Hugh.
Casi dejo escapar una risa cuándo ella enfurecida me preguntó:
-¿Se puede saber a qué juegas?- le preguntó con voz entrecortada.
-No sé a qué te refieres- respondo mintiéndole.
-Por supuesto que lo haces- se levanta enfurecida- has estado. . . has estado tocándome deliberadamente.
-¿De qué hablas?- levanto ambas cejas.
He intentado incomodarla, ver hasta dónde es capaz de resistir, y debo admitir que ha soportado bastante. Mi intención es llevarla a los límites, hasta desearla ansiar con desesperación, un beso, un roce. . .
-Sabes perfectamente de lo que hablo y. . . y. . . no estoy dispuesta a tolerarlo.
-Vamos Rita, exageras. Han sido casualidades.
-No. No lo han sido- responde mirándome fijamente, pero por su gesto sé que comienza a dudar, sus hermosos ojos grises me miran cómo indagando en mi rostro.
-Rita- me pongo en pie- no te he estado tocando.
-¡Claro que sí!, y no sé qué es lo que te
Rita. . .Llego a casa sin mucho ánimo, me dejo caer sobre el sofá de la sala y cierro los ojos agotadas. Lo normal es que mi cabeza a estas horas esté embotada de números y cuentas, pero hoy solo está llena de unos sensuales labios y unos magníficos ojos.¡Rayos!Quiero llorar de frustración porque Hugh me ha dejado queriendo más, me siento como una pequeña niña a la que le dieron de probar un exquisito dulce y de pronto se lo arrancaron de la boca dejando el sabor en ella y en anhelo de seguir comiendo.Resoplo enfadada.No puedo hablar con Gillian, se supone que está en su cita con John, seguramente la dulce Gillian, se ruborizaría y me diría que lo mejor era dejarle claro a ese hombre que no era adecuado que me tocara de esa manera.Pero lo cierto es que ese no es el consejo que necesito horita, o no es el que quiero. Creo que el consejo que anhelo es el de Connie, la loca rubia me diría que no lo piense y me arroje a l
Rita comienza a respirar agitadamente, ¿Michaell?, ¿qué demonios puede querer Michaell de ella?Rita:*Tienes toda la razón , no espero ni quiero nada de ti, no sé cómo conseguiste mi número, pero te sugiero que lo elimines, de la misma forma que yo te he eliminado de mi vida, no quiero que vuelvas a escribirme en tu vida.*Envía el mensaje sintiéndose furiosa. ¿ se puede ser tan descarado?, aparentemente la respuesta es sí.Número Desconocido:*Lo siento Rita, lo siento muchísimo, estoy arrepentido y solo deseo verte nuevamente y que tengamos una platica, deseo que solucionemos las cosas.*Rita:*Esto no tiene arreglo desde que decidiste meterte en MI CAMA con tu secretaria, déjame en paz Michaell, tengo una feliz vida y no voy a arruinarla por ti. DÉJAME EN PAZ.*Número Desconocido:*No puedo dejarte en paz, porque te necesito, soy infeliz sin ti. Estoy arrepentido.*Rita:*Arrepentido, ¿
Rita salió de la oficina directamente a la casa de Connie, colocó música con la intensión de relajarse un poco. Pero distaba de lograrlo, todo el día había tenido los nervios de punta.Al llegar, estacionó su auto frente a la hermosa mansión. Al llamar a la puerta, una de las chicas que desempeñaban el servicio le abrió la puerta.-Buenas tardes, señorita Rita- le saludó.-Buenas tardes, Ana- le regalo una gran sonrisa- Connie me espera.-Por supuesto, se encuentra en su habitación con la señorita Gillian, la acompaño- se ofreció.-No es necesario, Ana. Puedo ir sola- le sonrió- ¿crees que podrías llevarnos algunos aperitivos?-Por supuesto señorita, estaba pronta a subirlos, la señorita Connie, ha pedido una gran variedad.-Esplendido.-¡Al fin llegas Morena!- le gritaba Connie cuando ella entró a su hermosa y espaciosa habitación.-Veo que solo esperaban por mí- entró sonriendo y caminando hasta la cama, se de
Rita llegó temprano a la oficina, con la finalidad de adelantar los pendientes, al menos debía ocuparse de eso si pensaba ir a su cita con Hugh. Después de recibir las correspondientes llamadas matutinas de Gillian y Connie, para darle los buenos días y saber cómo estaba, se enfocó en lo que sabía hacer; trabajar con números.Karen le había anunciado que se marcharía a almorzar a lo que Rita asintió y le dedicó una bonita sonrisa, después de aquello volvió a meter la cabeza en el computador. Habían pasado unos treinta o cuarenta minutos cuándo unos fuertes llamados a la puerta la sobresaltaron.-Adelante- dijo levantando la vista, suponiendo que sería Hugh, era bastante extraño que no hubiese aparecido durante toda la mañana y más extraño aún, que ni siquiera le hubiese escrito un mensaje de texto. ¿Se estaría arrepintiendo de la cita?. Pero sus suposiciones se dispersaron cuándo vio que quién entraba no era Hugh, sino Michaell.Rita frunció el ceño. Lu
Hugh, entró a la oficina de Adam, con una gran sonrisa en los labios.-Pareces feliz, hermano- le dijo Adam inmediatamente.-Lo estoy- se encogió de hombros- Rita ha accedido a un código verde.-Casi no puedo creerlo- Adam le mostró la hilera de hermosos y blancos dientes.-Digamos que tuve que ser muy persuasivo- se sentó frente a él- pero lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo he conseguido.-¿Debo felicitarte entonces?-¡Por supuesto hermano!, Rita me gusta, me agrada muchísimo, nunca me había gustado tanto una mujer desde que me divorcié de Alicia, sabes que fue duro para mí.-Lo sé- Adam le dedica una mirada comprensiva.- pero lo haz superado Hugh.-No sin mucho esfuerzo, debo admitir.-Lo importante no son los medios, sino que a fin de cuentas lo has conseguido- le repitió sus propias palabras y Hugh sonrió.-Es cierto. Ahora lo importante es que Rita me gusta, me gusta mucho.-Solo
Estaba tan concentrada en los números que cuando su teléfono sonó anunciándole un mensaje, casi grita de la impresión que se llevó.Tomó su bolso y sacó su celular.Un nuevo mensaje*SE PUEDE SABER ¿ QUIÉN ERA ESE IMBECIL?, MANTENTE ALEJADA DE ÉL, RITA*Furiosa se dignó a responder.*¿Quién diablos te crees Michaell?, no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.*La respuesta no tardó en llegar:*SI TE VEO CERCA DE ESE HOMBRE DE NUEVO, LO LAMENTARÁS.*Rita estaba enardecida. ¿Debería cambiar de número telefónico?*¡Déjame en paz!*Aquella respuesta pareció ser la incorrecta, porque el mensaje que llegó la dejó pasmada.*MALDITA SEA RITA, NO ME PROVOQUES, NO SABES QUIÉN SOY, NUNCA LO SUPISTE REALMENTE Y SI ME RETAS ESTO TERMINARÁ MAL, MUY MAL.*Rita observó el teléfono sin poder creerse lo que estaba leyendo. ¿se había vuelto loco?, ¿qué le ocurría?, después de todo un largo año, ahora quer
Rita llegó al apartamento con el tiempo justo para alistarse para su cita. . . todavía era extraño asumir que tendría una cita con ese hombre. Se apresuró a tomar una relajante ducha, secar y peinar su cabello. Luego fue al closet y estaba indecisa con qué debía ponerse, no podía terminar de definir qué era lo que debía usar. Al final se enfundó en un hermoso vestido rojo, que realzaba cada una de sus curvas y la hacía sentir realmente hermosa. Estaba casi lista cuando su móvil la sobresaltó. ¡No podía creerlo!-Hola, Rubia.-Hey guapa,¡estoy feliz por tu código verde!, ¿ ya estás lista?-Casi. Hasta que una rubia impertinente, interrumpió mis labores.-Ponte algo hermoso- ignoró su sarcasmo- y usa lencería sexy, seguramente se volverá loco al verla.-Es sólo una cita, Connie- le dijo con voz cansada.-¿Y yo qué he dicho?- su falso tono inocente hizo que Rita rodara los ojos. ¡Connie era insoportable!- ya lo sabes. . . ¡relájate y déjate llevar!
Pasó la mañana trabajando en algunos proyectos, y sacando cuentas, como siempre. Le extrañó que Hugh, no hubiese aparecido hasta ese momento, así que se sintió un poco decepcionada.No entendía qué le estaba ocurriendo con ese hombre, se dedicaba a provocarla tal y como había prometido, se dedicaba a darle besos en el cuello, a rozarla con sutileza y ese beso que le había dado la noche anterior le había arrancado el aliento, era un hombre magnifico, nada más pensarlo su piel ardía enfebrecida.El teléfono de la oficina sonó sacándola de su ensoñación.-Rita Dugarte.-Rita, soy Karen, el señor Scott desea verla.-Hazle pasar- dice con el pulso acelerado.Un minuto más tarde Hugh, entró a la oficina con una gran sonrisa.-Hola, hermosa- le saluda.-Hola, hermoso- le responde conteniendo la risa.-¡Oh!, ¡pero qué buen humor señorita Dugarte!-¡Muy bueno!- responde sonriendo.-¡Supongo que tuvo buena noche!- la sonrisa Ir