Rita salió de la oficina directamente a la casa de Connie, colocó música con la intensión de relajarse un poco. Pero distaba de lograrlo, todo el día había tenido los nervios de punta.
Al llegar, estacionó su auto frente a la hermosa mansión. Al llamar a la puerta, una de las chicas que desempeñaban el servicio le abrió la puerta.
-Buenas tardes, señorita Rita- le saludó.
-Buenas tardes, Ana- le regalo una gran sonrisa- Connie me espera.
-Por supuesto, se encuentra en su habitación con la señorita Gillian, la acompaño- se ofreció.
-No es necesario, Ana. Puedo ir sola- le sonrió- ¿crees que podrías llevarnos algunos aperitivos?
-Por supuesto señorita, estaba pronta a subirlos, la señorita Connie, ha pedido una gran variedad.
-Esplendido.
-¡Al fin llegas Morena!- le gritaba Connie cuando ella entró a su hermosa y espaciosa habitación.
-Veo que solo esperaban por mí- entró sonriendo y caminando hasta la cama, se de
Rita llegó temprano a la oficina, con la finalidad de adelantar los pendientes, al menos debía ocuparse de eso si pensaba ir a su cita con Hugh. Después de recibir las correspondientes llamadas matutinas de Gillian y Connie, para darle los buenos días y saber cómo estaba, se enfocó en lo que sabía hacer; trabajar con números.Karen le había anunciado que se marcharía a almorzar a lo que Rita asintió y le dedicó una bonita sonrisa, después de aquello volvió a meter la cabeza en el computador. Habían pasado unos treinta o cuarenta minutos cuándo unos fuertes llamados a la puerta la sobresaltaron.-Adelante- dijo levantando la vista, suponiendo que sería Hugh, era bastante extraño que no hubiese aparecido durante toda la mañana y más extraño aún, que ni siquiera le hubiese escrito un mensaje de texto. ¿Se estaría arrepintiendo de la cita?. Pero sus suposiciones se dispersaron cuándo vio que quién entraba no era Hugh, sino Michaell.Rita frunció el ceño. Lu
Hugh, entró a la oficina de Adam, con una gran sonrisa en los labios.-Pareces feliz, hermano- le dijo Adam inmediatamente.-Lo estoy- se encogió de hombros- Rita ha accedido a un código verde.-Casi no puedo creerlo- Adam le mostró la hilera de hermosos y blancos dientes.-Digamos que tuve que ser muy persuasivo- se sentó frente a él- pero lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo he conseguido.-¿Debo felicitarte entonces?-¡Por supuesto hermano!, Rita me gusta, me agrada muchísimo, nunca me había gustado tanto una mujer desde que me divorcié de Alicia, sabes que fue duro para mí.-Lo sé- Adam le dedica una mirada comprensiva.- pero lo haz superado Hugh.-No sin mucho esfuerzo, debo admitir.-Lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo has conseguido- le repitió sus propias palabras y Hugh sonrió.-Es cierto. Ahora lo importante es que Rita me gusta, me gusta mucho.-Solo
Estaba tan concentrada en los números que cuando su teléfono sonó anunciándole un mensaje, casi grita de la impresión que se llevó.Tomó su bolso y sacó su celular.Un nuevo mensaje*SE PUEDE SABER ¿ QUIÉN ERA ESE IMBECIL?, MANTENTE ALEJADA DE ÉL, RITA*Furiosa se dignó a responder.*¿Quién diablos te crees Michaell?, no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.*La respuesta no tardó en llegar:*SI TE VEO CERCA DE ESE HOMBRE DE NUEVO, LO LAMENTARÁS.*Rita estaba enardecida. ¿Debería cambiar de número telefónico?*¡Déjame en paz!*Aquella respuesta pareció ser la incorrecta, porque el mensaje que llegó la dejó pasmada.*MALDITA SEA RITA, NO ME PROVOQUES, NO SABES QUIÉN SOY, NUNCA LO SUPISTE REALMENTE Y SI ME RETAS ESTO TERMINARÁ MAL, MUY MAL.*Rita observó el teléfono sin poder creerse lo que estaba leyendo. ¿se había vuelto loco?, ¿qué le ocurría?, después de todo un largo año, ahora quer
Rita llegó al apartamento con el tiempo justo para alistarse para su cita. . . todavía era extraño asumir que tendría una cita con ese hombre. Se apresuró a tomar una relajante ducha, secar y peinar su cabello. Luego fue al closet y estaba indecisa con qué debía ponerse, no podía terminar de definir qué era lo que debía usar. Al final se enfundó en un hermoso vestido rojo, que realzaba cada una de sus curvas y la hacía sentir realmente hermosa. Estaba casi lista cuando su móvil la sobresaltó. ¡No podía creerlo!-Hola, Rubia.-Hey guapa,¡estoy feliz por tu código verde!, ¿ ya estás lista?-Casi. Hasta que una rubia impertinente, interrumpió mis labores.-Ponte algo hermoso- ignoró su sarcasmo- y usa lencería sexy, seguramente se volverá loco al verla.-Es sólo una cita, Connie- le dijo con voz cansada.-¿Y yo qué he dicho?- su falso tono inocente hizo que Rita rodara los ojos. ¡Connie era insoportable!- ya lo sabes. . . ¡relájate y déjate llevar!
Pasó la mañana trabajando en algunos proyectos, y sacando cuentas, como siempre. Le extrañó que Hugh, no hubiese aparecido hasta ese momento, así que se sintió un poco decepcionada.No entendía qué le estaba ocurriendo con ese hombre, se dedicaba a provocarla tal y como había prometido, se dedicaba a darle besos en el cuello, a rozarla con sutileza y ese beso que le había dado la noche anterior le había arrancado el aliento, era un hombre magnifico, nada más pensarlo su piel ardía enfebrecida.El teléfono de la oficina sonó sacándola de su ensoñación.-Rita Dugarte.-Rita, soy Karen, el señor Scott desea verla.-Hazle pasar- dice con el pulso acelerado.Un minuto más tarde Hugh, entró a la oficina con una gran sonrisa.-Hola, hermosa- le saluda.-Hola, hermoso- le responde conteniendo la risa.-¡Oh!, ¡pero qué buen humor señorita Dugarte!-¡Muy bueno!- responde sonriendo.-¡Supongo que tuvo buena noche!- la sonrisa Ir
Rita. . .Llego a casa completamente agotada, fue una verdadera sorpresa saber que Hugh y yo viajaremos a Cancún, aún pienso que el mismísimo Hugh, tiene mucho que ver en esto, pero no estoy ciento por ciento segura, sospecho que se puso de acuerdo con Adam, pero en fin, ya veremos, tampoco es que es mala idea estar en un lugar paradisiaco acompañada de Hugh, de hecho es fantástica.Me dirijo a tomar una ducha que relaja todos los músculos de mi cuerpo, es sencillamente maravilloso poder sentir que el agua se lleva todo el estrés de mí. Salgo de la ducha envuelta en un delicado albornoz, seco todo mi cuerpo, me aplico una gran cantidad de crema hidratante y voy a la pequeña sala. Busco en mi bolso hasta dar con mi celular, marco el número y espero. Al tercer repique me atienden.-Hola, hermosa.-¿Qué tal tu día pelirroja?-Bastante bien - dice Gillian, con su hermoso y dulce tono de voz - muy tranquilo.-Que bien Gil, mi día agotador. Despué
Rita, llegó temprano como siempre a la oficina y todo parecía normal hasta que la secretaria de Adam, llegó corriendo y con cara asustada.-¿Qué sucede?-Yo. . . . el señor White, está encerrado en su oficina, le llamo y no quiere abrir la puerta y. . .hay mucho ruido allá adentro, pareciera que está destrozando la oficina.-¡Vamos!- le respondió Rita, caminando apresurada a su lado, rogando a Dios que no fuese otro ataque. Tenía mucho tiempo que no tenía uno.-¡Adam, Adam soy yo Rita!- le gritó golpeando la puerta- ¡Adam, abre por favor!, ¡Vamos cariño, déjame pasar!-¡No!- su voz sonaba estrangulada.-¡Abre Adam, bien sabes que no me iré hasta que abras la puerta!-¡Vete, por favor!- aquello parecía un gemido.-¡No me iré!, ¡Adam, déjame pasar!Pasaron algunos minutos en los que Rita golpeaba y le pedía a Adam, que le dejara pasar. La secretaria se había retirado asustada sin saber qué hacer. Así que Rita era l
Nada es más reconfortante, que llegar a casa después de un largo y agotador día. Rita, se saca los zapatos de tacón y se deja caer en el sofá. Aunque hoy es jueves, las chicas vendrán para compartir un rato, al día siguiente Rita y Hugh, se irían a Cancún, con la finalidad de analizar el proyector que Adam, quería que ellos evaluaran.Según Rita, aquello parecía una excusa para enviarlos lejos, ya que ella podía hacer ese análisis sola, o Hugh, por su parte, por lo que analizada la situación, entendía que posiblemente Hugh y Adam, se hubiesen puesto de acuerdo para propiciar esta salida donde se encontrasen solos y lejos de todo. Quizás fuese un poco paranoica, y nada de lo que pensaba estuviese ocurriendo, debía reconocer que tres días en Cancún con Hugh, era un sueño hecho realidad. Obviamente trabajarían, pero de seguro tendrían también tiempo libre para aprovechar de la estadía en tan paradisiaco lugar.Una hora más tarde, terminaba de preparar algunos aperitiv