Corrí hacia mi bolso, necesitaba algo de maquillaje para encubrir mi llanto y malestar. Aunque realmente la resaca no me había ayudado para nada a mejorar el semblante, por lo menos debía disimular.Me apresuré, porque si yo misma había escuchado sobre mi rompimiento de las secretarias tan rápido, sería cuestión de días para que el chisme se expandiera y llegase hasta los oídos de mi abuelo, debía cortarlo lo más rápido posible. Desde ese mismo momento, esa era mi prioridad.Salí de mi oficina, erguida, con el rostro en alto, tratando de ignorar el jodido dolor de cabeza que cada vez se acrecentaba y apresurando el paso hacia la oficina de Mike.Afuera de la oficina, sentada tras su escritorio, estaba Lisa, la secretaria y amante de Mike. ¡Pero que descaro! Esa mujer tuvo el atrevimiento de venir a trabajar como si nada, luego de presentarse como la amante de mi novio el día anterior. Yo siempre había sido amable con ella y resultó tan hipócrita que ella me trataba con una sonrisa.
Me levanté algo aturdida, no había logrado descansar mucho en la noche. Con todo lo que me había pasado el día anterior en la junta y con lo cansada que estaba por el es trasnocho y la resaca, cualquiera pensaría que caería como un bloque, sin embargo, no pude dejar de soñar con esos intensos ojos azules.¡Valla que ese hombre me había afectado! Y el solo recordar que a partir de ese día, trabajaría de la mano con Alex, me ponía de los nervios.Pero por el momento, debía dejar eso de lado, ese día, aunque ni yo misma me lo creía, mi prioridad era mi exnovio infiel, Mike. Definitivamente, tenía que convencerlo de que simulara nuestro noviazgo por unos días para luego anunciar públicamente un rompimiento. No estaría fácil explicarle las razones de esta mentira, pero igual debía intentarlo.Conduje hacia el trabajo, sabiendo que mi abuelo, seguramente ya estaría en su oficina porque solía salir muy temprano de casa para trabajar.Llegué a la empresa y entrando, me encontré con mis
Muy eficientemente, comencé por dejar algunos informes y resúmenes sobre el escritorio de Alex, explicándole de que se trataba cada uno para que los revisara y me fui a sentar en mi lugar, frente a mi escritorio.Cuando levantaba el teléfono, dispuesta a llamar a recepción para preguntar si había llegado Mike, Alex se levantó de su sitio, tomó los informes y la silla y se acomodó a mi lado, tras mi escritorio.—Pero, ¿Qué haces?. — Pregunté completamente atónita.—Debes guiarme y si tengo alguna duda, es más fácil así. — Murmuró sin mirarme, acomodando los papeles sobre la mesa.Voltee, tratando de concentrarme, intentando ignorarlo, tratando de entender lo que pretendía.Era muy difícil que su presencia pasara desapercibida, sobre todo, considerando su tamaño, su ancha y musculosa espalda, su aroma varonil… Cerré los ojos con fuerza, «¡Ava! ¡No le hagas caso! Omítelo, bórralo, ignóralo. ¡Ni se te ocurra enamorarte de nuevo, te lo prometiste!», me regañe mentalmente.Pero res
Sonó la alarma, llamándome para el inicio de un nuevo día, no quería levantarme, ¿Para qué? Ese día Mike destaparía toda la verdad, ¿Sería capaz de soportar la humillación? ¿Qué sentido tenía?.Suspiré pesadamente. ¿Qué iba a hacer? ¿Esconderme? Lo mejor era salir de esto de una vez, enfrentar la vergüenza y asumir la responsabilidad, Mike tenía razón, después de todo, fue por mi culpa que se creó todo este enredo.Me levanté con desgana cuando escuché el toque en mi puerta.—¿Ava? ¿Ya estás despierta?. — Era mi abuelo.—Sí, ¿Ocurre algo?. — Abrí la puerta de mi habitación.—Disculpa que te moleste tan temprano, pero Alex me llamó y me insistió en que necesita que llegues temprano a la empresa, me explicó que ayer se le presentó un contratiempo y me dijo que quería adelantar trabajo hoy.—Ah, bueno, yo… —¿Podrías apresurarte? Sabes que me gusta llegar temprano.—Eh… Claro, claro.Fui a arreglarme, confundida con la actitud de Alex. Pero ni siquiera me sentía con áni
Mike seguía gritando que lo dejaran pasar, la recepcionista, Samanta, que se notaba asustada, le insistía en que debía esperar autorización, esas eran las órdenes que había recibido, los guardias de seguridad estaban ocupados tratando de contener a la prensa en la entrada de la empresa y los trabajadores observaban toda la escena, consternados. ¿Cómo es que todo esto se había salido de control a tal medida?.Alex me llevaba del brazo, iba abriéndonos paso entre la gente, podría jurar que botaba humo por la nariz, se notaba fúrico. Por un instante, Mike volteó y nos vio llegar entre la gente. Su expresión pareció haberse iluminado, como si hubiera llegado la presa que tanto ansiaba y sin pudor alguno me señaló, delante de todos.—¡TÚ! ¡TODO ESTO ES TU CULPA!. — Rugió con fuerza.—¿Qu…? ¿Qué…?. — Musite, temblorosa, en un quejido ahogado, aferrándome a la chaqueta de Alex.—¡SÍ! ¡NO TE HAGAS LA INOCENTE! ¡TODO ESTO ES TÚ CULPA, GORDA FOFA Y MANIPULADORA! ¡NO LO RESISTISTE! ¡¿VE
Alex iba muy serio y concentrado mientras conducía, llevábamos un rato en la vía desde que habíamos salido de la empresa y ambos nos habíamos mantenido en silencio. Lo cual me sirvió como un buen momento para reflexionar sobre lo sucedido.Todo había salido mejor de lo que esperé, sin embargo, había algunos detalles que no podía sacarme de la cabeza y tenía que aprovechar que Alex y yo estábamos a solas para aclarar.—Alex… — Llame su atención y aunque él contestó, no volteó hacia mí. — Escucha, sé que probablemente tuviste una buena intención al querer aclarar todo con la prensa y te lo agradezco mucho, pero creo que no debiste decir que había roto con Mike hace algunos días…—¿Por qué?. — Me interrumpió ceñudo. —Porque cuando mi abuelo se entere, se enojará conmigo por no haberle contado y…—Tranquila, lo tengo cubierto.—¿Qué? ¿Qué quieres decir?. — Insistí acercándome ligeramente hacia él, hasta donde el cinturón de seguridad me lo permitía.—Simplemente, le diré al
Al día siguiente, fui a trabajar como siempre y aunque podía sentir las miradas o los murmuros a mi espalda, no permití que me afectara, continúe como si nada, con la frente en alto, llena de dignidad.Cuando llegaba el momento de trabajar con Alex, bueno, pues, era muy difícil para mí concentrarme e ignorarlo, pero lo hice lo mejor que pude, a pesar de todas sus insinuaciones.Al finalizar el día, cuando recogía mis cosas lista para irme a la carrera aprovechando que Alex había salido de la oficina, él entró, con una sonrisa llena de maldad y un aura inquietante.Me quedé de pie frente al escritorio, paralizada, nerviosa, viendo cómo el cazador se acercaba lentamente hacia mí.—Creo que hoy viniste con la intención de motivarme más, ¿No es así, Ava?. — Murmuró con esa gruesa y seductora voz.—¿Eh?.—Ayer te dije que resultaba motivante cuando una mujer se ponía difícil, ¿No?. — Aclaró, iluminándome. ¿Él quería decir que yo lo ignoraba para alentarlo a conquistarme?. ¡No! ¡
Relata Ava:Llegué a mi oficina y por lo menos Alex no estaba allí, eso era un alivio, porque me sentía fatal, aunque intente disimular por el camino desde el comedor de la empresa, apenas cerré la puerta de la oficina, ya no pude aguantar más y me destapé en llanto.Cecil fue muy cruel, pero tenía razón. Era totalmente ilógico que Alex sintiera algo por mí.Aquella noche en el bar, quizás estuvo planeada desde un principio a sabiendas de que yo era la nieta de Chester Golf. Y si es que existía la posibilidad de que se tratara de un encuentro fortuito, seguramente Alex estuvo conmigo como un reto, una apuesta o una prueba, ¿Qué sé yo?.Me deshice sobre mi escritorio, rogando por qué Alex no apareciera en cualquier momento.*Relata Alex:Estaba bastante enojado, ¿Por qué nadie podía creer que yo estuviera enamorado de Ava o que de verdad me sintiera atraído hacia ella? No solo era Ava quien no lo creía, sino también sus amigas. ¿Qué tenía de extraño? Yo era un hombre y ella una