— ¡Arlie!, Amiga, necesito urgentemente tu ayuda en estos momentos —me alejo después de escuchar que le contestan la llamada.
Me mantengo a un par de metros de ella dándole su espacio para que pueda hablar con calma, en lo que tarda en hacerlo no puedo evitar analizar lo que me dijo. Estoy sorprendido por su manera de desenvolverse, es como si fuese completamente abierta de mente, y no sé cómo sentirme con eso. Nunca me había encontrado con una mujer así.
Estoy acostumbrado a ver mujeres más gentiles, menos volátiles como lo es esta chica. Observo como enrosca si dedo en uno de sus rizos mientras habla por teléfono, me encuentro atraído por el tono de su voz.
Hay algo en ella que me hace preguntar que la trajo aquí. Aunque viéndola, y comprendiendo que normalmente las personas que vienen aquí son alborotadores que vienen cuando se presenta algún desorden público, no me extraña.
Además, si sumamos la manera en que está vestida, con un escote pronunciado a raíz de una blusa negra seguida de una falda gris que acentúa demasiado bien sus piernas. Para luego seguir por unos tacones aguja del mismo color que la blusa. Trago de manera audible, ya que por primera vez en mucho tiempo me siento atraído hacia una mujer. He estado muy ocupado en el trabajo y mis noches de desvelo como para preocuparme en estar con una mujer.
Para otros puede sonar estúpido que un hombre como yo aún siga manteniéndose sin haber experimentado una relación sexual. No siento que sea algo de lo que sentirme avergonzado, pero el solo hecho de ver a esa mujer ser tan abierta en ese sentido, me da la leve impresión de que ella es muy experimentada en ese aspecto.
Ahí es cuando me siento mal por no haber experimentado esas cosas en el pasado.
«Después de todo, como una mujer que ha estado con muchos hombres en el transcurso de su vida, estará dispuesta a estar con alguien que no ha tenido relación alguna. En todo la expresión de la palabra, ni una relación estable ni una sexual», aparto esos pensamientos de mi mente.
Es increíble como esta mujer fue capaz de generarme dicha incertidumbre. No sé si es su cuerpo o su manera de hablar. Solo sé que hay algo en ella que impide que pueda apartar mi mirada de ella. Quizás es su cabello cobrizo, pero si es físico o una vibra que me hace pensar de esta manera no estoy seguro.
—Ya terminé muñeco —su voz me hace despertar de mis pensamientos—, aunque no tengo ningún problema en que me digas viendo si eso es lo que deseas.
—No diga tonterías, señorita, solo estaba vigilando, por si no se ha dado cuenta ese es mi trabajo —le digo inmediatamente evitando caer en su trampa—. Cómo ya hizo su llamada, no es necesario que siga afuera, por lo que he de encerrarla nuevamente en su celda.
—Pero si yo quiero estar contigo un poquito más, ¿No me puedes complacer con esa fantasía? —se acerca un par de pasos hacia donde me encuentro.
—Le recomiendo que se aleje señorita, estamos en la jefatura. No en su casa o en cualquier lugar donde pueda perder el control de lo que sea que esté pensando.
— ¿Cómo sabes lo que estoy reflexionando? ¿Acaso tus pensamientos van por el mismo lado? —se mantiene en su sitio, pero cuando ladea el rostro logro vislumbrar algo que no había notado antes. Un tatuaje—. ¿Y con lo de estar en mi casa…?
—Señorita, si sigue cruzando los límites de lo que es estrictamente necesario, me tendré que ver en la necesidad de usar la fuerza, y eso es algo que no deseo usar con usted —mantengo mi voz firmé, pero no puedo evitar dar un leve vistazo al ave que se encuentra dibujada en su cuello, esa que antes estaba cubierta por su cabello.
—Si eres aburrido, pero eso no impide que quiera ir más allá. Para romper esos límites de los que tanto hablas —respiro con tranquilidad cuando veo que se acerca hacia donde se encontraba antes.
La sigo hacia su celda, para luego abrirla para permitirle la entrada. En cuanto entra se gira en mi dirección, pero lo que me transmite a través me desequilibra por completo, es algo con lo que no me había encontrado previamente. Pasión.
No recuerdo cuando fue la última vez que una mujer me vio de esa manera, ni siquiera recuerdo si hubo una en algún momento. Eso es lo que tiene pensando, a la vez que intrigado, como jamás lo había estado en la vida. A pesar de las diversas emociones que me encuentro experimentando, debido a mi entrenamiento estás, no se muestran en mi rostro.
Regreso a donde me encontraba, con la intención de alejarme lo más que puedo de dónde ella se encuentra. Con el pasar del tiempo más personas entrar algunas para quedarse y otras para buscar a las que se encuentran aquí. Aunque notó un hecho extraño, y es referente a la pelirroja.
Percibo que desde la otra celda; la de caballeros. Se encuentra un joven que la ve en varias oportunidades, pero no es una mirada de deseo como puedo notar en los demás, está, es diferente.
Por lo que llego a la conclusión que hay cierto parentesco en ellos, pero al ver cómo ella no le dirige la mirada en algún momento, me hace dudar de la veracidad de este argumento que tengo en mí.
Aparto mi mirada de él, el tiempo suficiente como para escuchar que suena el teléfono fijo que se encuentra sobre mi escritorio.
—Hombre, vinieron a buscar a una de las mujeres que se encuentra en el interior —asiento, a la vez que traslado mi mirada hacia ese lugar, encontrándome con que actualmente se encuentran dos mujeres en ella—. Ya pagaron la fianza por lo que voy a abrir la puerta para estos puedan entrar a buscarla.
—Está bien —le digo a la vez que me levanto esperando la llegada del civil.
Saco una caja que se encuentra en la parte inferior de mi puesto de trabajo. Ahí se encuentran las pertenencias personales de cada una de las personas que, por una u otra razón, llegan hasta acá.
Doy un leve vistazo a cada uno de los nombres de las personas, tratando de identificar el nombre de una de las mujeres, esperando encontrar el que me interesa; esto se hace con base en su identificación.Ya que ha habido oportunidades donde han dado un nombre falso, lo cual me parece absurdo porque en su identificación aparece uno completamente diferente. El mundo está lleno de todo tipo de personas. Escucho que abren la puerta, por lo que dirijo mi mirada hacia ese sitio encontrándome con un hombre de traje.Frunzo el ceño intrigado por esto, estoy acostumbrado a ver a todo tipo de personas. Aunque está en particular, me deja sorprendido, no precisamente por el traje de punto que lleva puesto, que intuyo que vale más que un año de salario mío.Si no por su mirada, hay algo en ella que me hace conectar de cierta manera. Al ser oficial, es normal encontrarme supervisando y analizando a cada persona, ya que el comprobar antes puede ser un punto clave que decidirá su próximo movimiento.
«Nunca me había encontrado con un hombre así. Es extraño. No puedo evitar pensar en lo poco agresivo que es, no dudo que otra persona en su misma posición no perdiera el tiempo para intentar ir más allá conmigo, que intrigante», converso conmigo misma como es normal.A veces me siento en un monólogo, porque paso demasiado tiempo en conversaciones internas, las cuales me hacen dudar de mi desempeño mental. Ya que en ocasiones son cosas serias sobre lo que haré, o reflexiono en muchas cosas que ocurrieron en el pasado, como también en cosas estúpidas, específicamente la importancia de comer mermelada con pan o una grasienta hamburguesa; de esas que van a tus caderas.Sonrío internamente al reflexionar en esto. Camino con lentitud hacia el exterior, encontrándome con varios oficiales, viéndome de reojo disimuladamente, lamentablemente al ser mujer detallo muy bien todo, por lo que su forma de disimular no es la más discreta.«Por eso digo que ese hombre es extraño, creí que era una reacc
Sin darme cuenta comienzo a revivir esos momentos llenos de alcohol y sustancias que espero jamás probar nuevamente. Por eso ahora más que nunca tengo especial cuidado sobre lo que consumo en el lugar, sea el lugar que sea.Porque si he aprendido algo, es que ningún sitio está exento, todos los sitios son peligrosos, por igual, solo hay que saber a cuáles puedes ir. Así de sencillo.Libero un suspiro con la intención de apartar mis pensamientos de esos sitios que aún se encuentran en mi mente.—Ya llegamos, señorita Kingston —escucho que me dice mi jefe; ese que tiene una conexión dudosa con mi amiga.—Hazme el favor y jamás me vuelvas a llamar así —digo para luego bajarme de su lujoso auto negro mate.Llega a mi lado para proceder a caminar en dirección a este hotel que conozco demasiado para mi gusto, no es porque lo haya querido sino más bien por una obligación.Nos introducimos en su interior, pasando por el lobby en el cual se encuentran varios empleados; a unos lo conozco a otro
—Otra vez lo mismo…Inclinó mi cabeza hacia adelante, colocándola bajo el agua de la ducha. Permitiendo que esta pueda llevarse eso que tiene inquietando mi mente desde que desperté. No tengo idea de lo que ha estado ocurriendo, desde hace un par de días no he podido conciliar el sueño, y cuando por fin bueno hacerlo me levanto exaltado de la cama.— ¿Qué está ocurriendo? Con anterioridad solo bastaba hacer ejercicio antes de ir a la cama para tener una buena noche, pero ahora… —dudas cómo están me llenan, unas que no tienen respuestas—. ¿Qué ha cambiado?Siento como el dolor en mi cabeza va en aumento, hasta el punto que se hace prácticamente imposible contenerlo. —Que diablos está ocurriendo, ¿Por qué me cuesta más de lo normal descansar? —suspiro para luego cerrar la llave de la ducha.Vine a tomar un baño con la única intensión de poder que de mí, salieran todos esos pensamientos, aparte de eliminar el sudor en mi cuerpo por la pesadilla que acabo de tener. Al contrario de las vec
Espero paciente hasta que el agua está lista, siendo así hecho el contenido en donde debo. Mientras espero que termina el proceso me dispongo a caminar hacia la despensa para tomar un par de rebanadas de pan que introduzco en la tostadora. No tardan mucho en estar listas, les esparzo mantequilla sobre ellas para luego servirme una taza de café sin azúcar.—Ahora, si me siento más despierto, esto es justo lo que necesitaba…Después de que termino de comer. Procedo a lavar todo como es costumbre mía ya, estoy acostumbrado a tener todo en orden. No podría comprobar realmente porque es esto, solo sé que me siento incómodo si no tengo todo en su respectivo lugar, es algo difícil de comprender para mí, solo sé que me gusta que todo a mí alrededor este en su lugar.—Ahora que todo está listo… —me dispongo a salir luego de dejar todo debo.Salgo hacia el pasillo en dirección hacia el ascensor del mismo, donde procedo a marcar el botón que me dirige hacia planta baja. Ya que no es como algunos
Me giro en mi lugar, incómoda. Al no poder encontrar un buen sitio para seguir con mi sueño, abro lentamente mis ojos llenos de lagañas, encontrándome con un rostro que conozco muy bien, demasiado para mi gusto.Es mi amada Arlette, aunque al verla completamente dormida no puedo evitar sonreír. Pensé que le costaría conciliar el sueño después de lo que ocurrió hace un par de días, gracias a Dios no fue así.Sospecho que esto tiene que ver con la presencia de cierto hombre de ojos cafés que parece nunca apartar su vista de ella. Es lindo a la vez que espeluznante, es demasiado posesivo con ella.Hasta el punto que me da escalofríos, pero de los buenos porque sé lo feliz que ella es con él. A pesar de que lo quiera negar, estoy segura de que Arlie se encuentra cayendo cada vez más por ese hombre misterioso.Tampoco es que estoy aquí porque quiera, hasta siento que soy su mata pasión personal. Ya que cuando estoy decidida a devolverme a mi apartamento para darle a cada uno su tiempo a so
Me giro encontrándome con Arlie aún dormida. Niego con mi cabeza, pero aun así me acerco para dejar un suave beso en su frente.— ¿Ya te vas? —se remueve en su sitio.—Si cariño, pero sigue durmiendo. Prometo venir más temprano, después de todo es lunes, no creo que haya muchas personas en el lugar —la veo asentir varias veces para luego girarse para volver a tomar la misma posición en la cama.Me da parece cómica la manera en que sucede esto. Se vio casi como un bebé cuando ve a su mamá partir hacia el trabajo, niego nuevamente con mi cabeza con una sonrisa en mi rostro. Con esto salgo de la habitación, para luego bajar las escaleras de la suite, una que tiene la estructura como si fuese un maldito Penthouse. Llego hasta el frente del elevador para salir de aquí.— ¿Ya se va señorita? ¿No desea comer algo antes? —me giro encontrándome con Fitch Hollister; el mayordomo fijo de Karim.—No es necesario cariño, además ya voy tarde. Sabes que si tu jefe se entera es capaz de regañarme otr
Me dejó guiar por ella hacia el interior del elevador. Lo que me deja pensando es lo extraño que encuentro todo esto, cuando pensé que tardaría mucho tiempo en poder verla, ella aparece frente a mí, aunque sería mejor decir que choca conmigo. Sé lo que ella está reflexionando, lamentablemente no puedo cumplir eso que quiere.Aubrey quiere tener algo de una sola noche conmigo, pero yo estoy en contra de eso. Primero porque estar ese tipo de relación con una persona va en contra de lo que siempre he querido y segundo porque como no he estado con nadie en ese aspecto no quiero crear una desilusión en ella, después de todo no tengo que discernir demasiado para darme cuenta de que ella no ha estado con una sola persona.Desciendo la mirada hacia mi mano, esa que ella se encuentra agarrando con firmeza. Por sentido común debería apartarla, pero por alguna razón desconocida me niego a hacerlo. Tristemente, la razón puede más que cualquier otra cosa.—Disculpe, señorita Knight, pero…— ¿Puede