—¡Feliz cumpleaños Adele! — Exclamaron los señores Jones con una radiante sonrisa al poder presenciar el cumpleaños número quince de su hija. La felicidad en los ojos de la joven Adele era incomparable, había soñado por tanto tiempo llegar a tener la edad en la que sus padres se conocieron. —¿Qué haremos hoy? — preguntó Jade acariciando la suave melena de su hija, su cabellera parecía ser hecha con hilos de oro, justo como su abuelo materno. —Será una sorpresa, no podemos revelarle nada, y querida, eres terrible guardando secretos— se burló el mayor con demasiada ternura. El trabajo de los señores Jones era un poco arriesgado. La señora había abandonado su trabajo para dedicarse a esa pequeña bendición que llegó como un milagro a sus vidas, más Henry, se dedicaba con mayor pasión a ser fiscal. Eso le había genera
—Ven, vamos a tomar chocolate caliente— susurró mientras lo calmaba. Pasaron treinta minutos y continuaba lloviendo, más que lluvia parecía ser un diluvio el que caía, pero aquel niño estaba tranquilo mientras observaba los dibujos en los libros. Un golpe de inspiración sacudió a la mayor y comenzó con una nueva historia, era de un joven que había perdido sus recuerdos y trataba de encontrar a la chica que lo salvó en medio de un accidente, debía pulir la idea. Tiempo después el timbre sonó, al escucharlo la chica corrió para ver si era la madre del niño. Al abrir la puerta vio a un hombre algo alto, de cabello rubio, era un rubio natural no desteñido, estaba completamente mojado y se apoyaba en sus rodillas para recuperar el aliento. Al elevar la mirada, el interior de aquel hombre se estremeció al poder observar de cerca a aquella chica que tanto había esperado volver a ver.
—Que no me digas nada… ¿Tendré que preguntarle a tu padre?— Preguntó Adele ladeando su cabeza.—¡No! ¡No lo hagas! Me colgará de los piecitos— suplicó con una sonrisa nerviosa.—Está bien, espera— hizo una leve pausa —¡¿Te colgará de los pies?! ¿Tu padre hace eso?— preguntó molesta y sorprendida, Joel al ver la reacción de Adele negó numerosas veces sacudiendo su cabecita de un lado a otro.—No, no lo hace. Es solo una expresión que vi en las caricaturas— explicó.—Bueno, tiene suerte tu padre de tener un hijo muy inteligente, o sería él quien terminara así—
—¿Por qué pensaste que nos secuestrarían? ¡Estás loco! Solo nos divertimos un poco— respondió la menor en un intento ineficaz de contener su risa.Joel, el cual estaba abrazado a la pierna de Adele, asomó su cabecita mientras su mirada viajaba a cada uno de sus mayores, Adele con suavidad acariciaba el cabello del niño.—Soy papá, es normal exagerar— se justificó Thoma viendo directo a los ojos de Adele.—No con esa magnitud, pero… ¡Me has dado una idea para el padre de Austin!— dijo la menor bastante emocionada. Esa era una de las más notorias características de Adele, en cualquier conversación o acontecimiento sacaba por lo menos una idea para sus historias, no era
Había pasado un par de días desde la última vez que Adele se encontró con Joel, más bien, cuando Joel encontró a Adele. Ella había podido avanzar solo un poco desde ese día ¿No era extraño?—He comenzado a pensar que Joel es mi fuente de inspiración, sé que es extraño, pero el tenerlo cerca me da nuevas ideas ¿Tendría que ir por él?— hizo una pausa sorprendiéndose a sí misma por sus palabras —No, no lo haré.Justo después de pensar en eso, el timbre comenzó a sonar —¿Serán ellos?— Se preguntó. Bueno, realmente ellos eran los únicos que tocaban a su puerta —¿Qué necesitarán esta vez? Sé que quiero ir a abrirles, per
La mirada de Adele se posó sobre él, estaba temblando, demasiado a decir verdad, era algo nuevo para todos ellos, y Adele trataba de mantener la calma por los demás, si ella perdía la calma, sería mucho más difícil para los que la acompañaban. Joel estaba aferrado con fuerza a Adele.—Lo siento— alejó su mano.—No es necesario, si está nervioso puede tomarla— respondió ella tomando su mano, una sonrisa se posó en sus labios, una bastante nerviosa.—Es la primera vez en años que uso un autobús— confesó —cuando voy al trabajo, suelo caminar, esa es la razón por la que nos mudamos aquí, bueno, casi no tengo que salir de casa, es algo un poco raro— solt&oa
Mientras Adele servía su taza de medio litro de café, posó su mirada sobre el armario. En él se podía percibir una pequeña y colorida caja, esta la había traído Mónica el día en el que se mudaron a la casa de los fallecidos padres de Adele.—¿Qué tendrá dentro?— preguntó ella en un tono bajo.No esperó más y la tomó, al revisar lo que contenía una sonrisa se formó en sus labios. Eran los álbumes de su infancia. Comenzó a verlos con un sentimiento de melancolía, había muchas fotos con sus padres biológicos, lentamente el álbum comenzó a llenarse de sus lágrimas, ellos le hacían tanta falta.—Adele&hel
Así que esa era la razón por la que Joel pudo recordar a Adele durante estos tres años, aun en Thoma estaba la esperanza de que ella recordara todo lo que había pasado. Gracias a ella no había perdido a su hijo junto con su esposa, estaba seguro de que el momento en el que ella recobraría sus recuerdos se estaba acercando, no sabían qué consecuencias traerá en su salud, pero, todo se dará a su tiempo.—Es hora de que duermas, Joel— dijo Thoma con una leve sonrisa en su rostro.—Pero papá… ¿Crees que mamá quiera ver mis fotitos? Es que estaba sin pelo— se mostró algo preocupado.El mayor no pudo contener la risa, en ese entonces tuvieron un «Accidente» con su cabello y tuvieron