Día de la partida de Lucero. Alison Verla irse con ese infeliz fue demasiado doloroso y lo peor fue tener que quedarme quieto para evitar que la matara frente a nosotros, para colmo, Sharif se encerró en el despacho desde su partida, se negó a hablar con alguien y ni qué decir de Amal y Ahmed quienes estaban destrozados. Increíblemente mi hermana supo ganarse el corazón de Marruecos en muy poco tiempo y no es para menos, pues ella siempre fue así, sabía ganarse honestamente el cariño de la gente… con sus excepciones. Por otra parte, debí contener mis lágrimas al pensar en cómo ayudaría a mi hermana, no podía hacer nada por ahora y lo único que tenía seguro era que estaría en Barcelona, pero podía ser una trampa y Ramiro quizás la llevaría a otro lugar, entonces recordé lo que ella me dijo sobre Karhel e ingresé a la casa para buscar a Amal, tenía que contactarlo cuanto antes, mas fue el rostro del hombre que estaba de pie en mitad de la sala lo que me dejó helado de pies a cabeza.
Alison—Después de dos tortuosos días en Marruecos soportando el interrogatorio de Sharif, ¡por fin estamos en Barcelona! —exclamé en cuanto bajamos del avión.—¿Tantas ganas tenías de volver?—Abiud, Barcelona es la tierra que me vio nacer y en esta exquisita piel corren las aguas catalanas.—No me lo tomes a mal, pero tú no te ves precisamente como un español, más bien pareces suizo o norteamericano.—Eso es porque saqué la belleza de mi madre quien es de Austria, aunque vivió desde la adolescencia en España al trasladarse mis abuelos por trabajo.—Interesante ¿Y tu padre?—No lo sé… Nunca le ha gustado hablar del pasado, mucho menos de su lado de la familia. Mi madre dice que hace años tuvo una fuerte discusión con sus hermanos y su padre llegando a distanciarse de todos ellos, pero no está confirmado nada y nunca me interesé en buscarlos.—¿Por qué? Se trata de tus raíces.—No lo sé, quizás porque estaba más ocupado en ponerme de rodillas para rezar evitando los castigos, hasta qu
AbiudTres días, solo eso hemos estado en Barcelona y no sé cuál día fue peor. Para empezar, la primera noche que pasamos en la ciudad, Alison no quiso mencionar una palabra más tras vomitar, sino que se dedicó a ver uno a uno los documentos pese a que fue su idea dividirnos el trabajo, hice lo mismo hasta que el cansancio me ganó percatándome a la mañana siguiente que él seguía despierto con unas terribles ojeras.Flashback—¿A qué hora te acostaste? —pregunté al verlo todavía en el escritorio.—Eso qué importa —contestó de mala gana.Me acerqué, él seguía leyendo los documentos, se veía demasiado mal y ni siquiera quiso tocar la cena, que por cierto, valga decir que la supuesta cena romántica la terminé cancelando porque él no escuchaba razón alguna de mi parte.—Alison, necesitas descansar, no servirá de nada que te mantengas despierto por días y cuando vayamos por ella estés enfermo.—¿Enfermo? —recalcó sacando las garras. —¿Enfermo dices? ¡Enfermo está ese bastardo de Ramiro Díaz
Abiud Salí rápidamente con la esperanza de que Alison ya hubiese regresado, pero al abrir la puerta, lo encontré en la tina que estaba en mitad de la habitación con dos rodajas de pepino en los ojos, música y una copa de vino tinto en la mano. ¿Acaso crucé a un mundo paralelo, o me equivoqué de habitación y ese no es Alison sino alguien más? —¿Alison? —¿Sí? —¿Qué haces? —Rejuveneciéndome. Recién acabo de volver del spa donde me hicieron un increíble masaje, me colocaron una mascarilla corporal de chocolate, estuve en el sauna y ahora degusto mi vino de cortesía en esta increíble tina que no había estrenado —respondió con el mayor deseo del mundo sin dejar de “verme” con las rodajas en los ojos y dándole un trago al vino cual diva. —¿Te encuentras bien o esto es otra forma de expresar tu tristeza y frustración? —No más de eso, Sabbag —respondió con total seguridad. —Esas tonterías me hicieron perder mucho tiempo y sé que el infeliz de Ramiro está lastimando a mi hermana, pero t
Abiud Sabía que este viaje estaría bastante movido, pero no me imaginé que terminaría con una horrible migraña ¡y peor!, pagándole los gastos extras a Alison quien le dio parte de su ropa al tal “Rasti” junto a otras prendas que le compró. Ese día nos arrastró por todo el Corte Inglés buscando ropa para ellos, luego nos metió a empujones a un local donde le quitaron las rastas al chico y lo afeitaron dándole un cambio radical que evidenciaba sus apenas veinte años, aunque tenía una cara de niño que no se la quitaba nadie. Lo que más me alteró del asunto, fue que se aprovechó de toda la situación tras hacerme un escándalo en el restaurante donde casi nos descubre Omar y, por ende, debimos salir rápidamente perdiéndolo de vista, pero al menos pude descubrir algunas cosas. No obstante, esta semana no terminó ahí, ya que Rasti siguió visitándolo en el hotel pidiendo siempre servicio al cuarto y trayendo bolsas con contenido desconocido para mí, pues no quería hablar con Alison al termin
AbiudEn cuanto Alison me besó, quedé paralizado y mi mente se nubló dejando de funcionarme la razón, ni siquiera mis músculos reaccionaban por mucho que les ordenara alejarlo, pero la peor parte vino al morder mi labio sacándome un sutil gruñido que esperaba no hubiese escuchado y a su vez, hubo algo en tal acción que me hizo sentir un incontrolable calor en todo el cuerpo. Dicho calor se convirtió en una llama al tocar mi lengua y me dejé arrastrar como las olas del mar siguiendo el beso, era fascinante, atrevido… sensual.¡Maldición, no debería estar pensando en esto y menos con él! ¡Joder, se trata de Alison Manrique, el mejor amigo y hermano de Lucero quien es la novia de mi hermano! ¡Y peor! ¡Alison es un hombre! No obstante, la llama disminuyó igual que el ritmo del beso hasta que sentí sus labios separarse dejando una extraña sensación en los míos, un cosquilleo intenso, vibrante.—Ya se fue —murmuró. Abrí mis ojos tragando más que saliva con los nervios destruidos, pero aun c
AbiudNo sabía qué pasaba conmigo ni mucho menos lo ocurrido hace un instante, es como si esta semana no hubiese pasado por mucho con él para ahora tener que anexarle semejante… lo que sea que haya sucedido. No obstante, fueron las palabras de Omar las que nos sacaron de tan ardiente momento al mencionar la boda con Lucero.Debimos esperar varios minutos en los que siguió comentando algunas cosas que no nos hacía mucho sentido, ya que esta información la desconocíamos por completo y ahora más que nunca debíamos confirmarla al seguirlo. Omar abrió el casillero tomando sus cosas y salió cuanto antes del lugar, pero uno de nosotros debía continuar investigando en los vestidores mientras el otro lo seguía, así que yo me quedé en lo que Alison se fue tras él.Debí ponerme agua en la cara para intentar tranquilizarme de tantas cosas que me recorrían la cabeza y el cuerpo, me enfoqué, seguí investigando encontrando los papeles que estaba leyendo hace unos minutos, también otras carpetas comp
Lucero—¡Debemos irnos ya, Sharif! —gritó Alison con desesperación mientras los veía alejarse junto a Paz —¡Mierda! Los matones de Ramiro nos han tapado la salida de escape, si no nos movemos ahora los encontraremos de frente.—Vamos, yo conozco un camino, pero necesito que los retrases un poco mi lucecilla o todo se vendrá abajo —dijo Paz en medio del nerviosismo. —No sabemos a qué han venido así que nos podrían encontrar… solo serán diez minutos, Luz.—Déjalo en mis manos —dije mientras ella asintió y corrió a través del pasillo con mi hermano y mi amor siguiéndola.Debo tratar de acompasar mi respiración pronto o los pondré en peligro. El timbre sonó y me dirigí a la entrada abriendo rápidamente.—Lucero, hija —saludó Rosario con cierta hipocresía. —¿Dónde está Paz? —preguntó al ver que no aparecía.—Hemos estado tan emocionadas con el vestido, que ella recordó tener entre sus tantos retazos una tela macramada que utilizó en un diseño especial y fue por ella —inventé sobre la march