—Puedo olerte —escuchó desde dentro, a modo que sonrió para sí misma—. Pasa, está abierto.
—Buenos días, Jose —dijo ella, entrando con mucha naturalidad.
—Tú olor siempre es muy fuerte por las mañanas —se quejó él, con el torso descubierto y tallándose la nuca con suavidad.
—Lo lamento, son las pesadillas —aseguró, encendiéndole la luz que no le molestaba y buscando entonces servirse un vaso con agua fría—. Inclusive sudé —dijo levantando las cejas, a lo que él bostezó estirándose.
—Es como si fueras mitad humana, debe ser una secuela de tu mala alimentación —lo dijo casi para sí mismo—. La organización te brinda sangre humana, sin embargo tú…
—No seré como ellos —respondió inmediatamente—. Soy lo suficientemente fuerte sin tener que beber de humanos, no me importa. Puedo sobrevivir con esto, como sea, deberíamos despertar a Xander.
—El sacerdote no necesita eso —dijo él, tomando un cigarrillo de su mesa de noche y encendiéndolo con un chasquido—. Mnh… Yuki, no podrás alcanzarlos si sigues así.
—Ah, sí que puedo —contestó ella, yendo a quitarle el cigarrillo de las manos y poniéndolo en sus propios labios—. Después de todo, soy una Draculina —el rubio la miró con seriedad, mientras ella dejaba escapar el humo de sus pulmones—. Esto te matará.
—No eres ninguna Draculina, no eres su mujer —espetó él, a lo que ella sonrió divertida ante sus palabras—. Como sea. ¿Qué deberíamos hacer?
—Gabriela tiene algo para nosotros.
—¿Hn? —él la miró confuso—. ¿Te ha llamado? —pero ella negó con la cabeza, a lo que él abrió un poco los ojos—. Ya veo… se está acelerando. Inclusive sin la sangre de humanos.
—Apresúrate y vístete —dijo ella, consumiendo el cigarrillo.
Tras aquellas palabras el muchacho se vistió inmediatamente. Ambos salieron listos de la habitación mientras andaban de camino al segmento dedicado a los humanos, donde Xander esperaba por ellos pacientemente. Ambos se detuvieron al verlo, con sus rostros sorprendidos e incrédulos, a lo que él les miró de vuelta.
—Venga, no es tan raro que yo esté aquí antes…
—¡Es completamente imposible! —exclamaron al unísono, ante lo cual él sonrió con bastante gracia, haciéndoles un gesto para que lo siguieran.
—¡Gabriela! —llamó él a la puerta, abriéndola sin más preámbulo—. Buenas.
—Toca la puerta antes de entrar, Xander—bufó la mujer, con una botella de sake a su costado desde tan temprano—. Puedo ver que van mejorando. Ni siquiera tuve que llamarlos, ¿lo predijiste, Xander?
—Algo así, pero Yuki vino por sí misma con Jose.
—Ya veo —empezó la mujer, volviéndose hacia ellos antes de suspirar—. Está avanzando más pronto de lo que creí —sonaba a queja, mientras ella cerraba el libro que estaba en sus manos—. Yuki, he escuchado que las pesadillas continúan. Infórmame.
—No hay nada nuevo —empezó ella—. Todos los síntomas apuntan a que se acerca el momento, maestra. Pero es usted quien tiene información al respecto, diferente a los sacerdotes o los oráculos no puedo tener una pista del futuro excepto por el predestinado.
—Ciertamente —dijo ella de forma intranquila—. Prometí que este caso en específico sería para ustedes, pero tendré que darles apoyo si las cosas se ponen serias. Es un hecho que tenemos avistamientos del sacerdote oscuro que está protegiendo al Drácula, pero aún no hemos tenido información certera de él. Sin embargo algunos de sus vampiritos han estado perturbando los pueblos llevándose a mujeres jóvenes, pero dudamos que sean para él.
—Un Drácula solo crea una Draculina, se limita a una sola —comentó Xander, mientras observaba silenciosamente a Yuki—. ¿Para qué las querrá?
—No es él —respondió Jose en su lugar—. A él no le interesan las mujeres, después de todo… deben ser sus súbditos —se talló la nuca—. Si es así, entonces él no debería estar ahí, pero sigue siendo un problema.
—Es raro escucharte hablar con sensatez — se burlóYuki—. Rebela tus sentimientos.
—Tsk —soltó él, antes de sonreír y ver a la rubia ante ellos—. Vieja… ¡Deja que vayamos a atraparlos, obtendremos información! —se emocionó por completo.
—Sabía que dirías eso —se quejó ella—. Pero me temo que ya envié a dos sacerdotes y dos Hércules a encargarse de ello —la expresión de Jose se agravó de inmediato—. No me mires así, muchacho. Incluso si quisiera, ellos tienen a un sacerdote extremadamente poderoso… uno de los tres grandes que podría derrotarme, aunque batallara. No puedo poner a Yuki en riesgo, menos si las cosas van de esta forma. Ella está creciendo como Draculina.
—¡Yuki no es su Draculina! —gritó él, molesto—. ¡Dejen ya de llamarla de esa forma! ¡Ella no es su mujer!
—Para tu carro ahí, Jose —interrumpió la aludida, dejándolos en silencio pese a la tranquilidad que todos habían mantenido hasta ahora—. Comprendo la situación, maestra. Me abstendré de ponerme en peligro innecesario.
—Aplaudo tu comprensión, Yuki —contestó ella—, pero sí les tengo una misión para esta noche: después de que los Hércules limpien el área del peligro deberán ir allá. Él no está ahí, no se expondría de esa manera, pero ellos no podrán en totalidad con los vampiros menores. Te pediré que limpies el área y aproveches para alimentarte. No podemos permitir que te atrapen en un mal estado.
—Como usted diga, maestra.
—Xander, Jose: Su misión es la de siempre. Bríndenle apoyo y no permitan que caiga en manos enemigas. Viajarán allá después del almuerzo. Prepárense.
—¡Sí, señora! —emitieron los tres al ritmo, antes de retirarse.
—Shizune.
—Lady Gabriela —contestó una castaña, quien se había mantenido al margen en el interior de la habitación todo ese tiempo.
—Que no te noten. No puedo permitirme un error de cálculo.
—"Si un Drácula crea a una Draculina es para crear una nueva generación, más poderosa que la anterior" —recitó ella en voz alta—Yuki Hax fue traicionada por el vampiro que trabajaba como su compañero ocultando ser un Drácula y la convirtió en su Draculina aprovechándose del amor que ella sentía por él. ¿Teme que ella lo siga amando?
—No le temo al amor, Shizune —empezó ella, mientras daba un trago a su sake, tomándose unos segundos para digerirlo—. Le temo a su odio. Lo peor que puede pasar del amor es que exista un nuevo Drácula.
—Pero en estos tiempos, un nuevo Drácula sería…
—Tampoco cometeré semejante error —espetó ella—. Un hijo de Drácula no despierta hasta que la sangre combinada de sus progenitores lo obligan a hacerlo, además ningún embarazo de ninguna especie depende de un encuentro. Pero una lucha entre un Drácula y una Draculina podría afectar más al balance que cualquier cosa… no se ha contado jamás una historia así, porque no ha existido. Vamos a prevenirlo.
—Lady Gabriela…
—¡Shizune! —ella reaccionó a su voz alta—. ¡Asegúrate de proteger a Yuki Hax y evita mostrar tu presencia mientras no sea necesaria! Es una orden.
—Sí, Lady Gabriela
XXX
“Las historias de vampiros siempre fueron cuentos de terror. Los seres sobrenaturales no abarcan mucho más que el mundo ficticio de la mayoría de los humanos, que son inconscientes de su existencia real en el mundo, porque no conocen las profundidades de la oscuridad como muchos otros. Esto es porque existen organizaciones que procuran el equilibrio y la supervivencia del ser humano en cuanto a estas razas que podrían fácilmente desaparecerlos de la faz de la tierra. Pero nadie, aún, comprende las bases de su oscura existencia y mucho menos el por qué estos seres son tan agresivos.
Pero así son los seres humanos. Les aterroriza cualquier aspecto que amenace su existencia sin importar que esta sea la cadena alimenticia, la supervivencia del más fuerte: la realidad del mundo animal al que creen que no pertenecen. Y ellos se defienden de esos "monstruos", arrinconándolos hacia la extinción. Hay más de un Drácula y Draculina en el mundo, pero no todos son iguales. Ellos temen al poder mas grande. Ellos temen a la divinidad”
—Es chistoso —fue el monólogo de una bestia. De un aquél que sería considerado un monstruo por su naturaleza inhumana—, que ellos adoren a estas formas divinas, pero quieran asesinar a la representación más cercana que existe de su Dios.
—Los humanos tienen una perspectiva demasiado pura de lo que ser un ser divino representa —decia un vasallo que se creía la gran cosa y hablaba de más—. Son soñadores que creen en la luz más que en la oscuridad.
—No existen semejantes diferencias —antepuso la divinidad—. No es que yo sea malo o que sea bueno. He dicho que no existen semejantes diferencias —reafirmó—. Es instinto animal. Todos somos animales en este mundo después de todo, Oroqui.
—Por supuesto que lo somos, solo hay que recordárselo a la humanidad.
—¿Y has decidido tomar la responsabilidad volviéndome más poderoso? —su tono incrédulo se evidenciaba—. No creo en ti. Sé que en cualquier momento me morderás y me inyectarás tu veneno, pero es natural. Es lo que una serpiente hace.
—Agradeceré tu honesta comprensión.
—No será necesario —sus ojos rojizos destacaron entre la oscuridad, mirándole de pies a cabeza—. Te mataré en el acto —pero sus palabras solo provocaron una sonrisa retorcida en el sacerdote oscuro que le había estado apoyando.
—Será una batalla excitante.
—No te emociones tanto, me enfermas —sus palabras eran rudas y frías—. Cuando el momento llegue, puedo asegurarlo, será una masacre unilateral. Te mantendré vivo para que sufras la agonía y comprendas lo que has hecho.
—Suena maravilloso, mi Drácula. Pero, ¿qué planea hacer con la Draculina?
—¿Hn? —él había atrapado un poco su atención, haciendo que de ignorarlo sus ojos volviesen a mirarlo—. ¿Yuki?
—Así es. ¿No sería su exterminio inmediato lo más pertinente? Está acabando con la población vampírica inclusive si ella es uno de ellos ahora. Es imperdonable, ¿cómo podríamos pasarlo por alto?
—En eso te equivocas. Matarla sería lo más impertinente que podrías hacer. Después de todo soy yo quien la ha vuelto así. Ella demuestra perfectamente la fuerza del orden de la cadena alimenticia: una reina puede consumir lo que sea y acabar con los más débiles de la especie es la forma más rápida de fortalecerla. Incluso si no son sus intenciones.
—Incluso si es así, podemos limpiar la raza nosotros mismos… además, una vez ella haya muerto podría crear una nueva Draculina.
—¡Basta de tus impertinencias! —su voz resonó en la oscuridad—. ¿No comprendes nada? ¡Quiero verla hacerlo! Enloquecer por las pérdidas, venir a mí y utilizarla a mi antojo. Tendrá a la nueva generación en su vientre y no podrá vivir con ello mientras los vea destruir a sus adorados humanos. Será mi más entretenida batalla y más gloriosa victoria. La Draculina indomable no podrá contra mí. Así que fortalécela para mí. Si de verdad quieres ver un mañana lleno de oscuridad bajo mi reinado, hazla más poderosa para mí y no te atrevas a matarla, ¿te ha quedado claro?
—Me es claro hasta cierto punto, pero cumpliré tus deseos. Solo porque será divertido de ver, eso es todo.
—Eres repugnante, hacer esto por diversión.
—Pero si es exacto lo que haces con esa Draculina —contestó él, con una enorme sonrisa—. Solo quieres torturarla por diversión, pues así eres tú… ¿No es así, Drui?
XXX
Punto de vista de Yuki.
La oscuridad de la noche nunca se había comparado con la de sus ojos. Ni una noche sin luna y sin estrellas había llegado tan lejos en la existencia del cielo, mientras que ella siempre vivió en la incertidumbre por saber a qué se debía aquello. Esa intensidad de las tinieblas no era algo que se viera todos los días y mucho menos cualquier vampiro la tenía. Él era un caso especial, pues era un macho alfa que había quedado sin clan muchísimos años atrás y, sin embargo, seguía siendo así como él era: un líder por naturaleza.
Se lo preguntó a sí misma en silencio todo ese tiempo. ¿Por qué su maestra mantenía a semejante potencial refundido en un equipo como solo un pequeño eslabón de la cadena? Era tremendamente fuerte, como Jose y como Xander lo eran, pero él estaba a un nivel psicológico que no se podía comprender. Y ella siempre sintió esta abrumante sensación de inevitable atracción que, se aseguró a sí misma, no podía deberse a su poder de carisma.
“¿Eres tonta? Ten cuidado con eso, que puedes cortarte en cualquier momento”
Aquella voz aterciopelada siempre le puso los nervios de punta, incluso cuando lo escuchaba en su mente. Si se comunicaban por cualquier medio, igual seguía siendo irresistible y mira que las pruebas decían que el carisma solo se transmitía en vivo. Ella sabía que no era eso en absoluto, entonces, ¿qué demonios tenía él? Se había consumido las uñas de ansiedad cuando no lo había visto o escuchado por un par de días. Había aguardado por el más mínimo avistamiento de su presencia, pero siempre fue sutil. Porque estaba prohibido que alguien se enamorara de él, estaba prohibido por él mismo, después de todo.
“Ciertamente, Yuki… tú eres brillante”
Y de alguna forma, las cosas terminaron saliendo como lo hicieron. Ella no tuvo que decir una sola palabra al respecto y ambos se dieron cuenta pero igual ambos lo mantuvieron en secreto, pues no querían ser separados de ninguna manera. O al menos eso era lo que ella creía o quería creer en el fondo de su torpe y romántico corazón. Ella era mujer después de todo, pero había cometido un enorme error. ¿Por qué no había sido Jose?
“Lo lamento, Yuki. Ya hemos llegado demasiado lejos para detenernos”
Jamás se había sentido tan débil. Nunca en toda su vida había estado al hilo de la muerte como esa noche y las imágenes jamás se borrarían de su mente. Incluso en ese estado había derramado lágrimas de tristeza en lugar de dolor o miedo. El aire había abandonado sus pulmones y sintió cómo se estaba desangrando, mientras no podía hacer nada pues la herida en su tórax le había producido un shock a todo su cuerpo. Y tampoco pudo negarse al beso venenoso que ese hombre le dio, dejando que en su garganta entrara la ambrosía de un demonio, su misma y propia esencia, el veneno que ardería en sus entrañas.
Jose estaba ansioso. Se mordía el labio inferior y jugaba frenéticamente con sus dedos. Habían subido al avión militar apenas terminaron de comer y Xander obligó a Yuki a dormir pues Draculina o no, en su estado la falta de sueño diurno la afectaría y tenían que evitarse problemas de ese ámbito. Pero aquello solo ponía al chico mucho más exasperado, mientras Xander leía y le veía de soslayo encontrándose con sus ojos celestes de vez en cuando para que los propios grises le dijeran que se tranquilizara, pues no podían despertarla aún. Y ella ni siquiera se movía en su sueño, ni hacía gestos. ¡Pero cómo olía! Tan solo pasaron un par de minutos para cuando hubieron terminado con su pelea y ella se había limpiado sutilmente los restos que evidenciaban sus acciones. Sus ojos pasaban del color rojizo brillante al verde radiactivo y después a su verde jade natural. A ella no le fascinaba el cambio de matices, pero no podía hacer absolutamente nada al respecto, luego de bajar lo suficiente la guardia los aplausos no se hicieron esperar.—¡Tu equipo siempre es algo digno de ver, Xander! —exclamó él, captando la atención de los tres al mismo tiempo—. Están en el clímax de su juventud.4
XXXFlash Back Yuki hojeaba los libros de medicina con una tranquilidad alegre. Ella siempre fue muy estudiosa y todos lo sabían. Los sacerdotes que se centraban en la salud física y mental eran pocos y sin embargo habían tomado fama gracias a los avances que Gloria había hecho en esa rama. Gloria tenía una sola estudiante que había suplicado por sus enseñanzas y era su orgullo pues Yuki tenía un potencial increíb
La oscuridad se hizo pedazos con la turbulencia, pero ella sabía que esa oscuridad siempre estaría aguardando por ella en su interior. Los gritos de Jose se escuchaban a la distancia, como si estuviese tmuy lejos y buscándola. Sintió cada brusco movimiento y le tomó unos segundos lograr despertar, con él tomándola por los hombros y llamando su nombre desesperadamente.¿Eh? ¿Qué hacía él en su habitación? Apenas había despegado los párpados para notar la puerta abierta, por la que entraba la luz del pasillo y lograr percibir que no era el único que estaba ahí observándola con p
—¡Yo me entregué a él sabiendo que esto podía suceder! —la fuerte voz de Yuki hizo eco en la habitación—. Abre tus ojos, maldita sea… yo permití que esto pasara, yo me permití a mí misma enamorarme de él, si no lo hubiese amado esto no hubiese sucedido, deja ya de poner excusas a mis errores —la situación no era mejorable en ningún sentido, todo indicaba a que la discusión no sería fácil de sobrellevar—. Soy la peor amenaza que todos en la organización han enfrentado en mucho tiempo.—Pero también eres nuestra carta de triunfo —Yuki levant&oac
Oroqui era un hombre de armas tomar. Era peligroso y había sido un miembro valioso de la organización en su juventud, pero su camino se tiñó de rojo en el pasado y escapó siendo considerado uno de los más grandes traidores en la historia de la organización. Un sacerdote poderoso con lazos a la muerte. En el pasado fue considerado un prodigio, pero él mismo arruinó todo después de ciertos incidentes, así que no volvió a ser igual.Siempre un hombre de oscuridad, pues sus técnicas se basaban en ellas, pero tom&oacu
Xander había perdido a sus padres siendo aún muy niño. Su madre murió cuando él estaba en sus seis años y su padre falleció en un frente de batalla cuando él tenía doce años de edad. Xander terminó yendo al templo que su madre frecuentaba y pidió a los sacerdotes y monjes que cuidaran de él, que él ayudaría en lo necesario. Fue así como él terminó por convertirse en un asombroso sacerdote con la capacidad para manejar los cuatro elementos y también algunas técnicas de sellado. Él fue reconocido pronto y llamado a la organización para formar parte de esta, donde decidió quedarse para proteger al mundo. —¿Hostil? —contestó un segundo hombre, no demasiado alto, pero con unas cuantas extremidades extra que le hacían resaltar—. ¿Pero que se creen estos?—Solo estamos aquí para transmitir un mensaje —interrumpió un hombre robusto, de cabellera anaranjada—. Lord Oroqui tiene peculiar interés en los deseos de un Drácula. Así que estamos dispuestos a cumplirlos.—Eso significa —el ojo oculto de Xander se mostraba ahora, con una naturaleza dis10