Rita, Gillian y Connie son grandes amigas, la vida se encargó de unirlas, pero sus corazones han forjado tales alianzas de cariño incondicional, que puede decirse que son como hermanas. ellas aman los sábados, son los "DÍAS DE AMIGAS", sin importar lo que tengan que hacer, ellas nunca faltan a sus citas con sus mejores amigas, sábado es el día de compartir y consentirse.
Rita Dugarte ha llevado una vida bastante agitada, sus amigas le ayudaron a superar su dura ruptura, hacía de eso ya un año, cuando su esposo le había engañado con su estúpida secretaria, una rubia exuberante con cara de fulana, al descubrirlos en la cama, su cama vale acotar, esa misma en la que dormía con el infiel de su marido, Rita les había mirado con odio, mientras él intentaba inútilmente darle explicaciones. Ella sencillamente le miró furiosa y le dijo.
-Espero que para hoy en la tarde, todas tus cosas estén fuera de mi casa.
y sin más había girado sobre sus talones y se había marchado erguida y muy digna. sin lágrimas, sin sollozos, ni gritos, esos los había reservado para cuando llegó a la casa de Connie, quien al enterarse de todo, había tomado su pistola y casi mata al infeliz, pero una amiga destrozada era prioridad sobre la vida de aquel desgraciado. ¡ que se disfrutara a la oxigenada de su secretaria!, Rita no le necesitaba.
Sus amigas la ayudaron en todo. y ahora un año después era una mujer divorciada, a la que le encantaba divertirse y compartir con sus amigas. Pero un nuevo integrante de la empresa donde trabaja, está por cambiarle la vida. Es irresistiblemente sexy. Debería ser ilegal ser tan guapo. Ella está decidida a conservar su libertad e independencia. Él está dispuesto a provocarla hasta lograr que se olvide de su propio nombre.
PROVÓCAME, es una historia que te llevara a conocer grandes sentimientos. Pasión, amor, dolor, y amistad. No dejes de disfrutarla.
Rita, terminó de preparar el desayuno y consultó nuevamente el reloj, eran las seis cuarenta y cinco. ¡Oh no! Si no se apresuraba, llegaría sumamente tarde al trabajo, no sabía si Adam estaría de humor hoy para tolerar retardos. Cambiaba de humor constantemente, así que era bastante difícil de predecir, estiró su falda tubo, planchando unas inexistentes arrugas, luego se dirigió a la habitación, Michaell no trabajaría hoy, era su día libre, sin embargo debía despedirse de él, y recordarle que el desayuno estaba listo.Lo encontró durmiendo plácidamente, su bello rostro descansando sobre la suave almohada, se veía tan dulce, era imposible no adorarlo. Después de siete años de matrimonio lo seguía amando como el primer día, se había sentido afortunada de tenerle, compartir su vida junto a él era una hermosa bendición. Quizás había llegado el momento de darle hijos y tener a una hermosa pandilla de niños corriendo por la casa.Se subió
El trayecto le pareció eterno, debía atravesar la ciudad desde los conjuntos residenciales aceptables, hasta el área este, donde estaban las grandes mansiones. Eso era lo bueno de ser una niña rica. Se vivía donde se quería.Al llegar, Rafael, el hombre de seguridad le dio acceso a la casa, cruzó la verja, se estacionó y salió del vehículo, estaba subiendo las escaleras a la entrada principal cuando la puerta se abrió para dar paso a una preocupada Connie.-Cariño, ¿qué sucede?-¡Michaell me engaña!- y dicho aquello se arrojó a los brazos de su amiga sollozando y dándole libertad a las lágrimas que oprimían su pecho.Cinco minutos más tardes estaban en la habitación de Connie, con Rita gimiendo y sorbiendo por la nariz, mientras le contaba la historia.-¡Ese hijo de perra!- grito Connie enfurecida- Te juro que lo voy a matar.-No vale la pena- gimió Ri
Estar con las chicas era la mejor manera de superar cualquier problema. Ellas le ayudaban a mantenerse centrada, a no perder la cordura que siempre le ha caracterizado.Ellas conformaban un trio divertido y bastante diverso.Gillian. . .Ella era una hermosa pelirroja de grandes y hermosos ojos verdes, una cara muy dulce y hermosos labios llenos. Ella era la tímida, la sensata, Gillian siempre sosegaba las disputas, intervenía a favor de todos y conciliaba las diferencias.Gillian trabajaba en la biblioteca Central, amaba su trabajo tranquilo, allí podía relajarse entre lo que más amaba; los libros. Ella, con su carácter dulce y dócil era considerada por muchos como el típico ratón de bibliotecas. Tenía un hermoso cuerpo, un hermano pequeño, una madre amorosa y un padre alcohólico que los había abandonado.Aún no había encontrado el amor, aunque todos los días soñaba en cómo sería ser
Un año más tarde Rita es una mujer feliz, alegre, divertida y lo más importante; es una mujer divorciada. Ha dejado atrás el amor que sentía por Michaell, ese amor que tanto daño le había hecho, ahora era una chica en busca de diversión, y de recuperar los años que había malgastado amando al infiel de su marido. Fue muy duro superar aquello, pero afortunadamente Connie y Gillian, nunca la abandonaron, le brindaron un apoyo incondicional en todo momento.Michaell, no había querido entender que lo mejor era no seguirse lastimando y acabar con la falsa de matrimonio que tenían.-No Rita, te lo suplico cariño- había pasado sus nerviosas manos por el cabello- no me dejes, fui un tonto, lo sé. Cariño, he cometido errores pero te amo.-¿Errores?, que no sepas mantener la bragueta en su lugar no es un error, eso se llama traición Michaell, y yo no estoy dispuesta a tolerarlo, no soportaré ningún engaño, no pasaré por alto ninguna falta porque no te he dado motivos pa
Rita, se estira perezosamente en la cama, su despertador anuncia el comienzo de un nuevo día. Tuvo en intenso deseo de quedarse en cama, tenía años que no se sentía así, pero no podía dejar que la pereza le ganara. Debía ir al trabajo o Adam la mataría. Sin animo se arrastró hasta la ducha, quizás el agua fría lograra alejar la flojera que invadía su cuerpo.Después de unos veinte minutos estaba lista para ir a la oficina. Se encontraba en la cocina del pequeño apartamento tomando zumo de naranja, con un panqueque. Lavó el plato, lo guardó y lo secó.El lejano sonido de su móvil la sobresaltó, corrió a buscar su cartera, rebuscó entre sus cosas. Allí estaba, en el fondo.-Hola- respondió sin siquiera percatarse de quién era.-Hola cariño- la tierna y suave voz de Gillian, llegó a través del aparato.-Cariño, buen día. ¿Cómo amaneces?-Pues muy bien. Hoy llega mi nueva asistente y estoy dándole gracias al cielo por ello, cre
-Bien, las matemáticas pueden esperar. ¿Me dirás qué es un código amarillo?Rita, sintió que sus pulmones dejaban de funcionar. Y ahora, ¿ cómo saldría del problema en el que la loca de Connie, la había metido?-Es algo que. . . bueh. . . Realmente no tiene importancia.-Para mí la tiene Rita, se supone que yo soy parte del código amarillo- le dedicó una sonrisa burlona.-No lo entenderías.-¡Pruébame!- responde cruzándose de brazos.-Es. . . .Solo algo entre chicas. . . los colores- me siento estúpida por no conseguir una forma inteligente de explicarlo sin tartamudear. Yo, la racional Rita- pues, los colores indican diferentes situaciones.-Eso puedo imaginarlo- responde arqueando las cejas. Su tono es burlón, como si ella hubiese dicho una estupidez.-El azul es. . . para indicar una emergencia mayor. . . algo que no puede esperar, que necesita
-Te mataré Connie, juro que te mataré- dijo Rita, mientras se abalanzaba contra Connie, quién estaba de pie junto a la puerta con Gillian.-¡Rita!- grita Gillian, interponiéndose entre ellas- cálmate, tú nunca has sido violenta.-Merece que la mate Gillian- gime desconsolada y caminando rápidamente hasta el sofá que está en la sala y se deja caer gimiendo.-Por eso le dije a Gillian, que viniéramos juntas. Sabía que estarías como una loca- respondió Connie, con aire despreocupado.-¿Cómo pudiste hacerme eso?- Rita, la mira con odio- ¡Me haz avergonzado con el amigo de Adam!-Oye, por cierto- dijo Connie, ignorando la furia de Rita- ¿ desde cuándo son amigos?, esta como quiere el hombre Rita, es un código amarillo realmente jugoso.-¡No es un código amarillo!- gritó frustrada.- ¡No es un maldito código amarillo!- sintió que le saltarían las lágrimas. Amaba a su amiga, pero en aqu
Rita, llegó al trabajo con mucho tiempo de anticipación, no había tenido buena noche. Hugh Scott, se había paseado libremente por su cabeza, y había interrumpido sus sueños. Se sentó sobre la silla de cuero sintiéndose algo frustrada. Había salido con algunos hombre después de que su relación con Michaell, terminará, se había sentido muy bien con algunos de ellos, había disfrutado de su compañía, pero ninguno la había perturbado tanto como este hombre.Al parecer era muy bueno en su trabajo, se mostraba divertido, inteligente y con una inquietante habilidad para leer sus pensamientos y expresiones. Nada más pensar en él, sentía como su respiración se agitaba violentamente. Llamaron a su puerta logrando sobresaltarla.-Adelante- Entró su nueva asistente; Karen, quién traía una gran sonrisa-Buenos días Rita.-Buen día Karen, ¿cómo estás hoy?Karen Smith, era una mujer realmente atractiva, con una hermosa cabellera color cobrizo, sus enormes ojos eran muy