Salvando a su hija

 -¿Nebraska?- Hades no podía creer que su esposa estuviera allí- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo nos encontraste?- estaba aturdido. Ellos habían tardado horas en encontrar el ligar donde estaba Priscila encerrada y ella había llegado… tan fácilmente.

La loba lo miró por encima del hombro. Sus ojos violáceos tenían todo menos ese color. Estaban completamente dorados y ausentes de iris. Y por el ceño buen fruncido, ambos alfas supieron que la loba no estaba molesta, lo que le seguía.

-Priscila es mi hija, crees que no la encontraría- su tono era áspero y aunque no fue nada agradable escucharla, Hades se tragó un gruñido. Su loba estaba en un estado que era mejor no provocarla o hasta él mismo tendría consecuencias.

Layan sintió la atmósfera densa entre la pareja pero no se metió. Nebraska

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