Rita, llegó al trabajo con mucho tiempo de anticipación, no había tenido buena noche. Hugh Scott, se había paseado libremente por su cabeza, y había interrumpido sus sueños. Se sentó sobre la silla de cuero sintiéndose algo frustrada. Había salido con algunos hombre después de que su relación con Michaell, terminará, se había sentido muy bien con algunos de ellos, había disfrutado de su compañía, pero ninguno la había perturbado tanto como este hombre.
Al parecer era muy bueno en su trabajo, se mostraba divertido, inteligente y con una inquietante habilidad para leer sus pensamientos y expresiones. Nada más pensar en él, sentía como su respiración se agitaba violentamente. Llamaron a su puerta logrando sobresaltarla.
-Adelante- Entró su nueva asistente; Karen, quién traía una gran sonrisa
-Buenos días Rita.
-Buen día Karen, ¿cómo estás hoy?
Karen Smith, era una mujer realmente atractiva, con una hermosa cabellera color cobrizo, sus enormes ojos eran muy atractivos y brillantes, tenía una figura envidiable, con cada curva en los lugares correctos.
-Muy bien, gracias. Quería consultarte un par de cosas.
-Adelantes, siéntate- ella obedeció y abrió una carpeta frente a ella- ¿ Y bien?
-Solo que hay algunas cuentas que no me dan. . . – Rita, la miró frunciendo el ceño.
-Eso no puede ser, soy cuidadosa con las cuentas. Es imposible.
-Bueno es que los montos finales no concuerdan con las descripciones.
-Déjame ver- tomó la carpeta y estudió con cuidado lo que Karen, le indicaba. Sonrió y la miro.
-Tranquila. Verás, estas descripciones que tienen esta (VA) al lado, indican los viáticos respectivos a los viajes de Adam, al extranjero. Son cuentas que se llevan en otros libros, por eso les coloco en (VA) para saber qué hace referencia a otras carpetas, para trabajar debes buscar esa carpeta y comparar todo el trabajo, te aseguro que los montos te darán con exactitud. Como esta es el libro donde se lleva el producto final, es por ello que refleja esos montos pero no los especifica.
-De acuerdo. Le respondió con una sonrisa- nunca había trabajado de este modo.
-Es mi mejor manera de organizarme, cualquier duda solo debes consultarme- le sonríe con dulzura.
Un nuevo llamado a la puerta las interrumpe.
-Siga- responde Rita, y ve aparecer al causante de su noche de insomnio.
-Buenos días- dice con su voz ronca y sensual, que hace que todos los vellos del cuerpo de Rita, reaccionen de inmediato.
-Buenos días- responden ambas al unísono. Connie, tiene razón, es un hombre extremadamente atractivo, haría perder la razón a cualquier mujer. De inmediato nota como Karen, lo observa, como si quisiera devorarlo y extrañamente algo arde en su estómago.
-Necesito que sigamos trabajando- anuncia sonriendo.
-Bien. Puedes retirarte Karen- la mujer pestañea varias veces y en silencio se levanta.
-Con permiso- dice sin dejar de mirar a Hugh, lo que hace que Rita se incomode un poco.
-Propio Karen- le sonríe, y descubre un leve rubor sobre las mejillas femeninas. Cuando Karen, sale de la oficina, ella le señala una silla para que tome asiento, él obedece mostrándole una gran sonrisa.
-¿Con qué comenzaremos hoy?- le pregunta ella extrañamente se siente nerviosa. Se reprende internamente. No es una colegiala para sentirse así, tampoco es una dulce virgen como lo es Gillian, ¿ entonces por qué diablos ese hombre la perturba tanto?
-Tú me dirás- responde tratando de aparentar serenidad.
-Me gustaría ver la carpeta que contiene antiguos proyectos, quizás podamos rescatar algunos y hacer que funcionen.
-Genial- ella se levanta y camina hacia el mueble que contiene todas las carpetas contentivas de documentación importante.
Hugh, la vio ponerse en pie y fue imposible no fijarse en su hermoso trasero, enfundado en aquella linda falda tubo. Sus caderas se contoneaban con naturalidad, con una inocente sensualidad que hacía que se le resecara la garganta.
Sin poder controlar el impulso, se puso en pie de forma sigilosa y caminó hasta ubicarse detrás de ella, que estaba frente al enorme estante que contenía una gran cantidad de carpetas clasificadas por importancia y por año. De pronto la sintió tensarse y contener la respiración.
Rita, buscaba entre las carpetas cuándo sintió la presencia de aquel hombre detrás de ella, instantáneamente todo su cuerpo entró en tensión. ¿Qué demonios pretendía él? No tomó la carpeta sino que en un impulso se giró hasta quedar de frente a él, como lo supuso estaba muy pegado a ella, y sus rostros quedaron a escasos centímetros, aunque él era más alto, su cara estaba inclinada sobre ella.
-¿Qué. . . qué sucede?- pregunto Rita, nerviosa.
-Nada- respondió él sereno, su aliento mentolado le acarició el rostro, su perfume era extremadamente sensual, varonil y un poco amaderado. Rita, tuvo el impulso de esconder su rostro en su pecho y aspirar su fragancia. Cerró sus manos fuertemente hasta que sus uñas le lastimaron las palmas, en la necesidad de controlar aquel absurdo impulso. De pronto lo vio inclinarse a un más sobre ella, contuvo la respiración cuando su cara pasó cerca de la de ella y sus dorados cabellos le acariciaron cerca de la oreja, mientras que su respiración le rozó el cuello.
¿A qué diablos estaba jugando?
Segundos después, los cuales a Rita le parecieron siglos, él se retiró alejándose de ella mientras que en su mano llevaba una carpeta.
-He conseguido lo que buscaba- anunció serenamente y Rita, quiso dejar escapar una maldición.
Lo vio encaminarse hasta su silla, y sintió como sus pulmones volvían a funcionar, pero su corazón se agitaba violentamente dentro de su pecho. Trató de reponerse y caminó directamente hasta su silla, dónde se sentó intentando disimular lo perturbada que estaba. Lo miró fijamente cuándo él rodó su silla y la ubicó junto a la de ella. Extendió la carpeta sobre el escritorio y cuando retiraba sus manos, rozó el brazo de Rita, ella dio un pequeño respingo y lo miró fijamente.
Trabajaron durante algunos minutos, conversando sobre los diversos proyectos que contenía la carpeta, algunos más lucrativos que otros, algunos más fácil de ejecutar en cuánto a tiempo y estrategias. Rita, estaba completamente tensa, se daba cuenta que él no perdía oportunidad de rozarla, tocar sus brazos, sus hombros, hasta se atrevió a retirarle el cabello de los hombros.
-Creo que podríamos rescatar casi todos.- dijo llanamente.
-Eso sería fantástico, creo que será una gran noticia para Adam.
-Así es- la miró fijamente a los ojos- le encantará tener tan buenas noticias, sin duda alguna.
Hugh, tenía un lapicero en las manos y con toda la intensión lo dejó hacer al suelo, inmediatamente se inclinó para recogerlo y sonrió al descubrir que había caído cerca de los pies de ella.
Rita, quiso saltar hacia atrás pero se obligó a permanecer donde estaba. Hugh, tomó el lapicero y se levantó con lentitud y con toda la premeditación posible le rozó una de sus delicadas y suaves piernas. La escuchó gemir de sorpresa mientras que con un rápido movimiento rodaba la silla hacia atrás. Se terminó de enderezar, ella lo miraba con ojos realmente enormes, sus hermosos ojos grises se habían acentuado en color y profundidad, su perfecta boca estaba ligeramente abierta, mientras su pecho subía y bajaba.
-¿Qué sucede? – le preguntó él con una sonrisa de burla y mirada divertida.
-¿Se puede saber a qué juegas?- le preguntó con voz entrecortada.
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Hugh.Casi dejo escapar una risa cuándo ella enfurecida me preguntó:-¿Se puede saber a qué juegas?- le preguntó con voz entrecortada.-No sé a qué te refieres- respondo mintiéndole.-Por supuesto que lo haces- se levanta enfurecida- has estado. . . has estado tocándome deliberadamente.-¿De qué hablas?- levanto ambas cejas.He intentado incomodarla, ver hasta dónde es capaz de resistir, y debo admitir que ha soportado bastante. Mi intención es llevarla a los límites, hasta desearla ansiar con desesperación, un beso, un roce. . .-Sabes perfectamente de lo que hablo y. . . y. . . no estoy dispuesta a tolerarlo.-Vamos Rita, exageras. Han sido casualidades.-No. No lo han sido- responde mirándome fijamente, pero por su gesto sé que comienza a dudar, sus hermosos ojos grises me miran cómo indagando en mi rostro.-Rita- me pongo en pie- no te he estado tocando.-¡Claro que sí!, y no sé qué es lo que te
Rita. . .Llego a casa sin mucho ánimo, me dejo caer sobre el sofá de la sala y cierro los ojos agotadas. Lo normal es que mi cabeza a estas horas esté embotada de números y cuentas, pero hoy solo está llena de unos sensuales labios y unos magníficos ojos.¡Rayos!Quiero llorar de frustración porque Hugh me ha dejado queriendo más, me siento como una pequeña niña a la que le dieron de probar un exquisito dulce y de pronto se lo arrancaron de la boca dejando el sabor en ella y en anhelo de seguir comiendo.Resoplo enfadada.No puedo hablar con Gillian, se supone que está en su cita con John, seguramente la dulce Gillian, se ruborizaría y me diría que lo mejor era dejarle claro a ese hombre que no era adecuado que me tocara de esa manera.Pero lo cierto es que ese no es el consejo que necesito horita, o no es el que quiero. Creo que el consejo que anhelo es el de Connie, la loca rubia me diría que no lo piense y me arroje a l
Rita comienza a respirar agitadamente, ¿Michaell?, ¿qué demonios puede querer Michaell de ella?Rita:*Tienes toda la razón , no espero ni quiero nada de ti, no sé cómo conseguiste mi número, pero te sugiero que lo elimines, de la misma forma que yo te he eliminado de mi vida, no quiero que vuelvas a escribirme en tu vida.*Envía el mensaje sintiéndose furiosa. ¿ se puede ser tan descarado?, aparentemente la respuesta es sí.Número Desconocido:*Lo siento Rita, lo siento muchísimo, estoy arrepentido y solo deseo verte nuevamente y que tengamos una platica, deseo que solucionemos las cosas.*Rita:*Esto no tiene arreglo desde que decidiste meterte en MI CAMA con tu secretaria, déjame en paz Michaell, tengo una feliz vida y no voy a arruinarla por ti. DÉJAME EN PAZ.*Número Desconocido:*No puedo dejarte en paz, porque te necesito, soy infeliz sin ti. Estoy arrepentido.*Rita:*Arrepentido, ¿
Rita salió de la oficina directamente a la casa de Connie, colocó música con la intensión de relajarse un poco. Pero distaba de lograrlo, todo el día había tenido los nervios de punta.Al llegar, estacionó su auto frente a la hermosa mansión. Al llamar a la puerta, una de las chicas que desempeñaban el servicio le abrió la puerta.-Buenas tardes, señorita Rita- le saludó.-Buenas tardes, Ana- le regalo una gran sonrisa- Connie me espera.-Por supuesto, se encuentra en su habitación con la señorita Gillian, la acompaño- se ofreció.-No es necesario, Ana. Puedo ir sola- le sonrió- ¿crees que podrías llevarnos algunos aperitivos?-Por supuesto señorita, estaba pronta a subirlos, la señorita Connie, ha pedido una gran variedad.-Esplendido.-¡Al fin llegas Morena!- le gritaba Connie cuando ella entró a su hermosa y espaciosa habitación.-Veo que solo esperaban por mí- entró sonriendo y caminando hasta la cama, se de
Rita llegó temprano a la oficina, con la finalidad de adelantar los pendientes, al menos debía ocuparse de eso si pensaba ir a su cita con Hugh. Después de recibir las correspondientes llamadas matutinas de Gillian y Connie, para darle los buenos días y saber cómo estaba, se enfocó en lo que sabía hacer; trabajar con números.Karen le había anunciado que se marcharía a almorzar a lo que Rita asintió y le dedicó una bonita sonrisa, después de aquello volvió a meter la cabeza en el computador. Habían pasado unos treinta o cuarenta minutos cuándo unos fuertes llamados a la puerta la sobresaltaron.-Adelante- dijo levantando la vista, suponiendo que sería Hugh, era bastante extraño que no hubiese aparecido durante toda la mañana y más extraño aún, que ni siquiera le hubiese escrito un mensaje de texto. ¿Se estaría arrepintiendo de la cita?. Pero sus suposiciones se dispersaron cuándo vio que quién entraba no era Hugh, sino Michaell.Rita frunció el ceño. Lu
Hugh, entró a la oficina de Adam, con una gran sonrisa en los labios.-Pareces feliz, hermano- le dijo Adam inmediatamente.-Lo estoy- se encogió de hombros- Rita ha accedido a un código verde.-Casi no puedo creerlo- Adam le mostró la hilera de hermosos y blancos dientes.-Digamos que tuve que ser muy persuasivo- se sentó frente a él- pero lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo he conseguido.-¿Debo felicitarte entonces?-¡Por supuesto hermano!, Rita me gusta, me agrada muchísimo, nunca me había gustado tanto una mujer desde que me divorcié de Alicia, sabes que fue duro para mí.-Lo sé- Adam le dedica una mirada comprensiva.- pero lo haz superado Hugh.-No sin mucho esfuerzo, debo admitir.-Lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo has conseguido- le repitió sus propias palabras y Hugh sonrió.-Es cierto. Ahora lo importante es que Rita me gusta, me gusta mucho.-Solo
Estaba tan concentrada en los números que cuando su teléfono sonó anunciándole un mensaje, casi grita de la impresión que se llevó.Tomó su bolso y sacó su celular.Un nuevo mensaje*SE PUEDE SABER ¿ QUIÉN ERA ESE IMBECIL?, MANTENTE ALEJADA DE ÉL, RITA*Furiosa se dignó a responder.*¿Quién diablos te crees Michaell?, no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.*La respuesta no tardó en llegar:*SI TE VEO CERCA DE ESE HOMBRE DE NUEVO, LO LAMENTARÁS.*Rita estaba enardecida. ¿Debería cambiar de número telefónico?*¡Déjame en paz!*Aquella respuesta pareció ser la incorrecta, porque el mensaje que llegó la dejó pasmada.*MALDITA SEA RITA, NO ME PROVOQUES, NO SABES QUIÉN SOY, NUNCA LO SUPISTE REALMENTE Y SI ME RETAS ESTO TERMINARÁ MAL, MUY MAL.*Rita observó el teléfono sin poder creerse lo que estaba leyendo. ¿se había vuelto loco?, ¿qué le ocurría?, después de todo un largo año, ahora quer
Rita llegó al apartamento con el tiempo justo para alistarse para su cita. . . todavía era extraño asumir que tendría una cita con ese hombre. Se apresuró a tomar una relajante ducha, secar y peinar su cabello. Luego fue al closet y estaba indecisa con qué debía ponerse, no podía terminar de definir qué era lo que debía usar. Al final se enfundó en un hermoso vestido rojo, que realzaba cada una de sus curvas y la hacía sentir realmente hermosa. Estaba casi lista cuando su móvil la sobresaltó. ¡No podía creerlo!-Hola, Rubia.-Hey guapa,¡estoy feliz por tu código verde!, ¿ ya estás lista?-Casi. Hasta que una rubia impertinente, interrumpió mis labores.-Ponte algo hermoso- ignoró su sarcasmo- y usa lencería sexy, seguramente se volverá loco al verla.-Es sólo una cita, Connie- le dijo con voz cansada.-¿Y yo qué he dicho?- su falso tono inocente hizo que Rita rodara los ojos. ¡Connie era insoportable!- ya lo sabes. . . ¡relájate y déjate llevar!