19 Julieta no quería seguir con un hombre que no la valoraba, lo amaba y durante tres años se hizo de la vista gorda en nombre de ese amor, pero ya estaba cansada. Ya no podía más. Él no la amaba y era hora de aceptarlo. —Te pedí una sola cosa y al parecer es lo único que no puedes darme —dijo Julieta mirando sus ojos azules con determinación— se acabó, no puedo seguir así, Maximiliano Hawks. —¡Esto no se acaba hasta que yo lo diga! —su voz saliendo baja y peligrosa. Maximiliano estaba tratando de controlar su creciente pánico, no quiere que ella se vaya. La necesita. —No —respondió con odio en su voz y lo vio de manera apática— ya no quiero estar contigo. “No me amas y ya lo acepté” quiso decirle. Maximiliano la suelta como si quemará, odiando que se comporte de esa manera. —Las cosas han cambiado, en dos años me divorciaré y volveremos a estar como siempre —dijo Max, su pecho subiendo y baja coincidiendo en el ritmo que marcaba su respiración rápida— has espe
20El departamento de recursos humanos no era muy visitado y todos sus empleados directos le temían, Rachel Riker era joven, pero manejaba su departamento con puño de acero. Lo que le gustó a Maximiliano y la hizo jefa en poco tiempo, al presidente Hawks no le importaba tu género, sino que supieras trabajar con nada menos que perfección y Rachel Riker era uno de ellos.—Ayer te pase mi carta de renuncia. Pero no recibí respuesta alguna o por lo menos la respuesta de que ya están buscando alguien para mi vacante —Julieta fue directa al grano, obviando su comentario de deidades— debemos hacer las entrevistas lo más pronto posible y elegir mi reemplazo para entrenarla.Rachel se le quedó viendo atentamente de manera pensativa, se recuesta en su silla sin quitarle los ojos de encima a la hermosa mujer que tenía delante de ella, como un puma con su presa. Julieta se estaba empezando a poner nerviosa, pero empujó eso hasta el fondo.—Ayer llamé directamente al presidente Hawks, me dijo que s
21Julieta respiraba de manera irregular, su corazón latía salvajemente en su pecho, ambos estaban tan cerca que podían sentir el aliento del otro y eso solo la hacía ponerse cachonda, su cuerpo siempre reaccionando a él. Lo que solo hacía que se molestará el doble.—Sé todo sobre ti, Julieta —responde Max sin tapujos y con mucha seguridad— pero ese no es el punto. Te quedan tres meses en ambos contratos —Max la acorrala con su cuerpo y acerca sus labios a los suyos.“Como extraño esos labios” piensa Max, sin poder dejar de verlos.—No me obligues a hacerlo —habla Julieta entre dientes y tristeza en sus ojos— no me obligues a odiarte.Por mucho ame a Max, ella teme que pueda llegar a odiarlo y no es lo que ella quiere. Ella jamás a odiado a nadie y que triste sería comenzar con el amor de su vida.“Tal vez nunca fue el amor de tu vida” me dice mi conciencia. En este punto Julieta cree que todo es posible, solo idealicé un amor de niños. Se idealizó el amor de una niña tonta.—
22Yoon lo mira con renovado interés, sabía que le gustaba Julieta, pero siempre estaba en negación.—Solo la iba a llevar a cenar, relájate —dijo con una sonrisa socarrona.Yoon y muchos saben que su amigo bota la baba por Julieta y viceversa, pero siempre lo niegan. Un empujoncito no les quedará mal a ambos.—¡No! —sentencia con toda la inquina que siente en su corazón— sobre mi mal.dito ca.dáver.“Julieta estaba pulsando los botones correctos para que él perdiera la paciencia” piensa Max.—¿Te escuchas acaso? —le pregunta el abogado Yoon, viéndolo de forma extraña.“Confirmado sus sospechas” piensa el abogado con una sonrisa irónica en su rostro.—Me escucho perfectamente, el que parece que no me escucha eres tú —dijo mirándolo con sus ojos helados— te prohíbo que salgas con ella o te despido.—Soy el único amigo que tienes y el abogado de tu familia y tu empresa, no puedes despedirme o muchos contratos se atrasaran —Sung habló sin miedo— saldré con ella —y antes de que él
23Liliane le había clavado las uñas en el brazo a Julieta tal vez le rompió un poco y ella sentía dolor tremendo en el brazo, pero era peor sentir el dolor en su pecho por las verdades que esa mujer había decidido decirle. Así como Liliane dijo todo eso se bajó la camioneta para amarrarse al lado de Max.—¡Julieta, no tengo todo el día! —exclama Max, de pésimo humor queriendo que la reunión termine y no comenzaba.Con piernas inestables, Julieta se bajó del auto, Max no tuvo chance de verla bajarse porque Liliane lo arrastró para que empezara a caminar y Julieta siguió a la pareja que caminaban frente a ella. “La pareja en potencia” entra en el restaurante donde será la reunión. Maximiliano había perseguido está cuenta como loco y solo Julieta había logrado una reunión, dejaba muchos millones de ganancia y le ganaría a la competencia.Fiel a lo que le pidieron, Julieta no dijo nada más, el comienzo de la reunión pasó con un nudo en la garganta tratando de detener su llanto con un dol
24—Oh, mi niña ¿Cómo no iba hacerlo? —dijo la señora con una mirada entrañable solo para la hija de su mejor amiga— debo decir que estoy muy molesta contigo, tu madre está muy preocupada por ti —le regaña con cariño, limpiando las lágrimas de Juliette.Julieta al pisar los Estados Unidos se cambió el nombre por completo, aunque decidió seguir con su verdadero nombre, pero versión español.—No le digas donde estoy, por favor —pidió— no estaba lista para volver, pero por lo que veo falta cada vez poco para reunirme con mi familia.Cada vez que lo pensaba Julieta se convencía de irse a Londres, nada la ataba a Estados Unidos y eso le causaba una inmensa tristeza.—Gracias al creador, mi vida —dijo la señora abrazándola de nuevo— prometo que no diré nada. Por ahora.Juliette era muy especial para la señora Ariana y, aunque su amiga dejé de hablarle le guardará el secreto el mayor tiempo que pueda.—Gracias, Ariana solo necesito un poco más de tiempo —le asegura Julieta.—¿Por qué
25 Max se encontraba nervioso y solo su asistente podría lograr tal cosa.—No sabía que iba a venir —Max gruñe en voz, baja tratando de explicarle a Julieta, el día se estaba yendo a la mier.da con rapidez— sube al auto y hablemos de esto con calma.—No me interesa, no estaré en el mismo auto que ella de nuevo —comenta ella decidida. Su actitud era fría, pero sus ojos reflejaban una profunda tristeza. Lo que hizo que recordara las palabras de su amigo.“¿Quién me la va a quitar? ¿Tú?”“No, ese trabajo ya lo estás haciendo tú solo” Max sintió que el estómago se le estrujaba al ver sus ojos verdes tristes de Julieta, sentía que lo que estaba por venir no sería bueno para nadie.—Déjame llevarte, me desharé de ella —por primera vez parecía que Maximiliano Hawks estaba suplicando.—No, presidente Hawks —Julieta volvió a levantar la muralla, que él había derrumbado en la mañana— necesito ir a una farmacia, llegaré un poco después que usted. Su siguiente junta es en la oficina con
26 Desolada. Así se siente Julieta mientras va a una farmacia compra las pastillas para la migraña y un agua para poder beberlas. Poco menos de diez minutos después que llegó Maximiliano a la compañía ella entra por la puerta . El chismerío está a la orden del día, pero ella hace como que no escucha absolutamente nada y va directo a la sala de juntas, las paredes eran de cristal y podía ver que estaba en pleno apogeo la reunión. El catering había llegado minutos antes así que aprovechó para arreglar un carrito con todo lo necesario para los inversores. —Disculpen la interrupción —habla Julieta, sin ver a los presentes. —Adelante —responde el señor Parrish sin poder dejar de ver las piernas desnudas de Julieta. —¿Cómo sigue su esposa? —pregunta Julieta amable. —Muy bien, Juli —comenta el hombre con una sonrisa nada agradable— tienes una asistente muy hermosa e inteligente, Maximiliano. —Gracias —respondió Max, con su humor cada vez más y más agrio— lo sé, sigamos