Tuvo que dar media vuelta para poder encarar a la persona que intentaba colarse en su pequeño círculo de negocios — ¡Jaison! Por fin te encuentro, quiero presentarte a una persona, imagino que ya debes saber quién es.
Liam sintió que le arrebataban el aire de los pulmones y la sangre viajó rápidamente a su rostro, haciendo que lo sintiera extremadamente caliente mientras sus ojos observaban al hombre que venía con el entrometido. Era, sin duda, Derek, su Derek, el mismo que había conocido en aquel accidente en el centro comercial, como era posible, que su destino le estuviese involucrando de esa manera, su rostro nunca se había borrado de su memoria y no había olvidado lo apuesto que era, tan alto y fuerte, con sus hombros ligeramente anchos, y aquellos brazos masculinos que lo habían mantenido por escasos segundos entre ellos, su piel morena le resultaba de una forma tan sensual que estaba seguro era jodidamente ilegal, los labios, casi tan gruesos como los suyos hacían juego con esos ojos masculinos y cejas pobladas, ¿en dónde se había metido todo ese tiempo? ¿porqué había tardado tanto? Derek, sintiendo la mirada de Liam sobre él, giró ligeramente el rostro sólo para sostener su mirada durante unos segundos que se sintieron como una eternidad, y luego le sonrió. Una sonrisa tan resplandeciente que estaba seguro que hubiera hecho mojar a cualquier hombre al que estuviera destinado. Pero sintió un poco de decepción, será que se había olvidado de él. Por supuesto, sólo se vieron una sóla vez, entre la vida y la muerte, era obvio que lo había olvidado por completo. — Éste es Derek Carbone, el anfitrión de la fiesta. Derek, él es Jaison, mi amigo del que te he estado hablando. Jaison se enderezó todo lo que pudo antes de brindarle una reverencia al pelinegro, la cual correspondió con total elegancia. — Así que tú eres Jaison, es un placer por fin conocerte, he escuchado muchísimo de ti. — Oh, el placer es todo mío. Me sorprende que usted tuviera conocimiento de mí, no soy más que un simple empleado de la empresa. Ambos cruzaron una pequeña serie de elogios antes de que Derek mirara de nuevo fijamente hacia Liam. Antes de que alguno pudiera emitir palabra, Jaison se precipitó a presentarlos. — Liam Soto, es mi esposo — Jaison sonrió mientras miraba el rostro de Liam antes de que éste se inclinara en una reverencia. El pelinegro correspondió de igual manera y luego le dedicó una sonrisa cuando estuvieron frente a frente de nuevo. — ¿Tú esposo? Creí que eran compañeros de trabajo — su voz calmada, con su toque varonil. — No, Liam, siempre me acompaña a donde voy. — Es un placer, señor Carbone — se apresuró a decir, en un tono un poco bajo que le hizo ruborizar ligeramente. Cambió su peso de un pie a otro y se acercó más a su esposo, recordando que la razón por la que se encontraba ahí era justamente él, y se regañó mentalmente por su comportamiento de colegiala. Y aunque Jaison no lo respetaba de la misma forma en la él lo hacía, lo llegaba a entender, no había vuelto a convertirse en el mismo amante ejemplar por culpa de aquel atentado, y estaba claro que su esposo buscaría en otra porta lo que él no le daba, y aquello realmente no le parecía importar, ahora tenía a Derek frente a él. Se permitió divagar fuera de la conversación que comenzaban a tener Jaison y Derek. El círculo que se había formado anteriormente se había dispersado y ahora sólo eran ellos tres, aunque Derek debía interrumpir constantemente la conversación para saludar a las personas que se acercaban a él, buscando su atención. Luego de varios minutos, regresó a la conversación cuando escuchó que el tema había cambiado. Ahora hablaban de él y su matrimonio con Jaison. — ¿Qué tiempo llevan casados? —quiso saber Derek curioso, manteniendo su mirada fija en Liam, el cual no dejaba de mirarlo tampoco. —Tres años, —respondió Jaison tomando la iniciativa. Derek bebió un sorbo de su champagne, sin despegar los ojos de Liam. Se aclaró la garganta y sonrió — Sinceramente no me imagino casado. Quizás aún no he conocido a la persona ideal. — Estoy seguro que debe estar cerca, está rodeado de hermosas mujeres que parecen bastante interesadas en usted, —dijo Jaison sonriente. —No me gustan las mujeres, señor Robles. —Lo siento señor Carbone, no sabía, —dijo Jaison y Liam emitió un leve sonido llamando la atención de los dos hombres. —Dígame señor Robles, ¿de que quiere hablarme? —preguntó Derek. — Lo que pasa señor Carbones, es que la empresa para la que trabajo está interesada en hacer negocios con usted, si me lo permite, me gustaría proponer que nos reuniéramos más adelante para poder hablar acerca de ello. Derek sonrió, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones — Ahora mismo debo atender a mis invitados, pero volveré más tarde si me interesa acordar esa reunión de la que hablas, con permiso. Derek hizo una pequeña reverencia y se alejó de ellos, saludando a las personas a su paso. Jaison suspiró y se giró para ver a su esposo. — Acaba de rechazarme, ¿No es así? — Dijo que si le interesaba. no es un rechazo rotundo — respondió él, sobando el brazo del contrario de arriba abajo y sonriendo delicadamente hacia él — No hay que perder la fe, creo que le has caído bien, cariño, —dijo Liam tragando seco, ¿a quién quería engañar? Derek había pasado incluso de él y se podía notar su molestia en su tono.Tanta champagne hizo efecto en Liam desde hace poco más de media hora, necesitaba orinar cuanto antes o lo haría ahí mismo sobre sus pantalones en medio de aquel elegante salón. Se disculpó con las personas delante suyo y susurró en el oído de su esposo que iría al baño.Se apresuró a la salida y le preguntó al primer empleado que se cruzó por su camino por el baño. Siguió las indicaciones con rapidez, sin detenerse para maravillarse con todo lo que le rodeaba, ya de regreso se tomaría su tiempo para apreciar cada detalle.Entró en el baño con pasos rápidos y se aproximó a uno de los orinales, bajando el cierre de sus pantalones para poder orinar. Suspiró mientras terminaba de abrochar su botón, aliviado de sentir su vejiga vacía. Mientras se lavaba las manos, miró su reflejo en el espejo. Su peinado seguía intacto pero su moño estaba ligeramente inclinado. Tras secar sus manos intentó arreglarlo pero pronto la frustración lo consumió, se sintió acalorado y decidió mejor desabrochar,
El día de la reunión había llegado en un abrir y cerrar y por supuesto que Jaison no iba a dejar que el nerviosismo le arrebatara ésta excelente oportunidad. Se arregló el saco una última vez antes de acercarse a la señorita de la recepción y brindarle sus datos, asegurando que tenía una cita con Derek Carbone.— Adelante señor Robles, el señor Carbone lo está esperando, ¿Viene usted solo?La señorita miró en dirección al elevador rápidamente. Él asintió y se dispuso a seguir a la recepcionista hacia dos puertas altas de madera. La mujer dio dos toques y luego las abrió, entrando primero ella para anunciar que Jaison Robles había llegado.Entró en la habitación, que supuso era la oficina de Derek, quien se encontraba sentado tras un largo y ancho escritorio, con todo tipo de documentos esparcidos en él. A la derecha, había una pequeña salita con una mesita de café al centro, a la izquierda, se encontraba una mesa más larga con 8 asientos a lo largo de ella. Derek se puso de pie y mir
Jaison no podía dejar de pensar en cómo la propuesta de Derek de firmar el contrato, que traería grandes beneficios para la empresa para la cual trabajaba, incluía como condición entregar a Liam a cambio, todo aquello le parecía una locura, y estaba atormentado por la idea de tener que considerar algo tan disparatado. Como una persona tan inteligente e importante como lo era Derek Carbone, podía tan siquiera llegar en pensar en algo tan absurdo como aquello, Muchas dudas llenaban la mente de Jaison, y una de esas, era realmente, a que Derek, llamaba cortejar, podía ser tener citas con su esposo o llevarlo a la cama.—¿Por qué no me dices algo, Liam? Estás tan callado — dijo Jaison, mirando a su esposo que parecía distante, sentado a su lado pero sumido en sus propios pensamientos.Liam se levantó, caminando por la amplia oficina y admirando los detalles del lugar como si buscara distraerse de la conversación que estaba evitando. Derek era un hombre muy organizado, tenía todo tan bien
Liam salió de la oficina de Derek, con una sonrisa dibujando su rostro que era imposible borrar, su corazón latía a una velocidad apremiante, intentando mantenerse en calma, para no darle a entender a Jaison que algo había pasado, y realmente no llegó a suceder nada, pero el simple hecho de tener a Derek tan cerca de su cuerpo y de su boca, era motivo suficiente para tenerlo hecho un manojo de nervios. Al cruzar la puerta, se encontró con un desesperado Jai que había estado dando enormes zancadas de un lugar a otro poniendo a la secretaria de Carbone nerviosa, Liam la miró y ella solo le dedicó una mirada fugaz.Al percatarse de que ya su esposo había salido de aquella oficina, fue hasta él sin perder tiempo, y lo agarró con fuerza del brazo —¿Qué tenías que hablar tanto con él? —preguntó Jaison, temblando de rabia.Liam respiró hondo, mostrando una sonrisa totalmente fuera de contexto, pero era su felicidad, su momento de gloria que nadie se lo iba a joder, mucho menos su marido.—E
Faltaban 20 minutos para que dieran las seis en punto. Jaison estaba sentado en la sala de estar mientras Liam terminaba de vestirse. Ambos estaban enloqueciendo lentamente cada uno por su parte, pero ninguno había mencionado nada durante la tarde, pues Jaison se había quedado en casa, avisando en el trabajo que se había sentido mal. El ruido a su espalda le hizo girarse para mirar a su esposo. Lucía glorioso en ese traje, su piel blanca y lechosa resaltaba con la combinación de colores. Era simplemente maravilloso, una joya hecha persona. Su corazón dio un vuelco, ¿Qué carajo había hecho? Liam no estaba arreglado así esa noche para él, sino para el maldito de Derek Carbone. Entonces un horrible pensamiento asaltó su cabeza, Liam lucía maravilloso en ese traje, y sin embargo, a media noche, esas ropas estarían sobre el suelo, muy lejos del cuerpo de Liam.Había sido un imbécil, había accedido sin darse cuenta a la propuesta que Derek, y que Liam hubiese estado de acuerdo aquello tan
Esperaba ser conducido a la casa de Derek y luego directamente a su habitación, sin embargo, el estar cruzando la entrada de aquel restaurante era una sorpresa para Liam. Derek ni siquiera había tenido que anunciar que tenía reservación, pues las empleadas del lugar le reconocieron y condujeron directamente a una mesa reservada para dos.Era un lugar magnífico, tal como todo lo que rodeaba a Derek, pero Liam comenzaba a sentirse acostumbrado, ya no le sorprendían los lujos en los que Derek solía desenvolverse.Tomaron asiento y Derek ordenó algún vino del que Liam desconocía su existencia, pero preservó el nombre en lo profundo de su mente.— Necesitas mucho más que tu dinero y los lujos que puedes obtener con él para sorprenderme.Derek elevó una ceja ante las palabras del contrario. Por supuesto que él lo sabía, podía ver en el rostro de Liam que el dinero que él poseía no le importaba en lo más mínimo. Desde el encuentro en la hamburguesería, cuando prácticamente estuvo a punto de
La casa de Derek era más sencilla de lo que hubiera imaginado, aunque seguía estando bien ubicada en uno de los fraccionamientos más ricos de Italia. El decorado interior, de alguna forma, era acogedor y moderno, le hacía sentir extrañamente cómodo.— ¿Quieres una copa de vino?— Creo que ha sido suficiente vino por hoy — musitó con una media sonrisa, mirando los cuadros colgados en el largo pasillo que llevaría a alguna parte al interior de la casa.— Nunca es suficiente vino. Sólo una copa más.Liam rió, escuchando la frase que hace unos momentos él mismo había recitado en el restaurante, al servirse la tercer copa de vino. Aceptó la propuesta de Derek, siguiéndolo hacia la cocina cuando éste lo invitó a acompañarle.Lo observó desplazarse por su cocina con total confianza, ubicando correctamente en donde estaba cada utensilio que necesitaba. Lo observó destapar la botella, los músculos de su brazo flexionándose a través de su camisa de vestir. Mentiría si dijera que no estaba desea
Inició dejando un suave beso al lado de su rodilla, y entonces deslizó la lengua por todo el largo del interior del muslo ajeno, llegando lentamente hasta su ingle, donde volvió depositar un beso y mordió ligeramente, Liam gimió su nombre y enredó los dedos de nueva cuenta en su cabello. Derek le miraba desde ese ángulo antes de enderezarse un poco.— No tienes idea de lo hermoso que luces así, excitado y deseoso de mí.La charla sucia que Derek estaba comenzando hacía que un pequeño impulso de alzar sus caderas surgiera en su interior. Comenzaba a sentirse tan excitado que estaba perdiendo la cordura completamente, quería que le tocara más, que le besara y mordiera cuánto quisiera, quería sentirlo en su interior.— Derek, yo...Se llevó una mano a la boca cuando el nombrado besó y mordisqueó su otro muslo, sintiendo entonces el toque de Derek sobre su ingle. Ansiaba que envolviera su miembro y bombeara de él, quería sentirlo tocarle pero parecía que Derek evitaba acercarse a esa zona