Jesse
No sabía cómo definir lo que sentía, tenía miedo. Terror de que Lena se estere de la verdad, temo su reacción porque sé que lo que le oculto...
Jamás me había enamorado en mi vida, cuando mis padres murieron sentí que moría y que jamás amaría alguien, porque cuando está muerto tu ser, tu corazón también lo está, y tu mente es la que gobierna sobre un cascaron frágil ante un mundo cruel. Pero cuando llegó esa chica de cabello negro tan oscuro como la noche, con mirada intimidante y actitud desafiante, bella como una rosa prohibida, supe que ya no había vuelta atrás.
Supe en ese momento que me había enamorado de alguien que estaba prohibido para mí, sin embargo, lo prohibido siempre me cautivó y toda ella me hipnotizaba. He visto en ella durante los cortos perio
- ¿Por qué me trajiste aquí? – inquirí enarcando las cejas algo molesta. Le había pedido que me llevar a su lugar favorito y en lugar de eso me trae al cine. ¿Es su lugar favorito? ¿Acaso me he enamorado de alguien con gustos tan superficiales y huecos? Dios mío, en que me he metido. Jesse esbozó una sonrisa deteniéndose frente a mí en medio del centro comercial frente estaba el cine y la gente estaba empezando a vernos con curiosidad. - Quiero que tengamos una cita, ya es hora de tener una ¿No lo crees? – enarco las cejas esperando una respuesta pero no sabía que responderle a decir verdad. Solo había venido al cine con Theo o Isaac, nunca a una cita. Sonreí malévola – Tuvimos una, ¿la cena en casa de Grace no cuenta?
Un soplo en los parpados me aturde levemente sacándome de mi sueño en blanco y negro, logrando percibir todo a mí alrededor con afinidad. Alguien a pocos centímetros de mi rostro me acaricia la mejilla con delicadeza provocando que esboce una sonrisa involuntariamente. Un suspiro despues y siento sus labios sobre los míos delicadamente, atraigo a Jesse más hacia mí para cerciorarme de que en verdad Jesse me está besando, provocando que sonría en medio del beso. - Buenos días – murmuró separándose unos milímetros de mis labios. Gruño escondiéndome en el hueco de su cuello, provocando que suelte una carcajada que hace vibrar su pecho haciéndome sonreír aun con los ojos cerrados. Levanto el rostro abriendo poco a poco los ojos impactando su mirada grisácea con la mía, ambas brillantes.
Un soplo en los parpados me aturde levemente sacándome de mi sueño en blanco y negro, logrando percibir todo a mí alrededor con afinidad. Alguien a pocos centímetros de mi rostro me acaricia la mejilla con delicadeza provocando que esboce una sonrisa involuntariamente. Un suspiro despues y siento sus labios sobre los míos delicadamente, atraigo a Jesse más hacia mí para cerciorarme de que en verdad Jesse me está besando, provocando que sonría en medio del beso. - Buenos días – murmuró separándose unos milímetros de mis labios. Gruño escondiéndome en el hueco de su cuello, provocando que suelte una carcajada que hace vibrar su pecho haciéndome sonreír aun con los ojos cerrados. Levanto el rostro abriendo poco a poco los ojos impactando su mirada grisácea con la mía, ambas brillantes.
Los días que presidieron nuestra partida de New York fueron como Jesse y yo predijimos, estábamos en boca de todos los que nos conocían y también de los que no, con nuestra llegada todo lo que se había pausado tras nuestra huida repentina, volvió a despertar lentamente para atacarnos, sin embargo, ante la decisión de ocultar nuestra relación hasta que pudiéramos solucionar los problemas más graves creo que al llegar, actuáramos nuestra rivalidad pasada. Había que admitir que actuar se nos daba bastante bien nuestra rivalidad más que muerta, pero ante los días que pasaban y no podíamos solucionar todo rápidamente, y lo poco que nos podíamos ver en verdad, la cual era a escondidas, comenzó a despertar mi ira, y también la impaciencia de Jesse. Suspire rendida sacando un libro de química para mi siguiente periodo de clase cerrando el cas
Tenía dudas... demasiadas en mi mente que no me permitían pensar con claridad, pero no importaba ya. Debía solucionar todos los problemas o terminar muy mal, sin embargo, lo único que pensé en el momento en que Caleb se fue dejando su amenaza grabada en mi mente, fue en Jesse. Lo único que podía pensar, era que lo necesitaba, demasiado y no podía soportar la separación el hecho de tener que escondernos, así que tan pronto me subí a mi auto le escribí que nos viéramos en la playa, junto al muelle de Santa Mónica. Me descalcé y entré a la playa solamente sosteniendo en una mano mis botines de plataforma mientras la brisa impacto con mi cabello haciéndolo revolotear en mi espalda, el sol estaban a punto de caer, poco a poco veía como se acercaba a la línea de horizonte que se marcaba con el mar y me quedé hipnotizada viendo como cada seg
La siguiente semana transcurrió como habíamos planeado Jesse y yo esa mañana, seguiríamos con la farsa de no ser nada y el buscaría a su hermano mientras yo me encargaba de mantener todo bajo control. No había vuelto a tener noticias de Caleb y eso me inquietaba, también el hecho de que Grace últimamente tenía los ojos hinchados y debía usar más maquillaje para cubrirlo, signo de que ahora peleaba constantemente con Matt. Entré a la cocina mientras Matt leía el periódico comiendo una tostada en el pequeño comedor de la cocina y Grace estaba sentada en la isla con la cabeza gacha. Serví un poco de cereal y me senté en el puesto frente a Matt observando como Grace y él cada tanto se dirigían miradas llenas de dolor y rabia. - ¿Me perdí de algo? – objeté enarcando las cejas.
Deje las llaves en la mesilla de la entrada estando todo en completa oscuridad, la verdad no sé porque vine a quedarme en mi casa, despues de todo, ahora anda sola siempre, cosa que no me agrada mucho porque Grace siempre hacia que la casa se viera como un hogar, que fuera un hogar para los que vivimos en ella, pero últimamente solo parece una mansión a oscuras, desolada y olvidada. Fui a la cocina encontrándome a Matt tomando de una copa llena con un líquido ámbar que brillaba por la luz de la luna que se filtraba por los ventanales. Me detuve a verle cruzándome de brazos – Grace te asesina si descubre que estas tomando... - Grace no está – cortó secamente haciéndome callar. Tragué saliva, son las tres y media de la mañana, ¿Cómo
Serví un poco de granola mientras Matt llegaba envuelto en un abrigo largo negro, me dirigió una mirada corta fijándose en mi pijama corta y se sentó en la isla sirviéndose un poco de whisky con una sonrisa burlona - ¿No es un poco tarde para desayunar? – se burló tomando un sorbo. Me encogí de hombros buscando un cubierto en los cajones de la isla - ¿No crees que es tarde para beber? – Llevé un poco de granola y lo observe sentándome frente a él con soberbia - ¿Dónde está Grace? Matt suspiró revolviéndose el cabello castaño crespo suspirando rendido, le tomó varios segundos para volver su mirada hacia la mía y cuando finalmente lo hizo, contuvo la respiración. - En la habitación... llorando...– musitó terminándose su bebida, volv