Podría renegar por todas las lágrimas que derramé en mi vida, podría renegar por las malas experiencias vividas y las personas que tanto daño me han hecho con los años, pero si hay algo de lo cual no puedo renegar es de todo lo bueno que vino con el tiempo. Jamás imaginé que en medio de mi penuria habría tanta fortuna, no de dinero, propiedades o algo similar, sino la fortuna de tener una familia que se construyó con el tiempo, los hechos y las calamidades, una familia que ahora significa todo para mí, una familia que tenía en frente manchados de sangre, tierra y cenizas con el miedo a flor de piel, con la muerte rondándonos mientras unos levantan con firmeza sus armas contra todos, esto es una ruleta rusa y nosotros estamos en ella. —Luz, pase lo que pase, no olvides que te amo. —Luz, jamás podría tener una mejor hermana que tú. Dos voces, dos hombres, dos frases que se alojaron en mi pecho al igual que las balas que salieron disparadas por el lugar que nos encontramos el cual se
Meses antes de la tragedia. Lucero Solo dos semanas han transcurrido desde que llegamos a Barcelona, todo ha sido un infierno junto a Ramiro quien solo me ordena y amenaza constantemente, es como si pensara que haré algo contra él cuando no tengo posibilidad alguna de nada, ni siquiera tengo privacidad en el baño porque él ordenó quitar todas las puertas del apartamento en el cual vivimos siendo su oficina la única asegurada, además de la entrada principal. ¿Escapar? Eso no es una opción para mí, ya que no solo es buscar la manera de abrir la puerta que tiene varios seguros, sino que saliendo del edificio hay un gran número de hombres vigilando la zona. Parezco un criminal siendo custodiada las veinticuatro horas, los siete días de la semana. Lo peor en este tiempo es que, desde la misma noche en que volvimos y tras la cena con mis padres, él me violó y siguió tocándome aun cuando le suplicaba que no lo hiciera, Ramiro se enojaba demasiado conmigo al punto de golpearme, no como par
Lucero Me tomó algunos días recuperarme, tal como lo imaginé, Ramiro comenzó a violarme varias veces al día, con las fuerzas que me quedaba entre cada encuentro hacía un esfuerzo por evitarlo, pero él forcejeaba conmigo aventándome contra las paredes, la cama o lo que sea que se atravesara en el camino… Cada que despertaba me preguntaba si en verdad habían pasado los años, ya no estaba segura si todo lo que viví en Marruecos fue real, no sabía si Sharif era producto de mi imaginación y aquel hombre solo lo vi una vez, quizá en alguna salida con Ali o qué se yo, pero me aferraba a la idea como si solo dos dedos se sostuvieran del borde a lo alto de un edificio de veinte pisos. Los últimos dos días Ramiro no estuvo en casa, dijo que debía viajar por trabajo, pero que igual no me confiara ya que dejaría a sus hombres para asegurarse de que no escaparía, dejó medicación, comida y ordenó que limpiara todo el desastre que había provocado día a día. Apenas pude moverme, apenas pude limpia
LuceroEse mismo día nos quedamos viendo muchas revistas de novias y mi madre como siempre metía la cucharada para arruinarnos el increíble momento que pasábamos, aunque igual no le sirvió de nada porque esta vez mi padre intervino diciéndole que era mi vestido y debía escogerlo a mi gusto, igual sabía que no escogería nada vulgar. Ramiro, por otra parte, estaba junto a mi padre hablando de trabajo y algunas cosas de la boda, los hijos y hasta ahí escuché porque no permitiría que nada de eso ocurriera.Me dolía planear una boda con mi secuestrador, pero de vez en cuando la ilusión me inundaba al imaginar a Sharif conmigo y entonces la idea de casarnos o vivir juntos ahora no me parecía tan apresurada como antes.—¿Luz?… ¡Lucero, despierta! —unos dedos chasqueando frente a mí me sacaron de mis pensamientos. —¿En qué pensabas? —preguntó Paz con mucha curiosidad.—Lo siento, es solo que me quedé pensando en el día de la boda y los nervios me volvieron, no sé si dos semanas sea suficiente
LuceroSi hace cinco segundos sentía un poco de mareo, ahora el mundo se me venía encima al tener nuevamente a Alison y Sharif frente a mí.Sin salir de mi asombro, caminé hasta ellos llegando a perder el equilibrio, pero ambos me tomaron dándonos un fuerte abrazo los tres, aquel que tanto necesité en estas semanas desde mi partida de Marruecos, no podía dejar de llorar al saber que de nuevo los tenía conmigo y más ahora cuando tanto los necesitaba, cuando por poco creí que tendría que escapar sola.—No llores mi Luz, por fin estamos contigo —no hay forma de describir lo que sentí al escuchar la voz de Sharif en mi oído.—No imaginan cuánto los necesité.—Nos hacemos una idea, pero ahora no tenemos tiempo y tienes que escucharnos Luz —dijo Ali separándonos sin llegar a soltarme de los brazos, ya que seguía tambaleándome un poco.—Vamos a sentarla, me preocupa que se desmaye —sugirió Sharif y ambos me acomodaron en un pequeño banco que había en el baño.—Escúchame muy bien Lucero —Ali
LuceroAlgunas horas después regresamos a casa de mis padres, mi papá se quedó conmigo acomodándome en la recámara en lo que Paz estaba en la cocina preparándome algo ligero de comer. No podía digerir nada de lo ocurrido, es como si otra vez la vida no me diera tiempo de hacerlo sino que debía aceptar cada hecho que viniera y esquivarlo o afrontarlo con la mayor rapidez del mundo, pero el mayor problema era que ahora debía hacerlo con un bebé en mi vientre.—¿Quieres que te traiga algo? —la pregunta se escuchó a lo lejos siendo sus manos en mis hombros lo que me hizo prestarle más atención. —Hija, sé que esto es difícil de creer, no imaginas cuán sorprendido estuve yo cuando tu madre me dijo que vendrías al mundo, pero no me he arrepentido un solo día.¿Arrepentirme? Jamás podría arrepentirme de llevar un hijo de Sharif considerando el gran amor que nos tenemos y el cual nos demostramos bajo muchas circunstancias, pero Ramiro… él era otra historia, o más bien, mi pesadilla hecha reali
Lucero Llevaba un par de días en casa de mi padre, hasta ahora él y Paz han estado al pendiente de mí igual que los hombres de Ramiro, me he tomado mi tiempo para revisar las salidas de la casa desde puertas y ventanas hasta los alrededores, por mucho que quiera no podía atenerme a la idea de que Karhel aparecería a tiempo y menos si desconocía la situación, así que debía adelantar trabajo entreteniéndome con algo. Asimismo, la relación con mi padre se ha tornado un poco confusa para mí, pese a que hemos salido los tres, ya que él quiso acompañarnos para que no cargara nada y de vez en cuando opinaba cuando se emocionaba en silencio con alguna idea, no dejaba de tener un conflicto interno entre su pasada ausencia dejándome desprotegida en manos de Rosario a la vez que me gustaba ver este nuevo hombre junto a mí, uno que gustaba de abrazarme para resguardarme, que estaba al pendiente en si quería algo de comer, descansar o cualquier otra cosa que se le ocurriera y de vez en cuando ve
LuceroDespedí temprano a mi padre y cerré todas las puertas y ventanas con seguro, no contaba con mucho tiempo, así que hice un barrido por toda la casa comenzando en la habitación de mis padres, fui cajón por cajón, revisé entre prendas y también el armario, pero no había nada.Después pasé al despacho de mi padre, era demasiado por buscar al poseer una biblioteca tan grande, pero no podía rendirme. Me tomó un tiempo ya que debí mover algunas cosas bastante pesadas y no quería sobre esforzarme por el bebé, supongo que el miedo a perderlo está muy latente aun con Ramiro lejos. Por desgracia recibí una llamada de Paz indicándome que saliera para acompañarla a otro lugar, aunque todavía quedaban un par de cajones en el escritorio que estaban bajo llave y un sector de la biblioteca por revisar, lo que tendría que esperar hasta mañana.—¡Rayos!Tropecé con el escritorio golpeándome fuerte en la pierna, pero el ruido que hizo al moverse fue lo que me alertó. Revisé el suelo que era de mad