Capítulo 9.

Nuevamente, el sentirme sola hizo que me despertara, él no está a mi lado. Recuerdo que puso su cabeza en mi estómago, lo acaricié y luego debí quedarme dormida. Me levanto a asearme y colocarme mi pijama; un short de seda corto y una camisa de tirantes, después de cepillarme los dientes voy a buscarlo a su despacho, cuando estoy cerca disminuyo el paso al escuchar una voz de mujer.

—¿¡No entiendo qué ha cambiado!? —se escucha molesta. Me acerco a la puerta un poco para escuchar mejor.

—No hay nada que entender, siempre he sido claro contigo.

—No me refiero a eso Miguel, yo siempre he sabido que te compartía y nunca te exigí nada. Te perdías por meses y yo siempre te esperaba, ¿qué ha cambiado?

—Es mejor que te vayas, ya es muy ta

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