La bestia me lleva por un pasillo hasta un enorme salón iluminado y con decoraciones perfectamente exquisitas. Para ser un imbécil sociopata, tiene muy buen gusto. En ese momento toda la ira que me hacía bruñir los dientes, solo desapareció al quedarme embelesada con todo lo que sucedía a mi alrededor, prácticamente estaba pedida en cada detalle de la habitación, al tiempo que la bestia le dictaba órdenes a sus sirvientes.
—Morgana, lleva a nuestra invitada de honor a su habitación y dale de comer, se ve algo hambrienta y cansada— Le ordena el alfa a una empleada que apareció al pie de la gran escalera de mármol. —Si mi señor— Responde haciéndole una leve reverencia. —Ve con ella, come y duérmete, mañana será un largo día— Exige la bestia para luego retirarse sin esperar alguna respuesta de mi parte. —Acompáñeme, señorita Walk— Dice la empleada señalando las escaleras para que la siga. Por un momento una punzada eléctrica me recorre la columna y siento impulsos de correr para intentar escapar ahora que el monstruo no está cerca, pero algo me dice que sería inútil hacerlo porque debe haber seguridad en todos lados dado que la manada de los Bellatores se dedica a “servir y proteger”. En silencio sigo a la joven rubia escaleras arriba, pasamos al ala izquierda del castillo y atravesamos un largo pasillo hasta llegar a una enorme puerta doble de madera tallada con incrustaciones de piedra lunar. —Señorita Walk, esta será su habitación, está justo al frente de la del alfa Blind— informa la joven al abrir la puerta para darme paso a la enorme recamará iluminada digna de una reina. —Espera… ¿Por qué sabes mi nombre?— Pregunto confundida mientras me adentro en la habitación observando cada detalle de esta escrutadoramente. A pesar del torbellino de emociones que llevo dentro, no puedo evitar sentirme conquistada por la enorme habitación con su cama de madera de pino con dosel y cortinas de seda blanca, al final veo unas puertas de cristal que dan a un vestidor cargado de ropa que a simple vista se ve costosa y el gran balcón con vista al lago de Polaris. Sin duda alguna, jamás había tenido algo así de lindo para mí, lo cual me causo una leve nostalgia, pero finalmente lo ignore rotundamente y me concentre en la empleada que me había traído —Todos en el reino Bellatore sabemos su nombre— Responde cordialmente. —¿Y puedo saber por qué?— Inquiero despertando del trance encantador que causa la habitación. —Lo siento señorita Walk, pero no tengo permitido darle ningún tipo de información… Es confidencial—Responde a media voz, en su rostro puedo percibir el miedo que le genera mi pregunta.—Excelente… al parecer tu alfa sabe todo sobre mí y no puedo saber por qué, hasta parece que planeó secuestrarme—
—Lo único que puedo decirle, es que a partir de hoy usted será la esclava de nuestro alfa— Declara frunciendo los labios mostrando pena por mí.
—¡No entiendo por qué demonios me pasa esto a mí!— Exclamo llevándome ambas manos a la cabeza mientras que a la par de mis ojos espabilados esbozo una gran sonrisa de incredulidad —Todo esto es una atrocidad, no creo que pueda soportar el pasar el resto de mi vida confinada bajo pena de muerte por un Alfa enfermo de poder— Farfullo nerviosamente dejándome caer en la cama sin nada de fuerza en mi cuerpo. —Señorita Walk, por favor conserve la calma— Suplica Morgana mientras intenta consolarme al acariciarme el cabello —Nuestro Alfa podrá ser duro a veces, pero es muy respetuoso y a mi parecer es un gran hombre en muchos aspectos, sé que cuando lo conozca se enamorará de él— Afirma. —¡¿Cómo voy a enamorarme de la Bestia que destruyó mi hogar junto a todo lo que amaba?!— Bramo dejando salir las lágrimas con intensidad. La empleada abrió su boca para responderme, pero fue interrumpida por otra empleada que se adentró en la habitación empujando un carrito de comida como si fuera un hotel. —Señorita Walk, le traigo algo de cenar a petición del alfa— Informa destapando el platillo a escasos centímetros de mi cara. —No tengo hambre, deseo que por favor me dejen sola— Exijo mientras me levanto de golpe y las empujo fuera de la habitación para finalmente cerrar de un portazo, el cual deja un ruido sordo que retumba en la enorme habitación.Al estar finalmente sola, las emociones se apoderan de mí; el dolor, la tristeza, la bruma, la ansiedad, la desesperación… son tantas que algunas de esas emociones no logro reconocerlas, solo sé que estoy devastada. Me doy la vuelta y apoyo la espalda a la puerta para luego escurrirme bruscamente hasta el suelo y una vez más empiezo a llorar y gritar por todo lo que siento.
Ya había perdido mucho antes de este desastre al nunca haber tenido un padre, pero a pesar de eso… jamás había perdido tanto como ahora. Perdí a Mamá, mi casa, mis cosas, mi mejor y único amigo, quizá morir sea lo mejor que me pudo haber pasado, ya no me queda nada más porque luchar más que por mí misma, pero no puedo luchar por mi alma rota que lentamente se oscurece como el ébano más puro. (***) Fuertes golpes secos tras mi espalda me hacen saltar, me he quedado dormida mientras lloraba sentada tras la puerta, me levanto a tropezones por el dolor que recorre mi columna y desciende hasta mi trasero, carraspeo la garganta porque siento un leve ardor en esta y finalmente pregunto. —¿Quién es?— Inquiero suprimiendo un bostezo. —¡Ábreme la puerta o tendré que tirarla!— Grita la bestia desde fuera. —No quiero hacerlo, necesito estar sola— Farfullo exasperada. —¡Que abras la m*****a puerta te digo!— Brama dándole fuertes puñetazos a la puerta. En ese momento no sé si fue por la rudeza de su voz o por los fuertes golpes que depositó en la puerta, sea lo que sea, me produjo un terror enorme y rompí en llanto al sentir pavor de que vaya a hacerme daño, así que me armo de valor a pesar de no poder contener las lágrimas y le abro la puerta. Al verme desmoronarme ante sus ojos, la bestia solo se quedó observándome fijamente, sin decir nada. Al cabo de unos minutos se adentró en la habitación y luego cerró la puerta detrás de sí. El odio que siento por él me hace llorar de cólera, de rabia y la ansiedad de estar en un lugar que no conozco, hace que el llanto sea más fuerte, subiéndole el ego de idiota a la bestia. —¿Por qué lloras?— Pregunta con voz áspera y una expresión de extrañeza en su rostro de recién levantado. —¿Por qué no lo haría…?— Murmuro bajando la mirada hasta el suelo. —Mírame y respóndeme, ¿Por qué lloras? — Exige sujetando mi mentón con sus dedos pulgar e índice para finalmente levantarme la cara, obligándome a mirarlo. —No sé por dónde empezar… ¿Será porque me tienes secuestrada? ¿Por qué destruiste mi hogar? ¿O por qué tus mascotas seguro asesinaron a mi madre junto a Lucas y las otras personas que más me importaban en el mundo?— Respondo sacudiendo mi cabeza apartándola de su agarre. Mis palabras le dan como arponazos en la yugular, causando en mí un dulce sabor a miel sobre la hiel que estoy viviendo. —No tengo por qué darte explicaciones de porque hago lo que hago… se trata de poder y nada más— Responde cruzándose de hombros con aires de superioridad. —¡Estás enfermo!— Declaro fulminándolo con la mirada, demostrándole mi desprecio. —Cuida tus palabras o tendré que castigarte— Amenaza sonriente. —Castígame, enciérrame, mátame si quieres, pero jamás seré tuya— Musito imitando su expresión, sintiendo náuseas por su ego tan enfermizo. —¿Qué tengo que hacer para que dejes de verme como el villano?— Pregunta sarcástico. —Diles a tus hombres que me lleven a dónde dejaron el cadáver de mi madre y el de mi mejor amigo. Merecen al menos una sepultura decente— Exijo con firmeza. —De hecho… no será necesario. Sabía que querrías pedirme algo así, por eso mandé a una cuadrilla en busca de tu madre y del príncipe Lucas. En unas horas vendrán para que puedas hacer tu maravilloso funeral o lo que sea que pienses hacer— dicta indiferente, dejándome el corazón hecho pedazos. No es cualquier acto, es darle a mi madre y mi mejor amigo, la importancia y el valor que ellos tenían para mí.—Gracias... me alegra que al menos tengas las agallas para dejarme sepultar el cuerpo de mis seres queridos a pesar de que tú los mataste— Bramo entre sollozos iracundos.
—Bájame la voz, ni se te ocurra volver a gritarme— Exige acorralándome contra la pared. —Mejor mátame… así te evitarás todas estas rabietas de niña malcriada que pide que todo sea como ella quiere— Respondo encarándolo. —No te mataré… me cobraré estas malas contestas cuando menos lo esperes— Musita a centímetros de mi rostro.—¿Por qué haces esto?— pregunto en tono de súplica.
—Porque eres más especial de lo que crees y debía tenerte conmigo—Responde sujetando mi cuello con poca fuerza. —¡Te odio!— Grito empujando su pecho con fuerza para apartarlo de mí. —Muy bien… eso solo lo vuelve más divertido de lo que ya es— espeta, con suficiencia. Tengo dos puntos a mi favor, el primero es que confesó que soy especial para él y lo que le produzco y de esto puedo aprovecharme para hacerlo trizas, vengar a mi madre y a mi reino.—Bueno, déjame sola. Necesito llorar sin que me veas— Exijo sentándome en la cama. —No te dejaré sola, te vas a duchar y luego desayunaras conmigo— Ordena tomándome del brazo y llevándome hasta el baño de la habitación. —¿Y luego qué? ¿Me darás de nalgadas si no acomodo mi cuarto y me como todos mis vegetales? — Le reprocho con sorna. —Y pensar que cuando mantienes la boca cerrada pareces más madura— Comenta al soltarme el brazo dentro del enorme baño —Ahora, si no te duchas, tendré que ser yo quien te ayude a hacerlo— Añade con un atisbo de deseo en su voz. —No gracias, sé muy bien como asearme yo sola— Respondo revoleando los ojos para luego cerrarle la puerta del baño en la cara. —¡Apresúrate, muero de hambre! — Exclama desde fuera. Uuuuuffff… juro que en cuanto le ponga las manos encima voy a castrarlo y alimentaré a los cuervos con sus miserias. (***) Luego de ducharme salgo del baño con una toalla enrollada por encima de mi torso y otra envolviendo mi cabello, atr
Morgana me enseñó gran parte del castillo y la verdad es que fuera de la presencia de la bestia, todo el castillo es muy hermoso y acogedor, incluso me hizo imaginar por un momento el vivir aquí. Al caer la tarde, el sol comenzó a ponerse en el horizonte apenas visible entre los árboles, finalmente siento algo de paz al estar aquí parada en el jardín trasero observando las flores de diversos colores y especies, disfrutando de su aroma que se esparce por el lugar con la ayuda de la brisa nocturna que empieza a desatarse. Me inclino para olfatear unos tulipanes enormes que tengo en frente y su dulce aroma me hace sonreír de placer, pero hay algo distinto en estos tulipanes, he tenido tulipanes cerca antes y sin duda alguna su olor es distinto. Al apartarme de los tulipanes sigo sintiendo ese aroma tan particular que me resulta conocido; cerca de donde estoy parada veo un rosal así que me dedico a oler las rosas carmesí y tampoco son ellas las que despiden ese aroma, parece venir del
—¿En qué piensas?— Pregunta Casius con expresión indescifrable. —No es nada… solo estoy harta de tantos secretos, tanto misterio. Detesto pasar por todo este drama— Respondo fastidiada. —Ya llegará el momento de que sepas todo lo que necesitas saber, pero por lo pronto, solo debemos continuar con el plan que tu madre y yo creamos junto a la resistencia— Musita imitando mi fastidio agregándole un poco más de ansiedad a su tono de voz. —Así que ahora existe una resistencia… — Afirmo incrédula y luego bufo revoleando los ojos —¿A que se resisten y cuál es el plan que tienen?— Inquiero fatigada. —Vamos a casarnos pasado mañana… — Confiesa en tono serio. —¡No me jodas! ¡Ni loca me casaría contigo, eres un desconocido!— Farfullo exasperada. Oírlo decir eso fue como recibir el impacto de un rayo justo en el pecho. Instintivamente, comienzo a caminar en círculos por el balcón a la par de él mientras comienzo a hiperventilarme, todo esto es una locura y hace mucho que se me escapó d
Aún estoy sumida en mi holocausto de emociones, pero al parecer ya se me han acabado las lágrimas. He llorado más que nunca en mi vida y es como si ya mis glándulas lagrimales se hubieran secado, así que con la poca dignidad que me queda, me levanto y salgo del baño con un toalla cubriendo mi cuerpo ya seco. Al abrir la puerta me encuentro con la persona que menos esperaba ver en este momento. Morgana está sentada al pie de mi cama y al verme su expresión pasa de impaciente a preocupada. —No esperaba verte, lamento que tengas que verme en este estado— Musito apartándome unos mechones de la cara pasándolos por detrás de mi oreja. —De hecho, llevo aproximadamente media hora esperando a que salgas del baño, solo que no quería molestarte— Responde la rubia con timidez. —No tenías que esperarme. Y de hecho no es un buen momento, necesito estar sola— Informo pasando al vestidor restándole importancia a su presencia. —Sé que no tenía que esperar a que salieras, si lo hice fue porque
Al instante en que conjuro el hechizo, un tornado púrpura me envuelve, girando con una fuerza mágica y turbulenta. El feroz vórtice se convierte en un espectáculo hipnótico de destellos y relámpagos violetas que bailan en el aire. La energía mágica chisporrotea alrededor de mi mientras las páginas del libro comienzan a pasar frenéticamente ante mis ojos.El viento furioso azota mi cabello y el sonido ensordecedor del viento aullando llena mis oídos. La sensación de vértigo se apodera de mi, pero mi determinación no vacila. Mis ojos brillan con una intensidad deslumbrante mientras absorbo el conocimiento a una velocidad sobrehumana.En medio de este caos mágico, siento como me voy sumergiendo en un trance, dejándome llevar por la vorágine de palabras e imágenes que se despliegan ante mi. Es un momento de conexión pura con la sabiduría ancestral y la magia que fluye a través de mi ser.(***)Después de absorber el conocimiento a una velocidad asombrosa, siento como la intensidad del tor
Confesión—Si, estoy emprimado de ti Siria— Confiesa la bestia.—¿Cuándo pasó exactamente?— Pregunto estupefacta.—Sucedió en la primavera pasada cuando visité el reino Regium. Justo la noche del festival de primavera, tu estabas en el pueblo con tu madre; Para ese entonces ya sabía todo sobre ti, pero nunca te había visto en persona. Recuerdo que te veías hermosa con tu vestido color durazno floreado, te vi caminando luego de que terminó el desfile. Estabas vagando por los kioscos en busca de algo, por un momento te detuviste frente al puesto de libros y estuviste allí por un largo rato, hasta que tu madre te llevó con ella— Relato mientras concentraba su vista en el paisaje frente a nosotros.—Lo recuerdo, estaba molesta porque no tenía dinero para comprar esos libros que tanto quería en ese momento… ¿Por qué no te acercaste a saludar?— Pregunto intrigada por el brillo tan puro de sus ojos rojos iluminados por sus instintos lobunos.—No era conveniente, en ese momento tu madre y yo
Casius y yo finalmente terminamos nuestro embelesamiento y nos dirigimos al podio real que se encuentra en la plataforma de mármol junto a la escalera. Hay tantas personas observándome que me da vértigo estar allí parada junto a el, sintiéndome como si estuviera al borde de un pozo infestado de pirañas esperando a que me caiga para devorarme hasta los huesos. La bestia se planta frente al podio con su semblante sereno y acomoda el micrófono cerca de sus labios para iniciar su discurso.—Sean todos bienvenidos a esta maravillosa celebración espontánea, sé que todos piensan que en esta ocasión estamos celebrando el aniversario número dos de mi coronación como su rey, pero la razón por la que decidí abrirles las puertas del palacio está noche es para anunciar mi compromiso con esta preciosa, inteligente y dulce mujer, que pronto se convertirá en su reina— Anuncia Casius tan emocionado que me siento culpable de que esto sea arreglado.Inesperadamente luego de que su rey anuncia nuestro co
—8 horas después—Siento que todo me da vueltas, con pesadez abro mis ojos y no logro ver nada, sé que estoy acostada. Pero todo a mi alrededor está en penumbras, atontada, me siento de golpe y de inmediato me mareo. Siento náuseas y estoy sudando como si acabara de correr diez kilómetros.Me levanto de la cama y casi me caigo de frente, puesto que todo a mi alrededor da vueltas. Pero no me caigo porque algo duro me detiene, a tientas, intento averiguar que es lo que me sostiene y descubro que es una persona.—¿Quién eres?— Balbuceo suprimiendo el vomito que casi se me sale.—Casius… ¿Cómo te sientes?— Pregunta con Toni de preocupación.—Estoy mareada, quiero vomitar, sudo como un puerco, tengo demasiado calor y me duele la pierna. ¿Por qué me siento así?— Farfullo a punto de llorar.—Te mordió una cobra real, ya extrajimos el veneno de tu cuerpo. Pero es normal que experimentes estos síntomas. Ven, te llevaré al baño— Responde mientras me sujeta en sus brazos y me lleva hasta el cuar