Muchas veces me he aventurado a hacer cosas muy locas, cuando recién cumplí los quince, me fui del país con Blake sin avisar. Perdí mi virginidad en ese viaje. Fue perfecto aquello, pero esto se sentía diferente.
Se sentía más que perfecto, porque alfo que hacia constantemente Blake, era obligarme a enfrentar mis problemas, a no temerle a nada sin importar que, siempre me obligó a vivir al máximo. Con Jesse era diferente.
Jesse me traía calma y tranquilidad, algo que nunca me trajo Blake. Había amado tanto la forma de ser rebelde de Blake, que irremediablemente me convertí en una versión de él. Nunca experimente que era ser yo, porque siempre quise fingir ser otra persona ante los demás.
- ¿Toda tu vida has vivido aquí? - pregunté a Jesse bajando las escaleras lentamente observando que servía tambaleante los cinco platos que tenía en los brazos. Se giró a verme suplicando ayuda con la mirada. Esbocé una sonrisa tomando tres de los platos colocándolos en el comedor mientras él se mantenía callado. Quería respuestas, el hecho de que me trajera aquí me causaba curiosidad y aún más teniendo en cuenta que mi padre había dicho querer llevarme sin mi consentimiento a Suiza. Si no cumplía, Grace jamás me volvería a ver y ahora ninguno sabe de nuestro paradero, algo que debe estar enloqueciendo a Grace creyendo que nuestro padre me ha secuestrado y mi padre de seguro debe creer que Grace me ha llevado a algún paradero extraño donde no me pueda encontrar. - Siéntate, Lena... - murmuró cauteloso sentándose junto a mí.
La verdad duele, eso todos lo hemos aprendido en algún punto de nuestra vida ¿no es así? Sin embargo, algo que jamás aprendemos es que a pesar del dolor, aun nos sigue atrayendo las mentiras y los engaños. Siempre lo hacemos, a toda hora, mentimos a nuestros padres, hermanos, amigos, familia e incluso a nosotros mismos todo el tiempo pero cuando es hora de saber la verdad, esta suele doler demasiado. A lo largo de mi vida he tenido que lidiar con verdades capaces de matar, casi matan a mi hermana y mataron a mi madre biológica, pero yo tenía que ser diferente a ellas, no podía permitir que las verdades crueles que se ocultaban bajo el apellido Marshall buscaran consumirme hasta ahogarme porque debía ser más fuerte que ello. Debía ser como mi hermana. Siempre quise ser como ella, aun
Nos introdujimos en un bar que comprendía tres plantas donde todas ellas se interconectaban por un ascensor de cristal el cual estaba rodeado por balcones en cada planta, contrastando el piso de vidrio con las barandas de metal dándole un aspecto elegante a imponente al lugar que exudaba lujo por donde viera. El calor era infernal, la cantidad de personas superaba a las que hubiera visto en un bar en Los Ángeles y me encantaba. Adoraba el hecho de que aquí nadie me conociera. Nadie sabía quién soy, de que familia vengo. No sabían absolutamente nada y lo ama porque podía ser quien quisiera y no sabrían si miento o no. Tomo de la mano a Jesse llevándolo a la pista de baile acercándonos tanto que podíamos sentir el cuerpo del otro casi encima y aun así seguimos el ritmo de la música y
Trague saliva viendo a la chica frente a mí que me evaluaba con sus ojos azabaches. - ¿Por qué no me dijiste que vendría tu hermana? – me gire a ver a Jesse que rodeo con su brazo mi cuello pero le aparté con brusquedad alejándome dos pasos de él. Negó – no tenía idea de que vendría – murmuró – no tienes por qué enojarte por ello. - es cierto. No tienes por qué enojarte con Jesse. Vine sin avisar, discúlpame, no tenía idea de que Jesse te había traído y mucho menos que estarías de aquel modo, nuevamente me disculpo – suplico mirándome con pena jugueteando con los dedos. Le mire fijamente fulminando con la mirada a Jesse a mi lado y esboce una sonrisa tensa. - No tienes por qué d
Siempre he amado la noche, la oscuridad que ofrece y como aun en medio de la oscuridad la luz intenta ser participé incluso en el escenario más oscuro, me daba esperanzas, ilusión y alegría. De pequeña Grace me contaba que las estrellas eran guías, eran las personas que nos cuidaban, por cada estrella había una persona que nos observaba y que entre las miles de millones de estrellas, se encontraba mamá observándonos, siendo feliz porque seguíamos juntas, estando orgullosa de las hijas tan maravillosas que tenía. Pero a mí nunca me causó felicidad saber que mi madre estaba allí arriba cuando anhelaba con todo mí ser saber cómo fue, pasar tiempo con ella y abrazarle. Cuando me contó Grace de toda la verdad tras mi apellido, su historia y la razón por la que no tenía padre, no quise aceptarlo, no podía aceptar que estaba completamente so
Jesse No sabía cómo definir lo que sentía, tenía miedo. Terror de que Lena se estere de la verdad, temo su reacción porque sé que lo que le oculto... Jamás me había enamorado en mi vida, cuando mis padres murieron sentí que moría y que jamás amaría alguien, porque cuando está muerto tu ser, tu corazón también lo está, y tu mente es la que gobierna sobre un cascaron frágil ante un mundo cruel. Pero cuando llegó esa chica de cabello negro tan oscuro como la noche, con mirada intimidante y actitud desafiante, bella como una rosa prohibida, supe que ya no había vuelta atrás. Supe en ese momento que me había enamorado de alguien que estaba prohibido para mí, sin embargo, lo prohibido siempre me cautivó y toda ella me hipnotizaba. He visto en ella durante los cortos perio
- ¿Por qué me trajiste aquí? – inquirí enarcando las cejas algo molesta. Le había pedido que me llevar a su lugar favorito y en lugar de eso me trae al cine. ¿Es su lugar favorito? ¿Acaso me he enamorado de alguien con gustos tan superficiales y huecos? Dios mío, en que me he metido. Jesse esbozó una sonrisa deteniéndose frente a mí en medio del centro comercial frente estaba el cine y la gente estaba empezando a vernos con curiosidad. - Quiero que tengamos una cita, ya es hora de tener una ¿No lo crees? – enarco las cejas esperando una respuesta pero no sabía que responderle a decir verdad. Solo había venido al cine con Theo o Isaac, nunca a una cita. Sonreí malévola – Tuvimos una, ¿la cena en casa de Grace no cuenta?
Un soplo en los parpados me aturde levemente sacándome de mi sueño en blanco y negro, logrando percibir todo a mí alrededor con afinidad. Alguien a pocos centímetros de mi rostro me acaricia la mejilla con delicadeza provocando que esboce una sonrisa involuntariamente. Un suspiro despues y siento sus labios sobre los míos delicadamente, atraigo a Jesse más hacia mí para cerciorarme de que en verdad Jesse me está besando, provocando que sonría en medio del beso. - Buenos días – murmuró separándose unos milímetros de mis labios. Gruño escondiéndome en el hueco de su cuello, provocando que suelte una carcajada que hace vibrar su pecho haciéndome sonreír aun con los ojos cerrados. Levanto el rostro abriendo poco a poco los ojos impactando su mirada grisácea con la mía, ambas brillantes.