6 años después
De: Mateo
Para: Rebeca y MarcosMe alegra saber que están bien. Esperamos verlos pronto, los niños no han dejado de preguntar por ustedes.
En cuanto a la pesadilla de Rebeca, no se preocupen, todos estamos bien por acá.
Jessica está dormida a mi lado, hoy tuvo un poco de trabajo en la mañana, En enero es el tercer aniversario de ADMA y resolvió un par de asuntos.
Recibirá un premio por ser la asociación con más casos ganados en pro de las mujeres, y por la intervención a países que viven en violencia de
Había ciertos errores de los que no podía escapar. Tenía diesinueve años cuando me involucré con Dylan, lo habría dado todo por decifrar en su rostro la mirada de un psicopata, pero sus pupilas me rimaban con amor. Sus besos me arrancaron el alma a pedazos, desfigurandome la vida poco a poco hasta encontrarme ahí, en ese departamento vacío con la oscuridad golpeandome la espalda. Había huido, por mí y por ella. Ahora que veía el refrigerador desierto comenzaba a perderme la fé, pero la bebé que dormía entre el hueco de mis brazos me impulsaba a seguir deslizandome en puntillas por el departamento. Eran las cinco treinta de la mañana cuando recosté a Sarah sobre la cama, retuve las lagrimas e ignoré lo pesado que se sentía mi cuerp
—Mateo—— En cuanto le pregunté acerca de el departamento de abogados ella bajó la mirada y pude notar como su cuerpo se ponía rígido. Eso la incomodaba, tal vez la psicóloga de la empresa habría determinado la razón, pero estaba ahí rompiendo todos los protocolos. Yo lo asimilé con una mala experiencia laboral, fuera como fuera le ponía nerviosa y prefería evitarlo. Decidí callar y darle el trabajo, suponía que, después de todo, si ella decidía ser una secretaria nadie se lo podía negar. –Bien, me sorprenden sus antecedentes, por lo cual tiene el puesto – Concluí observando la laptop, pero al notar la ausencia de palabras volví a repetir. –Mañana a las seis en punto se presentará en su oficina, la hora de su almuerzo y salida lo sabrá después – Informé ocultando la intriga que seguía sobre mí, no pude mirarla hasta que se levantó y comenzó a agradecer. –Muchas gracias, agradezco esta oportunidad – Al terminar de pronunciarlo salió de la oficina con un
Habían pasado tres semanas, la culminación del verano estaba abriéndole las puertas al otoño, y todo marchaba bien. Como las estaciones, el ambiente de trabajo estaba fluyendo con armonía. La hora de almuerzo llegó más temprano que tarde, y como de rutina, observé a Mateo salir de su oficina. Tardé apenas segundos en interceptarlo a mitad del piso y seguimos avanzando mientras notificaba de cosas y pasaba papeles para que los firmara. Así eran las cosas ahí, trabajabamos con tiempo limite y cualquier pequeño lapso de tiempo tenía que rendir al maxímo. Entramos al elevador en donde intercambiamos un par de palabras relacionadas a los documentos que le entregaba, hasta que las puertas se abrieron en el primer piso. Siempre era el mismo recorrido hasta la cafetería, en donde alcanzaba a entrar a la sección privada apenas unos segun
El cielo se oscurecía cada vez más después del arcoíris, antes de notarlo; llegaba la tormenta. Y temí que las piedras en el camino fueran tantas que formaran una montaña que no podria escalar.–No puedes – Repetí por segunda vez con la mirada fija en ma pared de enfrente.-No Jess, estaba en camino hacia tu casa pero el accidente cubrió todas las desviaciones.-La temporada de lluvias está iniciando, es mejor mantener la ruta de la carretera.-En serio lo lamento.—Ya veré que hacer.Colgué a Rebeca y me dí el luj
La observé, solo pude limitarme a eso.Y entre más tiempo pasaba junto a ella, los pequeños detalles comenzaban a hacerse visibles, como la pañalera escondida detrás del escritorio y la fotografía del fondo de pantalla en el celular de Jessica, el cual la infante comenzaba a bloquear y desbloquear.De pronto, una llamada cruzó el celular y de un manotazo la niña contestó.– Jessica – Llamó una mujer del otro lado, lo único que obtuvo fueron balbuceos y — ¿Sarah?, ¿En donde está mamá?No recuerdo con exactitud lo que pensaba en ese momento, lo más probable es que mi mente se hubiera mantenido en blanco, reco
Todo pasó de mal en peor, lo trabajos se volvían innecesarios y cada vez tenía mas tareas que hacer, ya no pedía nada para almorzar y cuando lo hacía era por que alguna chica estaba en su oficina.Siempre era lo mismo.Una rubia enfrente de él charlando animadamente.Era jueves y toda la semana había sido agotadora, la actitud de el señor zingmark había cambiado y lo comprendía, después de todo esta semana había sido muy ocupada, pero no lograba comprender por que razón siempre que tenía algún tiempo libre prefería pasarlo con alguna mujer.En mis primeras semanas no era así, en los momentos menos ocupados era cuando
Pasaron 2 semanas desde el incidente y ahora apenas nos dirigiamos la palabra, ya no deseaba nada para almorzar, nunca.A pesar de que yo no dejaba de tratar.Todos los días iba a su oficina y le preguntaba lo mismo, este día no era la excepción.Caminé hasta la puerta toqué tres veces y entré después de que lo indicara, era la misma rutina todos los días, ahora solo faltaba que él me rechazara y yo fuera a comprar tan solo mi comida.–Disculpe, pero me preguntaba si usted desea algo de...–No Jessica, para nada– Contestó abruptamente y sin mirarme, como siempre –Pero necesito que revise est
Mateo.-¿Cree que es facil? - Preguntó mostrando verdadero esmero por no llorar - ¿Cree que es sencillo tener que cuidar a una bebe día y noche?, ¿Ser rechazada de cualquier empleo por ella?. No tiene ni idea de lo duras que son las noches en las que no paro de pensar que soy una inútil y estúpida. -Dijo con odio destellando en sus ojos, y ese odio era por mí, esas lágrimas las había ocasionado yo por un arranque de ira y pesadez que el trabajo y las pequeñas mentiras habían ocasionado. -¡Por que sí, me equivoqué en un pasado!, no tomé las decisiones correctas y sé que ahora estoy pagando por ello, pero escuche, esa niña que usted vió hace algunas semanas es mi vida entera. Si mentí fue por que yo sabía que usted ni nadie me co