Un año más tarde Rita es una mujer feliz, alegre, divertida y lo más importante; es una mujer divorciada. Ha dejado atrás el amor que sentía por Michaell, ese amor que tanto daño le había hecho, ahora era una chica en busca de diversión, y de recuperar los años que había malgastado amando al infiel de su marido. Fue muy duro superar aquello, pero afortunadamente Connie y Gillian, nunca la abandonaron, le brindaron un apoyo incondicional en todo momento.
Michaell, no había querido entender que lo mejor era no seguirse lastimando y acabar con la falsa de matrimonio que tenían.
-No Rita, te lo suplico cariño- había pasado sus nerviosas manos por el cabello- no me dejes, fui un tonto, lo sé. Cariño, he cometido errores pero te amo.
-¿Errores?, que no sepas mantener la bragueta en su lugar no es un error, eso se llama traición Michaell, y yo no estoy dispuesta a tolerarlo, no soportaré ningún engaño, no pasaré por alto ninguna falta porque no te he dado motivos para que me causes ésta herida. He sido tu esposa, tu amiga, tu compañera, tu amante, te he dado lo mejor de mí; mi tiempo, mis mejores años, mi amor, mi respeto, mi devoción. Ahora has arrojado todo a la basura.
-Rita. . .por Dios. . .
-No. Es irremisible Michaell, quiero el divorcio.
Después de tanto intentarlo Michaell cedió a darle el divorcio. Es más, aceptó un divorcio de mutuo acuerdo y amistoso, a cambio de la no revelación de su infidelidad. Luego de aquello vendió la casa, no soportaba tener que volver a ese sitio, ver aquella cama le causaba repulsión, deseaba comenzar una vida nueva y no quería nada de lo antiguo en ella.
Gillian y Connie la ayudaron a vender la casa y hasta el auto, para luego buscar un apartamento, y un nuevo coche. Rita, se los agradeció, sintió que necesitaba comenzar desde cero.
Sus amigas eran adorables, Connie estaba un poco loca, pero eso la hacía más divertida. Amaba pasar tiempo con ellas. Su teléfono sonó sacándola de sus cavilaciones.
-Hola guapa- respondió sonriendo.
-Cariño, estoy en busca de una buena amiga.
-Pues estás de suerte rubia, porque tienes dos- Connie rió feliz.
-En este caso te necesito a ti. Ya sabes que la pelirroja es una aguafiestas, conste que adoro a Gil, pero me desespera que sea tan calmada en todo.
-No puedes reprocharle su personalidad- le reprendió Rita.
-¡Le reprocho que se vaya siempre por lo seguro!
-No comprendo- Rita frunció el entrecejo.
-¡Gillian, tiene una cita!- gritó Connie desesperada.
-¡Eso es maravilloso!- Rita se sintió feliz.
-Oye nena, te digo que no lo es. Ha aceptado salir con el idiota de John. ¡Ese hombre es tan insípido, como una ensalada césar sin aderezo!
-Connie, por Dios. . .
-Connie, un cuerno Rita. ¿Soy la única con sentido común?- su tono era exasperado.
-Puede que John, sea un buen chico- Rita intentó razonar.
-El chico trabaja en una aburrida biblioteca. ¡Ya es suficiente con que Gil se la pase pegada a los malditos libros todo el día!
-Oye rubia cálmate.
-¡No!, ella necesita un hombre ardiente. Que deje de lado el idiota prototipo de príncipe azul, cursi y romántico.
-¡Son sus gustos Cariño!
-No, es que es lo único que conoce. ¡Con un demonio Rita!
-Connie. . . - Rita rodó los ojos. Connie, podía ser tan exasperante.
-Es una romántica incurable. ¿ que no se da cuenta que si sigue así, saldrá lastimada?
-Es probable que. . .
-Al diablo con las probabilidades y las estadísticas, no estoy hablando de números- se quejó- solo te diré una cosa, ese chico es tan aburrido como una ostra. Y esos con cara de yo no fui son los más peligroso. ¡Cómo que la haga sufrir y le doy un balazo!
-¡Hey, hey chica del lejano oeste!. . . guarda las armas, no puedes solucionar todo a punta de disparos.
-Pues mi pistola es la única que está de acuerdo conmigo. Ella no me cuestiona, solo obedece.
-Es porque no tiene cerebro guapa. Hasta tu arma podría decirte que tus impulsos no te llevarán nada lejos. Quizás hasta termines presa.
-Eso es imposible cariño, mi papi tiene a los mejores abogados- respondió en tono autosuficiente.
-Connie. . .
-Ya basta. Gillian, es la serena Rita, no yo. Ella es de las amigas que te aconsejaría calmarte. Yo soy de las que te ayuda a matar al infeliz. Nada podrá cambiar eso- Rita suspira cansada.
-Tienes razón. No cambiaras.
-Por supuesto que no - le aseguró- Habla con Gillian, y asegúrate de que le informe al desabrido de John, que sé cómo ocultar un cadáver.
-¡Loca!- le dijo Rita sonriendo.
-Oye guapa. Por cierto, ¿cómo está el mangazo de tu jefe?
-Connie, Connie, Connie. . .
-¡¿Qué?!, no soy Gillian, busco un hombre nena y ese Adam está como quiero. . .perdón, como quiere. Es un mangazo - estalló en carcajadas- quizás un día de estos le invite a salir.
-¡Atrevida!- no pudo aguantar la risa.
-Te juro de que me como a ese bombón, me lo como.
-Eres insoportable- rió.
-Rita. . . Gillian desea que la ayudemos a escoger que ponerse para la cita de hoy, yo me he negado y. . .
-¿Tu qué?- le preguntó asombrada.
-Me he negado nena- dijo despreocupada.
-No puedes hacerle eso a Gillian.
-Si puedo. Ese John, me cae en el hígado. Que hombre tan huraño.
-Me interesa muy poco John. Pero no puedes hacerle eso a Gillian, somos sus amigas.
-Y cómo amiga sé que ese hombre no le conviene.
-¡Eso no lo decides tú!, entiéndelo Connie, es su decisión.
-Me pudre ese hombre, y tú te estás volviendo fastidiosa.
-Me importa poco. Vas a llamarla y a ofrecerle una disculpa. Esta tarde iremos a su casa y la ayudaremos a prepararse para su cita.
-Pero. . .
-Nada de Peros, Connie. No dejaremos sola a Gillian, es mi última palabra.
-¡Demonios Rita, a veces te odio!- gritó enfurecida.
-Lo sé- sonrió.
-No solo te llamaba por Gil, quisiera que este sábado de amigas, fuésemos a una nueva disco. . .
-No- la interrumpió- quedamos en sábado de casa y películas.
-Pero Rita- gimió frustrada- quiero ir a bailar.
-No, no y no. Podemos ir la semana que viene. Además estoy sumamente agotada Connie, no tener asistente agota cada reserva de mi energía.
-Punto a mi favor, necesitas desestresarte y ¿qué mejor lugar que en una discoteca?
-No cambiaremos nuestros planes.
-Hoy estás insufrible, estás más mandona que mi madre- le dijo enfadada- No quieres ayudarme con Adam, te molesta lo que opino de John, me obligas a aceptar ayudar a Gil para la sosa cita y de paso me niegas una salida a la disco.
-Es que ya teníamos planes- dijo firme.
-¡Necesito buscar nuevas amigas!
-¡Dramática!
-Dile a Adam que te busque con urgencia una asistente o terminarás por perder una hermana- sin más le colgó la comunicación.
-Connie. . .Connie. . .- Rita se quedó mirando la pantalla del celular.
Lo dejó sobre el escritorio y se llevó ambas manos a la cabeza. Connie tenía razón, desde que se quedó sin asistente el trabajo se ha acumulado y la ha obligado a dedicar más horas a las cuentas. Amaba los números pero la verdad es que últimamente llegaba al apartamento con fuertes migrañas, se sentía agotada al extremo, su humor estaba cambiando, no podía seguir así.
-¿Un mal día?- levantó la cabeza y dirigió la mirada hacia esa ronca y profunda voz. Connie, tenía razón nuevamente, ese Adam era realmente atractivo. Un verdadero bombón como ella decía.
-Algo así. . .
-Creo que traigo noticias que lograrán alegrarte.
-Eso espero- suspiró- estoy que ya no aguanto. Si no recibo buenas noticias lloraré de frustración.
Lo miró tomar asiento frente a ella, así que se inclinó hacia atrás y dejó reposar su cuerpo en el espaldar de la silla.
-Sé que últimamente te has esforzado mucho por seguir el ritmo de trabajo, y que estar sin asistente ha sido una verdadera pesadilla- le sonrió- a fin de mes te daré un jugoso bono especial.
-Espero sea muy jugoso- ironizó Rita.
-Lo será, volvió a sonreír- esa es una de las noticias. La segunda es que ya recursos humanos ha contratado una asistente para ti.
-¡Oh sí!- elevó ambas manos al cielo- eso sí es una gran noticia. Eso me hace inmensamente feliz. Aunque en vez de bonos, deberías darme vacaciones pagadas- su carcajada la hizo reír.
-Lo pensaré. Lo prometo. Tu asistente comenzará el lunes. Es una chica muy preparada, su nombre es Karen Smith, te haré llegar su síntesis curricular para que te familiarices con ella.
-Genial Adam- le sonrió aliviada.
-Lo tercero es que he contratado un nuevo consultor jurídico.
-Eso es maravilloso. Ahora la empresa contará con una persona capacitada.
-Sí. Solo que debo pedirte un favor preciosa.
-Tú dirás Adam.
-El nuevo consultor es amigo mío, tiene muchas especialidades en distintas áreas, es un hombre genial que comprende mucho de inversiones, llegó hace poco del extranjero, necesito que se ponga al día con todo. En especial con el área administrativa, necesito que trabajen de la mano, y necesitaré reportes semanales de los avances sobre las inversiones que queremos realizar, deben evaluar juntos las propuestas y analizar los pro y contras, tanto en el área administrativa, como en el área legal, si nos conviene el negocio mi amigo sabrá aprovechar la oportunidad. Es el mejor.
-Muy bien. Por mí no hay problemas Adam.
-Bien. Él también llegará el lunes, su nombre es Hugh Scott. . .
Rita, se estira perezosamente en la cama, su despertador anuncia el comienzo de un nuevo día. Tuvo en intenso deseo de quedarse en cama, tenía años que no se sentía así, pero no podía dejar que la pereza le ganara. Debía ir al trabajo o Adam la mataría. Sin animo se arrastró hasta la ducha, quizás el agua fría lograra alejar la flojera que invadía su cuerpo.Después de unos veinte minutos estaba lista para ir a la oficina. Se encontraba en la cocina del pequeño apartamento tomando zumo de naranja, con un panqueque. Lavó el plato, lo guardó y lo secó.El lejano sonido de su móvil la sobresaltó, corrió a buscar su cartera, rebuscó entre sus cosas. Allí estaba, en el fondo.-Hola- respondió sin siquiera percatarse de quién era.-Hola cariño- la tierna y suave voz de Gillian, llegó a través del aparato.-Cariño, buen día. ¿Cómo amaneces?-Pues muy bien. Hoy llega mi nueva asistente y estoy dándole gracias al cielo por ello, cre
-Bien, las matemáticas pueden esperar. ¿Me dirás qué es un código amarillo?Rita, sintió que sus pulmones dejaban de funcionar. Y ahora, ¿ cómo saldría del problema en el que la loca de Connie, la había metido?-Es algo que. . . bueh. . . Realmente no tiene importancia.-Para mí la tiene Rita, se supone que yo soy parte del código amarillo- le dedicó una sonrisa burlona.-No lo entenderías.-¡Pruébame!- responde cruzándose de brazos.-Es. . . .Solo algo entre chicas. . . los colores- me siento estúpida por no conseguir una forma inteligente de explicarlo sin tartamudear. Yo, la racional Rita- pues, los colores indican diferentes situaciones.-Eso puedo imaginarlo- responde arqueando las cejas. Su tono es burlón, como si ella hubiese dicho una estupidez.-El azul es. . . para indicar una emergencia mayor. . . algo que no puede esperar, que necesita
-Te mataré Connie, juro que te mataré- dijo Rita, mientras se abalanzaba contra Connie, quién estaba de pie junto a la puerta con Gillian.-¡Rita!- grita Gillian, interponiéndose entre ellas- cálmate, tú nunca has sido violenta.-Merece que la mate Gillian- gime desconsolada y caminando rápidamente hasta el sofá que está en la sala y se deja caer gimiendo.-Por eso le dije a Gillian, que viniéramos juntas. Sabía que estarías como una loca- respondió Connie, con aire despreocupado.-¿Cómo pudiste hacerme eso?- Rita, la mira con odio- ¡Me haz avergonzado con el amigo de Adam!-Oye, por cierto- dijo Connie, ignorando la furia de Rita- ¿ desde cuándo son amigos?, esta como quiere el hombre Rita, es un código amarillo realmente jugoso.-¡No es un código amarillo!- gritó frustrada.- ¡No es un maldito código amarillo!- sintió que le saltarían las lágrimas. Amaba a su amiga, pero en aqu
Rita, llegó al trabajo con mucho tiempo de anticipación, no había tenido buena noche. Hugh Scott, se había paseado libremente por su cabeza, y había interrumpido sus sueños. Se sentó sobre la silla de cuero sintiéndose algo frustrada. Había salido con algunos hombre después de que su relación con Michaell, terminará, se había sentido muy bien con algunos de ellos, había disfrutado de su compañía, pero ninguno la había perturbado tanto como este hombre.Al parecer era muy bueno en su trabajo, se mostraba divertido, inteligente y con una inquietante habilidad para leer sus pensamientos y expresiones. Nada más pensar en él, sentía como su respiración se agitaba violentamente. Llamaron a su puerta logrando sobresaltarla.-Adelante- Entró su nueva asistente; Karen, quién traía una gran sonrisa-Buenos días Rita.-Buen día Karen, ¿cómo estás hoy?Karen Smith, era una mujer realmente atractiva, con una hermosa cabellera color cobrizo, sus enormes ojos eran muy
Hugh.Casi dejo escapar una risa cuándo ella enfurecida me preguntó:-¿Se puede saber a qué juegas?- le preguntó con voz entrecortada.-No sé a qué te refieres- respondo mintiéndole.-Por supuesto que lo haces- se levanta enfurecida- has estado. . . has estado tocándome deliberadamente.-¿De qué hablas?- levanto ambas cejas.He intentado incomodarla, ver hasta dónde es capaz de resistir, y debo admitir que ha soportado bastante. Mi intención es llevarla a los límites, hasta desearla ansiar con desesperación, un beso, un roce. . .-Sabes perfectamente de lo que hablo y. . . y. . . no estoy dispuesta a tolerarlo.-Vamos Rita, exageras. Han sido casualidades.-No. No lo han sido- responde mirándome fijamente, pero por su gesto sé que comienza a dudar, sus hermosos ojos grises me miran cómo indagando en mi rostro.-Rita- me pongo en pie- no te he estado tocando.-¡Claro que sí!, y no sé qué es lo que te
Rita. . .Llego a casa sin mucho ánimo, me dejo caer sobre el sofá de la sala y cierro los ojos agotadas. Lo normal es que mi cabeza a estas horas esté embotada de números y cuentas, pero hoy solo está llena de unos sensuales labios y unos magníficos ojos.¡Rayos!Quiero llorar de frustración porque Hugh me ha dejado queriendo más, me siento como una pequeña niña a la que le dieron de probar un exquisito dulce y de pronto se lo arrancaron de la boca dejando el sabor en ella y en anhelo de seguir comiendo.Resoplo enfadada.No puedo hablar con Gillian, se supone que está en su cita con John, seguramente la dulce Gillian, se ruborizaría y me diría que lo mejor era dejarle claro a ese hombre que no era adecuado que me tocara de esa manera.Pero lo cierto es que ese no es el consejo que necesito horita, o no es el que quiero. Creo que el consejo que anhelo es el de Connie, la loca rubia me diría que no lo piense y me arroje a l
Rita comienza a respirar agitadamente, ¿Michaell?, ¿qué demonios puede querer Michaell de ella?Rita:*Tienes toda la razón , no espero ni quiero nada de ti, no sé cómo conseguiste mi número, pero te sugiero que lo elimines, de la misma forma que yo te he eliminado de mi vida, no quiero que vuelvas a escribirme en tu vida.*Envía el mensaje sintiéndose furiosa. ¿ se puede ser tan descarado?, aparentemente la respuesta es sí.Número Desconocido:*Lo siento Rita, lo siento muchísimo, estoy arrepentido y solo deseo verte nuevamente y que tengamos una platica, deseo que solucionemos las cosas.*Rita:*Esto no tiene arreglo desde que decidiste meterte en MI CAMA con tu secretaria, déjame en paz Michaell, tengo una feliz vida y no voy a arruinarla por ti. DÉJAME EN PAZ.*Número Desconocido:*No puedo dejarte en paz, porque te necesito, soy infeliz sin ti. Estoy arrepentido.*Rita:*Arrepentido, ¿
Rita salió de la oficina directamente a la casa de Connie, colocó música con la intensión de relajarse un poco. Pero distaba de lograrlo, todo el día había tenido los nervios de punta.Al llegar, estacionó su auto frente a la hermosa mansión. Al llamar a la puerta, una de las chicas que desempeñaban el servicio le abrió la puerta.-Buenas tardes, señorita Rita- le saludó.-Buenas tardes, Ana- le regalo una gran sonrisa- Connie me espera.-Por supuesto, se encuentra en su habitación con la señorita Gillian, la acompaño- se ofreció.-No es necesario, Ana. Puedo ir sola- le sonrió- ¿crees que podrías llevarnos algunos aperitivos?-Por supuesto señorita, estaba pronta a subirlos, la señorita Connie, ha pedido una gran variedad.-Esplendido.-¡Al fin llegas Morena!- le gritaba Connie cuando ella entró a su hermosa y espaciosa habitación.-Veo que solo esperaban por mí- entró sonriendo y caminando hasta la cama, se de