El sonido continúo de la alarma me despertó y con eso, el dolor de cabeza se apoderó de mí, no estaba lista para levantarme, la resaca me tenía acabada, así que, todavía medio somnolienta, me moví en la cama lo suficiente para estirar mi mano y poder posponer la alarma, «Solo diez minutos más».
Cerré mis ojos y un segundo después, el sonido de un golpeteo era el que me despertaba. «¡Joder! ¿No me van a dejar dormir?» gruñí en mis pensamientos. Me tiré la almohada sobre la cabeza, dispuesta a olvidar ese sonido y seguir durmiendo, sin embargo, el golpeteo persistía con más fuerza.— ¡¿Quién?!. — Grité frustrada mientras me sentaba en el colchón.— ¿Señorita?. — Aurora, el ama de llaves, abrió la puerta asomando ligeramente la cabeza. — El señor Golf acaba de llamar, la reunión está por comenzar y quiere saber por qué usted no ha llegado.«¿Mi abuelo? ¿La reunión? ¡Joder! ¡Lo olvidé!» Miré el reloj que estaba en la mesa de noche junto a la cama, eran las nueve de la mañana, lo tomé entre mis manos para detallarlo «¡Pero si yo puse la alarma a las siete!», la revise bien, pensé que la había pospuesto por diez minutos, pero no fue así, toqué el botón que no era y la había terminado por desactivar.Me levanté de un salto de la cama, aguantando el dolor de cabeza, las náuseas, el malestar, para correr al baño y tomar una rápida ducha.— ¡Aurora, necesito una enorme taza de café bien fuerte y un par de aspirinas!. — Grité mientras corría.Me vestí como siempre, un traje ejecutivo de sastre de chaqueta y pantalón gris, una camisa blanca y zapatos de tacón bajos, cómodos y oscuros. En el trabajo debía olvidar que era una nueva Ava, por lo menos mientras que no le contaba mis planes a mi abuelo, además, me sentía más cómoda con esa ropa, cubría bastante bien mis lonjitas.Salí a la carrera de la casa. Sí, ya era muy tarde, pero tenía la esperanza de llegar por lo menos a mitad de la reunión. De cualquier manera, tenía algo seguro, el sermón que me daría mi abuelo.De hecho, este era un evento muy importante, mi abuelo había reunido a toda la junta directiva de la empresa porque presentaría a los nuevos socios. Además, me había comentado que haría otros anuncios importantes, sobre los cuales no me quiso dar detalles.La única información que mi abuelo me había dado, es que era fundamental que yo estuviera presente en la reunión, sobre todo porque era su nieta, su heredera y porque además, yo ayudaba a mi abuelo a dirigir la empresa actualmente. Él era el dueño y CEO de la empresa, sin embargo, yo me hacía cargo de gran parte del trabajo para quitarle cargas a mi abuelo.Por lo mismo, estudie y me prepare para este puesto, quería ayudar a mi abuelo, quien ya estaba bastante mayor. Próximamente, él cumpliría 83 años, así que seguramente terminaría por retirarse pronto y yo tendría que asumir por completo las riendas de la empresa.En resumen, por todo esto, mi abuelo Chester, quería que contrajera matrimonio pronto, no paraba de presionarme al respecto, él no quería dejar todo el peso de la empresa sobre mis hombros, según él, necesitaba del apoyo de un esposo para llevar nuestra empresa con mayor eficiencia.Sin embargo, cuando yo tome el valor suficiente, que esperaba que sucediera ese mismo día, y le confiese a mi abuelo que mi relación terminó y que decidir quedarme para vestir santos, él tendría que resignarse, porque posiblemente nunca me casaría.Llegué en la empresa antes de lo pensado, muriéndome por dentro por la resaca y con una cara de muerta que no pude disimular ni con maquillaje. Pero lo había logrado, había llegado y la reunión no había terminado.Justo afuera de la oficina de juntas, estaba una asistente llegando con varias tazas de café.— ¡¿Señorita Golf?!. — Rina, la asistente, se sorprendió al verme llegar tarde.— Rina, buen día. — Murmuré mientras me deslizaba por la puerta de entrada, tras ella.Traté de entrar en silencio, trate de pasar desapercibida detrás de Rina para tomar asiento en un lugar alejado en la mesa de la sala de juntas, sin llamar la atención de los presentes. Sin embargo, apenas salí de la espalda de Rina (que tampoco es que me cubría mucho, gracias a mi talle ancho), todas las miradas se posaron en mí.Me quedé paralizada por un segundo, deslizando la mirada rápidamente por ese montón de caras ceñudas, sin mirarlos realmente. Voltee hacía a mi abuelo, avergonzada, él era quien se mostraba más severo.— ¡Ava, hasta que por fin llegaste!. — Anunció mi abuelo con un tono intimidante y una expresión seria.— Yo… Lo siento… — Balbucee caminando rápidamente hacia mi asiento habitual a su lado.— Bueno, por lo menos no hemos llegado a la parte más importante, la reunión ya está próxima a terminar y esperaba que llegarás para iniciar con los anuncios. — Asentí, bajando la mirada, tomando la carpeta que estaba preparada frente a mí para simular. — Primero, permíteme presentarte a nuestros nuevos socios… — Me puse de pie, recorriendo la vista por la mesa, buscando los nuevos rostros entre los presentes. — El señor Tomás Grand y su hijo Alex Grand.Mi corazón dio un sobresalto al escuchar ese nombre, nerviosa, bajé la vista hacia la carpeta que tenía en mis manos antes de poder siquiera verificarlo con mis propios ojos, «No puede ser, debe ser una coincidencia, una increíble coincidencia».Respire profundo para levantar nuevamente la mirada, mi abuelo señalaba hacia un punto específico en la mesa, voltee y me encontré con lo que temía, esos intensos y hermosos ojos azules.Sentí un estremecimiento, mis ojos se abrieron de la sorpresa y creo que me puse roja como un tomate porque sentí mi rostro caliente.— Mucho gusto, señorita Golf. — El señor Tomás se puso de pie inmediatamente, sonriente. Su hijo le siguió.— Es un placer. — Murmuró Alex.Escuchar la voz ronca de Alex, me hizo dar un pequeño sobresalto y salir de mi ensimismamiento, reactivando ciertos recuerdos que me hicieron estremecer, él pareció notarlo, se sonrió ligeramente, mostrando cierta malicia. Asentí hacia ambos hombres, sin embargo, no pude responder, las palabras no salieron. Volví a tomar asiento de manera robótica, los recién presentados hicieron lo mismo.«¡Oh, por Dios! ¿Qué fue lo que bebí anoche? ¿Un alucinógeno? ¡Esto debe ser producto de la resaca! ¡Sí, mi mente tiene que estar jugando conmigo! ¡Estoy visualizando a Alex en el cuerpo del nuevo socio! ¡Eso tiene que ser!… Pero, ¡Mi abuelo dijo su nombre!… ¡Eso tiene que ser otra alucinación! ¡Valla que estuvo potente esa fiesta y esas bebidas! ¡No vuelvo a beber como descerebrada nunca más!». Mi conciencia discutía conmigo misma, mientras que yo disimulaba leer la carpeta que tenía rato ojeando entre mis manos.Mi abuelo siguió de pie, dirigiendo la junta.— Bien, en resumen, te puedo decir que ellos son los dueños de una nueva empresa de publicidad llamada Imagim, la cual ha crecido increíblemente en el último año, demostrando su capacidad, por lo que estoy seguro de que esta sociedad, nos traerá grandes beneficios a ambos. Según los informes que hemos estado estudiando en la última hora, se demuestra la enorme destreza y habilidad de estos hombres.Continué concentrada en la carpeta, mirándola sin poner atención, no quería levantar la mirada, no quería ver los ojos a Alex, quería seguir imaginando que todo esto se trataba de una alucinación, sobre todo después de todo lo que hicimos la noche anterior. ¡Y yo pensando que no lo volvería a ver más!.Mi abuelo seguía hablando sobre los impresionantes números de crecimientos de la empresa del señor Tomás y Alex, que la verdad, si eran muy buenos, pero al escucharlo más detalladamente, me extrañó como mi abuelo no cesaba de alabarlos.No es que mi abuelo fuese una de esas personas que no reconocen los logros y las habilidades de los demás, pero jamás lo había visto ser tan empalagoso. Finalmente, levanté la vista, prestándole toda mi atención a mi abuelo, todavía con la duda de si esto se trataba de una alucinación o un sueño muy vivido.¿Quizás era una pesadilla? Verifique que traía ropa, no vaya a ser que se tratara de una pesadilla de esas en la que aparecía desnuda y dónde todos podían contemplar mis imperfecciones para luego burlarse.¡Bien! Traía mi ropa tal cual me la puse.Chequé de reojo y Alex seguía allí, muy atento de mí. Voltee de nuevo la vista, rápidamente. «¡¿Qué carajos está pasando?!».—Todo esto que les acabo de explicar, me lleva a mi siguiente anuncio. — V
La junta terminó, mi abuelo comenzó a tenderle la mano a cada directivo para despedirlo, al tiempo que cada uno pasaba a mi lado para felicitarme por mi próximo matrimonio. Mientras que yo, había comprobado finalmente que todo esto, no era un sueño, sino que estaba en una situación muy real.¿Cómo? Pues, luego de todos los anuncios hechos por mi abuelo, cuando me recuperaba de la pálida y la perdida de aliento, escondiendo las manos debajo de la mesa, comencé a pellizcar varias veces mis rollitos de grasa, justo en esos puntos que es donde más duele un pellizco, ¡Y sí que resultó doloroso! Lo que, para mi desgracia, confirmaba lo que temía, no se trataba de un sueño sino de una horrible realidad.Las despedidas se extendieron y yo necesitaba salir de allí, terminar con ese suplicio, debía hablar seriamente con mi abuelo, tenía que aclarar todo lo más pronto posible, a solas. No sería capaz de decirle la verdad frente a todos los socios, sería humillante.Porque ahora, no se trataba
Me removía entre los brazos de Alex, mientras que él me apretaba más, su cálida respiración sobre mi cuello me hacía erizar la piel, no entendía muy bien lo que él pretendía hacer, quizás desviar mi atención sobre lo que decían las dos mujeres al otro lado de la cabina, cosa que resultó imposible.—Ah, sí, gracias a eso, al menos no se muere virgen. El dinero y las influencias de su familia la salvaron.—No, virgen no se quedará. Aunque quien sabe si soltera, sí.—¿Qué dices? Si ella es la novia de Mike, te apuesto que ese se casa con ella para asegurarse la buena vida.—Pues estás muy equivocada.—¿Por qué?.—Escucha, nadie lo sabe. — Bajaron un poco el tono de voz, aunque desde donde estábamos, era muy audible. — Pero Lisa me dijo esta mañana que finalmente logró que Mike terminara con Ava.—¡¿Qué?! ¡No te creo!.—¡Sí! Eso fue ayer y Lisa me lo contó hoy, incluso, ella estuvo presente y contempló toda la escena.—¿Cómo puede ser?.—Fue una de las condiciones que
Corrí hacia mi bolso, necesitaba algo de maquillaje para encubrir mi llanto y malestar. Aunque realmente la resaca no me había ayudado para nada a mejorar el semblante, por lo menos debía disimular.Me apresuré, porque si yo misma había escuchado sobre mi rompimiento de las secretarias tan rápido, sería cuestión de días para que el chisme se expandiera y llegase hasta los oídos de mi abuelo, debía cortarlo lo más rápido posible. Desde ese mismo momento, esa era mi prioridad.Salí de mi oficina, erguida, con el rostro en alto, tratando de ignorar el jodido dolor de cabeza que cada vez se acrecentaba y apresurando el paso hacia la oficina de Mike.Afuera de la oficina, sentada tras su escritorio, estaba Lisa, la secretaria y amante de Mike. ¡Pero que descaro! Esa mujer tuvo el atrevimiento de venir a trabajar como si nada, luego de presentarse como la amante de mi novio el día anterior. Yo siempre había sido amable con ella y resultó tan hipócrita que ella me trataba con una sonrisa.
Me levanté algo aturdida, no había logrado descansar mucho en la noche. Con todo lo que me había pasado el día anterior en la junta y con lo cansada que estaba por el es trasnocho y la resaca, cualquiera pensaría que caería como un bloque, sin embargo, no pude dejar de soñar con esos intensos ojos azules.¡Valla que ese hombre me había afectado! Y el solo recordar que a partir de ese día, trabajaría de la mano con Alex, me ponía de los nervios.Pero por el momento, debía dejar eso de lado, ese día, aunque ni yo misma me lo creía, mi prioridad era mi exnovio infiel, Mike. Definitivamente, tenía que convencerlo de que simulara nuestro noviazgo por unos días para luego anunciar públicamente un rompimiento. No estaría fácil explicarle las razones de esta mentira, pero igual debía intentarlo.Conduje hacia el trabajo, sabiendo que mi abuelo, seguramente ya estaría en su oficina porque solía salir muy temprano de casa para trabajar.Llegué a la empresa y entrando, me encontré con mis
Muy eficientemente, comencé por dejar algunos informes y resúmenes sobre el escritorio de Alex, explicándole de que se trataba cada uno para que los revisara y me fui a sentar en mi lugar, frente a mi escritorio.Cuando levantaba el teléfono, dispuesta a llamar a recepción para preguntar si había llegado Mike, Alex se levantó de su sitio, tomó los informes y la silla y se acomodó a mi lado, tras mi escritorio.—Pero, ¿Qué haces?. — Pregunté completamente atónita.—Debes guiarme y si tengo alguna duda, es más fácil así. — Murmuró sin mirarme, acomodando los papeles sobre la mesa.Voltee, tratando de concentrarme, intentando ignorarlo, tratando de entender lo que pretendía.Era muy difícil que su presencia pasara desapercibida, sobre todo, considerando su tamaño, su ancha y musculosa espalda, su aroma varonil… Cerré los ojos con fuerza, «¡Ava! ¡No le hagas caso! Omítelo, bórralo, ignóralo. ¡Ni se te ocurra enamorarte de nuevo, te lo prometiste!», me regañe mentalmente.Pero res
Sonó la alarma, llamándome para el inicio de un nuevo día, no quería levantarme, ¿Para qué? Ese día Mike destaparía toda la verdad, ¿Sería capaz de soportar la humillación? ¿Qué sentido tenía?.Suspiré pesadamente. ¿Qué iba a hacer? ¿Esconderme? Lo mejor era salir de esto de una vez, enfrentar la vergüenza y asumir la responsabilidad, Mike tenía razón, después de todo, fue por mi culpa que se creó todo este enredo.Me levanté con desgana cuando escuché el toque en mi puerta.—¿Ava? ¿Ya estás despierta?. — Era mi abuelo.—Sí, ¿Ocurre algo?. — Abrí la puerta de mi habitación.—Disculpa que te moleste tan temprano, pero Alex me llamó y me insistió en que necesita que llegues temprano a la empresa, me explicó que ayer se le presentó un contratiempo y me dijo que quería adelantar trabajo hoy.—Ah, bueno, yo… —¿Podrías apresurarte? Sabes que me gusta llegar temprano.—Eh… Claro, claro.Fui a arreglarme, confundida con la actitud de Alex. Pero ni siquiera me sentía con áni
Mike seguía gritando que lo dejaran pasar, la recepcionista, Samanta, que se notaba asustada, le insistía en que debía esperar autorización, esas eran las órdenes que había recibido, los guardias de seguridad estaban ocupados tratando de contener a la prensa en la entrada de la empresa y los trabajadores observaban toda la escena, consternados. ¿Cómo es que todo esto se había salido de control a tal medida?.Alex me llevaba del brazo, iba abriéndonos paso entre la gente, podría jurar que botaba humo por la nariz, se notaba fúrico. Por un instante, Mike volteó y nos vio llegar entre la gente. Su expresión pareció haberse iluminado, como si hubiera llegado la presa que tanto ansiaba y sin pudor alguno me señaló, delante de todos.—¡TÚ! ¡TODO ESTO ES TU CULPA!. — Rugió con fuerza.—¿Qu…? ¿Qué…?. — Musite, temblorosa, en un quejido ahogado, aferrándome a la chaqueta de Alex.—¡SÍ! ¡NO TE HAGAS LA INOCENTE! ¡TODO ESTO ES TÚ CULPA, GORDA FOFA Y MANIPULADORA! ¡NO LO RESISTISTE! ¡¿VE