Capítulo 32

 

Comencé a escuchar un sonido que era verdaderamente muy molesto, para cuando logré despertarme del todo, entre la confusión que me invadía noté que alguien estaba tocando a la puerta. Caminé a la entrada de la habitación y tras abrirla encontré a un Esteban con aspecto preocupado.

— Ely nos contó sobre el golpe en la cabeza y nos pidió…

— Si, si… unas preguntas. — dije bostezando y saliendo afuera de la habitación noté que estaba todo a oscuras. Solo se veía el reflejo de la luna entrando por la ventana del pasillo iluminando escasamente el lugar.

— No quise encender las luces… cuando prendí las de las escaleras me quise morir de la ceguera que me dejó. No quería que te pasara lo mismo, mucho menos en tu estado.

—&nb

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