16Al día siguiente, la alarma sonó como todos los lunes. Julieta no había sabido nada de Maximiliano Hawks, pero sabía que primero debía presentar su renuncia y esperar al menos 15 días para poder retirarse de su trabajo. Esperaba no encontrar ningún tipo de problema. Se vistió con uno de los vestidos que Tomás le había regalado; era hermoso, de un color verde botella que hacía resaltar sus propios ojos verdes. Decidió hacerse una cola alta con algunos rizos en las puntas; unos mechones sueltos enmarcaban su rostro, realzando su belleza y su esbelto cuello.—Bueno, chica, estás lista —se dijo al espejo, tratando de darse ánimo. Tomó su cartera y se dirigió a la estación para tomar el metro.Llegó temprano, como cada mañana. Preparó el café de su jefe y se sentó a revisar los pendientes, que se suponía no serían muchos. Poco menos de cinco minutos después, llegó Maximiliano, mirando a todos con desdén hasta que su mirada se cruzó con la de Julieta.—Pensé que habías renunciado —dijo s
17Max estaba lívido de que una subordinada se pusiera a opinar sobre su vida de esa manera, sabía de los rumores y nunca los había detenido porque sencillamente no había pruebas, pero escucharlo era muy diferente. —¿Quién eres tú para especular sobre mi vida privada? —pregunta Maximiliano con un tono bajo y peligroso. Nunca hizo falta que levantará la voz, su sola presencia y mirada azul hielo no presagiaba nada bueno—. Mejor aún, Greta... ¿Por qué no estás trabajando?La chica en cuestión tiembla bajo la mirada glaciar de su jefe y no sabe cómo salir de este problema en el que ella solita se metió.—Yo… yo… seño... —Trató de hablar, pero no pudo, la mujer temblaba delante de él mientras Maximiliano Hawks la veía con desaprobación.—Recoge tus pertenecías y firma la carta de renuncia, RR. HH te estará esperando —dijo simplemente y se dio media vuelta para largarse, antes de salir se detuvo y sin girar la cara habló— espero que en dos minutos el resto del grupito este disuelto y
18Liliane se sentó frente a él como si el lugar le perteneciera, lo que solo molestó a Maximiliano, pero no lo mostró.—Tienes empleados groseros —comentó la prometida de Maximiliano cuando se sentó frente a él.—En serio, ¿qué haces aquí? —preguntó Maximiliano sin rodeos, tratando de contener su temperamento—. No te pedí que vinieras.—Vine porque quería verte, para hablar de las capitulaciones, por supuesto —comenzó a decir Liliane—. Me gustaría que mi abogado también esté presente el día que las firmemos y poner algunas cláusulas que considero convenientes.—¿Y qué cláusulas son esas? —preguntó Maximiliano, sonriendo con malicia.—De fidelidad, claro está —dijo ella, cruzando las piernas con elegancia—, y una compensación si fallas, otras cosas sin importancia.A Maximiliano le sorprendían las cosas que ella decía, pero no lo demostró. Su fachada permaneció intacta. Solo se quedó mirándola por largo rato, lo que puso bastante nerviosa a Liliane, aunque intentó no demostrarl
19 Julieta no quería seguir con un hombre que no la valoraba, lo amaba y durante tres años se hizo de la vista gorda en nombre de ese amor, pero ya estaba cansada. Ya no podía más. Él no la amaba y era hora de aceptarlo. —Te pedí una sola cosa y al parecer es lo único que no puedes darme —dijo Julieta mirando sus ojos azules con determinación— se acabó, no puedo seguir así, Maximiliano Hawks. —¡Esto no se acaba hasta que yo lo diga! —su voz saliendo baja y peligrosa. Maximiliano estaba tratando de controlar su creciente pánico, no quiere que ella se vaya. La necesita. —No —respondió con odio en su voz y lo vio de manera apática— ya no quiero estar contigo. “No me amas y ya lo acepté” quiso decirle. Maximiliano la suelta como si quemará, odiando que se comporte de esa manera. —Las cosas han cambiado, en dos años me divorciaré y volveremos a estar como siempre —dijo Max, su pecho subiendo y baja coincidiendo en el ritmo que marcaba su respiración rápida— has espe
20El departamento de recursos humanos no era muy visitado y todos sus empleados directos le temían, Rachel Riker era joven, pero manejaba su departamento con puño de acero. Lo que le gustó a Maximiliano y la hizo jefa en poco tiempo, al presidente Hawks no le importaba tu género, sino que supieras trabajar con nada menos que perfección y Rachel Riker era uno de ellos.—Ayer te pase mi carta de renuncia. Pero no recibí respuesta alguna o por lo menos la respuesta de que ya están buscando alguien para mi vacante —Julieta fue directa al grano, obviando su comentario de deidades— debemos hacer las entrevistas lo más pronto posible y elegir mi reemplazo para entrenarla.Rachel se le quedó viendo atentamente de manera pensativa, se recuesta en su silla sin quitarle los ojos de encima a la hermosa mujer que tenía delante de ella, como un puma con su presa. Julieta se estaba empezando a poner nerviosa, pero empujó eso hasta el fondo.—Ayer llamé directamente al presidente Hawks, me dijo que s
21Julieta respiraba de manera irregular, su corazón latía salvajemente en su pecho, ambos estaban tan cerca que podían sentir el aliento del otro y eso solo la hacía ponerse cachonda, su cuerpo siempre reaccionando a él. Lo que solo hacía que se molestará el doble.—Sé todo sobre ti, Julieta —responde Max sin tapujos y con mucha seguridad— pero ese no es el punto. Te quedan tres meses en ambos contratos —Max la acorrala con su cuerpo y acerca sus labios a los suyos.“Como extraño esos labios” piensa Max, sin poder dejar de verlos.—No me obligues a hacerlo —habla Julieta entre dientes y tristeza en sus ojos— no me obligues a odiarte.Por mucho ame a Max, ella teme que pueda llegar a odiarlo y no es lo que ella quiere. Ella jamás a odiado a nadie y que triste sería comenzar con el amor de su vida.“Tal vez nunca fue el amor de tu vida” me dice mi conciencia. En este punto Julieta cree que todo es posible, solo idealicé un amor de niños. Se idealizó el amor de una niña tonta.—
22Yoon lo mira con renovado interés, sabía que le gustaba Julieta, pero siempre estaba en negación.—Solo la iba a llevar a cenar, relájate —dijo con una sonrisa socarrona.Yoon y muchos saben que su amigo bota la baba por Julieta y viceversa, pero siempre lo niegan. Un empujoncito no les quedará mal a ambos.—¡No! —sentencia con toda la inquina que siente en su corazón— sobre mi mal.dito ca.dáver.“Julieta estaba pulsando los botones correctos para que él perdiera la paciencia” piensa Max.—¿Te escuchas acaso? —le pregunta el abogado Yoon, viéndolo de forma extraña.“Confirmado sus sospechas” piensa el abogado con una sonrisa irónica en su rostro.—Me escucho perfectamente, el que parece que no me escucha eres tú —dijo mirándolo con sus ojos helados— te prohíbo que salgas con ella o te despido.—Soy el único amigo que tienes y el abogado de tu familia y tu empresa, no puedes despedirme o muchos contratos se atrasaran —Sung habló sin miedo— saldré con ella —y antes de que él
23Liliane le había clavado las uñas en el brazo a Julieta tal vez le rompió un poco y ella sentía dolor tremendo en el brazo, pero era peor sentir el dolor en su pecho por las verdades que esa mujer había decidido decirle. Así como Liliane dijo todo eso se bajó la camioneta para amarrarse al lado de Max.—¡Julieta, no tengo todo el día! —exclama Max, de pésimo humor queriendo que la reunión termine y no comenzaba.Con piernas inestables, Julieta se bajó del auto, Max no tuvo chance de verla bajarse porque Liliane lo arrastró para que empezara a caminar y Julieta siguió a la pareja que caminaban frente a ella. “La pareja en potencia” entra en el restaurante donde será la reunión. Maximiliano había perseguido está cuenta como loco y solo Julieta había logrado una reunión, dejaba muchos millones de ganancia y le ganaría a la competencia.Fiel a lo que le pidieron, Julieta no dijo nada más, el comienzo de la reunión pasó con un nudo en la garganta tratando de detener su llanto con un dol