Alex y yo, estuvimos hablando por largo rato, sobre el ambiente del club, la música, algunos de nuestros gustos, trivialidades. A medida que la conversación avanzaba, Alex se fue acercando cada vez más a mí, detallándome con una intensidad que me erizaba la piel.
Él se mostraba insinuante, sensual, mantenía cierto contacto conmigo, pasando su mano por mi mano, pegándose cada vez más. Lo que disparó en mi mente imágenes que nunca había tenido antes, quizás por efecto de las bebidas o quizás por la nueva forma de pensar que trataba de inculcarme.No sabía por qué, pero comencé a imaginarlo de una forma candente. Miraba sus labios y visualizaba un beso de él, volteaba hacia su torso y lo proyectaba en mi mente sin ropa, bajaba la vista hacia su entrepierna y terminaba fantaseando con ese hombre sobre mí.Creo que durante toda nuestra charla, estuve sonrojada, lo que parecía motivarlo para coquetearme más.Entonces, se me ocurrió algo, esta era una nueva yo y este era un desconocido, si de ahora en adelante lo que deseaba era relaciones casuales sin ningún tipo de compromiso y tener relaciones de una noche, esta podría ser mi oportunidad, quizás esta sea una señal del destino.Me tomé unos cuantos tragos más, esperando tomar valor, cuando me sentí con suficiente coraje, miré hacia las chicas y noté que se veían bastante entretenidas, así que aproveché, era mi oportunidad.Ahora era yo quien lo abordaba, me acerque más a él, eliminando el poco espacio que quedaba entre nosotros, pasando mi mano por su camisa, sintiendo esos fuertes pectorales, sonriéndole coqueta e insinuante.Eso pareció sorprenderlo por un instante, sin embargo, un momento después, Alex bajo su rostro, su respiración en mi cuello me erizó la piel, luego pegó sus labios a mi oreja para susurrarme unas palabras al oído.— ¿Te gustaría escaparte conmigo? Ir hacia un sitio más tranquilo.Ipso facto, me separé de él, con los ojos abiertos de par en par y las mejillas calientes, tragué saliva, «¿Qué hice? ¿Podría hacerlo? ¡Nunca había hecho nada así!». No debía pensarlo mucho, porque, sino, no me atrevería, así que lentamente asentí.Él me tomó de la mano y juntos nos deslizamos a hurtadillas de nuestros amigos, hacia los baños del club.Mi corazón repiqueteaba como un colibrí, nunca había estado con un desconocido, en mi vida me había atrevido a tanto. Y aunque estaba nerviosa, me pareció estimulante, además ¿Cuándo tendría otra oportunidad para comerme tremendo hombre siendo como soy?.Los baños estaban llenos, había una larga fila en cada uno, fue decepcionante. Pero para mi suerte, mi acompañante no parecía ser un hombre de los que se rinden rápidamente, así que todavía tomados de las manos, me guío por otro pasillo.Mientras caminábamos, sucedió lo que no quería, mi mente comenzó a acribillarme con mis inseguridades. «Te verá desnuda» «¿Dónde vas a ocultar las lonjas?» «¿Y si no le gustas?».Sacudí mi cabeza, para sacar todos esos pensamientos y me concentré en unos nuevos. «Es solo un polvo, ¿Qué es lo peor que puede pasar?» «Ni siquiera tendrás que quitarte la ropa, solo será, levantar el vestido, pantis para un lado y para adentro» «¿Vas a desaprovechar la oportunidad para comerte este manjar? Si no le gustaste, igual no importa, porque no lo volverás a ver jamás», con estas ideas en mente, sonreí para mí misma, llena de seguridad, «¡Eso es! ¡Si se puede! ¡Eres una mujer independiente, fuerte y valiente!».Llegamos hasta una puerta que estaba sola y tenía un letrero de “Baños para personal”. Nos aseguramos de que nadie nos estuviera viendo y allí entramos.Parafraseando una canción de Arjona: Para que describir lo que hicimos en el baño, si basta con decir que me dio hasta…. El cansancio.¡Nunca! Entiéndase bien, ¡Nunca en mi vida! Había tenido un desliz como el que tuve con ese hombre, fue apasionado, complaciente, ardiente, y basta con describir que tenía una enorme herramienta.Fue tan intenso, que todos los tragos que había consumido esa noche, parecieron evaporarse.Salimos del baño, todavía algo agitados y sudados, aunque nos habíamos acomodado la ropa lo mejor que pudimos, se nos veía en la estampa que nos habíamos escapado para un rapidín.No me importó, de hecho, me sentía orgullosa de haberme comido a semejante semental, ahora sí me sentía toda una diosa, algo espelucada, pero una diosa.Alex me invitó hacia la barra nuevamente, para tomarnos una botella fría y refrescarnos, de inmediato acepté, definitivamente, si me hacía falta, así que nos dirigimos directamente hacia unos bancos desocupados.— Entonces Ava, me gustaría repetir esto de nuevo, eso fue… Uffff. — Expresó con una sonrisa sensual. — Me encantaría volver a hacerlo… Claro, con más tiempo.— Sí, por supuesto, sería un gusto. — Le sonreí tontamente, nerviosa, como una adolescente, acomodando mi cabello tras la oreja.Escuchamos unos gritos, ambos volteamos, los amigos de Alex lo llamaban. Él les hizo señas para qué esperarán y rápidamente sacó de una cartera en el bolsillo de su pantalón una tarjeta, que me entregó.— Escucha, ahora tengo que irme, tengo un compromiso muy importante mañana temprano en el trabajo, si no es por eso, te llevaría ahora mismo hasta mi cama y no te dejaría salir de allí en semanas. — Gruñó provocativo. — Pero te dejo mi número, estaré ansioso esperando tu llamada.Miré la tarjeta detalladamente, Alex Grand era su nombre y era ¿Publicista?. Asentí y le sonreí, sabiendo que era obvio que sacase una excusa como esa en ese momento, puesto que, ya había conseguido lo que quería, ¿No?.— Gracias por todo, Ava.Me dio un pequeño beso en los labios y se fue en dirección hacia sus amigos que seguían haciéndole señas. Apenas se acercó a ellos, llamaron al mesonero para pagar, recogieron sus cosas y se fueron, mientras que yo, volví hacia la mesa dónde mis amigas me esperaban.Las chicas empezaron con un desfile de preguntas, piropos, insinuaciones, en fin, ¿Qué no me dijeron?. La verdad, no les puse mucha atención, toda mi mente se había quedado prendada en una sola persona, Alex Grand.Moví mi cabeza de un lado a otro, tratando de sacar todos esos pensamientos y recuerdos. «¡No, Ava! ¡No lo vuelvas a hacer! ¡Hiciste un juramento!», no debía pensar más en Alex, salvó que fuera por un recuerdo efímero, porque de ahora en adelante, la nueva yo, no estaba para relaciones.— ¿Saben qué?. — Estiré la tarjeta que Alex me había entregado y la dejé sobre la mesa. ¿Dudé por un instante sobre lo que hacía? ¡Sí!. Ese era el mejor rapidín de mi vida y se lo estaba entregando a mis amigas, sin embargo, tome convicción. — La que quiera disfrutar de un buen polvo, ahí les dejo la información del contacto.Todas las chicas se quedaron con la boca abierta por un segundo, para luego soltar una carcajada conjunta.— ¿Dónde está Ava? ¿Qué hiciste con ella? ¿Quién eres?. — Comenzaron a preguntar todas en forma de broma.Cecil fue quien se atrevió a tomar la tarjeta con los datos de Alex y la guardo en su cartera.— Está muy bueno. — Murmuró encogiéndose de hombros, mientas la tomaba.— ¡Suertuda! — Le gruñó Maggie, soltándole un codazo en la costilla, en forma de juego.— ¡Oye! ¿Tú de que te quejas si estás recién casada con un manjar?. — Reprendió Paula a Maggie.— Ja, ja, ja. Sí, lástima que no te puedo decir lo mismo a ti. — Le refuto Maggie a Paula.— Oye, mi marido estará algo gordito, pero sigue guapo. ¡Es más! ¡Envidia te debería dar! Él, lo que está, es rellenito de amor, es como tener mi Winnie Pooh personal.Todas reímos. Era obvio que Cecil la tomaría, aparte de mí, ella era la única soltera en la mesa. Paula tenía varios años casada y tenía una hija pequeña, mientras que Maggie estaba recién casada.La fiesta continuó, los tragos y las risas, fueron quienes nos acompañaron el resto de la noche.Mi abuelo tenía mucha razón en algo, sí iba a llegar muy tarde a casa. De hecho, termine llegando casi inconsciente en la madrugada.El sonido continúo de la alarma me despertó y con eso, el dolor de cabeza se apoderó de mí, no estaba lista para levantarme, la resaca me tenía acabada, así que, todavía medio somnolienta, me moví en la cama lo suficiente para estirar mi mano y poder posponer la alarma, «Solo diez minutos más».Cerré mis ojos y un segundo después, el sonido de un golpeteo era el que me despertaba. «¡Joder! ¿No me van a dejar dormir?» gruñí en mis pensamientos. Me tiré la almohada sobre la cabeza, dispuesta a olvidar ese sonido y seguir durmiendo, sin embargo, el golpeteo persistía con más fuerza.—¡¿Quién?!. — Grité frustrada mientras me sentaba en el colchón.—¿Señorita?. — Aurora, el ama de llaves, abrió la puerta asomando ligeramente la cabeza. — El señor Golf acaba de llamar, la reunión está por comenzar y quiere saber por qué usted no ha llegado.«¿Mi abuelo? ¿La reunión? ¡Joder! ¡Lo olvidé!» Miré el reloj que estaba en la mesa de noche junto a la cama, eran las nueve de la mañana, lo tomé
Mi abuelo seguía hablando sobre los impresionantes números de crecimientos de la empresa del señor Tomás y Alex, que la verdad, si eran muy buenos, pero al escucharlo más detalladamente, me extrañó como mi abuelo no cesaba de alabarlos.No es que mi abuelo fuese una de esas personas que no reconocen los logros y las habilidades de los demás, pero jamás lo había visto ser tan empalagoso. Finalmente, levanté la vista, prestándole toda mi atención a mi abuelo, todavía con la duda de si esto se trataba de una alucinación o un sueño muy vivido.¿Quizás era una pesadilla? Verifique que traía ropa, no vaya a ser que se tratara de una pesadilla de esas en la que aparecía desnuda y dónde todos podían contemplar mis imperfecciones para luego burlarse.¡Bien! Traía mi ropa tal cual me la puse.Chequé de reojo y Alex seguía allí, muy atento de mí. Voltee de nuevo la vista, rápidamente. «¡¿Qué carajos está pasando?!».—Todo esto que les acabo de explicar, me lleva a mi siguiente anuncio. — V
La junta terminó, mi abuelo comenzó a tenderle la mano a cada directivo para despedirlo, al tiempo que cada uno pasaba a mi lado para felicitarme por mi próximo matrimonio. Mientras que yo, había comprobado finalmente que todo esto, no era un sueño, sino que estaba en una situación muy real.¿Cómo? Pues, luego de todos los anuncios hechos por mi abuelo, cuando me recuperaba de la pálida y la perdida de aliento, escondiendo las manos debajo de la mesa, comencé a pellizcar varias veces mis rollitos de grasa, justo en esos puntos que es donde más duele un pellizco, ¡Y sí que resultó doloroso! Lo que, para mi desgracia, confirmaba lo que temía, no se trataba de un sueño sino de una horrible realidad.Las despedidas se extendieron y yo necesitaba salir de allí, terminar con ese suplicio, debía hablar seriamente con mi abuelo, tenía que aclarar todo lo más pronto posible, a solas. No sería capaz de decirle la verdad frente a todos los socios, sería humillante.Porque ahora, no se trataba
Me removía entre los brazos de Alex, mientras que él me apretaba más, su cálida respiración sobre mi cuello me hacía erizar la piel, no entendía muy bien lo que él pretendía hacer, quizás desviar mi atención sobre lo que decían las dos mujeres al otro lado de la cabina, cosa que resultó imposible.—Ah, sí, gracias a eso, al menos no se muere virgen. El dinero y las influencias de su familia la salvaron.—No, virgen no se quedará. Aunque quien sabe si soltera, sí.—¿Qué dices? Si ella es la novia de Mike, te apuesto que ese se casa con ella para asegurarse la buena vida.—Pues estás muy equivocada.—¿Por qué?.—Escucha, nadie lo sabe. — Bajaron un poco el tono de voz, aunque desde donde estábamos, era muy audible. — Pero Lisa me dijo esta mañana que finalmente logró que Mike terminara con Ava.—¡¿Qué?! ¡No te creo!.—¡Sí! Eso fue ayer y Lisa me lo contó hoy, incluso, ella estuvo presente y contempló toda la escena.—¿Cómo puede ser?.—Fue una de las condiciones que
Corrí hacia mi bolso, necesitaba algo de maquillaje para encubrir mi llanto y malestar. Aunque realmente la resaca no me había ayudado para nada a mejorar el semblante, por lo menos debía disimular.Me apresuré, porque si yo misma había escuchado sobre mi rompimiento de las secretarias tan rápido, sería cuestión de días para que el chisme se expandiera y llegase hasta los oídos de mi abuelo, debía cortarlo lo más rápido posible. Desde ese mismo momento, esa era mi prioridad.Salí de mi oficina, erguida, con el rostro en alto, tratando de ignorar el jodido dolor de cabeza que cada vez se acrecentaba y apresurando el paso hacia la oficina de Mike.Afuera de la oficina, sentada tras su escritorio, estaba Lisa, la secretaria y amante de Mike. ¡Pero que descaro! Esa mujer tuvo el atrevimiento de venir a trabajar como si nada, luego de presentarse como la amante de mi novio el día anterior. Yo siempre había sido amable con ella y resultó tan hipócrita que ella me trataba con una sonrisa.
Me levanté algo aturdida, no había logrado descansar mucho en la noche. Con todo lo que me había pasado el día anterior en la junta y con lo cansada que estaba por el es trasnocho y la resaca, cualquiera pensaría que caería como un bloque, sin embargo, no pude dejar de soñar con esos intensos ojos azules.¡Valla que ese hombre me había afectado! Y el solo recordar que a partir de ese día, trabajaría de la mano con Alex, me ponía de los nervios.Pero por el momento, debía dejar eso de lado, ese día, aunque ni yo misma me lo creía, mi prioridad era mi exnovio infiel, Mike. Definitivamente, tenía que convencerlo de que simulara nuestro noviazgo por unos días para luego anunciar públicamente un rompimiento. No estaría fácil explicarle las razones de esta mentira, pero igual debía intentarlo.Conduje hacia el trabajo, sabiendo que mi abuelo, seguramente ya estaría en su oficina porque solía salir muy temprano de casa para trabajar.Llegué a la empresa y entrando, me encontré con mis
Muy eficientemente, comencé por dejar algunos informes y resúmenes sobre el escritorio de Alex, explicándole de que se trataba cada uno para que los revisara y me fui a sentar en mi lugar, frente a mi escritorio.Cuando levantaba el teléfono, dispuesta a llamar a recepción para preguntar si había llegado Mike, Alex se levantó de su sitio, tomó los informes y la silla y se acomodó a mi lado, tras mi escritorio.—Pero, ¿Qué haces?. — Pregunté completamente atónita.—Debes guiarme y si tengo alguna duda, es más fácil así. — Murmuró sin mirarme, acomodando los papeles sobre la mesa.Voltee, tratando de concentrarme, intentando ignorarlo, tratando de entender lo que pretendía.Era muy difícil que su presencia pasara desapercibida, sobre todo, considerando su tamaño, su ancha y musculosa espalda, su aroma varonil… Cerré los ojos con fuerza, «¡Ava! ¡No le hagas caso! Omítelo, bórralo, ignóralo. ¡Ni se te ocurra enamorarte de nuevo, te lo prometiste!», me regañe mentalmente.Pero res
Sonó la alarma, llamándome para el inicio de un nuevo día, no quería levantarme, ¿Para qué? Ese día Mike destaparía toda la verdad, ¿Sería capaz de soportar la humillación? ¿Qué sentido tenía?.Suspiré pesadamente. ¿Qué iba a hacer? ¿Esconderme? Lo mejor era salir de esto de una vez, enfrentar la vergüenza y asumir la responsabilidad, Mike tenía razón, después de todo, fue por mi culpa que se creó todo este enredo.Me levanté con desgana cuando escuché el toque en mi puerta.—¿Ava? ¿Ya estás despierta?. — Era mi abuelo.—Sí, ¿Ocurre algo?. — Abrí la puerta de mi habitación.—Disculpa que te moleste tan temprano, pero Alex me llamó y me insistió en que necesita que llegues temprano a la empresa, me explicó que ayer se le presentó un contratiempo y me dijo que quería adelantar trabajo hoy.—Ah, bueno, yo… —¿Podrías apresurarte? Sabes que me gusta llegar temprano.—Eh… Claro, claro.Fui a arreglarme, confundida con la actitud de Alex. Pero ni siquiera me sentía con áni