Mientras tanto, en una de las terrazas del palacio, Nicolás y Dolores conversaban en privado. Nicolás había decidido compartir con su esposa la verdadera razón detrás del ataque de Zorathia."Zorathia nos atacó por culpa de Verónica, la princesa de Londres," explicó Nicolás. "Fue ella quien manipuló al príncipe Kaelion para que iniciara la guerra. Todo por una disputa personal contra Valeria."Dolores, sorprendida, lo miró fijamente. "¿Valeria sabe esto?""No," respondió Nicolás. "Y no debe saberlo. Está embarazada, y no quiero que se preocupe por algo que ya hemos resuelto. Además, tiene suficientes enemigos en el palacio. No quiero añadir más peso a sus hombros."Dolores asintió, comprendiendo la preocupación de su esposo. "Tienes razón. Valeria necesita concentrarse en su hijo y en fortalecer su posición. Pero debemos estar atentos. Zainab y Layla no dudarán en usar a las nuevas mujeres a su favor."Nicolás suspiró, recordando los momentos difíciles que había enfrentado junto a Dolo
Esa noche, mientras las mujeres se preparaban para dormir, Safira reflexionaba sobre los eventos del día. Estaba sentada en su cama, mirando por la ventana hacia los jardines iluminados por la luna."Layla cree que puede intimidarme," pensó, apretando los puños. "Pero no permitiré que me derrote. Vine aquí para demostrar mi valía, no solo al príncipe Faruq, sino a todo el palacio. Si tengo que enfrentarme a ella una y otra vez, lo haré. No me rendiré."Safira sabía que tenía aliados entre las recién llegadas, pero también sabía que necesitaba ganarse el favor de las damas de disciplina y, sobre todo, de Valeria y Dolores. Si lograba eso, Layla no tendría ninguna oportunidad contra ella.En otra parte del harén, Layla estaba sentada frente a su espejo, cepillando su cabello con movimientos rápidos y furiosos. Zainab, sentada cerca de ella, intentaba consolarla."No te preocupes, Layla," dijo Zainab. "Esa campesina no tiene ninguna posibilidad contra nosotras."Layla, sin embargo, no est
A la mañana siguiente, todas las mujeres del harén fueron convocadas al salón principal. La atmósfera era tensa, y los murmullos llenaban el aire. Layla, aunque intentaba mantener una expresión tranquila, no podía evitar sentir un leve nerviosismo. Sabía que la reina no tomaba decisiones a la ligera.Cuando todas estuvieron reunidas, la reina Amira entró al salón, seguida de Madame Samira. Su presencia imponente hizo que el silencio cayera de inmediato."Anoche ocurrió algo que no puedo ignorar," comenzó la reina, mirando a cada una de las presentes. "Un grupo de mujeres atacó a Safira, hija de Lord Malik, en el jardín. Este tipo de comportamiento es inaceptable en el harén imperial."La reina hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran en todas. Luego, se dirigió directamente a Layla. "Aunque no participaste directamente en el ataque, sabemos que fuiste la instigadora. Como castigo, perderás tu salario durante dos meses. Esto servirá como advertencia para cualquiera que intente a
Aunque el enfrentamiento parecía haber terminado, Zainab tenía otros planes. Esa misma noche, mientras Zahra caminaba sola hacia su habitación, fue interceptada por Nadia y Hala. Esta vez, no hubo palabras. Las dos mujeres, alentadas por Zainab, la atacaron físicamente, golpeándola con fuerza. Zahra, aunque fuerte, no pudo defenderse contra ambas.Desde la distancia, una de las sirvientas, Mariam, observó el ataque con horror. Sin dudarlo, corrió a buscar ayuda, sabiendo que esto no podía quedar impune.Cuando Madame Samira llegó al lugar del ataque, encontró a Zahra en el suelo, con el rostro golpeado y la ropa rasgada. Nadia y Hala intentaron huir, pero fueron detenidas por las damas de disciplina."¿Qué significa esto?" exclamó Madame Samira, su voz llena de indignación. "¿Cómo se atreven a comportarse de esta manera en el harén imperial?"Nadia, temblando de miedo, intentó justificarse. "Solo... solo queríamos darle una lección. No fue nuestra intención...""Silencio," interrumpió
Mientras algunas mujeres intentaban acercarse a Safira, otras comenzaban a planear su caída. En una reunión secreta en los aposentos de Layla, Zainab presentó su idea.“Si queremos eliminar a Safira como una amenaza, debemos actuar con precisión,” dijo Zainab, mirando a las demás mujeres presentes. “No basta con humillarla. Debemos destruir su belleza. Sin eso, no será nada en este lugar.”Layla, aunque inicialmente dudosa, terminó por aceptar el plan. “Pero debemos ser cuidadosas. La reina ya está vigilándonos de cerca. Si algo nos relaciona con lo que ocurra, estaremos acabadas.”Zainab asintió. “Lo sé. Por eso no actuaremos directamente. Usaremos a las sirvientas. Ellas harán el trabajo por nosotras.”Dos días después, mientras Safira se preparaba para asistir a una reunión en el salón principal, una de las sirvientas, manipulada por Zainab, se acercó a ella con una bandeja de aceites perfumados. “Señorita Safira, pensé que este aceite podría ser de su agrado. Es conocido por realz
“El movimiento brusco y el estrés han provocado contracciones prematuras,” explicó Rafiq. “Esto no es normal. Debemos actuar rápidamente para estabilizarla. Si no lo hacemos, podríamos perder a los bebés… o a la princesa.”El anuncio provocó un revuelo en el palacio. Los sirvientes corrían de un lado a otro, llevando agua caliente, toallas limpias y medicamentos. La noticia llegó rápidamente a la reina Amira, quien dejó todo lo que estaba haciendo y corrió a los aposentos de Valeria.Cuando la reina llegó, encontró la habitación en completo caos. Valeria estaba acostada en la cama, sudando y gimiendo de dolor. Las damas de compañía intentaban calmarla, mientras el doctor Rafiq daba órdenes apresuradas a sus asistentes.“¿Qué está ocurriendo aquí?” demandó la reina, su voz firme pero llena de preocupación.“El accidente ha provocado complicaciones graves,” explicó Rafiq, sin apartar la vista de Valeria. “La princesa está en trabajo de parto prematuro, pero su estado es crítico. Estoy ha
La lucha por la marca Gobles.En el Monasterio de priato de santa marta, la marca Gobles, en área fronteriza entre Escocia e Irlanda del Norte, la pequeña Estacia tenía paredes y suelo de piedra y un tejado ondulado. Una humedad fría lo colaba todo, proporcionando un brillo desagradable a la luz de la única lámpara.La habitación parecía congelada en el tiempo, como si hubiera sido abandonada hace décadas, con polvo acumulado en cada rincón y telarañas colgando del techo. Sin embargo, en aquella noche sombría, el ambiente estaba cargado de tensión y miedo, como si el lugar hubiera cobrado vida repentinamente. Dos mujeres, con el rostro pálido y los ojos llenos de temor, se aferraban a sus abrigos en un intento desesperado por mantener el calor, mientras una gata negra se acurrucaba a sus pies, también temblando.La puerta, reforzada con una antigua tranca de madera, permanecía cerrada y asegurada desde el interior, como si las ocupantes estuvieran tratando de protegerse de algo que ace
Dolores Se mantenía fijada en aquel hombre, de cabello negro coronado. Mientras sentía un nudo formársele en el pecho. ¿Era una posesión aquello? Respiro hondo y se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración. ¿seria obra del maligno? ¿Sería buena, o mala, aquella conexión con aquel desconocido? Una extraña conciencia la sensibilizo la piel y un fino velo de sudor le mojo la parte de arriba del labio superior a pesar de la humedad y el frío de la estancia. Se llevó una mano a los labios mientras los ojos del desconocido la miraban severos. No podía imaginarse aquellos labios curvándose en una cálida sonrisa. No había cordialidad en ellos; solo un duro y frio cinismo. _ ¿Quién es? _ Pregunto en voz baja._ parece un hombre capaz de alterar el sueño. La imagen seguía mirándola fijamente, reteniéndola presa de su mirada, como si fuera capaz de meterse en su cabeza y leer los secretos más profundos de su corazón, de modo que enrojeció. Y quizás aquellos labios se curvaron