—Soy una mujer independiente, fuerte y valiente. Soy una mujer independiente, fuerte y valiente. Soy una mujer independiente, fuerte y valiente.De pie y desnuda frente al enorme espejo de cuerpo completo del baño, me repetía una y otra vez, entre balbuceos, mi nuevo mantra, mientras que las lágrimas me recorrían el rostro.La llave de la regadera estaba abierta, el agua tibia corría sola, ya me había duchado, pero el sonido del agua corriendo me ayudaba a calmarme, el vapor que emitía el agua, me parecía relajante. Además, así se escuchaban menos mis gemidos.El repentino toque a la puerta del baño me hizo reaccionar con un pequeño sobresalto.—¿Sí?.—¿Hija, soy yo? ¿Estás bien?. — Reconocí la voz de mi abuelo Chester al otro lado de la puerta. Traté de calmarse, respiré profundo y aclaré mi garganta.—Sí… Sí, Abu, Gracias. — Se escucharon los pasos de mi abuelo caminando por la habitación. — ¿Pasa algo?. — Pregunté nerviosa, intentando sonar natural.—No, hija, no es na
Me puse más nerviosa, no estaba acostumbrada a ser el centro de atención, pero recordé que ya no era esa Ava tímida e introvertida, por lo que decidí avanzar meneando todo mi cuerpo.—¡Ósea! ¡No me lo puedo creer!. — Cecil fue la primera en abrazarme.—¡Y nosotras haciendo planes para consolarte! — Paula me besó en la mejilla.—¡Te ves…! ¡Estás increíble!. — Maggie me abrazó.—¡¿Pero qué te pasó?!. — Preguntó Paula al tiempo que yo tomaba mi lugar en una de las sillas alrededor de la mesa.—Bueno. — Negué con un ligero movimiento. — Que me cansé de sufrir, ¿De qué me sirve eso? Voy dispuesta a saltar todas las etapas del duelo y comenzar a disfrutar de una vez. — Me encogí de hombros.—Eeeeesssssooooo. — Todas las chicas me vitorearon.Llego el mesonero, tomó nuestra orden y al minuto llegó con varias rondas de tragos, esta noche sería para celebrar.Ya no más llanto, ya no más Mike y ya no me lamentaría más por mis exs. Aunque esa misma mañana llegue a pensar que termi
Alex y yo, estuvimos hablando por largo rato, sobre el ambiente del club, la música, algunos de nuestros gustos, trivialidades. A medida que la conversación avanzaba, Alex se fue acercando cada vez más a mí, detallándome con una intensidad que me erizaba la piel.Él se mostraba insinuante, sensual, mantenía cierto contacto conmigo, pasando su mano por mi mano, pegándose cada vez más. Lo que disparó en mi mente imágenes que nunca había tenido antes, quizás por efecto de las bebidas o quizás por la nueva forma de pensar que trataba de inculcarme.No sabía por qué, pero comencé a imaginarlo de una forma candente. Miraba sus labios y visualizaba un beso de él, volteaba hacia su torso y lo proyectaba en mi mente sin ropa, bajaba la vista hacia su entrepierna y terminaba fantaseando con ese hombre sobre mí.Creo que durante toda nuestra charla, estuve sonrojada, lo que parecía motivarlo para coquetearme más.Entonces, se me ocurrió algo, esta era una nueva yo y este era un desconocido,
El sonido continúo de la alarma me despertó y con eso, el dolor de cabeza se apoderó de mí, no estaba lista para levantarme, la resaca me tenía acabada, así que, todavía medio somnolienta, me moví en la cama lo suficiente para estirar mi mano y poder posponer la alarma, «Solo diez minutos más».Cerré mis ojos y un segundo después, el sonido de un golpeteo era el que me despertaba. «¡Joder! ¿No me van a dejar dormir?» gruñí en mis pensamientos. Me tiré la almohada sobre la cabeza, dispuesta a olvidar ese sonido y seguir durmiendo, sin embargo, el golpeteo persistía con más fuerza.—¡¿Quién?!. — Grité frustrada mientras me sentaba en el colchón.—¿Señorita?. — Aurora, el ama de llaves, abrió la puerta asomando ligeramente la cabeza. — El señor Golf acaba de llamar, la reunión está por comenzar y quiere saber por qué usted no ha llegado.«¿Mi abuelo? ¿La reunión? ¡Joder! ¡Lo olvidé!» Miré el reloj que estaba en la mesa de noche junto a la cama, eran las nueve de la mañana, lo tomé
Mi abuelo seguía hablando sobre los impresionantes números de crecimientos de la empresa del señor Tomás y Alex, que la verdad, si eran muy buenos, pero al escucharlo más detalladamente, me extrañó como mi abuelo no cesaba de alabarlos.No es que mi abuelo fuese una de esas personas que no reconocen los logros y las habilidades de los demás, pero jamás lo había visto ser tan empalagoso. Finalmente, levanté la vista, prestándole toda mi atención a mi abuelo, todavía con la duda de si esto se trataba de una alucinación o un sueño muy vivido.¿Quizás era una pesadilla? Verifique que traía ropa, no vaya a ser que se tratara de una pesadilla de esas en la que aparecía desnuda y dónde todos podían contemplar mis imperfecciones para luego burlarse.¡Bien! Traía mi ropa tal cual me la puse.Chequé de reojo y Alex seguía allí, muy atento de mí. Voltee de nuevo la vista, rápidamente. «¡¿Qué carajos está pasando?!».—Todo esto que les acabo de explicar, me lleva a mi siguiente anuncio. — V
La junta terminó, mi abuelo comenzó a tenderle la mano a cada directivo para despedirlo, al tiempo que cada uno pasaba a mi lado para felicitarme por mi próximo matrimonio. Mientras que yo, había comprobado finalmente que todo esto, no era un sueño, sino que estaba en una situación muy real.¿Cómo? Pues, luego de todos los anuncios hechos por mi abuelo, cuando me recuperaba de la pálida y la perdida de aliento, escondiendo las manos debajo de la mesa, comencé a pellizcar varias veces mis rollitos de grasa, justo en esos puntos que es donde más duele un pellizco, ¡Y sí que resultó doloroso! Lo que, para mi desgracia, confirmaba lo que temía, no se trataba de un sueño sino de una horrible realidad.Las despedidas se extendieron y yo necesitaba salir de allí, terminar con ese suplicio, debía hablar seriamente con mi abuelo, tenía que aclarar todo lo más pronto posible, a solas. No sería capaz de decirle la verdad frente a todos los socios, sería humillante.Porque ahora, no se trataba
Me removía entre los brazos de Alex, mientras que él me apretaba más, su cálida respiración sobre mi cuello me hacía erizar la piel, no entendía muy bien lo que él pretendía hacer, quizás desviar mi atención sobre lo que decían las dos mujeres al otro lado de la cabina, cosa que resultó imposible.—Ah, sí, gracias a eso, al menos no se muere virgen. El dinero y las influencias de su familia la salvaron.—No, virgen no se quedará. Aunque quien sabe si soltera, sí.—¿Qué dices? Si ella es la novia de Mike, te apuesto que ese se casa con ella para asegurarse la buena vida.—Pues estás muy equivocada.—¿Por qué?.—Escucha, nadie lo sabe. — Bajaron un poco el tono de voz, aunque desde donde estábamos, era muy audible. — Pero Lisa me dijo esta mañana que finalmente logró que Mike terminara con Ava.—¡¿Qué?! ¡No te creo!.—¡Sí! Eso fue ayer y Lisa me lo contó hoy, incluso, ella estuvo presente y contempló toda la escena.—¿Cómo puede ser?.—Fue una de las condiciones que
Corrí hacia mi bolso, necesitaba algo de maquillaje para encubrir mi llanto y malestar. Aunque realmente la resaca no me había ayudado para nada a mejorar el semblante, por lo menos debía disimular.Me apresuré, porque si yo misma había escuchado sobre mi rompimiento de las secretarias tan rápido, sería cuestión de días para que el chisme se expandiera y llegase hasta los oídos de mi abuelo, debía cortarlo lo más rápido posible. Desde ese mismo momento, esa era mi prioridad.Salí de mi oficina, erguida, con el rostro en alto, tratando de ignorar el jodido dolor de cabeza que cada vez se acrecentaba y apresurando el paso hacia la oficina de Mike.Afuera de la oficina, sentada tras su escritorio, estaba Lisa, la secretaria y amante de Mike. ¡Pero que descaro! Esa mujer tuvo el atrevimiento de venir a trabajar como si nada, luego de presentarse como la amante de mi novio el día anterior. Yo siempre había sido amable con ella y resultó tan hipócrita que ella me trataba con una sonrisa.