56Maximiliano acechaba en las sombras como un acosador, quería verla, pero estaba cansado de los gritos y las peleas. Solo quería… verla.¿Estaba bien lo que hacía?Por supuesto que no, pero lo que no se sabe no hace daño.Luego de salir de la casa de la “prometida” solo quería saber de Julieta, pero ella no estaba en casa y por las alertas en su teléfono y las noticias, había salido con Callum.Esperó de manera paciente a que ella le diera comida a una bola de pelos oscura que se había que no sabe de donde salió, luego se fue a dormir, esperó al menos hora y media con el gato entre sus piernas, distraídamente Max le hacia cariñito detrás de las orejas y el gato ronroneaba, esperó más de lo debido para estar seguro de que estaba bien dormida y fue a su habitación.¿Debió
57Maximiliano se fue muy temprano de la casa de Julieta, apagó la alarma de ella antes de que despertara y la dejo descansar más tiempo, llegó directo al hospital para hacerse los exámenes que la doctora Thorne le había pedido y en eso pasó toda la mañana.—Le llamaré cuando los resultados estén listos y depende de cómo esté comenzamos con el tratamiento —le comenta la doctora a Max antes de que esté se fuera.Llegó a la oficina ya de tarde y cuando venía llegando escuchó a Isabel hablando con alguien y supo… solo supo que era su Julieta.Así que como buen bruto idiota. Le quita el teléfono a su nueva asistente y Julieta no siquiera le habló.—¡Maldición! —maldice Max, al escuchar el tono cortado de la llamada— ¿Por qué te llamó? ¿Qué te dijo? Max acribillaba a Isabel a preguntas para que le contestara de una vez de forma brusca.—Yo… escuche… mejor vamos a la oficina, todos están mirándolo —le susurra Isabel en voz baja, traga grueso y se le queda mirando hasta que Max parece
58*Flashback*Hace tres meses y medio atrás.—Señor Hawks, me temo que tengo malas noticias —la doctora Thorne dice, luego de unos minutos de revisar unos exámenes— hay que hacerle mas exámenes exhaustivos, puede que el cáncer este de vuelta.Maximiliano se hacía estos exámenes todos los años como forma de rutina, una vez pasó a ser adulto cambio de médico, pero los exámenes siempre estuvieron año tras año. Era algo que había que hacer de por vida y no le molestaba, pero escuchar esa noticia lo dejo sin aliento.¿Qué procedía? Semanas enteras metido en un hospital ¿y si no funcionaba está vez?¿Qué tanta suerte puedo tener está vez?Se mete la mano en el bolsillo y toca el anillo que tenía para Julieta, había querido esperar a que terminara el contrato para estar libre de cualquier documento y confesarle que quiere casarse con ella. Julieta siempre fue paciente, fiel y hermosa con él. Nadie lo toleraba excepto ella. ¿Cómo no enamorarse de esa mujer?—Señor Hawks ¿Me oye? —ha
59Julieta se queda sorprendida, nunca pensó que Max le saldría con algo así.—Mi solución es alejarme de ti, Max, no soy una cosa ¿Sabes? —le habla Julieta agarrando fuerte el nudo de su toalla— soy una persona, que siente y que padece y, justo ahora te quiero lejos de mi vida. Eres tú quien empeora todo.Las lágrimas querían escapar de los ojos de Julieta y Maximiliano lo nota, era mejor visitarla mientras dormía.—Solo quiero que entiendas —Max intenta llegar a ella de nuevo y ella se aleja está vez, lo que le causa un profundo dolor.“¿Cómo le hago entender sin decirle la verdad del todo?” piensa Max.Solo quiere estar con ella el tiempo que le quede, si por algún milagro se salva puede divorciarse de esa loca y casarse con ella. Pero le parece más cruel casarse con ella y dejarla sola poco después.—Esto es un error, estamos comprometidos… tú vas a casarte, Max —Julieta le hace el favor de recordar.—Liliane es… —Max no encontraba las palabras y sus hombros se desplomaron sintién
60Una vez en el centro comercial se dedicaron a buscar un vestido hermoso para Isabel, ambas pasaron el resto y hablaron de cosas seguras para Julieta, en donde ella se sentía cómoda.—Ya me he probado unos veinte vestidos en 4 tiendas diferentes y ninguno me gusta —se queja Isabel resoplando.—Es que ninguno es el correcto —Julieta sacude la cabeza.En ese momento Tomás llama a Julieta.—Hola, cari ¿Ya encontraron vestido? —pregunta Tomás. Ya sabía de los planes de las chicas.—Hola, hermoso y no —Julieta hizo un mohín con sus labios a pesar de que Tomás no podía verla.Isabel la observaba desde lejos con gracia.—Bueno, les reservé cita en el spa y es en media hora —le comenta Tomás contento con su sorpresa— en cuanto a Isabel, tal vez pueda ponerse un vestido de mi cole
61 Las cuatro mujeres estaban asombradas de que alguien las tratara de esa manera, fuera donde fuera ellas eran tratadas como de la realeza solo por el apellido que tenían, a pesar se que los Williams no eran tan pudientes como los Hawks eran tratados casi de la misma manera.¿Cómo es que ahora no sucedía?¿Por qué no la trataban con respeto?¿Por qué por encima de Julieta y esa otra niña?—Pero… no sabe acaso usted quienes somos ¿verdad? —ríe Margaret nerviosamente.—Sabemos quién es —cuchichea una de las empleadas.—Una de ellas fue acusada de maltrato, pobre chica vi los vídeos —dijo otra.Los videos de los constantes maltratos de Brigitte Hawks hacia Julieta se filtraron en la web y ahora estaban en todos lados. Todos compadecían a la pobre empleada, mientras Brigitte era tildada de narcisista y cruel.No era lo que tenía pensado Margaret al venir a relajarse en el spa Xclusive, siempre que podían venían, no era mentira lo que
62 Una vez terminaron su tratamiento en el spa Xclusive, de Victoria esperaban a Tomás, pero este no llegó solo. Callum lo acompañaba con una sonrisa cómplice, los ojos del prometido de Julieta brillaron cuando vio a Isabel… su mirada también fue a Julieta, ambas estaban hermosas. —Quedaron aún más hermosas, chicas —dijo Callum, besando la mejilla de Julieta y luego a Isabel, oliendo en el proceso su fragancia frutal y quedándose maravillado. “¿Qué clase de perfume era ese? ¿Era algo especial?” Se queda pensando un poco más de tiempo normal. —Lo invite… no pienso pasar esta tortura solo —dice Tomás, y hace una mueca refiriéndose a la pizza. Tomás era un hombre que amaba la comida sana y no tanto las procesadas, pero Julieta siempre lo empujaba a comer ese tipo de cosas. —¡Vamos! Aquí cerca hay un lugar italiano que venden verdaderas pizzas —Julieta hace un mohín— es delicioso, ya verán ustedes tres. Se harán adictos —los señala. —Solo porque eres tú —le señala Tomás. —Y
63Julieta no puede ni pensar en un embarazo y menos ahora, ella… ella… ella se cuida. Nunca falta a sus pastillas, es muy responsable, aún se las está tomando.—Bueno, lo tuve… pero no vivió —Isabel traga grueso, era un tema delicado para ella— ¿Estás bien? —pregunta Isabel, haciendo que Julieta se centre en sus palabras.—Eeh… sí, bien —habla fingiendo lo mejor que puede— la-lamento mucho tú pérdida… y yo aquí, preguntando, lo siento.—No pasa nada, paso hace mucho… Estás un poco pálida, no… será que… —Isabel titubea un poco, no sabe cómo decirlo.—¡No, claro que no! —Julieta de ríe de manera forzosa— yo tomo la píldora desde los dieciséis, mi ciclo no es muy regular y siempre las tomo. Yo… es imposible.Julieta trata de convencerse y no entrar en pánico.—Te creo —Isabel le contesta, levanta las manos en señal de paz.Isabel piensa que tal vez trata de convencerla a ella o así misma, sea cual sea no piensa juzgarla, la vida misma le ha enseñado que no se debe juzgar a nadie