Estimadas lectoras y lectores Massimo ve mucho de el en ese joven llamado Adrien, el hecho de que lo ayude, no significa que este perdonado, pero en ocasiones, por un hijo un nieto, se deben tomar otras medidas, más allá de la humillación o la recriminación.
Habían pasado unas semanas después de que Luciano se fue a Nueva Zelanda. Él había hablado con Adrien, el joven ya estaba dentro del grupo integrado por las 3 familias.Massimo no lo reconocía abiertamente, pero el joven tenía madera para los negocios, aunque aún cohibido. Gracias a la soltura de Pietro, las ideas del joven Adrien salían a relucir.- Ya deberías dejar de ser tan estricto con el mocoso… - dijo Pietro entregándole un trago de whisky a Massimo.- No me puedo dar el lujo de ser el hombre blando aquí, no al menos hasta que el mocoso, como tu dices, muestre su verdadera valía.- ¡Ya! ¡Ya! No digo nada, porque en años, me podría ver igual… Lo que sí te puedo decir es que el mocoso, no es tan tonto como creíamos, si le gira su ardillita.- Ya no trates de echarle tantas flores, él viene, hace su trabajo, cumple su jornada laboral y nosotros pagamos por ello.- Una muy buena cantidad, por cierto… - dijo Pietro burlonamente.- Al final, ese dinero llegará a manos de mi nieta y p
El tiempo se había ido volando, los Barzinni estaban a nada de irse y con ellos, Paloma y Aldo, en una semana las cosas tal como las conocían cambiarían nuevamente.Estaba claro de que, una vez que los Barzinni regresaran a México, las familias en Italia, también comenzarían a moverse. Tal como ya se sabía, Teodore se quedaría en Florencia, Massimo en Lazio dirigiendo el Grupo PVD y Pietro, tan irreverente como siempre, trabajaría desde casa a lado de su esposa e hijas.Massimo estaba sentado detrás de su escritorio revisando los pendientes cuando una llamada lo sacó de su mundo.- Señor D’Angelo, creo que necesitamos hablar… - dijo la voz al otro lado de la línea.- ¿Quién habla? – respondió Massimo aun sin reconocer la voz.- Pierre Legrand… - dijo soltando un suspiro de cansancio.- Señor Legrand, ¿Es que acaso no me avisaría cuando llegaría al país?- Señor D’Angelo, le estoy avisando que ya llegué y quiero ver la posibilidad de ver a mi hijo…- Tal como se lo dije por teléfono en
Guadalupe estaba parada en el balcón de la habitación en la que dormía desde hace 3 años. No quiso encender las luces, para que con la oscuridad de la noche se cubrieran las lágrimas que rodaban por sus mejillas.“¡Esto se acabó! No puedo seguir así, no puedo más” – Pensaba mientras observaba hacia el frente.De pronto la luz de un auto la sacó de sus pensamientos, su amado esposo regresaba a casa y sabía muy bien lo que sucedería. Su esposo Massimo Pellegrini era el presidente del Conglomerado Pellegrini, el cual es de los más importantes de la provincia de Lazio. Hoy por la mañana había olvidado un folder lleno de documentos que, al pensar por Emma y Guadalupe, posiblemente utilizaría y tendría problemas si no los tenía.Trato en varias ocasiones de marcarle para comunicarle sobre sus documentos, pero al no recibir respuesta, salió de la mansión con la misión de llevar los documentos ella misma, solo le avisó a Emma Fiore, su ama de llaves.Emma no contesta, Massimo. ¿Estás segura d
Guadalupe estaba cansada de tanto llorar, mientras se ponía el pijama vio un gran hematoma en el estómago, este lo produjo el golpe que le había asestado su marido durante el día. Una lágrima rodó por su mejilla, pero prefirió no pensar más en el tema, no era la primera vez que esto sucedía, así que no era nuevo ver su piel con marcas, se recordaba así misma que todo esto era por su abuelo y no podía decepcionarlo.Cuando pudo quedarse dormida, se perdió en un sueño oscuro que el cual se llenó de luz, de pronto comenzó a ver pequeños cortos de lo que sería su vida, eran breves, pero cada uno de ellos le dejaba un hueco en el corazón. Su vida no cambiaría para bien, al contrario, a pesar de los esfuerzos que hiciera, se quedaría sola y sin familia; su abuelo fallecería en la cárcel, Massimo y Alessia vivirían felices después de haber entregado a la familia de Guadalupe a la embajada. Ella, al final, terminaría viviendo en la calle, pasando hambre y no pudiendo alimentar a su pequeño be
Guadalupe estaba recostada tratando de calmarse, trataba de encontrar las mejores palabras para hablar con la abuela y explicarle que lo único viable en su matrimonio era el divorcio. De pronto su teléfono sonó y un mensaje de texto apareció en pantalla.- "¿Qué tal la escena de ayer?"- "¿Sabes? No es la primera vez que pasa, lo hacemos una o dos veces al día. Tú marido es insaciable". - "Normalmente, esto pasa en parejas que se aman de verdad".- "Supongo que tú no lo sabes, porque tu matrimonio es solo una farsa y la única que está feliz, así eres tú".El mensaje aparecía como pie de una foto muy comprometedora entre ella y su marido. Toda la tranquilidad que había estado mostrando Guadalupe se rompió y comenzó a llorar desesperadamente. Él nunca la había tocado de esa manera, ella, solo había estado una vez con él, pero, actualmente, aunque estuvieran casados, ni siquiera la deseaba como se veía en la foto con aquella mujer.De pronto, entró en crisis y comenzó a tirar todo lo q
Después de lo que pareció un largo viaje, la ambulancia llegó al hospital, Guadalupe estaba pálida e inconsciente. Los paramédicos, al llegar al lugar, dijeron:- La señorita ha perdido demasiada sangre, de verdad, esperemos que aún podamos hacer algo.- Debemos de, es una mujer muy joven, no puede morir así. ¡Tranquila, vamos a hacer todo por salvarte! - Dijo uno de los médicos.- No sé qué debió pasar por su cabeza para decidir quitarse la vida, es una mujer muy joven. - Dijo uno de los médicos.Mientras tanto, Guadalupe, en su subconsciente, luchaba contra una realidad muy diferente, ya que, internamente, volvió a tener la misma pesadilla.Guadalupe se veía encerrada en una mansión, estaba sola y con el vientre hinchado, era evidente que ella, estaba embarazada. Al menos su vientre mostraba un avanzado estado de gestación, derramaba lágrimas y pedía que la dejaran salir, se veía realmente angustiada. A su lado estaba Emma, quien trataba de consolarle.- Señora, ¡Tranquila el bebé,
Mientras Massimo, Emma y la señora Caterina esperaban en una sala privada a tener noticias sobre la mejoría de Guadalupe, esta última no pudo evitar recordar cómo había llegado la chica hace 5 años, mucha de esta información no la conocía Massimo.Guadalupe tenía 17 años cuando tuvo que salir intempestivamente del país.El abuelo de Guadalupe, le llamó al colegio y pidió verla a la salida de este. Caterina recordaba haberle recomendado a Alberto que debían salir sin mencionar nada a nadie…--- Abuelo Alberto (5 años atrás) ---El abuelo Alberto habló al colegio y pidió que Guadalupe lo esperara en la entrada en 10 minutos. Cuando el chofer abrió la puerta del auto, Alberto vio a su nieta, está a su vez, vio a quien, hasta ese momento, se mostraba como un hombre fuerte. Hoy lucía el rostro desencajado y una mirada de angustia.- ¡Anda Guadalupe, sube, hija! Necesitamos irnos ya… - Dijo Alberto con evidente angustia.- Abuelito, ¿Qué pasa? Mis cosas están dentro… - Respondió Guadalupe s
La señora Caterina y el abuelo Alberto, después de cenar, se fueron al estudio a platicar del asunto que les aquejaba.- Alberto, ya revisé la información que nos hizo llegar tu abogado. Desafortunadamente, no tengo buenas noticias, tu supuesto socio se fue con millones y ha ofendido a una de las familias más prominentes de tu país, por lo que veo complicado el poder hacer algo inmediatamente.- ¿Qué sugieres? No tengo mucho, podría entregarme y evitarte todas estas molestias.- No, Alberto, no recomiendo que te entregues. Lo que es cierto es que no podemos hacer mucho hasta dar con el verdadero responsable. - Dijo Caterina preocupada.- Entonces, ¿Qué es lo que me recomiendas hacer? - Preguntó Alberto con evidente tensión.- Estuve analizando las posibilidades y solo tenemos una, pero no te va a gustar.- ¿Cuál es? - Dijo el hombre interesado.- Nuestra familia cuenta con algunas propiedades no declaradas; he pensado que, tal vez, te puedas quedar ahí. Por lo menos en lo que logramos