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Siempre he amado la noche, la oscuridad que ofrece y como aun en medio de la oscuridad la luz intenta ser participé incluso en el escenario más oscuro, me daba esperanzas, ilusión y alegría.

De pequeña Grace me contaba que las estrellas eran guías, eran las personas que nos cuidaban, por cada estrella había una persona que nos observaba y que entre las miles de millones de estrellas, se encontraba mamá observándonos, siendo feliz porque seguíamos juntas, estando orgullosa de las hijas tan maravillosas que tenía. Pero a mí nunca me causó felicidad saber que mi madre estaba allí arriba cuando anhelaba con todo mí ser saber cómo fue, pasar tiempo con ella y abrazarle.

Cuando me contó Grace de toda la verdad tras mi apellido, su historia y la razón por la que no tenía padre, no quise aceptarlo, no podía aceptar que estaba completamente so

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