-Te mataré Connie, juro que te mataré- dijo Rita, mientras se abalanzaba contra Connie, quién estaba de pie junto a la puerta con Gillian.
-¡Rita!- grita Gillian, interponiéndose entre ellas- cálmate, tú nunca has sido violenta.
-Merece que la mate Gillian- gime desconsolada y caminando rápidamente hasta el sofá que está en la sala y se deja caer gimiendo.
-Por eso le dije a Gillian, que viniéramos juntas. Sabía que estarías como una loca- respondió Connie, con aire despreocupado.
-¿Cómo pudiste hacerme eso?- Rita, la mira con odio- ¡Me haz avergonzado con el amigo de Adam!
-Oye, por cierto- dijo Connie, ignorando la furia de Rita- ¿ desde cuándo son amigos?, esta como quiere el hombre Rita, es un código amarillo realmente jugoso.
-¡No es un código amarillo!- gritó frustrada.- ¡No es un maldito código amarillo!- sintió que le saltarían las lágrimas. Amaba a su amiga, pero en aquel preciso instante la odiaba.
-¿Alguien me explicará lo que sucede?- la dulce y tranquila voz de Gillian llegó clara y preocupada, mientras alternaba la mirada entre ambas amigas.
-Yo te diré que sucede. . . – dijo Connie.
-No, yo lo haré.
-Adelante- Connie, se encogió de hombros y se sentó en el sofá frente a Rita.
-En la empresa comenzó a trabajar un amigo de Adam. . .
-Que esta re guapísimo- intervino Connie, y Rita la fulminó con la mirada.
-Estaba en medio de una reunión importante, cuando Connie, ha entrado sin llamar. . .
-Oye, necesitaba contarte que Adam, había aceptado salir conmigo. ¡Qué mala amiga!- gimió.
-El caso es que Connie, ha comenzado a flirtear con Hugh, y. . .
-¡No he flirteado con él!- se quejó de nuevo- ¡solo le he dicho lo guapo que es!, por cierto Hugh, es un nombre realmente sexy.
-¡¿Ves lo que digo Gillian?!. . . ¡se ha vuelto loca!
-Solo digo la verdad- se defendió Connie.
-¡Connie!- la reprendió Gillian- déjala culminar su relato.
-¡Pero no dice todo como es!
-Después escucharé tu versión- aseguró Gillian.
-No estamos para juicios justos- replicó Connie,- es mejor que escuches ambas versiones juntas y. . .
-¡Ya basta Connie!- la exhortó Gillian, nuevamente. Connie, gimió e hizo un puchero malcriado que la caracterizaba, se cruzó de brazos frunciendo el ceño y guardo silencio- ¿ qué sucedió luego cariño?- se dirigió a Rita.
-No ha parado de avergonzarme ni un minuto- Connie, la miró mal y se removió dejando clara su molestia- Connie, ha gritado que Adam, hace que se le mojen las bragas. ¡¿Puedes creerlo?!- dijo Rita, mientras se llevaba una mano a la cabeza.
-¡¿Qué?!- la cara de Gillian, se había puesto muy roja.
-¡Es la verdad!- Connie, las miró mal- ¿por qué habría de ocultarlo?
-¡Esas cosas no se dicen Connie!- gimió Gillian- ¡Qué desvergüenza!
-¡No lo puedo creer!- Connie, se puso en pie golpeando sus rodillas- no puedo creer que sean tan puritanas. Soy una mujer libre, inteligente y que sabe lo que quiere, todos tienen una vida sexual. Bueno, todos menos la virginal Gillian, que por cierto, no sabes de lo que te pierdes, nena. El caso es que expreso lo que siento. Y Hugh, es realmente guapo. Adam, hace que se me mojen las bragas. Rita, es una tonta si no ve a Hugh como un código amarillo, y yo estoy furiosa porque no tengo por qué ocultar lo que pienso y siento- terminó con el rostro enrojecido- soy así y no cambiaré- sentenció.
Rita y Gillian, se llevaron las manos al rostro y gimieron con desconsuelo, porque sabían que ella tenía razón. Nadie la cambiaría, no lo habían hecho en tantos años de amistad, no lo lograrían ahora.
-El caso es que Hugh, quiere un código verde conmigo- gimió Rita.
-¡¿QUÉ?!- gritó Gillian.
-¡Lo sabía!- dijo Connie, riendo y olvidándose del enfado que tenía.
-¿Cómo es que sabe de los códigos?
-Me ha acorralado a preguntas hasta que he terminado por contarle todo para que me dejara en paz, y ha terminado proponiéndome un ¡Código verde!
-¡Genial!- responde Connie, totalmente feliz.
-Entonces, ¿es o no es un código amarillo?- demandó Gillian.
-No. . . Sí. . . no sé. . .¡qué sé yo!
-La racional Rita, no sabe la respuesta a algo- dijo Connie, con ironía.
-¡Cállate Rubia!- le dijo- hoy no eres mi persona favorita en el mundo.
-No todas podemos ser tan aburridas como Gillian- la mencionada la miro mal.
-Técnicamente no soy aburrida, sino. . .
-Noooo- gritó Connie- no quiero clases de gramática, epistemología, semántica y toda esa mierda que sueles decir- Rita, la miró con reproche.
-Es por eso que nunca dejarás de ser una niña mimada y poco curtida- la reprendió Gillian.
-¡Basta!- intervino Rita- tengo un problema, ¿lo han olvidado?
-No cariño- respondió Gillian.
-Técnicamente no es un problema, sino. . . - respondió Connie, imitando la voz de Gillian, sin poder evitarlo las tres estallaron en carcajadas.
-¡Qué madura!- respondió al pelirroja al reponerse de su ataque de risa.
-Saben que soy el alma de esta hermandad, si fuese por ustedes, andarían de monjas.
-Oye yo sí he tenido amantes- se defendió Rita.
-Que no haya tenido amantes, no quiere decir que sea una monja- se quejó Gillian.
-Gil, cariño- le dijo la rubia- es hora de que vayas conociendo los placeres carnales. Rita, una mujer tan curtida- se burló nuevamente de Gillian- en dichos placeres y le tiene miedo a un código verde con el mangazo de Hugh. . . Ni siquiera sé por qué las considero mis hermanas.
-Quizás una cita con el tal Hugh, no sea tan mala idea- dijo Gillian.
-¡Al fin la pelirroja dice algo bueno!- intervino Connie, elevando las manos al cielo.
-Haz silencio Connie- la miró mal- si e s un hombre inteligente, y es bastante atractivo quizás. . .
-¿Atractivo?- rió Connie- ¡El hombre desprende más calor que el mismísimo infierno!, ¡está que arde!
-No creo que sea buena idea- negó Rita.
-Solo digo que deberías pensarlo- dijo Gillian.
-Solo digo que deberías aceptar- intervino Connie.
Después de algunos minutos más en torno a Hugh. Entraron al tema de Connie.
-¿Es cierto que Adam, aceptó salir contigo Connie?- preguntó Gillian.
-¡Por supuesto!- respondió ofendida- oye guapa, no tengo por qué inventar nada. ¿ por qué no aceptaría?, ¡soy linda, divertida, tengo un hermoso cuerpo y me encanta el sexo!- Gillian, puso los ojos en blanco en un gesto de exasperación- créeme que a Adam, no le negaría nada.
-¿Y cuándo será la cita?- preguntó Rita.
-Mañana, según Adam, es el día que puede salir más temprano de la oficina esta semana. Asegura estar muy ocupado.
-¿Si crees que funcionaría algo con Adam, no quisiera verte mal Connie?- dijo Rita.
-¡Jamás me veras mal cariño!- le aseguró- no sé si funcione pero, no estoy dispuesta a privarme del placer de su compañía solo por miedo a lo que pueda suceder mañana. Yo vivo el hoy Rita, así soy yo, disfruto de lo que la vida me ofrece hoy- Rita, se quedó pensando en sus palabras.
-¡Tengo un código verde!- la tierna voz de Gillian, sacó a Rita, de sus cavilaciones.
-¡Eso es fantástico!- dijo Rita, con una gran sonrisa.
-Al parecer los códigos verde son la orden del día- la sonrisa de Connie, era amplia- dime que has conocido al hombre de tu vida- pidió- alto, endiabladamente sexy, irresistible, una fiera en la cama. . . una tentación andante.
-Pues. . . no, al menos mi cita no se ajusta a lo que dices.
-¿Es John?- preguntó Rita.
-Si- aseguró Gillian, sonriendo.
-¡No me digas que es John!- gimió Connie- ¡Maldita sea Gil!
-Connie. . .- empezó Rita.
-Qué hombre más insípido, ¿podrías enfocarte en conseguir algo mejor?- gritó enfurecida.
-John, es el hombre perfecto.
-Perfecto una mierda- gritó enojada- mereces más que un John, en tu vida.
-Él es lo que quiero.
-¡No!- la voz de Connie, estaba cargada de frustración.
-Connie, si John, es lo que Gil, quiere no somos quienes para intervenir.
-¡¿No somos quienes?!. . . ¡con un demonio!, ¡somos sus amigas, sus hermanas!, claro que me interpondré entre mi amiga y ese idiota de gafas.
-No puedes controlarlo todo- le aseguró Gillian.
-Puedo controlar todo lo que desee- aseguró ella.
-¡No!- gritó Gillian, dejándolas sorprendida, sus hermosos ojos verdes eran enormes y las miraba suplicante- John, es el tipo de chico que les presentas a tus padres; amable, cariñoso, estudiado, amante de la literatura, es el hombre con la que una se casa y forma una familia.
-No cariño- aseguró Connie- John, es un idiota. Puedes conseguir esas cualidades en otro hombre. John, no es lo que necesitas.
-Pero es lo que quiero- aseguró.
-No te engañes cariño- le respondió la rubia- sales con él solo para engañarte, pero en el fondo sabes que tengo razón. John, no es nada en comparación con lo que tú quieres y te mereces- Los inquietos ojos de Gillian, buscaron los grises ojos de Rita, pidiendo algo de apoyo, pero no lo encontró.
-Lo siento cariño- se disculpó Rita- pero por primera vez en el día, estoy de acuerdo con la rubia.
Rita, llegó al trabajo con mucho tiempo de anticipación, no había tenido buena noche. Hugh Scott, se había paseado libremente por su cabeza, y había interrumpido sus sueños. Se sentó sobre la silla de cuero sintiéndose algo frustrada. Había salido con algunos hombre después de que su relación con Michaell, terminará, se había sentido muy bien con algunos de ellos, había disfrutado de su compañía, pero ninguno la había perturbado tanto como este hombre.Al parecer era muy bueno en su trabajo, se mostraba divertido, inteligente y con una inquietante habilidad para leer sus pensamientos y expresiones. Nada más pensar en él, sentía como su respiración se agitaba violentamente. Llamaron a su puerta logrando sobresaltarla.-Adelante- Entró su nueva asistente; Karen, quién traía una gran sonrisa-Buenos días Rita.-Buen día Karen, ¿cómo estás hoy?Karen Smith, era una mujer realmente atractiva, con una hermosa cabellera color cobrizo, sus enormes ojos eran muy
Hugh.Casi dejo escapar una risa cuándo ella enfurecida me preguntó:-¿Se puede saber a qué juegas?- le preguntó con voz entrecortada.-No sé a qué te refieres- respondo mintiéndole.-Por supuesto que lo haces- se levanta enfurecida- has estado. . . has estado tocándome deliberadamente.-¿De qué hablas?- levanto ambas cejas.He intentado incomodarla, ver hasta dónde es capaz de resistir, y debo admitir que ha soportado bastante. Mi intención es llevarla a los límites, hasta desearla ansiar con desesperación, un beso, un roce. . .-Sabes perfectamente de lo que hablo y. . . y. . . no estoy dispuesta a tolerarlo.-Vamos Rita, exageras. Han sido casualidades.-No. No lo han sido- responde mirándome fijamente, pero por su gesto sé que comienza a dudar, sus hermosos ojos grises me miran cómo indagando en mi rostro.-Rita- me pongo en pie- no te he estado tocando.-¡Claro que sí!, y no sé qué es lo que te
Rita. . .Llego a casa sin mucho ánimo, me dejo caer sobre el sofá de la sala y cierro los ojos agotadas. Lo normal es que mi cabeza a estas horas esté embotada de números y cuentas, pero hoy solo está llena de unos sensuales labios y unos magníficos ojos.¡Rayos!Quiero llorar de frustración porque Hugh me ha dejado queriendo más, me siento como una pequeña niña a la que le dieron de probar un exquisito dulce y de pronto se lo arrancaron de la boca dejando el sabor en ella y en anhelo de seguir comiendo.Resoplo enfadada.No puedo hablar con Gillian, se supone que está en su cita con John, seguramente la dulce Gillian, se ruborizaría y me diría que lo mejor era dejarle claro a ese hombre que no era adecuado que me tocara de esa manera.Pero lo cierto es que ese no es el consejo que necesito horita, o no es el que quiero. Creo que el consejo que anhelo es el de Connie, la loca rubia me diría que no lo piense y me arroje a l
Rita comienza a respirar agitadamente, ¿Michaell?, ¿qué demonios puede querer Michaell de ella?Rita:*Tienes toda la razón , no espero ni quiero nada de ti, no sé cómo conseguiste mi número, pero te sugiero que lo elimines, de la misma forma que yo te he eliminado de mi vida, no quiero que vuelvas a escribirme en tu vida.*Envía el mensaje sintiéndose furiosa. ¿ se puede ser tan descarado?, aparentemente la respuesta es sí.Número Desconocido:*Lo siento Rita, lo siento muchísimo, estoy arrepentido y solo deseo verte nuevamente y que tengamos una platica, deseo que solucionemos las cosas.*Rita:*Esto no tiene arreglo desde que decidiste meterte en MI CAMA con tu secretaria, déjame en paz Michaell, tengo una feliz vida y no voy a arruinarla por ti. DÉJAME EN PAZ.*Número Desconocido:*No puedo dejarte en paz, porque te necesito, soy infeliz sin ti. Estoy arrepentido.*Rita:*Arrepentido, ¿
Rita salió de la oficina directamente a la casa de Connie, colocó música con la intensión de relajarse un poco. Pero distaba de lograrlo, todo el día había tenido los nervios de punta.Al llegar, estacionó su auto frente a la hermosa mansión. Al llamar a la puerta, una de las chicas que desempeñaban el servicio le abrió la puerta.-Buenas tardes, señorita Rita- le saludó.-Buenas tardes, Ana- le regalo una gran sonrisa- Connie me espera.-Por supuesto, se encuentra en su habitación con la señorita Gillian, la acompaño- se ofreció.-No es necesario, Ana. Puedo ir sola- le sonrió- ¿crees que podrías llevarnos algunos aperitivos?-Por supuesto señorita, estaba pronta a subirlos, la señorita Connie, ha pedido una gran variedad.-Esplendido.-¡Al fin llegas Morena!- le gritaba Connie cuando ella entró a su hermosa y espaciosa habitación.-Veo que solo esperaban por mí- entró sonriendo y caminando hasta la cama, se de
Rita llegó temprano a la oficina, con la finalidad de adelantar los pendientes, al menos debía ocuparse de eso si pensaba ir a su cita con Hugh. Después de recibir las correspondientes llamadas matutinas de Gillian y Connie, para darle los buenos días y saber cómo estaba, se enfocó en lo que sabía hacer; trabajar con números.Karen le había anunciado que se marcharía a almorzar a lo que Rita asintió y le dedicó una bonita sonrisa, después de aquello volvió a meter la cabeza en el computador. Habían pasado unos treinta o cuarenta minutos cuándo unos fuertes llamados a la puerta la sobresaltaron.-Adelante- dijo levantando la vista, suponiendo que sería Hugh, era bastante extraño que no hubiese aparecido durante toda la mañana y más extraño aún, que ni siquiera le hubiese escrito un mensaje de texto. ¿Se estaría arrepintiendo de la cita?. Pero sus suposiciones se dispersaron cuándo vio que quién entraba no era Hugh, sino Michaell.Rita frunció el ceño. Lu
Hugh, entró a la oficina de Adam, con una gran sonrisa en los labios.-Pareces feliz, hermano- le dijo Adam inmediatamente.-Lo estoy- se encogió de hombros- Rita ha accedido a un código verde.-Casi no puedo creerlo- Adam le mostró la hilera de hermosos y blancos dientes.-Digamos que tuve que ser muy persuasivo- se sentó frente a él- pero lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo he conseguido.-¿Debo felicitarte entonces?-¡Por supuesto hermano!, Rita me gusta, me agrada muchísimo, nunca me había gustado tanto una mujer desde que me divorcié de Alicia, sabes que fue duro para mí.-Lo sé- Adam le dedica una mirada comprensiva.- pero lo haz superado Hugh.-No sin mucho esfuerzo, debo admitir.-Lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo has conseguido- le repitió sus propias palabras y Hugh sonrió.-Es cierto. Ahora lo importante es que Rita me gusta, me gusta mucho.-Solo
Estaba tan concentrada en los números que cuando su teléfono sonó anunciándole un mensaje, casi grita de la impresión que se llevó.Tomó su bolso y sacó su celular.Un nuevo mensaje*SE PUEDE SABER ¿ QUIÉN ERA ESE IMBECIL?, MANTENTE ALEJADA DE ÉL, RITA*Furiosa se dignó a responder.*¿Quién diablos te crees Michaell?, no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.*La respuesta no tardó en llegar:*SI TE VEO CERCA DE ESE HOMBRE DE NUEVO, LO LAMENTARÁS.*Rita estaba enardecida. ¿Debería cambiar de número telefónico?*¡Déjame en paz!*Aquella respuesta pareció ser la incorrecta, porque el mensaje que llegó la dejó pasmada.*MALDITA SEA RITA, NO ME PROVOQUES, NO SABES QUIÉN SOY, NUNCA LO SUPISTE REALMENTE Y SI ME RETAS ESTO TERMINARÁ MAL, MUY MAL.*Rita observó el teléfono sin poder creerse lo que estaba leyendo. ¿se había vuelto loco?, ¿qué le ocurría?, después de todo un largo año, ahora quer