Mis ojos se abren inmediatamente. Las cobijas parecen querer sofocarme mientras lucho por liberarme de sus ataduras. Finalmente, pude liberarme de ese lío enredado. Paso mis piernas por el costado de la cama, tratando de hacer más lenta mi respiración y estabilizar mi ritmo cardíaco. Necesitaba aire.
Me puse de pie con mis piernas temblorosas, haciendo mi camino a través de mi habitación oscura hacia el balcón de la misma. Mi camiseta se encuentra firmemente pegada a mi torso sudoroso. Si no fuera por la visita sorpresiva de uno de mis compañeros, me habría arrancado la m*****a cosa.
Deslizo la puerta, al salir mis pies se encuentran con las baldosas frías en esta parte del apartamento, no puedo evitar. Me agarro a la barandilla para luego posicionar mi frente contra ella. El aire frío de la mañana me inunda por completo, esto logra hacer que mi piel sobrecalentada se calme.
El dulce olor de la brisa de la mañana logra hacer que mis pensamientos dispersos comiencen a apartarse de mi mente, logrando un estado de completa tranquilidad. Lentamente, siento como mi ritmo cardíaco vuelve a la normalidad.
Me enderezo en mi lugar a la vez que traslado mi mirada hacia el cielo estrellado, una sonrisa surge en mis labios al ver la infinidad de estrellas aún perceptibles a pesar de la contaminación gasifera de la ciudad de Miami, me siento con calma en el sofá que se encuentra no muy lejos de mí, me mantengo en silencio viendo la noche.
Un suspiro sale de mis labios de solo recordar como minutos antes me encontraba luchando en la oscuridad de mi habitación.
Es como si hubiese estado luchando con una bestia que se encontraba hibernando en mi interior, esa que sale sin previo aviso con la intensión de querer comerme. Hasta ahora no lo ha logrado, pero si sigo así tengo el leve presentimiento de que no tardará mucho en hacerlo.
Me quedo tan tiempo perdido en mis pensamientos que sin darme cuenta comienzo a sentir como mis lágrimas pican en la parte posterior de mis ojos.
Recuesto mi cabeza en el respaldo de la silla esperando poder encontrar el sueño pronto para poder tomar una ligera siesta antes de tener que cambiarme para ir a trabajar, lamentablemente pasas los minutos y nada de eso sucede.
Por lo que no me queda más que levantarme de mi asiento, para luego desplazarme hacia el exterior. No importa cuanto lo intentara después de esas malditas pesadillas el sueño nunca llegaba a mí.
Siempre las describí como batallas internas que solo ganaba cuando estaba suficientemente cansado la noche anterior, ya que al estar en ese estado ellas no podían encontrarme. Lo irónico es que en el pasado odiaba hacer ejercicio, pero justo ahora esa es mi salvación.
Anoche por incitación de mis compañeros, no cumplí con mi rutina diaria, eso creo un desequilibrio en mí, causando que no estuviera lo suficientemente agotado para escapar.
Antes de poder salir hacia la sala de mi apartamento, me recuesto por unos momentos en la cama tratando de esperar ese tan esperado sueño. Lamentablemente, las cosas no van como quiero, cuando más deseo algo, es cuando más este se aleja de mí.
Me remuevo incómodo en mi cama tratando de luchar con el sueño, al no poder encontrarlo me siento con calma en sobre el colchón.
Mi soledad se ve interrumpida por el característico sonido de unos pasos que no son los míos. Líbero un suspiro para luego levantarme de mi lugar, pero antes de intentar salir me desplazo hacia el cuarto de baño para lavarme la cara, eliminando cualquier rastro de lágrimas e intento borrar mi expresión. No quiero que nadie sepa estas cosas.
El hecho de ser hombre dificulta que uno pueda expresar sus pensamientos abiertamente. Al comprobar que todo está en su sitio procedo a salir de mi habitación.
Al momento de salir me encuentro con Lucas; mi compañero. Podría decirse que es lo más cercano a un amigo que tengo, aunque no sé realmente si debería darle esa categoría, después de todo no es que hablemos desde el fondo de nuestros corazones ni nada por el estilo.
Aprovecho de que se encuentra de espaldas para tratar de tranquilizar mi estado, para que él no pueda notar nada extraño que lo incite a hacerme preguntas incómodas.
Me acerco con calma hacia donde se encuentra; en la cocina. El olor de los granos de café me dan la pista que necesito de lo que sea que estuviese haciendo en la estufa.
— ¿Cómo te encuentras hombre?
— ¡Mierda! —exclama a la vez que salta en su punto alarmado—. ¿Qué diablos Roy?, podrías avisar al menos
—No es mi m*****a culpa que hayas estado tan perdido haciendo un puto café, si te quemaste o no, eso no es mi problema, no esperes que te ayude echándote una pomada o alguna m****a como esa —le digo con calma de brazos cruzando viendo con extrañeza el cómo salta por alguna razón que desconozco.
—No digas estupideces Jones, solo deberías ser menos silencioso. Pareces un maldito asesino con esas artes de sigilo, ¿No te equivocaste de carrera?
—Créeme que si lo fuera hace rato que te hubiese quitado la vida, ¿Acaso no ves lo ruidoso que eres? —refuto colocando mi mano sobre mi sien; debido al creciente dolor de cabeza que surge por su irritante voz a estas horas de la mañana—, podrías hacer silencio imbécil.
— ¿Qué tienes hombre? Anoche no tomaste una m****a, me dejaste a mí solo contra ese granuja de Baxter —toma mi misma posición con sus brazos alrededor de su pecho a la vez que analice, me tenso por esta acción de su parte—, te ves como la m****a hombre. ¿No dormiste bien anoche?
—Qué carajo te interesa si dormí bien o si dormí mal, ¿Será que estás cambiando de bando?, si es así preferiría que me lo dijeras de una puta vez.
— ¿Qué tienes hoy imbécil? Estás más irritable de lo normal y eso es decir mucho… —respiro tranquilo por haber escapado de su escrutinio.
— ¡Cállate la boca y haz el puto café! —exclamó a la vez que me traslado hacia la encimera. Tomo mi móvil abandonado sobre la misma para luego dirigirme hacia el sofá.
Comienzo a revisar con calma cada uno de mis mensajes, aunque ni siquiera sé por qué lo hago. Ya que realmente no tengo nadie que pueda escribirme, hace mucho que no tengo pareja, no tengo tiempo para esas cosas de una sola noche.
Eso nunca ha estado en mí, no sé por qué soy diferente al resto, mientras que la mayoría de mis compañeros hacen hasta apuestas sobre quien se lleva a más mujeres a la cama en una semana. Yo desdeño hacer ese tipo de cosas.
Para mí esas cosas son cosas que solo hacen los niños, no jugué a eso en el pasado, no lo haré ahora. Me quedo viendo a la nada recordando el pasado. No puedo evitar rememorar lo solitaria que ha sido mi vida, es como si toda la felicidad que tenía hubiese sido arrebatada de la noche a la mañana.
Pase de tener una madre amorosa que daba todo por mí, a quedarme solo sin nadie que me acompañara.
Estuve de casa en acogida en casa de acogida, no podría decirse que era feliz ni tampoco que estaba triste. Todo sucedió como un borrón, sin la calidez que debía experimentar un niño de diez años, a esa edad perdí a mi madre quedándome solo.
Apoyándome en mí mismo, receloso de todos, ya que no quería que nadie me dañara, pero nada en la vida es un absoluto. Así es la vida, no todo puede ser como uno quiere. Mis pensamientos se vuelven un caos de solo recordar el pasado. Al encontrarme mucho tiempo viendo a la nada decido despejar mi mente, después de todo no quiero que Lucas haga preguntas, a pesar de que sabe que no voy a responderle igual las hará. Así es la personalidad curiosa del hombre.—Ya está listo el café hombre, ¿Vas a querer? —me pregunta.— ¿Es eso acaso una pregunta? —le digo en tono de broma.En lo que él termina de echar el líquido en nuestras tazas, me dispongo a trasladar mi mirada hacia el exterior. Logro vislumbrar a través de las ventanas de la sala como se va iluminando poco a poco el cielo, eso es muestra que está por salir el sol. Es sorprendente como un lugar como Miami puede ser caluroso en el día, pero cuando se entraba la mañana hay un frío horrible, al menos en la zona donde vivo.— ¿Te vas
No puedo evitar encontrarme perdida en mis pensamientos a raíz de la bomba que me acaba de soltar Arlette, no puedo hacer nada sino preocuparme por ella. Lo que nunca me ha gustado de ella es que es muy inocente, cuando me entere de la jugada que uso su novio, ahora ex, para meterse en sus bragas me llene de furia.¿Cómo vas a emplear algo tan bajo como el tiempo para tener relaciones con tu novia?, no entiendo como hay personas que se van por las ramas. ¿No es mejor decir de una vez que eres un imbécil que solo busca meterse en tu vagina?, no es mejor hablar de una puta vez con la verdad que querer convencer a los demás de ser alguien que no eres.Lamentablemente, yo opté por no ir a esa salida, de otra manera eso nunca hubiese pasado, siempre me he sentido como su protectora.No quiero que nadie le haga daño, tristemente justo en esa salida a la que no fui, es cuando él se aprovechó de mi ausencia para hacer de las suyas. Y claro, ella con el pánico de que él la dejara por alguien m
—Hola campeón, ¿Cómo vas con tu mami? —solo por su tono soy capaz de darme cuenta del parentesco entre ellos.—Muy bien papi, pero tenía sed, por lo que vinimos por una bebida. La amable señorita nos facilitó una —me señala con una sonrisa deslumbrante en sus labios.—Muchas gracias por su atención —me comenta con una sonrisa, pasándome una propina.—No, señor, no es necesario —ahora me siento culpable por mis deseos mundanos.— ¡Yo insisto! —exclama con una sonrisa.Acepto con una sonrisa encantada, con la calidez con la que habla con su hijo, pero cuando ve a su mujer me quedo embobada. Ahora es que noto que a mí me dirigió una simple sonrisa cordial, ya que su verdadera sonrisa estaba dirigida a la que supongo que es su esposa.No puedo evitar no estar feliz, después de todo a pesar de que tuve pensamientos sobre él, el hecho de ver el amor con que trata a su familia. Ese amor es innegable; es un amor entrañable que viene de lo más profundo de su ser.Eso es justo lo que a mí me hu
— ¡Arlie!, Amiga, necesito urgentemente tu ayuda en estos momentos —me alejo después de escuchar que le contestan la llamada.Me mantengo a un par de metros de ella dándole su espacio para que pueda hablar con calma, en lo que tarda en hacerlo no puedo evitar analizar lo que me dijo. Estoy sorprendido por su manera de desenvolverse, es como si fuese completamente abierta de mente, y no sé cómo sentirme con eso. Nunca me había encontrado con una mujer así.Estoy acostumbrado a ver mujeres más gentiles, menos volátiles como lo es esta chica. Observo como enrosca si dedo en uno de sus rizos mientras habla por teléfono, me encuentro atraído por el tono de su voz.Hay algo en ella que me hace preguntar que la trajo aquí. Aunque viéndola, y comprendiendo que normalmente las personas que vienen aquí son alborotadores que vienen cuando se presenta algún desorden público, no me extraña.Además, si sumamos la manera en que está vestida, con un escote pronunciado a raíz de una blusa negra seguid
Doy un leve vistazo a cada uno de los nombres de las personas, tratando de identificar el nombre de una de las mujeres, esperando encontrar el que me interesa; esto se hace con base en su identificación.Ya que ha habido oportunidades donde han dado un nombre falso, lo cual me parece absurdo porque en su identificación aparece uno completamente diferente. El mundo está lleno de todo tipo de personas. Escucho que abren la puerta, por lo que dirijo mi mirada hacia ese sitio encontrándome con un hombre de traje.Frunzo el ceño intrigado por esto, estoy acostumbrado a ver a todo tipo de personas. Aunque está en particular, me deja sorprendido, no precisamente por el traje de punto que lleva puesto, que intuyo que vale más que un año de salario mío.Si no por su mirada, hay algo en ella que me hace conectar de cierta manera. Al ser oficial, es normal encontrarme supervisando y analizando a cada persona, ya que el comprobar antes puede ser un punto clave que decidirá su próximo movimiento.
«Nunca me había encontrado con un hombre así. Es extraño. No puedo evitar pensar en lo poco agresivo que es, no dudo que otra persona en su misma posición no perdiera el tiempo para intentar ir más allá conmigo, que intrigante», converso conmigo misma como es normal.A veces me siento en un monólogo, porque paso demasiado tiempo en conversaciones internas, las cuales me hacen dudar de mi desempeño mental. Ya que en ocasiones son cosas serias sobre lo que haré, o reflexiono en muchas cosas que ocurrieron en el pasado, como también en cosas estúpidas, específicamente la importancia de comer mermelada con pan o una grasienta hamburguesa; de esas que van a tus caderas.Sonrío internamente al reflexionar en esto. Camino con lentitud hacia el exterior, encontrándome con varios oficiales, viéndome de reojo disimuladamente, lamentablemente al ser mujer detallo muy bien todo, por lo que su forma de disimular no es la más discreta.«Por eso digo que ese hombre es extraño, creí que era una reacc
Sin darme cuenta comienzo a revivir esos momentos llenos de alcohol y sustancias que espero jamás probar nuevamente. Por eso ahora más que nunca tengo especial cuidado sobre lo que consumo en el lugar, sea el lugar que sea.Porque si he aprendido algo, es que ningún sitio está exento, todos los sitios son peligrosos, por igual, solo hay que saber a cuáles puedes ir. Así de sencillo.Libero un suspiro con la intención de apartar mis pensamientos de esos sitios que aún se encuentran en mi mente.—Ya llegamos, señorita Kingston —escucho que me dice mi jefe; ese que tiene una conexión dudosa con mi amiga.—Hazme el favor y jamás me vuelvas a llamar así —digo para luego bajarme de su lujoso auto negro mate.Llega a mi lado para proceder a caminar en dirección a este hotel que conozco demasiado para mi gusto, no es porque lo haya querido sino más bien por una obligación.Nos introducimos en su interior, pasando por el lobby en el cual se encuentran varios empleados; a unos lo conozco a otro
—Otra vez lo mismo…Inclinó mi cabeza hacia adelante, colocándola bajo el agua de la ducha. Permitiendo que esta pueda llevarse eso que tiene inquietando mi mente desde que desperté. No tengo idea de lo que ha estado ocurriendo, desde hace un par de días no he podido conciliar el sueño, y cuando por fin bueno hacerlo me levanto exaltado de la cama.— ¿Qué está ocurriendo? Con anterioridad solo bastaba hacer ejercicio antes de ir a la cama para tener una buena noche, pero ahora… —dudas cómo están me llenan, unas que no tienen respuestas—. ¿Qué ha cambiado?Siento como el dolor en mi cabeza va en aumento, hasta el punto que se hace prácticamente imposible contenerlo. —Que diablos está ocurriendo, ¿Por qué me cuesta más de lo normal descansar? —suspiro para luego cerrar la llave de la ducha.Vine a tomar un baño con la única intensión de poder que de mí, salieran todos esos pensamientos, aparte de eliminar el sudor en mi cuerpo por la pesadilla que acabo de tener. Al contrario de las vec