No puedo evitar encontrarme perdida en mis pensamientos a raíz de la bomba que me acaba de soltar Arlette, no puedo hacer nada sino preocuparme por ella. Lo que nunca me ha gustado de ella es que es muy inocente, cuando me entere de la jugada que uso su novio, ahora ex, para meterse en sus bragas me llene de furia.
¿Cómo vas a emplear algo tan bajo como el tiempo para tener relaciones con tu novia?, no entiendo como hay personas que se van por las ramas. ¿No es mejor decir de una vez que eres un imbécil que solo busca meterse en tu vagina?, no es mejor hablar de una puta vez con la verdad que querer convencer a los demás de ser alguien que no eres.
Lamentablemente, yo opté por no ir a esa salida, de otra manera eso nunca hubiese pasado, siempre me he sentido como su protectora.
No quiero que nadie le haga daño, tristemente justo en esa salida a la que no fui, es cuando él se aprovechó de mi ausencia para hacer de las suyas. Y claro, ella con el pánico de que él la dejara por alguien más acepto.
¿Y cuál fue el resultado?, que ella quedó embarazada de un hijo de puta, que lo que menos hará es hacerse cargo de ese pequeño.
Hay un solo motivo que me hace que me enfurezca por completo. Y esa es, ver como una persona es capaz de jugar con otra de esa manera tan vil, es como si no considerara a la otra como un ser humano que también siente. Por eso nunca me cayó bien el tal Enzo.
Me pareció un bueno para nada, y lo comprobé cuando una semana después abandono a mi amiga para irse con una mujer adinerada.
Lo peor de todo es que puede ser muy adinerada, pero físicamente no es ni la mitad de hermosa que mi amiga. A veces no entiendo a los hombres, como pueden dejar una estabilidad, para irse detrás del primer coño que se les cruce, y ese traes ese tipo de beneficios se van corriendo inmediatamente detrás de este. Conclusión; Enzo es un canalla despreciable.
El mero hecho de ver su tristeza, porque después de todo ese tonto fue su primera vez. La mía no fue muy memorable, pero al menos esperaba que la suya si lo fuera. Lamentablemente, no todos obtienen lo que quieren, además de aprovecharse de eso ni siquiera fue atento.
Apenas acabo se largó, ese tipo de actitud despreciable es la que detesto. Él sabía que solo la quería para eso, pero ni aun así intento ser más atento, ya que él no puede venir a decirme a mí que no sabía que ella todavía mantenía su tarjeta “V”.
Observo como se aleja en la distancia, a pesar de que hice todo lo posible para que ella se sintiera mejor. No pude lograrlo, después de todo puedo comprender un poco lo que ella se encuentra sintiendo en estos momentos.
Solo cuando la veo girar en dirección a su área de trabajo es cuando me permito dirigirme hacia la mía.
Me siento en una de las sillas altas de la zona del bar, observo con tranquilidad el área de la piscina. Hoy el ambiente ha estado muy tranquilo, como por obra del destino, hoy ha habido muchos niños por todo el lugar, corriendo por todas partes con helados en sus manos. Sonrío al verlos jugar entre ellos.
Es lindo ver esa sonrisa inocente en sus rostros. Es como si nada fuera más importante que el hecho de salir a jugar con sus amigos.
«Ojalá siempre pudiéramos mantener esa inocencia, lamentablemente no es así, puesto que dé una u otra manera las personas del mundo terminan dañándonos».
En mi caso fue mi padre, el ilustre Uriel Kingston, dueño de una empresa al igual que esta; una cadena hotelera con negocios por todo el mundo. Desde que tengo razón nunca tuvimos una buena relación como padre e hija, siempre estuvimos en guerra, por una razón o por la otra. Siempre había algo que al señor Kingston no le parecía, nada de lo que hacía parecía ser suficiente para alcanzar sus elevados estándares.
Eso me hizo crear un odio sin saberlo, me fui alejando cada vez más de él. Hasta el punto de que éramos nada más que conocidos viviendo en la misma casa, ante los ojos del público somos una ilustre familia, nada más que sonrisas fingidas y abrazos ensayados.
Es increíble lo que son capaces de hacer las personas adineradas para mantener una fachada falsa. Quizás es por eso que odiaba ver a Enzo mostrando esa parte.
Yo, Aubrey Knight una mujer que se movía en los grandes círculos que se vio obligada por azares del destino a desligarse por completo de su parentesco familiar. He visto demasiado, hasta más de lo que debería haber visto, por lo que esas sonrisas falsas y conversaciones vacías son algo a lo que estoy acostumbrada.
Nadie es capaz de engañarme, por lo que he llegado a ser muy selectiva con las personas con las que me rodeo.
Aunque puedo decir sin temor a equivocarme que jamás me deje sobornar por ese alto mundo, el solo hecho de sentirme cómoda en mi situación actual es la mejor prueba. Trabajando ahora como barista en el área de la piscina de una conocida cadena hotelera, en un apartamento común, el cual no se encuentra muy lejos de mi lugar de trabajo. Me siento feliz justo como estoy ahora.
Me encuentro soltera, y estoy tranquila, así. No tengo que darle razones a nadie, me puedo acostar con quien yo quiera en cualquier puto momento sin miedo a nada. Se podría decir que llevo una vida de libertinaje, solo tengo una sola regla, no estar con personas casadas o con pareja, nunca he pasado por una situación así.
Pero, el solo hecho de pensar en que alguna mujer se encuentre llorando por mi culpa no me hace sentir muy bien que digamos.
Eso lo digo ahora, pero ese discernimiento que tengo ahora lo forje en relación con momentos desagradables que sufrí en el pasado y no precisamente las más bonitas. El día que decidí entregarme a alguien fue lindo al principio sí, pero después eso trajo consecuencias irreparables a mi vida que sinceramente trato de no recordar.
Salgo de mis pensamientos al ver que se encuentran acercándose algunos clientes del hotel, en la distancia puedo ver a un hermoso hombre de piel aceitunada y ojos azul oscuro que hace que todo en mi interior revolucione. El solo hecho de verlo hace que cierta parte de mí despierte, es como un deseo de querer poseer a ese hombre.
—Buen día, señorita, ¿Sería tan amable de facilitarme un Sprite? —me pregunta una madre que tiene a su hijo de la mano.
— ¡Claro que sí! —exclamo con una sonrisa mientras me dirijo hacia la máquina a mi espalda.
Tomo uno de los vasos de la encimera, para luego proceder a echar hielo en su interior a través de la máquina. Me dirijo hacia la nevera que no se encuentra muy lejos de donde estoy, de ahí tomo la bebida para luego facilitárselo a la señora con su hijo.
Aprovecho que la mujer se encuentra sirviendo su bebida para hacerle muecas al pequeño, eso hace que una hermosa sonrisa se manifieste en su rostro.
Observo de lejos como el hombre que vi antes se va acercando más a donde estoy, todavía no me ha prestado atención, pero aun así eso no impide que acomode en mi lugar. Paso suavemente mi mano por mi cabello, tono cobrizo, me llega exactamente por los hombros, acentuando las ondas en los extremos.
Tomo una posición seductora esperando ser vista, pero sus siguientes palabras derrumban cualquier deseo que pudiese haber nacido en mí.
—Hola campeón, ¿Cómo vas con tu mami? —solo por su tono soy capaz de darme cuenta del parentesco entre ellos.—Muy bien papi, pero tenía sed, por lo que vinimos por una bebida. La amable señorita nos facilitó una —me señala con una sonrisa deslumbrante en sus labios.—Muchas gracias por su atención —me comenta con una sonrisa, pasándome una propina.—No, señor, no es necesario —ahora me siento culpable por mis deseos mundanos.— ¡Yo insisto! —exclama con una sonrisa.Acepto con una sonrisa encantada, con la calidez con la que habla con su hijo, pero cuando ve a su mujer me quedo embobada. Ahora es que noto que a mí me dirigió una simple sonrisa cordial, ya que su verdadera sonrisa estaba dirigida a la que supongo que es su esposa.No puedo evitar no estar feliz, después de todo a pesar de que tuve pensamientos sobre él, el hecho de ver el amor con que trata a su familia. Ese amor es innegable; es un amor entrañable que viene de lo más profundo de su ser.Eso es justo lo que a mí me hu
— ¡Arlie!, Amiga, necesito urgentemente tu ayuda en estos momentos —me alejo después de escuchar que le contestan la llamada.Me mantengo a un par de metros de ella dándole su espacio para que pueda hablar con calma, en lo que tarda en hacerlo no puedo evitar analizar lo que me dijo. Estoy sorprendido por su manera de desenvolverse, es como si fuese completamente abierta de mente, y no sé cómo sentirme con eso. Nunca me había encontrado con una mujer así.Estoy acostumbrado a ver mujeres más gentiles, menos volátiles como lo es esta chica. Observo como enrosca si dedo en uno de sus rizos mientras habla por teléfono, me encuentro atraído por el tono de su voz.Hay algo en ella que me hace preguntar que la trajo aquí. Aunque viéndola, y comprendiendo que normalmente las personas que vienen aquí son alborotadores que vienen cuando se presenta algún desorden público, no me extraña.Además, si sumamos la manera en que está vestida, con un escote pronunciado a raíz de una blusa negra seguid
Doy un leve vistazo a cada uno de los nombres de las personas, tratando de identificar el nombre de una de las mujeres, esperando encontrar el que me interesa; esto se hace con base en su identificación.Ya que ha habido oportunidades donde han dado un nombre falso, lo cual me parece absurdo porque en su identificación aparece uno completamente diferente. El mundo está lleno de todo tipo de personas. Escucho que abren la puerta, por lo que dirijo mi mirada hacia ese sitio encontrándome con un hombre de traje.Frunzo el ceño intrigado por esto, estoy acostumbrado a ver a todo tipo de personas. Aunque está en particular, me deja sorprendido, no precisamente por el traje de punto que lleva puesto, que intuyo que vale más que un año de salario mío.Si no por su mirada, hay algo en ella que me hace conectar de cierta manera. Al ser oficial, es normal encontrarme supervisando y analizando a cada persona, ya que el comprobar antes puede ser un punto clave que decidirá su próximo movimiento.
«Nunca me había encontrado con un hombre así. Es extraño. No puedo evitar pensar en lo poco agresivo que es, no dudo que otra persona en su misma posición no perdiera el tiempo para intentar ir más allá conmigo, que intrigante», converso conmigo misma como es normal.A veces me siento en un monólogo, porque paso demasiado tiempo en conversaciones internas, las cuales me hacen dudar de mi desempeño mental. Ya que en ocasiones son cosas serias sobre lo que haré, o reflexiono en muchas cosas que ocurrieron en el pasado, como también en cosas estúpidas, específicamente la importancia de comer mermelada con pan o una grasienta hamburguesa; de esas que van a tus caderas.Sonrío internamente al reflexionar en esto. Camino con lentitud hacia el exterior, encontrándome con varios oficiales, viéndome de reojo disimuladamente, lamentablemente al ser mujer detallo muy bien todo, por lo que su forma de disimular no es la más discreta.«Por eso digo que ese hombre es extraño, creí que era una reacc
Sin darme cuenta comienzo a revivir esos momentos llenos de alcohol y sustancias que espero jamás probar nuevamente. Por eso ahora más que nunca tengo especial cuidado sobre lo que consumo en el lugar, sea el lugar que sea.Porque si he aprendido algo, es que ningún sitio está exento, todos los sitios son peligrosos, por igual, solo hay que saber a cuáles puedes ir. Así de sencillo.Libero un suspiro con la intención de apartar mis pensamientos de esos sitios que aún se encuentran en mi mente.—Ya llegamos, señorita Kingston —escucho que me dice mi jefe; ese que tiene una conexión dudosa con mi amiga.—Hazme el favor y jamás me vuelvas a llamar así —digo para luego bajarme de su lujoso auto negro mate.Llega a mi lado para proceder a caminar en dirección a este hotel que conozco demasiado para mi gusto, no es porque lo haya querido sino más bien por una obligación.Nos introducimos en su interior, pasando por el lobby en el cual se encuentran varios empleados; a unos lo conozco a otro
—Otra vez lo mismo…Inclinó mi cabeza hacia adelante, colocándola bajo el agua de la ducha. Permitiendo que esta pueda llevarse eso que tiene inquietando mi mente desde que desperté. No tengo idea de lo que ha estado ocurriendo, desde hace un par de días no he podido conciliar el sueño, y cuando por fin bueno hacerlo me levanto exaltado de la cama.— ¿Qué está ocurriendo? Con anterioridad solo bastaba hacer ejercicio antes de ir a la cama para tener una buena noche, pero ahora… —dudas cómo están me llenan, unas que no tienen respuestas—. ¿Qué ha cambiado?Siento como el dolor en mi cabeza va en aumento, hasta el punto que se hace prácticamente imposible contenerlo. —Que diablos está ocurriendo, ¿Por qué me cuesta más de lo normal descansar? —suspiro para luego cerrar la llave de la ducha.Vine a tomar un baño con la única intensión de poder que de mí, salieran todos esos pensamientos, aparte de eliminar el sudor en mi cuerpo por la pesadilla que acabo de tener. Al contrario de las vec
Espero paciente hasta que el agua está lista, siendo así hecho el contenido en donde debo. Mientras espero que termina el proceso me dispongo a caminar hacia la despensa para tomar un par de rebanadas de pan que introduzco en la tostadora. No tardan mucho en estar listas, les esparzo mantequilla sobre ellas para luego servirme una taza de café sin azúcar.—Ahora, si me siento más despierto, esto es justo lo que necesitaba…Después de que termino de comer. Procedo a lavar todo como es costumbre mía ya, estoy acostumbrado a tener todo en orden. No podría comprobar realmente porque es esto, solo sé que me siento incómodo si no tengo todo en su respectivo lugar, es algo difícil de comprender para mí, solo sé que me gusta que todo a mí alrededor este en su lugar.—Ahora que todo está listo… —me dispongo a salir luego de dejar todo debo.Salgo hacia el pasillo en dirección hacia el ascensor del mismo, donde procedo a marcar el botón que me dirige hacia planta baja. Ya que no es como algunos
Me giro en mi lugar, incómoda. Al no poder encontrar un buen sitio para seguir con mi sueño, abro lentamente mis ojos llenos de lagañas, encontrándome con un rostro que conozco muy bien, demasiado para mi gusto.Es mi amada Arlette, aunque al verla completamente dormida no puedo evitar sonreír. Pensé que le costaría conciliar el sueño después de lo que ocurrió hace un par de días, gracias a Dios no fue así.Sospecho que esto tiene que ver con la presencia de cierto hombre de ojos cafés que parece nunca apartar su vista de ella. Es lindo a la vez que espeluznante, es demasiado posesivo con ella.Hasta el punto que me da escalofríos, pero de los buenos porque sé lo feliz que ella es con él. A pesar de que lo quiera negar, estoy segura de que Arlie se encuentra cayendo cada vez más por ese hombre misterioso.Tampoco es que estoy aquí porque quiera, hasta siento que soy su mata pasión personal. Ya que cuando estoy decidida a devolverme a mi apartamento para darle a cada uno su tiempo a so