No había habido ningún avance.
Ya hacía dos días que Priscila llevaba siendo casi un cuerpo inerte que apenas respiraba, sin moverse, solo acostada allí son respuesta. La única razón por la que Layan sabía que su loba estaba viva era por el hecho de que Nebraska era la que la mantenía en ese estado y había estado más renuente a despertarla después de saber que Liam estaba en su interior.
Jodido Liam. Por qué demonios se no acababa de quedar en su maldita tumba y los dejaba descansar tranquilos.
No pudo evitar gruñir sacando sus largos colmillos. A esa altura el estrés estaba acabando con él y el sueño no se hacía presente. Las ojeras adornaban debajo de sus ojos haciendo que el azul de sus ojos fuera más intenso y estos realmente le dolían del agotamiento. Pero en su cabeza había demasiadas cosas para pensar.
S
Hades desplazó su mano por el muslo de su loba hasta su tobillo el cual detuvo. Desde que habían llegado y sentado ella no había cesado el movimiento, el único indicio de que Estaba ansiosa. Y eso solo ocurría cuando involucraba a su familia y seres queridos.-Tranquila- Hades se acercó y le susurró.Ella lo miró por el rabillo del ojo más no dijo nada. Pero el alfa sabía que al menos con su toque y un poco de feromonas que estaban soltando en dirección a ella, la loba se había relajado… un poco.-Y bien- Layan estaba sofocado entre las cuatro paredes de su estudio, entre los problemas de la manada, sin un beta disponible temporalmente, la intriga que tenía Victore sobre su persona, la pareja que no paraba de quitarse las manos de encima y su loba en cama luchando por su vida. Como que… era mucho incluso cuando él era el lobo más fuerte en todos los kilómetros cuadrados.-Alfa, por favor- Victore le señaló la butaca junto a la pareja y frente a él-
Estaba frío, desolado, agonizante. Todo oscuro, todo negro no podía ver nada. No podía moverse, no podía respirar, no podía… se estaba quemando por dentro. Su cuerpo latía al punto de doler. Tenía que calmarlo, tenía que completar el enlace que la mantenía atrapada en un círculo vicioso y aparearse, eso era lo que dictaba su mente.Espera…Solo tenía que…Abrir sus ojos. Pero aun así no había nada, no había nadie.¿Dónde estaba? ¿Dónde estaban sus padres?¿Dónde estaba su lobo?***-Espera, espera- la voz de Layan se alzó descontrolada- ¿Qué demonios acabas de decir?- ahora si se estaba volviendo loco.Victore sudaba hasta donde ya no se podía. Estar rodeado de dos alfas y una reina que si no medía sus palabras le saltarían arriba sin dudas se estaba volviendo duro. Pero a la altura que estaba ya no había otra opción.-Como escuchó alfa. La princesa fue la que despertó nuevamente el lobo dentro de usted-Otra ve
Nadie se movió dentro ni fuera de la habitación. Solo eran espectadores sufriendo los cambios bruscos de temperatura, de la loba que caminaba con paso seguro hacia el único lobo de cabellos rojos. Layan tampoco se movió. Su cuerpo pesaba, se sentía embelesado y asombrado.La imagen de Priscila delante de él era cautivadora, hermosa, admirable y todos los adjetivos que pudiera ponerle. Las feromonas de ella eran dulces y eran para él, se envolvían a su alrededor atrayéndolo para ponerse a sus pies, y él estaba cediendo.Su pecho latió, ha así se sentía estar enamorado de alguien. Que no importaba si la piel de la loba estaba surcada de feas líneas negras, que pareciera terrorífica para los demás. Para él era el ser más perfecto sobre la faz de la tierra. Suya.-Mía- murmuró con voz grave extendiendo la mano como en trance cuando ella se acercó.Priscila puso su mano sobre la de él y se dejó arrastrar hasta el pecho duro que subía y bajaba rápido po
La primera vez que Layan había visto a Nebraska solo había una palabra para describir su emoción.Impresionante.Él era un lobo que no se asombraba fácilmente con las cosas de la vida. Había vivido más de 700 años, pasado por una gran guerra, perdido a casi toda su familia asesinada delante de él, viendo a su hermana sumida en la locura, convertirse en el jefe del Consejo; por lo que a esa altura no se imaginó que algo interesante pasara en su vida. Incluso había pensado en los cachorros dada su edad, más ya también había perdido el interés. Las lobas las veía demasiado comunes para alguien como él que había sido bendecido con demasiado poder.Pero cuando había visto a Nebraska algo dentro de él se removió por lo que además de necesitar su poder ansió algo más en el fondo de él. Solo no se
Layan era un lobo que muchos nunca sabían cómo tomarlo. Algunos pensaban que era muy cruel, otros que era desconsiderado, otros un prepotente por el lugar que tenía entre todas las manadas, otros que era un lobo valiente, o un ejemplo a seguir. Pero la verdad muy pocos habían visto realmente quien era él. Además de tenerle miedo por todo el poder que poseía y que muchas veces hacía gala de él.En el fondo y aunque muchos pensaban que no, para él las personas que le eran importantes estaban en primer lugar. Podía ser amable cuando lo quería, muy cariñoso, empalagoso si se lo proponía, así mismo como frío, o hasta distante. Era alguien con un humor muy variable en la realidad, aunque con aquellos que quería intentaba ser lo más agradable posible. Y si esta persona era a quien amaba hasta daría su vida y la mimaría hasta hastiarse. Como había planificado hacer con Priscila.Después de haberla tratado duramente al inicio se había propuesto ser ahora todo un caballero con ell
Los gemidos salían de la boca de Priscila apenas cubierta por su mano. La estimulación de su cuerpo, más las feromonas, más el celo no la dejaba pensar. Cada zona done Layan tocaba, donde lamía, donde mordía era como si fuera una fibra nerviosa y eso hasta cierto punto la asustaba, pero estaba tan inmersa en el placer y en la necesidad de ser llenada que apenas podía percatarse de eso.Dos lágrimas corrieron por sus ojos y pronto fueron lamidas del costado de estos. Layan se alzó sobre ella soltando uno de sus pezones y le besó la frente.-¿Por qué llora tan temprano mi loba?- él le volvió a morder la punta de la nariz y dejó un beso tierno en sus labios- Todavía no hemos entrado en la mejor parte- le sonrió en consuelo.Priscila apenas podía pensar como para responderle aquello solo le correspondió el beso. Layan se separó después de dejarla agitada para desplazarse a sus pechos donde había dejado varias marcas de mordidas y besos. Los pezones los había deja
El plan inicial era que él haría su loba volverse loca y follarla hasta que ella perdiera la cabeza por completo, no que ella le estuviera haciendo perder la cabeza a él. Layan tenía cada músculo de su cuerpo tenso y se marcaban en sus brazos y pechos las venas, su erección palpitaba tan dolorosa que juraba que estaba de un peligroso rojo y más grande que lo que él la recordaba, y la maldita de su loba solo seguía jugando con él. Llevándolo a la puerta de la locura para no dejarlo cruzar.Los ojos de Layan picaban y sentía como el lobo dentro de él quería tomar el control y acabar con la loba debajo de él y enterrado hasta la base enseñarle quien mandaba. Pero no, esa noche Priscila era de él, solamente de él y no dejaría que nadie arruinara eso. Por lo que enrolló su brazo alrededor de la estrecha cintura de la loba presionándola
Layan ya no podía más, quería que su pareja se moviera, que supiera que era el verdadero placer mas no se movió.-Pris- la llamó con cariño usando el diminutivo de su nombre.Ella dejó caer su cabeza hacia un lado y lo miró. Su rostro se notaba tranquilo, aunque un notable sonrojo mostraba que ella también estaba casi al borde de la locura.-Muévete amor- Layan le sonrió acariciando la cadera de ella- Yo te ayudo- sus manos se envolvieron a cada lado de su cintura.Priscila puso sus manos sobre el abdomen de él como soporte. Ya no sentía dolor, pero no estaba acostumbrada a tener algo tan profundo dentro de ella y era incómodo y extraño. Era como sentirse llena, pero a la vez picando y que no cesara la sensación. Y dejándose guiar por las manos de Layan se dejó levantar un poco y se estremeció ante aquello grueso que sal&iac