Estimadas lectoras Este capítulo fue demasiado largo, pero debía aparecer para poder explicar situaciones en el futuro. Espero que sigan disfrutando de la historia de Guadalupe y los hermanos Pellegrini.
Franco Amato era un juez implacable, al pasar de los años se había hecho de una fama que nadie podría borrar. Era considerado como un ciudadano ejemplar, así que su opinión pesaba, ya fuera en el ámbito laboral, como en lo familiar.Los padres de Alessia, que por varios años solo habían sido espectadores de la relación entre su hija y Massimo Pellegrini. Hoy día después de enterarse por los medios, de que su hija por fin había atrapado a uno de los hombres mas ricos de Lazio, querían conocerle.Lucrezzia De Santis y Franco Amato (Padre) le habían solicitado a Alessia hablar con su futuro yerno, por lo que la chica emocionada, acepto y planeo una cena en un lujoso restaurant de Lazio. En esta reunión obviamente estaría Franco Amato (Abuelo), por el lado de Massimo, solo estaría el, ya que Leonardo se encontraba en un viaje de negocios.En esa ocasión, Massimo se sintió solo, muy solo. Tuvo que poner el semblante frio que siempre utilizaba en el mundo de los negocios, para que nadie se p
Mientras en Lazio comenzaban a moverse varias fichas, en Gaeta, Pietro llevaba a Guadalupe a su primera revisión con el Ginecólogo.- ¡Hola Señorita Priego, Señor Pellegrini! Fue usted quien me escribió a las 12:00am, a las 2:00am y los demás correos, ¿Verdad?- Hola Dr. Ángel Romano, efectivamente, me surgieron muchas dudas sobre el embarazo y no podía dormir bien.Guadalupe se sorprendió al escuchar que Pietro había estado investigando sobre el embarazo y que, sobre todo, ya tuviera lista una cita con un excelente médico.- Dr. Romano, hace 3 semanas me hice una prueba de sangre y salió positiva, pero me decía la analista que era muy pequeño.- Srita. Priego, tal como su esposo me escribió en la madrugada, si apenas sucedió la concepción, debe ser pequeño, pero es importante comenzar a dar seguimiento oportuno. Le voy a preparar para tomar una muestra de sangre y además de hacer una ecografía para conocer el tamaño del saco gestacional.Pietro estaba sonrojado, no esperaba que el med
Pietro y Guadalupe regresaron a casa, ella tomó una larga siesta mientras él conducía. Mientras iba por el camino, Pietro pensaba en que había muchas cosas por arreglar, había un bebé en camino y nada sería igual, necesitaba contarle las buenas nuevas a alguien y había papeles que arreglar.Llegando a casa, al parar el auto, Guadalupe despertó y Pietro le abrió la puerta y dio su mano para ayudarle a salir. Al salir la abrazó y levantó, diciendo: - ¡Estoy emocionado! ¿Te imaginas una copia tuya corriendo por el amplio jardín? ¿Corriendo por la playa? - ¡Pietro aún es muy pronto! - ¡Si, pero imagínalo! ¡En poco tiempo esta casa estará llena de juguetes y cosas de bebé! - ¿Han dicho cosas de bebé, señor? - Dijo Angostina con duda. - ¡Si Angostina, en poco tiempo habrá un bebé aquí! Pero nadie más que tú debe saberlo por el momento. - Dijo Pietro seriamente. Guadalupe no pudo hacer más que sonrojarse, era obvio que Angostina estaba sorprendida, pero era innegable que en pocos meses
Desde aquella noche, Pietro le pidió a Guadalupe dormir en la habitación principal, esa petición le salió de manera natural sin pensar. Esa misma noche después de cenar, ambos se fueron a sus respectivas habitaciones, Pietro tomó un baño, se puso el pijama y se recostó en la cama, reconoció que esa petición fue demasiado precipitada, ella apenas había llegado a casa, recién se había divorciado y estaba embarazada, se sintió tonto al pensar lo que le había pedido durante el día. Después de pensarlo un rato, se puso sus lentes y comenzó a leer un libro que tenía en la mesita de noche, su lectura fue interrumpida cuando escucho que llamaban a la puerta. - ¡Adelante! - Dijo Pietro cerrando su libro y sintiendo emociones encontradas. Guadalupe había ido a su habitación, estuvo parada frente a su ventana viendo la oscuridad de la noche, reflexionó en cómo su vida estaba cambiando, llevaba en su vientre un bebé, el fruto de un amor no correspondido, pero, ahora la vida le presentaba la op
Guadalupe y Pietro fueron a su visita con el Ginecólogo, todo marchaba bien, el saquito gestacional ya había crecido unos cuantos milímetros más y todo se veía bajo control. Preguntaron al médico si podían hacer viajes largos, Pietro se preocupaba de más y no quería dejar pasar ningún detalle, el cumpleaños de la abuela Caterina estaba a la vuelta de la esquina y el viaje en auto era largo.Luego de ahí, Guadalupe y Pietro salieron y caminaron por las calles que estaban cerca del hospital, ella despertó con un antojo incontrolable por pastel de fresas, así que andaban en búsqueda de aquel bocadillo que tanta agua en la boca le producía a su mujer. Ultimadamente Guadalupe se había vuelto muy glotona, le agradaba todo aquello que fuera dulce, muy dulce, eso le había hecho ganar un poco de peso, a ojos de Pietro eso era encantador.- Guadalupe, mira ¡Aquí hay una pastelería! – Dijo Pietro señalando el local.- ¡Entremos! – Dijo Guadalupe entusiasmada.Ya dentro del local, había variedad d
El día del cumpleaños de la abuela Caterina había llegado, Pietro había revisado su agenda y podían salir desde viernes para no ir con prisas, era consciente de que ya no podía manejar a exceso de velocidad. Alistaron maletas y Angostina les preparo una pequeña maleta llena de postres y fruta para el camino, Guadalupe no debía malpasarse en su estado.Guadalupe ese día se sentía un poco o muy nerviosa, hoy la abuela se enteraría de que ellos habían comenzado una relación y no cualquier relación, ambos eran conscientes de que no era un noviazgo, ya estaban viviendo como una pareja, así que le ponía los nervios de punta, el solo pensar que tendrían que contarle todo a la abuela.Pietro entro a la habitación y vio a Guadalupe parada frente a la ventana, se veía perdida en sus pensamientos, así que no hizo más que llegar por detrás y darle un cálido abrazo.- ¡Tranquila! ¡Todo saldrá bien! Ya verás que la abuela no tomara a mal nuestra relación, si lo hiciera que no lo creo, ¡No hay proble
Después de un par de horas, Pietro despertó descansado, el viaje le había agotado y, sobre todo, el estar con Guadalupe le provocaba mucha somnolencia, por lo que, al llegar a casa de la abuela, no veía la hora de acurrucarse con su amada para descansar un poco.Guadalupe seguía dormida, pero al sentir que Pietro se movía fue despertando y tal como siempre, se estiraba como gato, el aprovecho para hacerle cosquillas y sus risas no pasaron desapercibidas. La abuela Caterina que no veía la hora en que este par saliera de la habitación, fingió pasar por el pasillo y toco a la puerta, Guadalupe se llevó las manos a la boca en señal de sorpresa, por un momento se le había olvidado que estaban en casa de la abuela.- ¡Pietro querido! – Dijo la abuela.- ¿Si abuela? ¿Qué sucede? – Dijo Pietro tratando de aguantarse la risa.- ¿Hijo puedo pasar?- ¡Abuela no estoy visible!- ¡Pietro Pellegrini! ¿Qué estas ocultando? – Dijo la abuela entrando intempestivamente a la habitación.Guadalupe se leva
Mientras la familia Pellegrini cenaba tranquilamente en La Toscana, en Lazio se comenzaban a gestar varios movimientos que afectarían gravemente a Guadalupe Priego.- Señorita Amato, tanto mi hermano como yo, somos inocentes, solo queremos la seguridad de que podremos dejar de huir. – Dijo Camila Priego.- Camila seamos sinceras, ¡Tu muy bien sabes que esa no es la verdad! Lo que quieren es que su padre cargue con la culpa porque es viejo y ya no pasaría tanto tiempo en la cárcel. De tratarse de ustedes, bueno pues, les van a dar varios años y sin contar que sus propiedades serian vendidas para reparar el daño. ¿Acaso me equivoco?- Señorita, ya le he dicho nuestro precio, si ahora mismo hacen la transferencia, nosotros firmaremos la declaración y así como lo quieren, mañana que mi padre este en casa de Caterina lo podrán detener.- Son muchos ceros los que veo que necesitas, ¿Acaso te va a alcanzar la vida para gastar ese dinero?- Señorita, eso a usted no le debería interesar. Se bie