Seis meses y medio después:
Mi bombón idiota: ¿Te estás portando bien, Malcriada?
Una sonrisa amplia se expande por mi rostro al recibir su mensaje. Estoy en un bar junto a Trice, Gael y Sarah. Ya no recuerdo por qué número de copa vamos, pero lo estoy pasando genial.
Yo: Siempre me porto bien, bombón. Estoy bebiendo con las chicas y bailando con desconocidos. Alguno que otro me ha pedido cita y como yo soy tan educada la he aceptado, pero nada de qué preocuparte.
Le doy a enviar y río de mi propio chiste. Sé que lo estoy provocando, pero no lo puedo evitar.
- ¿Ven ese pedazo de carne musculosa? – pregunta Sarah señalándonos a un hombre increíblemente apuesto sentado en la barra bebiendo junto a dos chicos más. – Les apuesto lo que quieran a que me lo tiro esta noche.
Todos saltamos en gritos y vítores ante su promesa.&
Quiero expresar un profundo agradecimiento a todas aquellas personas que han apostado por mí y que me han apoyado en todo momento.A mi familia, por ser siempre mi motor impulsor, a pesar de la lejanía saben que siempre estarán cerca dentro de mi corazón.A mi Mom, por ser madre y padre a la vez, te debo todo lo que soy. Gracias por apoyarme incluso cuando no estás de acuerdo con mis decisiones, por permitir que me caiga cada vez que me equivoque y por estar ahí para sostener mi mano mientras ayudas a levantarme.A Ale, por cuidarme y brindarme tus sabios consejos. Me has sido de mucha ayuda.A mi hermana, por apostar por mi sueño, aunque odies la lectura. Espero que mi libro sea el primero que lees de principio a fin.A Josue, porque sin ti nada de esto hubiese sido posible. Sin siquiera darte cuenta me inspiras a escribir. Has sido un gran fan y un excelente compañero. Gracias por creer en mí y ayudarme al pensar que escribir podría formar
Todos tenemos nuestros propios demonios internos: esos que nos hablan al oído y nos impulsan a hacer cosas estúpidas e indebidas; esos que nos persiguen allá donde vamos, arrastrándonos a su infierno, y por mucho que queramos salir de ahí, nos sentimos atrapados, sin salida.En mi caso, ese infierno es mi vida diaria y yo me he convertido en mi propio enemigo.Recojo mi pantalón del suelo junto al bóxer y me los coloco. Peino con la mano derecha mi cabello hacia atrás; mientras que, con la otra mano, arrojo el condón usado sobre el cuerpo femenino que reposa inconsciente en la cama de este lujoso hotel. Un cuerpo femenino con su rostro cubierto por sus rizos rebeldes, negros y largos. Son evidentes las marcas de mis dedos dejando una huella rosada sobre su blanca piel.No la conozco, ni me propongo conocerla. Es solo una de las tantas chicas que intentaron atrapar mi atención hace unas horas en un bar. No pretendo entablar ningún tipo de relación con ninguna
Kurt Vonnegut decía: ¨ Se aprende más acerca de la vida por los accidentes que nos ocurren, una y otra vez ¨; sin embargo, yo sigo cometiendo los mismos errores. Sigo estropeando todo a mi paso como un jodido tsunami.Todo ocurre en cuestión de segundos. Mis nudillos se ponen blancos alrededor del volante y mi cara impacta con la almohadilla flotante frente al asiento. Un fuerte dolor invade mi cabeza y me encuentro aturdido. La botella de whisky ahora está hecha pedazos con fragmentos de vidrio por doquier. Toco mi frente con mi mano derecha y veo sangre que brota de ella. No sé si proviene del golpe en la frente o de mi mano cortada, quizás sea de ambas.Me paralizo. Un nudo se instala en mi garganta. Silencio absoluto, solo escucho mi pulso en los oídos. Y una voz en mi interior que me grita: "Otra vez no, por favor"Pero, ¿qué ha pasado?Enfoco la vista al frente y lo que veo
Es curioso cómo puede cambiarnos la vida de un momento a otro. Hay caminos que parecen rectos y de repente todo se quiebra, aparecen grietas y se hace imposible seguir avanzando en esa dirección. Lo más malo de esas grietas es que es casi imposible lograr repararlas.Desde aquel fatídico día me convertí en una persona fría, calculadora, rebelde, inseguro y mi autoestima se fue a la mierda. Ese día comencé a odiarme a mí mismo, a detestar cada parte de mi cuerpo, a esperar a que todos durmieran para maldecirme una y otra vez en soledad, a compadecerme de mi mala suerte. A causa de esa desgracia, me convertí en esta porquería que soy hoy. Quizás esa sea el motivo de que hoy, precisamente hoy, el karma me haga volver a revivir todo aquello.Segundos, minutos u horas después, no sabría decir con exactitud cuánto tiempo me encuentro perdido en ese lugar oscuro en
Estoy varios minutos esperando a que alguien salga y me brinden información sobre el estado de la joven, pero eso no ocurre. No soporto la espera. Por eso quería estar ahí dentro. No saber lo que sucede es insoportable.Bajo la cabeza cerrando los ojos, hasta que siento a alguien a mi lado, que coloca una mano en mi cabello, acariciándolo cariñosamente. Levanto la vista para encontrarme unos ojos marrones preocupados. Es mi secretaria, Margot, una mujer de más de 50 años, con unas pocas canas salteadas en el nacimiento de su cabello negro. Me mira con pena, con compasión y sabe que no lo soporto. Esta mujer a mi lado me conoce. Comprende cómo me hace daño pasar por lo mismo nuevamente.Trae consigo una camisa blanca y me la coloca alrededor de los hombros. Había olvidado que estaba desnudo de cintura para arriba y descalzo. Ese era el menor de mis preocupaciones.Aparto la vista de sus
- ¿En coma? ¿Qué quiere decir con que le indujeron un coma? ¿Va a morir?- De momento no lo sabemos - me responde. - Sedamos a la paciente y pusimos su cerebro “a dormir” mientras monitoreamos su actividad. El objetivo es proteger al cerebro y darle tiempo al cuerpo recuperarse, ya que en este estado el órgano necesita menos sangre, oxígeno y glucosa.- ¿Y cuánto tiempo va a estar en coma?- Eso tampoco lo sabemos. El tiempo depende de la recuperación de la paciente. Te aseguro que la mejor medida es esta, no vamos a permitir que muera por hipertensión intracraneana. Puede estar así días, meses o años, al igual que un coma espontáneo, pero por supuesto, el menor tiempo posible, para así evitar complicaciones más graves.El corazón se me cayó a los pies. La dejé en estado vegetativo. Es incluso peor que la muerte.Días, meses o años. Repito en mi mente.- Te aseguro que haremos todo lo que esté en nuestras manos para que los daños sean
Tres semanas después:Miro la hora en la computadora de mi oficina donde estoy trabajando.Joder, el tiempo pasa volando. Paso mis manos por el rostro, estoy exhausto, demasiadas horas de trabajo. Termino de arreglar unos papeles que tengo sobre el escritorio y apago la computadora. Me acerco al mini bar de mi oficina y me sirvo un poco de whisky. Desde esta mañana no había vuelto a tomar. Ya extrañaba la sensación quemante en mi garganta. Me termino lo que queda en el pequeño vaso de cristal y vuelvo a llenarlo.Camino hasta la gran ventana de cristal de mi oficina y pierdo mi vista en la ciudad. Desde aquí todo se ve en miniatura: los autos, las personas deambulando por las calles. El hospital se encuentra en el centro de la ciudad, así que desde aquí puedo verlo todo perfectamente. Aunque a veces prefiero no ver nada más allá, que todo sea oscuridad y tranquilidad.Minutos
A veces me pregunto de dónde estas niñas sacan esas ideas siendo tan pequeñas. Alessa me está pidiendo un imposible. No se puede ir por la vida besando a desconocidas que están en un profundo sueño comatoso. Sería como aprovecharme de su estado.- ¿Que por qué no la besas? – vuelve a repetir la pregunta la enana. - En la película de La Bella Durmiente, ella despierta con el beso del príncipe. – me dice con expresión de que es obvio lo que dice. – Bésala, Lue – esta vez es una orden.Miro hacia la cama y luego a Alessa que espera una respuesta.- No la puedo besar, enana. Yo no soy príncipe y ella no puede decirnos si está de acuerdo con el beso o no.- Para mí sí que eres un príncipe - contraataca ella cruzándose de brazos.- Para mí también – reafirma Anna haciendo el mismo gesto que su hermana, pero sonriendo.- La Bella Durmiente es un cuento ficticio, no es real, enanas. Si fuese real, no hubiera enfermos en los hospitales en