Inició dejando un suave beso al lado de su rodilla, y entonces deslizó la lengua por todo el largo del interior del muslo ajeno, llegando lentamente hasta su ingle, donde volvió depositar un beso y mordió ligeramente, Liam gimió su nombre y enredó los dedos de nueva cuenta en su cabello. Derek le miraba desde ese ángulo antes de enderezarse un poco.— No tienes idea de lo hermoso que luces así, excitado y deseoso de mí.La charla sucia que Derek estaba comenzando hacía que un pequeño impulso de alzar sus caderas surgiera en su interior. Comenzaba a sentirse tan excitado que estaba perdiendo la cordura completamente, quería que le tocara más, que le besara y mordiera cuánto quisiera, quería sentirlo en su interior.— Derek, yo...Se llevó una mano a la boca cuando el nombrado besó y mordisqueó su otro muslo, sintiendo entonces el toque de Derek sobre su ingle. Ansiaba que envolviera su miembro y bombeara de él, quería sentirlo tocarle pero parecía que Derek evitaba acercarse a esa zona
— Todo tuyo mi vida.Derek lo azotó un par de veces más con su palma. Sus glúteos picaban debido a los golpes, aunque éstos no hubieran sido demasiado fuertes. Liam se sorprendió cuando Derek le separó los glúteos de pronto y se hundió en él de una sola estocada. Gimió su nombre altamente y sus caderas se alzaron solas. En esa posición, Derek podía llegar más lejos en su interior.Lo embistió con fuerza y rapidez, y luego de pronto cambiaba la velocidad y lo penetraba con lentitud para luego comenzar de nueva cuenta rápido y hondo. Le volvía loco que Derek cambiara de velocidad de esa forma, le llevaba al límite y le hacía gemir su nombre cada vez que iba lento.Su miembro rozaba deliciosamente contra la almohada en cada embestida, debido a que Derek le empujaba en cada una de ellas por la fuerza.— Voy a, ngh, Derek voy a correrme, estoy cerca.Su voz sonaba tan quebrada y vibrante, jamás se había sentido así anteriormente. Derek envolvió su mano derecha en el miembro de Liam y la iz
Liam se movía con fluidez por la cocina, preparando todo lo necesario para el desayuno. Había encendido la cafetera, y el aroma a café recién hecho llenaba el aire. Las rodajas de pan estaban listas para ser tostadas, y el tocino chisporroteaba en la sartén. Una sonrisa satisfecha curvaba sus labios mientras organizaba los ingredientes en la mesa. Estaba sumido en el placer de cocinar cuando decidió sacar su teléfono de la chaqueta que había dejado colgada en una silla. Al encender la pantalla, su corazón dio un pequeño vuelco: más de 20 llamadas perdidas y 15 mensajes sin leer. Todos de Jaison.Liam observó el teléfono durante un instante, sintiendo una punzada de culpa, pero en lugar de atender las llamadas o leer los mensajes, lo dejó sobre la mesa de la cocina con una sonrisa juguetona. Sabía exactamente lo que estaba haciendo. El aire se sentía diferente, más ligero, como si una parte de él hubiera decidido dejar de cargar con el peso de las expectativas de Jaison. Volvió a con
Luego de terminar de desayunar, Liam se levantó lentamente, con la intención de recoger la vajilla usada y llevarla al fregadero. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Derek ya se había adelantado. A pesar de estar vestido con un impecable traje de diseñador, no dudó ni un segundo en acercarse al lavaplatos, apilar los utensilios y comenzar a lavarlos bajo el chorro de agua.Liam lo observaba desde el otro extremo de la cocina, completamente desconcertado. Nunca había visto a Jaison—ni a ningún otro hombre—actuar de esa manera. Derek, un hombre poderoso, empresario de éxito, que fácilmente podría haber contratado a alguien para encargarse de todas sus necesidades, estaba fregando platos sin la menor queja, sin una pizca de fastidio. Y lo hacía con la misma facilidad con la que manejaba un negocio multimillonario. Liam se quedó inmóvil, con la mirada fija en Derek, como si intentara descifrar cómo alguien como él podía ser tan distinto a todo lo que había conocido.Cuando Derek te
Derek se encontraba concentrado en su escritorio, revisando y organizando algunos documentos importantes para su reunión con inversores de Tokio. El reloj marcaba la hora, y la presión sobre sus hombros no era poca, pero para él, ese estrés era simplemente parte de la vida diaria. El brillo de su computadora iluminaba su rostro mientras sus dedos se movían con rapidez sobre el teclado, cuando de repente, los sonidos provenientes de la recepción empezaron a volverse más intensos.La voz de su secretaria, Romina, discutía acaloradamente con alguien al otro lado de la puerta. Derek alzó la mirada por un instante, preguntándose qué estaba sucediendo. Entonces, antes de que pudiera volver a concentrarse, la puerta de su despacho se abrió de golpe, revelando a Romina, visiblemente agitada y disculpándose mientras un hombre entraba sin previo aviso.—Lo siento muchísimo, señor —dijo Romina, con el rostro enrojecido de la vergüenza—. El señor Jaison Robles no quiso esperar a ser anunciado.De
Liam estaba inmerso en su propio mundo, moviéndose con agilidad en la cocina mientras colocaba los ingredientes sobre la encimera. Quería preparar algo especial para Derek, una cena que reflejara lo mucho que le importaba.Revisó la nevera y encontró varias opciones: pollo, carne y pavo. Después, seleccionó algunos vegetales frescos y varios condimentos que sabía complementarían perfectamente la comida. Todo estaba listo para comenzar cuando el sonido del timbre rompió su concentración.Al principio, no lo escuchó. Estaba tan centrado en la tarea que el primer timbrazo se perdió en el aire. Sin embargo, el segundo sonido lo sacó de su ensimismamiento. Liam se detuvo, miró hacia la entrada y se limpió las manos en el delantal que llevaba puesto. Con pasos rápidos, fue hacia la puerta, giró la manilla y la abrió.—Buenos días —dijo un chico castaño con una sonrisa y varias bolsas en las manos. —Espero que nos recuerdes.Detrás de él, un hombre de cabello negro lo acompañaba, con una pos
James se levantó del sofá con una agilidad natural, tomando la mano de Sean mientras lo hacía. La calidez entre ellos era palpable, una conexión que era evidente incluso en los gestos más pequeños. Sean lo siguió sin dudar, aunque lanzó una última mirada a Liam con una sonrisa amable.—Nosotros cumplimos en traerles algo de comer, ahora nos vamos —dijo James mientras estiraba ligeramente su cuerpo, alisando su camiseta después de estar sentado.Sean asintió, apretando un poco más la mano de James en un gesto de apoyo silencioso. Estaba claro que ambos respetaban la necesidad de Derek y Liam de tener un tiempo a solas, sobre todo considerando lo que estaba por venir.— No tienen que irse, pueden esperar a que regresemos de la casa de Liam —intervino Derek, su mirada fija en su hermano menor mientras cruzaba los brazos frente a su pecho—. Quiero que hablemos sobre algo, James.James parpadeó, con una leve sorpresa en su expresión, pero rápidamente recuperó la compostura. Aunque no eran
Había verdad en las palabras de Derek, y aunque Liam lo sabía, no podía evitar el dolor que aún le causaba. Asintió lentamente, dejando que Derek presionara el botón correcto en el ascensor. Las manos de Derek sobre las suyas eran una constante reafirmación de que no estaba solo en esto, de que, a pesar de todo, siempre tendría a alguien a su lado.Mientras el ascensor subía, el silencio entre ambos se mantuvo, pero ahora no era incómodo. Era como si ambos entendieran que las palabras sobraban, que solo la cercanía entre ellos importaba en ese momento. Liam respiró hondo, tratando de calmar los latidos frenéticos de su corazón. Pronto llegaría al que había sido su hogar, pero esta vez no lo haría como la misma persona. Había cambiado, había crecido, y con Derek a su lado, sabía que esta era solo una batalla más que tenía que enfrentar para poder cerrar ese capítulo de su vida.El ascensor se detuvo con un leve sonido metálico, y antes de que las puertas se abrieran por completo, Liam