmando y quita el seg
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