Doy un leve vistazo a cada uno de los nombres de las personas, tratando de identificar el nombre de una de las mujeres, esperando encontrar el que me interesa; esto se hace con base en su identificación.
Ya que ha habido oportunidades donde han dado un nombre falso, lo cual me parece absurdo porque en su identificación aparece uno completamente diferente. El mundo está lleno de todo tipo de personas. Escucho que abren la puerta, por lo que dirijo mi mirada hacia ese sitio encontrándome con un hombre de traje.
Frunzo el ceño intrigado por esto, estoy acostumbrado a ver a todo tipo de personas. Aunque está en particular, me deja sorprendido, no precisamente por el traje de punto que lleva puesto, que intuyo que vale más que un año de salario mío.
Si no por su mirada, hay algo en ella que me hace conectar de cierta manera. Al ser oficial, es normal encontrarme supervisando y analizando a cada persona, ya que el comprobar antes puede ser un punto clave que decidirá su próximo movimiento.
— ¿Por quién se encuentra aquí, señor? —le pregunto con cortesía.
—Estoy aquí por la señorita Knight —asiento para luego tomar la caja correspondiente sobre mis manos.
—Estas son sus pertenencias, deme unos minutos en lo que la busco —con esto me giro en mi lugar encontrándome frente a la celda de mujeres—. ¿Señorita Aubrey Knight?
— ¡Por fin! —me sorprendo al ver qué quien se levanta es quien menos pensé.
Al ver esto no puedo evitar que mi mente comience a hacer conjeturas de cuál será el parentesco entre los dos. Aunque no sé por qué en mí se genera un sentido de pérdida al tener conocimiento de esto.
«¿Qué sentido de pérdida voy a estar teniendo yo? Ni que nos conociéramos de antes», suspiro para luego sacar mi llave para abrir la celda.
— ¿Qué pasa precioso? Te ves extraño… —me sorprende que pueda notar mi cambio de expresión, después de todo fui entrenado para ocultar mis expresiones faciales—. ¿Será que estás triste porque me voy a ir?
—No diga tonterías, señorita —mantengo mi voz firme.
—A mí no me engañas, sé que estás triste porque me voy, pero sabes que eso se puede solucionar fácilmente —trago de manera audible al ver nuevamente esa mirada recorriendo mi cuerpo sin ningún recato.
—Señorita, es momento de que salga, después de todo afuera se encuentra un señor, un esperándola para que pueda irse de una vez por todas de aquí.
— ¿Un señor? —ella ladea el rostro, extrañada, para luego seguirme hacia el exterior; específicamente hacia donde está ese señor de ojos cafés—. ¿Quién es usted?
—Dejémonos de tanto protocolo y recoge tus cosas para que podamos salir de aquí de una vez por todas, asumo que hiciste una sola llamada por lo que no es necesario que lo analices tanto —ella se queda en silencio y sin decir nada más toma la caja con sus pertenencias. El señor al ver esto sale del lugar para esperarla afuera.
— ¿Quién se está creyendo este hombre? —la escucho susurrar debido a la cercanía entre nosotros.
— ¿Está bien irse con ese señor? —me encuentro preguntando sin darme cuenta hasta que ya es tarde.
—No lo sé, pero confío… —se queda en silencio, para luego desplazar su mirada a mi rostro—. ¿Qué paso? ¿Estás preocupado por mí?
—Es mi deber como oficial velar por el estado de todas las personas que están bajo mi jurisdicción, señorita, no confunda las cosas.
— ¿Seguro que no quieres que esté debajo de ti, pero en el otro sentido de la palabra? —mantengo mi mirada firme, pero no puedo evitar encontrarme deseando de cierta manera que eso se cumpla.
—Ya está por irse, ¿Por qué complicar más las cosas?
—Yo no llamaría a esto complicar las cosas, ya que mi objetivo es muy claro muñeco —la familiaridad con la que es capaz de hablarme me pone en una situación muy difícil en estos momentos.
—Señorita Knight…
—Sí que eres difícil hombre, ¿No sabes cuantos hombres desearían con estar conmigo? —observo como su labio inferior se contrae en un puchero que me parece muy tierno.
—No lo dudo, señorita, pero comprenda que estoy de servicio, por lo que ya el solo hecho de encontrarme aquí aguantando todo lo que me dice va en contra de mi reglamento.
— ¿Qué tengo que hacer para que rompas más que ese reglamento?
—No me obligue, señorita, a hacer algo que no deseo hacer, puedo encerrarla nuevamente y alegar cualquier tipo de razón para impedirle irse en poco tiempo.
— ¡Diablos hombre! Eres exasperante —es lo que dice, antes de seguir su camino hacia el exterior—. Esto no se queda así, haré que te arrepientas de haberme rechazado, y será de una manera que los dos disfrutaremos cariño —se detiene en la puerta para luego decir eso, con eso sale de mi vista.
En cuanto sale no puedo evitar soltar el suspiro que no sabía que tenía guardado por Dios, sabe cuánto tiempo. Introduzco mis manos en el interior de los bolsillos de mi chamarra a la vez que traslado mi mirada hacia esa misma puerta por la que acaba de salir la chica.
Rememoró en mi mente todo lo que me dijo, Dios sabe cuántas veces me sentí incitado a decir que sí, pero el hecho de saber que eso va en contra de mí deber me impidió dar otro paso.
Un paso que nunca creí tener la valentía de dar, por la manera en que se desenvolvió conmigo no me cabe duda que ella es una mujer que es capaz de obtener todo lo que quiere. Y lo que quiere por lo visto es a mí, pero no puedo permitir eso, ella es una mujer acostumbrada a obtener lo que quiere y hacer lo que se le venga en gana.
Yo soy completamente diferente, no me encuentro estando con una mujer así.
—Aubrey Knight… —intuyo que ese nombre me perseguirá por mucho tiempo.
«Nunca me había encontrado con un hombre así. Es extraño. No puedo evitar pensar en lo poco agresivo que es, no dudo que otra persona en su misma posición no perdiera el tiempo para intentar ir más allá conmigo, que intrigante», converso conmigo misma como es normal.A veces me siento en un monólogo, porque paso demasiado tiempo en conversaciones internas, las cuales me hacen dudar de mi desempeño mental. Ya que en ocasiones son cosas serias sobre lo que haré, o reflexiono en muchas cosas que ocurrieron en el pasado, como también en cosas estúpidas, específicamente la importancia de comer mermelada con pan o una grasienta hamburguesa; de esas que van a tus caderas.Sonrío internamente al reflexionar en esto. Camino con lentitud hacia el exterior, encontrándome con varios oficiales, viéndome de reojo disimuladamente, lamentablemente al ser mujer detallo muy bien todo, por lo que su forma de disimular no es la más discreta.«Por eso digo que ese hombre es extraño, creí que era una reacc
Sin darme cuenta comienzo a revivir esos momentos llenos de alcohol y sustancias que espero jamás probar nuevamente. Por eso ahora más que nunca tengo especial cuidado sobre lo que consumo en el lugar, sea el lugar que sea.Porque si he aprendido algo, es que ningún sitio está exento, todos los sitios son peligrosos, por igual, solo hay que saber a cuáles puedes ir. Así de sencillo.Libero un suspiro con la intención de apartar mis pensamientos de esos sitios que aún se encuentran en mi mente.—Ya llegamos, señorita Kingston —escucho que me dice mi jefe; ese que tiene una conexión dudosa con mi amiga.—Hazme el favor y jamás me vuelvas a llamar así —digo para luego bajarme de su lujoso auto negro mate.Llega a mi lado para proceder a caminar en dirección a este hotel que conozco demasiado para mi gusto, no es porque lo haya querido sino más bien por una obligación.Nos introducimos en su interior, pasando por el lobby en el cual se encuentran varios empleados; a unos lo conozco a otro
—Otra vez lo mismo…Inclinó mi cabeza hacia adelante, colocándola bajo el agua de la ducha. Permitiendo que esta pueda llevarse eso que tiene inquietando mi mente desde que desperté. No tengo idea de lo que ha estado ocurriendo, desde hace un par de días no he podido conciliar el sueño, y cuando por fin bueno hacerlo me levanto exaltado de la cama.— ¿Qué está ocurriendo? Con anterioridad solo bastaba hacer ejercicio antes de ir a la cama para tener una buena noche, pero ahora… —dudas cómo están me llenan, unas que no tienen respuestas—. ¿Qué ha cambiado?Siento como el dolor en mi cabeza va en aumento, hasta el punto que se hace prácticamente imposible contenerlo. —Que diablos está ocurriendo, ¿Por qué me cuesta más de lo normal descansar? —suspiro para luego cerrar la llave de la ducha.Vine a tomar un baño con la única intensión de poder que de mí, salieran todos esos pensamientos, aparte de eliminar el sudor en mi cuerpo por la pesadilla que acabo de tener. Al contrario de las vec
Espero paciente hasta que el agua está lista, siendo así hecho el contenido en donde debo. Mientras espero que termina el proceso me dispongo a caminar hacia la despensa para tomar un par de rebanadas de pan que introduzco en la tostadora. No tardan mucho en estar listas, les esparzo mantequilla sobre ellas para luego servirme una taza de café sin azúcar.—Ahora, si me siento más despierto, esto es justo lo que necesitaba…Después de que termino de comer. Procedo a lavar todo como es costumbre mía ya, estoy acostumbrado a tener todo en orden. No podría comprobar realmente porque es esto, solo sé que me siento incómodo si no tengo todo en su respectivo lugar, es algo difícil de comprender para mí, solo sé que me gusta que todo a mí alrededor este en su lugar.—Ahora que todo está listo… —me dispongo a salir luego de dejar todo debo.Salgo hacia el pasillo en dirección hacia el ascensor del mismo, donde procedo a marcar el botón que me dirige hacia planta baja. Ya que no es como algunos
Me giro en mi lugar, incómoda. Al no poder encontrar un buen sitio para seguir con mi sueño, abro lentamente mis ojos llenos de lagañas, encontrándome con un rostro que conozco muy bien, demasiado para mi gusto.Es mi amada Arlette, aunque al verla completamente dormida no puedo evitar sonreír. Pensé que le costaría conciliar el sueño después de lo que ocurrió hace un par de días, gracias a Dios no fue así.Sospecho que esto tiene que ver con la presencia de cierto hombre de ojos cafés que parece nunca apartar su vista de ella. Es lindo a la vez que espeluznante, es demasiado posesivo con ella.Hasta el punto que me da escalofríos, pero de los buenos porque sé lo feliz que ella es con él. A pesar de que lo quiera negar, estoy segura de que Arlie se encuentra cayendo cada vez más por ese hombre misterioso.Tampoco es que estoy aquí porque quiera, hasta siento que soy su mata pasión personal. Ya que cuando estoy decidida a devolverme a mi apartamento para darle a cada uno su tiempo a so
Me giro encontrándome con Arlie aún dormida. Niego con mi cabeza, pero aun así me acerco para dejar un suave beso en su frente.— ¿Ya te vas? —se remueve en su sitio.—Si cariño, pero sigue durmiendo. Prometo venir más temprano, después de todo es lunes, no creo que haya muchas personas en el lugar —la veo asentir varias veces para luego girarse para volver a tomar la misma posición en la cama.Me da parece cómica la manera en que sucede esto. Se vio casi como un bebé cuando ve a su mamá partir hacia el trabajo, niego nuevamente con mi cabeza con una sonrisa en mi rostro. Con esto salgo de la habitación, para luego bajar las escaleras de la suite, una que tiene la estructura como si fuese un maldito Penthouse. Llego hasta el frente del elevador para salir de aquí.— ¿Ya se va señorita? ¿No desea comer algo antes? —me giro encontrándome con Fitch Hollister; el mayordomo fijo de Karim.—No es necesario cariño, además ya voy tarde. Sabes que si tu jefe se entera es capaz de regañarme otr
Me dejó guiar por ella hacia el interior del elevador. Lo que me deja pensando es lo extraño que encuentro todo esto, cuando pensé que tardaría mucho tiempo en poder verla, ella aparece frente a mí, aunque sería mejor decir que choca conmigo. Sé lo que ella está reflexionando, lamentablemente no puedo cumplir eso que quiere.Aubrey quiere tener algo de una sola noche conmigo, pero yo estoy en contra de eso. Primero porque estar ese tipo de relación con una persona va en contra de lo que siempre he querido y segundo porque como no he estado con nadie en ese aspecto no quiero crear una desilusión en ella, después de todo no tengo que discernir demasiado para darme cuenta de que ella no ha estado con una sola persona.Desciendo la mirada hacia mi mano, esa que ella se encuentra agarrando con firmeza. Por sentido común debería apartarla, pero por alguna razón desconocida me niego a hacerlo. Tristemente, la razón puede más que cualquier otra cosa.—Disculpe, señorita Knight, pero…— ¿Puede
Soy una persona que es muy difícil que llegue a irritarse, por lo que la mayoría del tiempo no tengo problemas, pero esta niña con sus constantes ataques en mí contra. Hace que llegue al límite de mi paciencia de la cual me siento tan orgulloso. Hasta el punto de sentir una ligera punzada en la sien. La observo con calma apartando mi mirada de dónde la tenía.— ¿Por qué con los demás eres tan amable, te disculpas y todo, pero conmigo eres tan pedante? —no es hasta que me pregunta esto, que soy consciente de ese hecho. Normalmente con todos soy tranquilo, pero ella es la excepción—. ¿Por qué te quedas callado? Dime algo…—No tengo una respuesta para eso, señorita, además, ¿Cómo espera que reaccione? Cada vez que abres la boca es para insinuar que quieres llevarme a tu cama —comienzo a pasarme la mano por la frente sintiendo como la molestia en mi cabeza sigue creciendo.—No insinúo nada, realmente te quiero en mi cama y de maneras que tú ni siquiera te imaginas muñeco —otra vez ese put