19

- ¿Toda tu vida has vivido aquí? - pregunté a Jesse bajando las escaleras lentamente observando que servía tambaleante los cinco platos que tenía en los brazos.

Se giró a verme suplicando ayuda con la mirada. Esbocé una sonrisa tomando tres de los platos colocándolos en el comedor mientras él se mantenía callado. Quería respuestas, el hecho de que me trajera aquí me causaba curiosidad y aún más teniendo en cuenta que mi padre había dicho querer llevarme sin mi consentimiento a Suiza. Si no cumplía, Grace jamás me volvería a ver y ahora ninguno sabe de nuestro paradero, algo que debe estar enloqueciendo a Grace creyendo que nuestro padre me ha secuestrado y mi padre de seguro debe creer que Grace me ha llevado a algún paradero extraño donde no me pueda encontrar.

- Siéntate, Lena... - murmuró cauteloso sentándose junto a mí.

Rodé los ojos sentándome con estrepito tomando la jarra de zumo para servirme un poco.

- ¿Puedes dejar el misterio? Solo dime – bufé exasperada. Siempre todo lo referente a él es un misterio y no era algo que no me encantara. Lo hacía más atractivo ante mis ojos y más prohibido, pero también una parte de mi deseaba conocerle a fondo y que su vida sea un completo misterio no me lo pone fácil.

- Si. Toda mi vida he vivido en New York, antes vivía con mis padres y hermanos, hasta que murieron. Sabes el resto – musitó impertérrito sirviéndose una tanda de pancakes con jarabe de arce.

Levanté la vista para verle negando – No recuerdo. ¿Podrías repetírmelo? Recuerda que ese día estaba drogada.

Jesse levantó la mirada chocándose con la mía – Lo recuerdas. ¿Por qué quieres que te repita la misma historia?

- Porque quiero verificar si es verdadera. Oíste lo que dijo mi hermano el otro día en el desayuno, han traído muchos agentes en cubierto y según mis informantes hay alguien que se escondió mejor y es cercano a mi círculo de amigos más íntimos, solo me cercioro de que no seas del FBI y esto no sea una trampa para que me encarcelen – sentencié cortando un trozo de pancakes llevándolos a mis labios con una sonrisa malévola y mirada asesina.

Ya no podía confiar en nadie, ni siquiera en Jesse y el hecho de que bajara la guardia para permitirle traerme aquí podría ocasionar que esté en la cárcel en menos de lo que pueda pestañear. Y no quiero equivocarme, quiero creer que Jesse es completamente leal a mí y no me va a apuñalar por la espalda cuando este mas feliz o cuando pueda siquiera verdaderamente enamorarme de él porque si lo hace, eso me condenaría.

No puedo permitir que mis sentimientos se acrecenté si es mi enemigo. Debo saberlo y que mejor que en un lugar donde el cree tener el poder, aunque en realidad no lo tenga.

- Bien. Te contaré la verdad, pero recuerda que esta dolerá, caperucita... y mucho – murmuró con una mirada atormentada pero estaba dispuesta a todo.

Asentí impertérrita seriamente – La verdad siempre duele, Jesse... - vocalicé sonriendo malévolamente

Theo.

Todos enloquecían lentamente en la mansión, literalmente desde que desapareció Lena cada uno hemos atravesado por una ataque de pánico y desesperación juntos. El primer día que duró desaparecida casi nadie lo notó, solamente Grace, pero la logré calmar junto a Beth argumentando que tal vez había ido al parque de diversiones, es su lugar favorito y donde va siempre que necesita pensar o distraerse, sin embargo, despues del segundo día ya no pensábamos lo mismo.

Jesse también había desaparecido al mismo tiempo y según las cámaras y Frederick, el portero. Salieron el día que vino Caleb horas despues de que el padre de Lena enviara el mensaje. Ella sabía las consecuencias de irse y aun así lo hizo con Jesse y ahora todos la buscábamos en los demás estados.

Isaac había mandando a su gente a los alrededores de Los Ángeles, a todos los lugares que conociera Lena. Yo llamé a la capital para verificar con Caleb si no estaba con él y al negarlo decidió hacer parte de la búsqueda en la capital y de su padre quien presuntamente también había desaparecido el mismo día que Lena y Jesse.

Grace por su parte llamó a todos sus amigos de Boston y alrededores para que la buscaran, esta noche iría a San Francisco donde alguien afirmó haberla visto.

- Grace, no deberías ir. Que tal sea una trampa – murmuró Isaac sentando junto a ella en el salón principal tomando su mano ignorando la mirada fulminante de Matt quien apartó sus manos atrayéndola a sus brazos, quien yacía desconsolada.

- No me importa si es una trampa. Debo encontrarla, Isaac...- decidida se dejó caer en el pecho de Matt quien la besó en el cabello abrazándola para protegerla, era bonito verlos juntos.

Antes de la muerte de mi hermana, Lena afirmaba envidiarme por tener a mis padres que nos amaban, por tener una vida perfecta, pero despues de la muerte de mi hermana, empecé a ser yo quien le envidiaba en secreto.

Amaba a Grace y Matt como si fueran mis padres, siempre me han recibido como un hijo y no me han juzgado aunque me he robado en varias ocasiones todo el contenido de su alacena y nevera juntas. Siempre me han ofrecido un lugar donde quedarme, me han dado cariño y todo lo que un hijo pueda necesitar, Lena al principio los apreciaba demasiado. Ahora, despues de la muerte de Blake, se convirtió en alguien que no siente.

Apenas si me muestra sus sentimientos a mí y cuando lo hace, me doy cuenta de cuan rota se encuentra por todas las perdidas y ausencias con las que ha tenido que crecer, pero yo si he visto que aunque Lena perdió a sus padres cuando nació, a cambio llegaron ellos dos llegaron para cuidar de ella, iluminar su vida y hacerla lo más hermosa posible.

Le tendí una taza de té a Grace quien tenía los ojos hinchados de tanto llorar de la preocupación y esbocé una sonrisa divertida.

- No te preocupes, amor mío – sonreí haciendo que sonriera negando. Tomó la taza de té – Lena aparecerá. Debes quedarte en casa, iré yo a San francisco.

- Theodore, si está allá debo ser yo quien la encuentre. Es mi hija, no la tuya – sonrió amablemente calentando sus manos con la taza caliente mirándome.

Me encogí de hombros sonriendo – y menos mal que no lo es porque tendría que darle de mi comida y eso ya sería un abuso de su parte.

Todos soltaron la carcajada mirándome. Había conseguido alivianar el ambiente provocando que ahora Grace no estuviera tensa y Isaac dejara de revisar su móvil a cada segundo que pasaba, Matt era el único que actuaba estar en completa calma aunque en su mirada se podía ver su angustia disfrazada por el amor a su esposa, quien se nota que le estaba aplastando.

Justo en aquel momento la pantalla de la TV del estudio comenzó a emitir un sonido que todos sabíamos que era una video llamada. Asustada, Grace apaciguo su risa con su mirada de calma y se levantó al igual que todos encaminándonos al estudio donde apareció la notificación de video llamada de un número desconocido.

- Contestar – ordenó en completa calma Grace colocándose frente a la pantalla que cobró vida apareciendo el padre de Lena con el ceño fruncido claramente enojado.

De pequeño no le conocí mucho pero sabía que no era un hombre que mostrara afecto y mucho menos lealtad. Y ahora verle llamando a Grace tratando de intimidarle con la mirada a través de la pantalla solo conseguía hacer que intentara protegerla, sin embargo, Grace se irguió y mantuvo impertérrita como una dama frente a su padre.

Siempre había notado esa fuerza en ella y me gustaría saber cómo pudo lograr tener esa determinación en la mirada, la firmeza en su voz y como a pesar de tener tanto miedo demostraba tener el control de todo y que no tenía sentimientos. Esa actitud era algo que compartía con Lena.

Ella se lo aprendió con los años pero Lena jamás me quiso contar como la ha intentado lograr, a pesar de que no lo ha hecho por completo, aun pierde los papeles con facilidad. Grace no.

No importa que tan presionada este, ella jamás pierde los papeles o su compostura.

- Padre. Qué bueno saber de ti – afirmó con solemnidad juntando sus manos serena mirándole que Frederick buscaba con la mirada la presencia de Lena pero claramente no la encontraría.

- ¿Dónde está María? Te escribí específicamente que la quería en mi hotel hace dos días y aún no está aquí – farfulló acercándose más para intimidarle, pero Grace solo se encogió de hombros levemente.

- No tengo porque seguir tus ordenes, padre. Recuerda que soy una mujer casada, no una niña y lo que suceda con Lena es mi asunto, no el tuyo. Aprecio que quieras interesarte un poco en Lena, pero te recuerdo que soy su madre y soy yo quien decide si se va a o no a un internado en Suiza... - separó las manos gesticulando como si fuera un discurso de presidencia mirando a su padre con la misma mirada de comprensión que usa cuando Lena le desafía o intenta hacer algo incorrecto y ella se entera a tiempo – Por lo pronto, no considero relevante llevarla a tales lugares, sin embargo, gracias por el consejo, padre.

- No me estas entendiendo, Grace... - farfulló Frederick perdiendo los cávales como Lena siempre lo hace. Ahora ya se de quien sacó aquello – no te estoy pidiendo permiso o dando un consejo, es una orden y tú no eres su madre. Es Madeleine.

Eso no es verdad. Ella puede que sea su madre biológica pero Lena nunca le conoció, así que técnicamente no es su madre.

- No es su madre – apostillé apareciendo en el campo de visión de él haciendo que se exasperara aún más – Madre no es quien engendra, es quien cría. Y eso Grace lo hizo, no su esposa muerta señor Marshall – señalé a Grace que asintió esbozando una sonrisa tierna hacia mí agradeciendo que le defendiera. Pero lo necesitaba.

Necesita una torre porque siempre es ella la torre. Y he aprendido que puede llegar a ser agotador siempre fingir ser fuerte. Es bastante agotador también ser la torre de todos cuando nadie lo es para ti. Te sientes solo, abandonado y la más profunda tristeza que pueda existir en el mundo te invade hasta querer asesinarte.

- ¡¿Y tú quién eres?! Metete en tus asuntos, esto es una conversación con mi hija, no con usted... - Grace tomó mi hombro haciéndome girar a verla que me miro pidiendo que le dejara hablar con el justo como los demás se habían mantenido al margen en la discusión.

Suspiré rendido asintiendo, no sin antes girarme a la pantalla.

- ¿Usted es el padre de Lena? ¿O de María? – pregunté inocente enarcando las cejas.

Al otro lado de la pantalla el padre de Grace bufó rodando los ojos – Lo soy. De ambas, niño. Son la misma persona.

Sonreí malévolo – No lo es. Si fuera su padre, sabría que María fue una persona diferente a Lena. María era la chica buena, inocente y la que abandonaron. Lena es la que pelea, no tiene sentimientos y escupe sobre ellos para burlarse de los que si los tienen. Son dos personas completamente diferentes y si fuera su padre lo sabría, Grace lo sabe. Todos los que somos su verdadera familia sabemos que ella se llama Lena, no María. A quien busca, señor Marshall, murió hace once meses en el deshuesadero – finalicé retirándome del estudio encaminándome a mi habitación.

Mientras crecíamos Lena y yo, la frecuencia con la que me quedaba aquí era cada vez mayor, asi que un dia Grace decidió convertir una de las habitaciones de invitados en una para mí, cosa que agradecí enormemente. Hace once meses, aquella noche, estuve aquí, en mi habitación cuando vi morir lentamente a la que por años llamé María. En aquella habitacion también vi nacer a la Lena que ahora todos conocen y temen. 

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