Al caer la media noche acompañada de una feroz tormenta, los gritos, aullidos y destrozos llenan la atmósfera de todo el pueblo. Mamá y yo nos encontramos en la torre sur del castillo. En medio de la desesperación corrimos escaleras abajo con la esperanza de ocultarnos antes de que fuera demasiado tarde.
Justo al llegar a la cocina, esta se encontraba totalmente vacía, a este punto todos esos gruñidos y gritos desgarradores en señal de muerte y desesperación ya se oían dentro del palacio. —Siria, quédate aquí— Ordena mamá abriéndome la puerta de la alacena. —¡Mamá, no! ¡No te vayas! — Le suplico, gritando en susurros húmedos, apenas audibles. —Todo estará bien, solo voy a distraerlos para que no te encuentren— Asegura abrazándome con fuerza —Y siempre recuerda que no debes usar tus poderes en público, no dejes que nadie se entere de quién eres y no uses tus habilidades para el mal. Te amo pequeña— musita, dejando un casto beso sobre mi frente para luego cerrar la puerta. —Yo también te amo— Susurro con la esperanza de que me haya oído, mientras me apoyo al muro detrás de mí y me dejo escurrir hasta el suelo. Pasada media hora, todo el ruido aterrador había cesado por completo, como si el mundo que conocía se hubiera esfumado, me levanto y acerco mi oreja a la puerta para intentar escuchar si hay ruido afuera, pero, lo que escucho son pasos, acercándose acompañados de carcajadas tenebrosas y respiraciones aceleradas; aterrada doy un brinco hacia atrás y choco con un estante, haciendo que todos los frascos se caigan con estruendos sordos al estrellarse contra el frío suelo de piedra lunar. —¿Escucharon eso? ¡El ruido proviene de allí dentro!— Exclama una voz femenina, la cual estaba peligrosamente cerca, tanto que incluso puedo ver su sombra bajo la puerta y mi corazón da un vuelco al saber que me encontraron. Una segunda sombra se detiene frente a la puerta y luego se mueve rápidamente. Lo próximo que vi fue como de una patada la cerradura de la puerta se hizo pedazos. —¿Creíste que no te encontraríamos, pequeña rata? — Pregunta, con sorna, la loba que había escuchado antes mientras me sujetaba el cabello y me sacaba a tirones del pequeño cuarto. Al soltarme caigo de rodillas al suelo y siento como la piel que las cubría se rasga libremente haciéndome gritar de dolor, de nuevo tiran de mi cabello obligándome a levantar la cara mientras me apuntan a la frente con una ballesta cargada, lo cual me parece gracioso, ver a unos lobos usando las mismas armas que usan para cazarlos y se me escapa una leve sonrisa. —¡¿De qué te ríes m*****a, imbécil?!— Espeta la loba dándome un golpe en la cabeza con la misma ballesta. —¿Dónde está mi mamá? ¿Qué hicieron con ella?— Pregunto temiendo lo peor. —¿Tu mamá? ¿Ustedes vieron una mamá entre las personas que asesinamos?— Vocifera burlona dirigiéndose a sus secuaces. —No lo sé, no pregunté antes de matar a quien se me atravesó— Chistó uno de sus acompañantes. —¡Lucas, Lucas! ¡Ayúdame por favor! ¡Alguien que me ayude!— Suplico a gritos con la esperanza de que mi mejor amigo pueda oírme. —¡Lucas, Lucas!— Chilla burlona imitando mi expresión. A este punto ya me ha quedado claro que la mujer es la líder de los otros dos que la acompañan. —¿Sargento que haremos con ella? — pregunta el otro de sus perros falderos, al ver que me recompongo mirándolos con ferviente odio. —La llevaremos como premio, un tributo para nuestro alfa, sabes que le gusta comerse sus trofeos luego de un triunfo— Responde la loba. —¡¿A dónde me llevarán?! ¡Déjenme ir!— Grito intentando escapar, pero la loba fue más rápida que yo y me derribó de un solo golpe. —Ya duérmela, quiero largarme de esta pocilga— Ordena la loba. —Perfecto— sonríe el otro perro faldero, mientras toma un puñado de algo del saquito que cuelga de su cinturón de municiones —Buenas noches zorrita— añade, para finalmente soplarme el polvo púrpura intenso en la cara. —¡No, no! ¡Mamá! ¡Alguien ayúdeme, por favor!— Suplico a gritos comenzando a marearme. Al desvanecerse esa brillante nube púrpura fluorescente me queda claro que se trataba de Wolf Bane, de a poco siento pesadez en todo el cuerpo, la habitación me da vueltas, mi respiración se torna forzada y finalmente caigo rendida estrellando mi frente contra el suelo. (***) Un chapuzón de agua fría me hace despertar de golpe, con el corazón acelerado, inmediatamente me pongo de pie con dificultad, puesto que llevo las manos atadas con una cadena fija al suelo, tan larga como para ponerme de pie sin levantar mis manos. —Lamento despertarte, Bella durmiente— Comenta el enorme hombre blanco de cabello negro con el cubo en manos, ese que tenía el agua helada que me despertó. —¡Suéltame, yo no he hecho nada malo para que me tengas así! — Grito desesperada, mientras las lágrimas corren por mi rostro. —Si hiciste algo o no, lo decidiré yo. Y ya deja de gritar, tu voz es irritante— Escupe fastidiado el musculoso pelinegro. —¿Dónde estoy? ¿Qué hicieron con mi madre? ¿Dónde está Lucas? ¿Quién eres? ¿Qué hago aquí? — Farfullo abrumada. —¿Qué no es obvio? Veo que no sabes nada de historia pequeña analfabeta. Soy el rey de los Bellatores, el imperio que desde hace mucho tiempo juró destruir el tuyo, tu madre… la verdad no sé qué pasó con ella. Y el principito Lucas, debes estar corriendo como el cobarde que es. Yo solo di órdenes a mis soldados y estos las cumplieron— Responde con una sonrisa radiante y llena de un penumbroso vigor. —¡Soy inocente y mi mamá también lo era! ¡No tenías que asesinar a mi pueblo para sentirte más hombre! ¡Si Lucas estuviera aquí, te daría una paliza, maldito, enfermo! — Chillo, de rodillas ante el alfa Bellatore. —No soy un hombre, soy una bestia y ahora me perteneces— Declara el alfa, sujetando mi mandíbula, obligándome a mirarlo. —¿Y qué quieres conmigo? ¡Mátame sin rodeos, sé que vas a hacerlo de todos modos!— Espeto, sacudiendo la cabeza en un fallido intento de zafarme de su doloroso agarre. —No, no, no. Ni creas que voy a llenar mis manos de sangre, para eso tengo a mis devotos súbditos; si sigues con vida por el momento es solo porque quiero que así sea— Responde ampliando su sonrisa burlona y en sus ojos puedo ver cómo centellean chispas de maldad pura. —No sé qué es lo que quieres conmigo, si me vas a matar, hazlo de una vez, ten un poco de decencia— Le digo bajando la voz quebrada. —¡No te mataré, ya deja de decirlo! ¡Serás mi esposa! — Grita a centímetros de mi rostro. —¿Y qué pasará si no quiero hacerlo? — Musito, mirándolo a los ojos con desprecio y dolor. —No tienes opción, te casarás conmigo y serás mía cada vez que quiera tomarte en mi cama— Afirma tomando la cadena que sujeta mis manos y de un tirón la arranca del suelo para terminar desatando mis manos. —¿Seguro de que no vas a matarme si intento escapar? — Pregunto confundida, mientras me froto las muñecas intentando aliviar el dolor que siento en estas. —Si vuelves a preguntarme si te mataré o no, te ataré a mi cama y te cogeré tan fuerte que no caminaras de nuevo en tres meses— Declara sujetándome ambos brazos y atrayéndome a su cuerpo, apretándome con fuerza. —¿Dónde están Lucas y mi madre?— Pregunto clavando mis ojos en los suyos. —No sé qué hicieron con ellos y la verdad es que no me interesa—Responde mientras sus ojos irradian luz roja y sus colmillos se alargan. —Juro que, si les hicieron daño, o la asesinaron, me vengaré de todos los responsables e iniciaré contigo— Declaro sin amedrentarme. El sentimiento de angustia hace que me descompense por completo, no frente al animal que tengo delante de mí, sino con mis convicciones, con la pena que debo de cargar al no sentir el respaldo de mi madre y la protección de Lucas. Saber que no están junto a mí, me hace desesperar. Una sonrisa triunfal se le dibuja en el rostro a mi captor, se ve que está disfrutando de su gloria, una que tomó a costa de la muerte y de las lágrimas de mi pueblo, pero esto no se quedara así por mucho tiempo.La bestia me lleva por un pasillo hasta un enorme salón iluminado y con decoraciones perfectamente exquisitas. Para ser un imbécil sociopata, tiene muy buen gusto. En ese momento toda la ira que me hacía bruñir los dientes, solo desapareció al quedarme embelesada con todo lo que sucedía a mi alrededor, prácticamente estaba pedida en cada detalle de la habitación, al tiempo que la bestia le dictaba órdenes a sus sirvientes. —Morgana, lleva a nuestra invitada de honor a su habitación y dale de comer, se ve algo hambrienta y cansada— Le ordena el alfa a una empleada que apareció al pie de la gran escalera de mármol. —Si mi señor— Responde haciéndole una leve reverencia. —Ve con ella, come y duérmete, mañana será un largo día— Exige la bestia para luego retirarse sin esperar alguna respuesta de mi parte. —Acompáñeme, señorita Walk— Dice la empleada señalando las escaleras para que la siga. Por un momento una punzada eléctrica me recorre la columna y siento impulsos de correr para inte
—Bueno, déjame sola. Necesito llorar sin que me veas— Exijo sentándome en la cama. —No te dejaré sola, te vas a duchar y luego desayunaras conmigo— Ordena tomándome del brazo y llevándome hasta el baño de la habitación. —¿Y luego qué? ¿Me darás de nalgadas si no acomodo mi cuarto y me como todos mis vegetales? — Le reprocho con sorna. —Y pensar que cuando mantienes la boca cerrada pareces más madura— Comenta al soltarme el brazo dentro del enorme baño —Ahora, si no te duchas, tendré que ser yo quien te ayude a hacerlo— Añade con un atisbo de deseo en su voz. —No gracias, sé muy bien como asearme yo sola— Respondo revoleando los ojos para luego cerrarle la puerta del baño en la cara. —¡Apresúrate, muero de hambre! — Exclama desde fuera. Uuuuuffff… juro que en cuanto le ponga las manos encima voy a castrarlo y alimentaré a los cuervos con sus miserias. (***) Luego de ducharme salgo del baño con una toalla enrollada por encima de mi torso y otra envolviendo mi cabello, atr
Morgana me enseñó gran parte del castillo y la verdad es que fuera de la presencia de la bestia, todo el castillo es muy hermoso y acogedor, incluso me hizo imaginar por un momento el vivir aquí. Al caer la tarde, el sol comenzó a ponerse en el horizonte apenas visible entre los árboles, finalmente siento algo de paz al estar aquí parada en el jardín trasero observando las flores de diversos colores y especies, disfrutando de su aroma que se esparce por el lugar con la ayuda de la brisa nocturna que empieza a desatarse. Me inclino para olfatear unos tulipanes enormes que tengo en frente y su dulce aroma me hace sonreír de placer, pero hay algo distinto en estos tulipanes, he tenido tulipanes cerca antes y sin duda alguna su olor es distinto. Al apartarme de los tulipanes sigo sintiendo ese aroma tan particular que me resulta conocido; cerca de donde estoy parada veo un rosal así que me dedico a oler las rosas carmesí y tampoco son ellas las que despiden ese aroma, parece venir del
—¿En qué piensas?— Pregunta Casius con expresión indescifrable. —No es nada… solo estoy harta de tantos secretos, tanto misterio. Detesto pasar por todo este drama— Respondo fastidiada. —Ya llegará el momento de que sepas todo lo que necesitas saber, pero por lo pronto, solo debemos continuar con el plan que tu madre y yo creamos junto a la resistencia— Musita imitando mi fastidio agregándole un poco más de ansiedad a su tono de voz. —Así que ahora existe una resistencia… — Afirmo incrédula y luego bufo revoleando los ojos —¿A que se resisten y cuál es el plan que tienen?— Inquiero fatigada. —Vamos a casarnos pasado mañana… — Confiesa en tono serio. —¡No me jodas! ¡Ni loca me casaría contigo, eres un desconocido!— Farfullo exasperada. Oírlo decir eso fue como recibir el impacto de un rayo justo en el pecho. Instintivamente, comienzo a caminar en círculos por el balcón a la par de él mientras comienzo a hiperventilarme, todo esto es una locura y hace mucho que se me escapó d
Aún estoy sumida en mi holocausto de emociones, pero al parecer ya se me han acabado las lágrimas. He llorado más que nunca en mi vida y es como si ya mis glándulas lagrimales se hubieran secado, así que con la poca dignidad que me queda, me levanto y salgo del baño con un toalla cubriendo mi cuerpo ya seco. Al abrir la puerta me encuentro con la persona que menos esperaba ver en este momento. Morgana está sentada al pie de mi cama y al verme su expresión pasa de impaciente a preocupada. —No esperaba verte, lamento que tengas que verme en este estado— Musito apartándome unos mechones de la cara pasándolos por detrás de mi oreja. —De hecho, llevo aproximadamente media hora esperando a que salgas del baño, solo que no quería molestarte— Responde la rubia con timidez. —No tenías que esperarme. Y de hecho no es un buen momento, necesito estar sola— Informo pasando al vestidor restándole importancia a su presencia. —Sé que no tenía que esperar a que salieras, si lo hice fue porque
Al instante en que conjuro el hechizo, un tornado púrpura me envuelve, girando con una fuerza mágica y turbulenta. El feroz vórtice se convierte en un espectáculo hipnótico de destellos y relámpagos violetas que bailan en el aire. La energía mágica chisporrotea alrededor de mi mientras las páginas del libro comienzan a pasar frenéticamente ante mis ojos.El viento furioso azota mi cabello y el sonido ensordecedor del viento aullando llena mis oídos. La sensación de vértigo se apodera de mi, pero mi determinación no vacila. Mis ojos brillan con una intensidad deslumbrante mientras absorbo el conocimiento a una velocidad sobrehumana.En medio de este caos mágico, siento como me voy sumergiendo en un trance, dejándome llevar por la vorágine de palabras e imágenes que se despliegan ante mi. Es un momento de conexión pura con la sabiduría ancestral y la magia que fluye a través de mi ser.(***)Después de absorber el conocimiento a una velocidad asombrosa, siento como la intensidad del tor
Confesión—Si, estoy emprimado de ti Siria— Confiesa la bestia.—¿Cuándo pasó exactamente?— Pregunto estupefacta.—Sucedió en la primavera pasada cuando visité el reino Regium. Justo la noche del festival de primavera, tu estabas en el pueblo con tu madre; Para ese entonces ya sabía todo sobre ti, pero nunca te había visto en persona. Recuerdo que te veías hermosa con tu vestido color durazno floreado, te vi caminando luego de que terminó el desfile. Estabas vagando por los kioscos en busca de algo, por un momento te detuviste frente al puesto de libros y estuviste allí por un largo rato, hasta que tu madre te llevó con ella— Relato mientras concentraba su vista en el paisaje frente a nosotros.—Lo recuerdo, estaba molesta porque no tenía dinero para comprar esos libros que tanto quería en ese momento… ¿Por qué no te acercaste a saludar?— Pregunto intrigada por el brillo tan puro de sus ojos rojos iluminados por sus instintos lobunos.—No era conveniente, en ese momento tu madre y yo
Casius y yo finalmente terminamos nuestro embelesamiento y nos dirigimos al podio real que se encuentra en la plataforma de mármol junto a la escalera. Hay tantas personas observándome que me da vértigo estar allí parada junto a el, sintiéndome como si estuviera al borde de un pozo infestado de pirañas esperando a que me caiga para devorarme hasta los huesos. La bestia se planta frente al podio con su semblante sereno y acomoda el micrófono cerca de sus labios para iniciar su discurso.—Sean todos bienvenidos a esta maravillosa celebración espontánea, sé que todos piensan que en esta ocasión estamos celebrando el aniversario número dos de mi coronación como su rey, pero la razón por la que decidí abrirles las puertas del palacio está noche es para anunciar mi compromiso con esta preciosa, inteligente y dulce mujer, que pronto se convertirá en su reina— Anuncia Casius tan emocionado que me siento culpable de que esto sea arreglado.Inesperadamente luego de que su rey anuncia nuestro co