Episodio 02

Tuvo que dar media vuelta para poder encarar a la persona que intentaba colarse en su pequeño círculo de negocios — ¡Jaison! Por fin te encuentro, quiero presentarte a una persona, imagino que ya debes saber quién es.

Liam sintió que le arrebataban el aire de los pulmones y la sangre viajó rápidamente a su rostro, haciendo que lo sintiera extremadamente caliente mientras sus ojos observaban al hombre que venía con el entrometido.

Era, sin duda, Derek, su Derek, el mismo que había conocido en aquel accidente en el centro comercial, como era posible, que su destino le estuviese involucrando de esa manera, su rostro nunca se había borrado de su memoria y no había olvidado lo apuesto que era, tan alto y fuerte, con sus hombros ligeramente anchos, y aquellos brazos masculinos que lo habían mantenido por escasos segundos entre ellos, su piel morena le resultaba de una forma tan sensual que estaba seguro era jodidamente ilegal, los labios, casi tan gruesos como los suyos hacían juego con esos ojos masculinos y cejas pobladas, ¿en dónde se había metido todo ese tiempo? ¿porqué había tardado tanto?

Derek, sintiendo la mirada de Liam sobre él, giró ligeramente el rostro sólo para sostener su mirada durante unos segundos que se sintieron como una eternidad, y luego le sonrió. Una sonrisa tan resplandeciente que estaba seguro que hubiera hecho mojar a cualquier hombre al que estuviera destinado.

Pero sintió un poco de decepción, será que se había olvidado de él. Por supuesto, sólo se vieron una sóla vez, entre la vida y la muerte, era obvio que lo había olvidado por completo.

— Éste es Derek Carbone, el anfitrión de la fiesta. Derek, él es Jaison, mi amigo del que te he estado hablando.

Jaison se enderezó todo lo que pudo antes de brindarle una reverencia al pelinegro, la cual correspondió con total elegancia.

— Así que tú eres Jaison, es un placer por fin conocerte, he escuchado muchísimo de ti.

— Oh, el placer es todo mío. Me sorprende que usted tuviera conocimiento de mí, no soy más que un simple empleado de la empresa.

Ambos cruzaron una pequeña serie de elogios antes de que Derek mirara de nuevo fijamente hacia Liam. Antes de que alguno pudiera emitir palabra, Jaison se precipitó a presentarlos.

— Liam Soto, es mi esposo — Jaison sonrió mientras miraba el rostro de Liam antes de que éste se inclinara en una reverencia. El pelinegro correspondió de igual manera y luego le dedicó una sonrisa cuando estuvieron frente a frente de nuevo.

— ¿Tú esposo? Creí que eran compañeros de trabajo — su voz  calmada, con su toque varonil.

— No, Liam, siempre me acompaña a donde voy.

— Es un placer, señor Carbone — se apresuró a decir, en un tono un poco bajo que le hizo ruborizar ligeramente. Cambió su peso de un pie a otro y se acercó más a su esposo, recordando que la razón por la que se encontraba ahí era justamente él, y se regañó mentalmente por su comportamiento de colegiala. Y aunque Jaison no lo respetaba de la misma forma en la él lo hacía, lo llegaba a entender, no había vuelto  a convertirse en el mismo amante ejemplar por culpa de aquel atentado, y estaba claro que su esposo buscaría en otra porta lo que él no le daba, y aquello realmente no le parecía importar, ahora tenía a Derek frente a él.

Se permitió divagar fuera de la conversación que comenzaban a tener Jaison y Derek. El círculo que se había formado anteriormente se había dispersado y ahora sólo eran ellos tres, aunque Derek debía interrumpir constantemente la conversación para saludar a las personas que se acercaban a él, buscando su atención.

Luego de varios minutos, regresó a la conversación cuando escuchó que el tema había cambiado. Ahora hablaban de él y su matrimonio con Jaison.

— ¿Qué tiempo llevan casados? —quiso saber Derek curioso, manteniendo su mirada fija en Liam, el cual no dejaba de mirarlo tampoco.

—Tres años, —respondió Jaison tomando la iniciativa.

Derek bebió un sorbo de su champagne, sin despegar los ojos de Liam. Se aclaró la garganta y sonrió — Sinceramente no me imagino casado. Quizás aún no he conocido a la persona ideal.

— Estoy seguro que debe estar cerca, está rodeado de hermosas mujeres que parecen bastante interesadas en usted, —dijo Jaison sonriente.

—No me gustan las mujeres, señor Robles.

—Lo siento señor Carbone, no sabía, —dijo Jaison y Liam emitió un leve sonido llamando la atención de los dos hombres.

—Dígame señor Robles, ¿de que quiere hablarme? —preguntó Derek.

— Lo que pasa señor Carbones, es que la empresa para la que trabajo está interesada en hacer negocios con usted, si me lo permite, me gustaría proponer que nos reuniéramos más adelante para poder hablar acerca de ello.

Derek sonrió, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones — Ahora mismo debo atender a mis invitados, pero volveré más tarde si me interesa acordar esa reunión de la que hablas, con permiso.

Derek hizo una pequeña reverencia y se alejó de ellos, saludando a las personas a su paso. Jaison suspiró y se giró para ver a su esposo.

— Acaba de rechazarme, ¿No es así?

— Dijo que si le interesaba. no es un rechazo rotundo — respondió él, sobando el brazo del contrario de arriba abajo y sonriendo delicadamente hacia él — No hay que perder la fe, creo que le has caído bien, cariño, —dijo Liam tragando seco, ¿a quién quería engañar? Derek había pasado incluso de él y se podía notar su molestia en su tono.

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