Capítulo 2

Apoyándome en mí mismo, receloso de todos, ya que no quería que nadie me dañara, pero nada en la vida es un absoluto. Así es la vida, no todo puede ser como uno quiere.  

Mis pensamientos se vuelven un caos de solo recordar el pasado. Al encontrarme mucho tiempo viendo a la nada decido despejar mi mente, después de todo no quiero que Lucas haga preguntas, a pesar de que sabe que no voy a responderle igual las hará. Así es la personalidad curiosa del hombre.

—Ya está listo el café hombre, ¿Vas a querer? —me pregunta.

— ¿Es eso acaso una pregunta? —le digo en tono de broma.

En lo que él termina de echar el líquido en nuestras tazas, me dispongo a trasladar mi mirada hacia el exterior. Logro vislumbrar a través de las ventanas de la sala como se va iluminando poco a poco el cielo, eso es muestra que está por salir el sol. Es sorprendente como un lugar como Miami puede ser caluroso en el día, pero cuando se entraba la mañana hay un frío horrible, al menos en la zona donde vivo.

— ¿Te vas a ir de una vez o te vas a ir con esa camisa a la estación? —pregunto cuando lo veo acercarse a mi vestido de civil.

— ¿Qué paso hombre acaso quieres que me vaya?

— ¿Qué tú crees? —le digo con una sonrisa enigmática, no queriendo responder directamente a su duda.

—Me hieres… —comenta a la vez que se coloca su mano sobre el pecho como si realmente lo hubiese herido de alguna manera.

— ¿Cómo aceptaron en las fuerzas a un hombre como tú? ¿No hay un momento de seriedad en tu vida? —ruedo los ojos al ver su actitud bromista.

—Claro que la hay… —me veo atrapado por la seriedad con la que habla, pero sus siguientes palabras rompen la atmosfera—. Cuando estoy en la cama con una mujer soy el hombre más serio del mundo, después de todo ahí es cuando tengo que estar más concentrado. Ya que si no lo estoy podría perder…

—Sabes que, me importa una m****a lo que vayas a decir. Me voy a tomar un baño, espero que cuando salga de mi ducha ya te hayas ido a donde sea que quieras ir a estar horas —le interrumpo antes de que pueda seguir con sus estupideces.

— ¡Oye hombre! —exclama, pero lo ignoro para seguir con mi camino hacia el interior a mi habitación.

Un suspiro sale de mis labios al momento de entrar, es como si hubiera sido una carga haber estado afuera conversando con Lucas. Me paso la mano por la frente, respiro profundamente para luego encaminarme hacia el interior de mi cuarto de baño. Me deshago de una vez por todas la camisa que traía puesta, me retiro la camisa negra quedando con mi torso al descubierto, a través del espejo logro ver el estado en que me encuentro.

Vislumbro algunas cicatrices a través de mi torso, examino cada parte de mi cuerpo sabiendo de donde provienen cada uno de ellos. — ¿Quién dijo que ser un oficial de policía era fácil? —. Me acerco para abrir la llave del lavamanos, me lavo la cara con calma limpiando cualquier residuo de preocupación que se haya encontrado en mí.

Vuelvo a posicionar mi mirada en el espejo, me encuentro con mi mirada oscura a través del espejo, si hay algo que no he podido evitar notar es la oscuridad en la profundidad de mis ojos. Es como si fuera un presentimiento en mi interior, uno que me dijera que siempre estaré solo.

A lo largo de mi vida siempre he visto como una buena persona, o al menos eso pienso. He visto como personas malas tienen vidas envidiables, mientras que yo, una persona que siempre se ha mantenido caminando en la ley, en la legalidad, no me ha ido tan bien como supondría.

No recuerdo cuando fue la última vez que estuve con alguien, entre mis ocupaciones en la estación y hacer ejercicio para que mis demonios internos no salgan a la luz, me he visto acorralado.

Es como si una energía misteriosa me impidiera seguir con mi vida.

— ¿Qué clase de Karma he contraído como para que me esté pasando esto?

Al no encontrar una respuesta que me satisfaga me dispongo a tomar esa ducha que he ido atrasando con el pasar de los minutos.

Me retiro el short que traía puesto, seguido de mi ropa interior. Para luego introducirme en el interior de la ducha, abro inmediatamente la llave; gradúo la temperatura para que salga agua tibia de las tuberías, me introduzco debajo de la lluvia artificial permitiendo que se lave cada parte de mi cuerpo, coloco mis manos sobre la pared de la ducha con mi cabeza baja.

Dejo que el agua transite por mi espalda, a la vez que siento como calma cada uno de mis músculos en tensión, después de mucho tiempo levanto mi rostro de la posición donde se encontraba.

El agua entra en contacto con mi rostro, es justo ese momento cuando tomo el gel de baño sobre la superficie que se encuentra a la altura de mi pecho. Esparzo un poco sobre mi mano para luego comenzar a restregar cada parte de mi cuerpo, comenzando por mi cuello, bajando por mi pecho y abdominales firmes.

Tengo que mantener mi cuerpo atlético por el área donde me encuentro. Ya que en ocasiones me toca estar en redadas, para impedir que alguien se la quiera dar de listo.

Vuelvo a introducirme bajo el agua, con el objetivo de que esta se lleve todos los residuos que pudiesen quedar en mi cuerpo debido a la forma en que me levante en la mañana. Luego de eso me inclino para tomar el champú entre mis manos para echar un poco en mi cabello. Pensamientos varios llegan a mi mente, logrando que me pierda en el momento.

Enfoco en limpiarme, masajeando con suavidad mi cabello castaño claro. Después de retirarme todo me dispongo a tomar mi toalla para proceder a secarme.

Camino con calma hacia el espejo. Tomo la crema de afeitar que siempre dejo al lado de la jabonera. Para proceder a tomar la cuchilla para darme un repaso por el rostro, me lavo con un jabón para la cara.

Me dirijo hacia el interior de mi habitación nuevamente con una toalla anudada en mi cintura, luego de haber hecho mis necesidades y haberme lavado los dientes. Me ubico en la entrada de mi closet, para comenzar a tomar la distintiva camisa azul oscuro. Inclino mi torso hasta que llego a tomar de la parte inferior; el pantalón negro, seguido de mis zapatos negros.

Encamino mis pasos nuevamente hacia mi cama, no sin antes tomar mi ropa interior. Uso mis artículos de aseo personal para luego comenzar a vestirme con calma, al comprobar que tengo todo en su lugar, me agacho para tomar el arma que justo está debajo de cama. Me la coloco en el cinturón para salir de una vez por todas hacia la sala.

—Al menos tuvo la decencia de irse, hubiese sido raro si se quedara más tiempo. Después de todo no somos precisamente muy allegados, solamente no quería que se fuera a su casa en ese estado de ebriedad, podría causar un accidente que haría que su historial sea tachado

Tomo la cafetera para llenar mi taza, tomo un pequeño sorbo permitiendo que este líquido pueda lograr despertarme por completo. Para mi tranquilidad, si lo hace, esto logra calmar mi dolor de cabeza.

—Aquí vamos de nuevo, otro día rutinario en mi vida sin nada más que aportar, después de todo hoy me toca vigilar las celdas donde traen a las personas problemáticas —con esto salgo de una vez de mi apartamento.

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